Ruidos que no son ruidos

Todo el cuarto en un silencio habitual. Me despierta el sonido inóspito en la habiatación. Acerco mi oido a la pared y los ruidos, no son ruidos...


Estando todo el día en el trabajo, apenas conozco quienes son mis vecinos. Sin embargo este fin de semana pude ver como se estacionaba una camioneta a descargar cosas en la casa vecina. Un señor y su esposa ayudando a descargar elequipaje y otras cosas a su hija que se mudaba. Se me hacía raro puesto el ciclo escolar iba a la mitad del semestre pero al tener cerca una universidad, supuse que le convenía vivir más cerca. La joven de cabello castaño largo y semiondulado, ojos miel escondidos detrás de unos lentes de "hipster", su piel es clara y un físico delgado. Su apariencia la hacen pasar desapercibida, con una chamarra de mezclilla, libros entre sus brazos, playera blanca, jeans rotos y converse azules; hacen ver a la chica como de esas jóvenes que se la pasan todo el día en la biblioteca leyendo con un café por horas.

Después de un largo viernes de trabajar, lo único que pienso camino a mi hogar es tomar una siesta, tomar el control de la TV y ver mi serie favorita. Como siempre, voy llegando cuando comienza a caer el atardecer. El abrumador calor de un día de primavera comienza a refrescar al sentir como el cielo se comienza a oscurecer.
Estaciono mi coche y veo como la luz de mi casa vecina se apaga. Es raro pues en el tiempo que la chica lleva viviendo ahí, todos los viernes se regresa con su familia. Estoy tan cansado que le tomo poca importancia y entro a mi casa.

Mi hogar es pequeño, tiene todo lo necesario para vivir. Voy directo a mi cuarto listo para acostarme. Veo como la luz por la ventana se hace cada vez menor hasta llegar a dejar el lugar en penumbras. Me despojo de la camisa y el pantalón y me desplomo en mi cama.

Sumido en lo más profundo de mi subconsiente, un ruido inusual comienza a invadir mi sueño y despertarme. Me siento sobre mi cama procurando salir de mi trance y enfocarme del origen de aquel sonido que me despertó. Conforme pasa el tiempo, el ruido se hace más claro. Es un sonido constante, con altibajos provenientes del muro a lado de mi cama. Me quedo mirando fijamente y decido acercarme a la pared. Un golpe se hace escuchar mientras el sonido constante se hace más intenso. Pego mi oido al muro y de inmediato puedo sentir como toda la sangre se concentra en mi verga que está completamente dura.

Los gemidos de placer de una mujer se escuchan rezonar por mi oido y mi cabeza comienza a dar vueltas al pensar de quien se trata. Mi nueva vecina con punta de niña buena, que siempre la veía salir temprano a la universidad cargada de libros y sus lentes hipster andaba siendo cogida. Sentía cada punzada en mi miembro totalmente erecto. Petrificado junto a la pared, no podía hacer nada más que seguir escuchando cada gemido y grito que mi vecina hacía.

Su voz se entrecortaba interrumpida por gemidos. Alcanzaba a escucha como le pedía que no parara, gemía intensamente de placer y excitación. Mis ojos se cerraron mientras saqué mi verga del boxer y empece a masturbarme. Jamás me había excitado tan rápido y de esa manera. Nunca creí escuchar a mi vecina con pinta de inocente gritar de lujuría y placer mientras alguien más la penetraba. Lo que hubiera dado por ser yo quien la estuviera cogiendo. Los sonidos se hacían más intensos, la cama se escuchaba golpear contra la pared a un ritmo creciente. Imaginaba la escena de sexo intenso, mi vecina con las piernas abiertas, sus tetas pequeñas pero firmes rebotando mientras es embestida una y otra vez. Con los lentes totalmente empañados de tanta excitación en su habitación.

Hay un silencio momentaneo y mientras aguardo a escuchar, mi vecinita dice tres palabras que hacen que mi verga se ponga aún más dura: "Haz tu puta". La inocente estudiante universitaria que llegó a vivir solo hace dos semanas es una adicta al sexo. Nuevamente cierro los ojos y pienso en aquel cuerpo de piel clara desnudo, pidiendo ser la puta de alguien mientras su vagina se encuentra húmeda y lista para otro encuentro. Escucho un golpe contra la pared justo en el lugar donde estoy espiando. Puedo darme cuenta que se encuentran en esa parte d ela habitacion pues la voz de mi vecina es más fuerte,. "Si papi, ¡dame duro! Así ahhh ¡que rico!" Por la intensidad y unos roces contra la pared puedo dedicir que si amante la tiene con las manos apoyadas a la pared cogiéndola a espalda. Me separo un momento y meintras miro fijamente aquel muro, intento hacerlo invisible para imaginar dicha escena sexual.

Ella apoyando ambas manos, sus tetas moviéndose adelante y atrás, con unos pezones rosas firmemente duros, sus ojos cerrados y jadeando de placer mientras por detrás se la meten a un ritmo cada vez más velóz. Sacudo mi ya muy gruesa verga mientras sigo escuchando los creciente gemidos y gritos de esa putita vecina. Me acerco nuevamente para escuchar con más atención. "Si papi, ¡no pares!" y en plena acción lujuriosa, se escucha una fuerte nalgada seguida de un gemido de placer. "Si, dame más. ¡Quiero que me dejes el culo rojo! Si ahhh. ¡Mas papi!"

Cada palabra que salía de su boca me excitaba aún más. Empapado de sudor y sosteniendo mi muy erecto miembro, todo lo que puedo