Regresarme sola de la fiesta, no fue buena idea

Hola a todos, me llamó Helena, soy de México D.F. actualmente tengo 23 años y les compartiré como fui violada por dos hombres al regresar de una fiesta.

Tenía 18 años, estudiaba el quinto semestre del bachillerato, fue un sábado del mes de octubre, Beto el mejor amigo de mi novio Fernando nos invitó a su fiesta de cumpleaños, nos reunimos ese sábado en la estación del metro Rosario, mis amigos, mi novio y yo poco después del mediodía, tomamos el camión que aproximadamente tardaría una hora para llegar a la casa de Beto.

Físicamente soy de cuerpo esbelto, con poca pompa, pero busto abundante, 1.70 de estatura, de piernas fuertes y torneadas por practicar natación, de pelo largo y negro, de piel blanca y bonita de rostro.

Este día iba vestida con pantalón de mezclilla entallado y una blusa normal, poco escotada, pero al final mis pechos resaltaban de ella.

Llegamos a la fiesta, hubo cerveza, comida, baile y diversión, no estaban sus papás de Beto así que armamos un buen reventón, mis padres me indicaron que a más tardar debería llegar a las 10 pm a casa, Fernando mi novio conforme avanzaba la fiesta se tornaba cada vez más ebrio, hasta que llego el punto en que casi no se podía parar del sillón, vomito un par de veces, pero realmente seguía demasiado ebrio, pasaba el tiempo y cada vez se hacía más noche, nadie tenía ganas de regresarse a casa, poco a poco todos comenzaron a pedir permiso para regresar al día siguiente, pero sabía que mis padres dirían que no, les llame y mis sospechas se confirmaron, mi papá me ordeno que regresará a casa de inmediato, así que me dispuse a partir de la fiesta, ya eran casi las 10 pm, cuando le pedí a Beto que me acompañara a tomar el camión, dado el estado de ebriedad en que se encontraba mi novio, no se negó.

Me acompaño Beto y dos más de sus amigos, aborde el camión en la base, este tendría como destino el metro Rosario nuevamente y partió con 5 pasajeros únicamente contándome yo, me senté en los asientos delanteros del camión para sentirme más segura.

El trayecto fue lento, no había tráfico a esta hora, pero el camión esperaba llenarse de más pasaje en cada semáforo, lo cual solo retraso su recorrido más tiempo, venía nerviosa y un poco asustada porque veníamos pocos pasajeros y con las luces del camión apagadas, trate de tranquilizarme, pero ya solo veníamos dos pasajeros un señor de aproximadamente 55 años con aspecto amable y yo.

El chofer de aproximadamente unos 50 años, alto y delgado, rostro no muy amigable, cerró la puerta del camión y empezó a manejar más rápido de lo normal, sentí que corríamos peligro los pocos pasajeros que quedábamos con ese animal manejando a esa velocidad, minutos después el señor que era mi único pasajero acompañante le indico que no estaba tomando la ruta correcta para llegar al metro Rosario, el chofer argumento que ya traía poco combustible en un tono un tanto grosero y descortés.

Se detuvo el camión en una gasolinera, se abrió la puerta y el chofer se bajó del camión, minutos después detrás de él subió un muchacho de aproximadamente unos 25 años, gordo y vestido con el overol uniforme de la gasolinera, se sentó cerca del chofer y cerraron la puerta, el camión tomo nuevamente una velocidad acelerada, el señor que venía como pasajero conmigo, le indico que no íbamos en dirección correcta hacía el metro Rosario, el chofer lo ignoro esta vez, el señor un tanto molesto se paró y se acercó hacía el conductor para reclamarle acerca del trayecto, este detuvo el camión abrió la puerta delantera y bajó al señor del camión diciéndole groserías y empujándolo bruscamente, cerró la puerta nuevamente y continuo avanzando.

En ese momento estaba muerta de miedo, se acercó el tipo de la gasolinera a mi lugar y se sentó junto a mí, me pregunto, ¿Cómo te llamas reyna? Y comenzó a abrazarme con su mano asquerosa, le pedí que me soltará por favor e intente pararme del asiento, pero el tipo me retuvo fuertemente con su brazo y me ordeno enérgicamente que me sentará nuevamente, saco de su overol una navaja y me dijo en un tono malévolo que nunca olvidaré, pórtate bien reyna y no te pasara nada malo, temblaba de miedo, el tipo comenzó a bajar el cierre de mi chamarra y a tocar mis senos por encima de la blusa, con ansia y lujuria, en ese momento, sabía que vendría lo peor, comencé a llorar y a suplicar, mis suplicas se convirtieron en gritos desesperados e histéricos, que fueron callados por una fuerte bofetada del tipo del overol, el chofer le grito chíngatela, al mismo tiempo que subía el volumen de la música para opacar mis gritos.

El camión siguió en movimiento, el tipo del overol me jalo fuertemente del pelo y me tiro en el pasillo del camión bocarriba, saco nuevamente su navaja y me amenazo, me advirtió que si ponía resistencia, me haría daño, paso la navaja cerca de mi cuello y me hizo una pequeña cortada, estaba aterrada, sentía que ese sería mi último día de vida, comenzó a subirme la blusa, corto mi sostén por en medio de ambos pechos y empezó a lamerlos con su boca de una manera desesperada, su barba me picaba los pechos, los lamio y estrujo hasta que sus instintos comenzaron a subir de tono, mientras me decía, que rica estás.

Desabrocho mi cinturón y el botón de mi pantalón, comenzó a bajarlo, lo saco de una de mis piernas, corto mi ropa íntima con su navaja nuevamente y la quito, comenzó a lamer mi vagina seca con mucha ansiedad, en ese momento puse mis manos sobre su cabeza y lo empuje para alejarlo, pero esto solo lo molesto más y me tomo de los cabellos y azoto mi cabeza contra el piso, en ese momento sentí que salía un poco de sangre de mi cabeza, sintiéndose molesto, me advirtió que si lo trataba de detener nuevamente, me haría daño con su navaja, que esta era la última advertencia, moría de miedo.

No tuve más opción que dejar que ese maldito cerdo continuará lamiendo mi vagina, pero solo fueron pocos minutos más y cuando dejo de hacerlo, temí lo peor, comenzó bajando el cierre de su overol y bajando la parte superior del mismo hasta debajo de la cintura, el maldito cerdo, pesaría más de 100 kilos, tenía un aspecto sucio y desagradable, asimismo saco su pene, que era pequeño, pero grueso, ya estaba empalmado y listo para hacerme sufrir, sin pensarlo más y dejándose llevar por sus malditos instintos, se acercó a mi vagina toda llena de saliva y metió su pene lentamente, comenzó a moverse dentro de mi despacio y empezó a gemir y a decirme cosas desagradables, como que rica estaba y que ya me había soñado así y no sé qué más, no duro mucho afortunadamente, pero termino derramándose dentro de mí, al mismo tiempo que dejo caer su asqueroso cuerpo sobre el mío aplastándome, poco minutos después se levantó, se acomodó el overol y se fue.

Llegó hasta donde se encontraba el chofer, poco después este paro la marcha del camión y ambos se dirigieron hacia a mí, estaba temblando de miedo, comenzó mi segunda parte del sufrimiento, el chofer me tomo del cabello y me jalo violentamente hacia arriba, me coloco de rodillas sobre el pasillo del camión, bajo su cierre, saco su miembro erecto y comenzó a orinarme, me dijo que una niña buena y decente no andaba a esas horas en un camión sola, que era una puta buscahombres, sedienta de sexo salvaje, guarra y no recuerdo que más cosas humillantes y que él me estaba convirtiendo mis sueños y deseos en realidad, yo por dentro lo maldecía y trataba de quitarme del chorro de su orina apestosa, pero me sostenía fuerte del cabello lastimándome de manera horrible y no me dejaba mover, terminó de orinar y me soltó del pelo y me aventó al piso nuevamente.

Desabrocho su cinturón, bajo su pantalón y los calzones, se los quito y me indico que le mamara la verga, me amenazo con la misma navaja del tipo del overol, el cual ya se encontraba detrás mío sosteniendo mi cabeza, comenzó a meter su asqueroso miembro en mi boca, era largo, pero delgado, sabía horrible, sucio y a orines, el tipo del overol comenzó a mover mi cabeza con su miembro en mi boca de manera rítmica, mientras el tipejo del chofer, me decía que era una buena puta, que era una loba en celo y me dijo que me dedicará a ser puta, comencé a mamarla mejor, pensando que si lo hacía venir, mi sufrimiento terminaría, pasaron varios minutos y me rendí, mi boca estaba cansada y no quería continuar ya.

El maldito chofer saco su pene de mi boca y se sentó sobre el asiento donde yo venía sentada y me indico que me acercará, me quede paralizada por uno segundos, esto provocó que el tipo del overol me arrastrará de los cabellos hacia el chofer y entre ambos hicieron que me montará sobre su asqueroso miembro, me empezó a penetrar más rápido de lo que lo había hecho el tipo del overol, me subía y me bajaba rápidamente, su miembro era bastante largo y me lastimaba mi vagina, me dijo que era la mejor puta que se había cogido en mucho tiempo y que lo mejor de todo es que no le cobraría, reía malévola y sínicamente, así continuo por varios minutos más, los cuáles rogaba que terminarán ya, duro mucho más tiempo que el tipo del overol, sentí que no terminaría jamás, comencé a llorar de manera desconsolada y desesperada, indignada por la rabia e impotencia, me dijo en tono burlón deja de llorar perra sucia, andabas buscando fierro y chupar pito y lo tienes, así que deja de llorar, comenzó más violentamente su manoseó en todo mi cuerpo, estrujo mis senos de manera salvaje, después de varios minutos más, termino dentro de mí abundantemente, me quito de encima y me ordeno que me vistiera.

El chofer se vistió rápidamente y comenzó a gritarme que me vistiera, dado que yo estaba paralizada y casi en estado de shock, el tipo gordo del overol, tomo mi tanga y mi sostén y me dijo que serían su recuerdo, guardándolos en su bolsa trasera del overol, me puse la demás ropa que quedaba y me senté en el asiento llorando.

El tipo del overol me arrebato mi pequeño bolso de mano y comenzó a sacar mis pertenencias, buscó mi credencial para votar y se la entregó al chofer, el chofer se la llevo a su asiento y comenzó a conducir nuevamente, tomaron rumbo hacia el Rosario, pasaron por el paradero y no se metieron en él, comenzaron a conducir por el D.F., se acercó a mí el tipo del overol y me dijo, reyna la llevaremos hasta la puerta de su hogar, en mi rostro se tornó el asombró, estaba llorando recogida en el asiento, mientras el tipo del overol me decía, que sí quería ser su novia, que el vendría a visitarme todos los días y me haría suya en un hotel de paso, estaba aterrada y quería morirme en ese momento, después de un largo recorrido por fin llegamos a mi casa y se detuvo el camión.

Antes de bajar del camión, me tomaron del cuello fuertemente y me advirtieron que si los denunciaba, matarían a mi familia, que me estarían vigilando y nos investigarían, que me violarían muchas veces más, por último me tomaron el cabello y me aventaron por la puerta delantera del camión, caí al piso de rodillas, arrancaron el camión y afortunadamente nunca volví a saber de ellos.

No denunciamos por temor a que nos hicieran daño, mi mamá me vio entrar llorando y con la ropa rasgada, estaba preocupada, corrí a sus brazos y la abrace, le conté lo sucedido, solo me abrazo más fuerte y lloro junto conmigo por varios minutos, nos cambiamos de casa para no vivir más con miedo y tratamos de seguir adelante con nuestra vida.

La violación sufrida definitivamente afecto mi vida radicalmente, ahora me he vuelto fría, insensible y hasta un poco seria, ya no puedo disfrutar más que el sexo con personas que no amo, deseo sentirme usada, sacar algún beneficio del encuentro, si no me siento insatisfecha sexualmente, vacía y ansiosa, definitivamente aunque ese momento cruel y doloroso no lo disfrute, ni le deseo a nadie en este mundo que pase por lo mismo, hizo que algo en mí cambiará para siempre mi vida sexual.

Lo vimos nos gusto lo compartimos

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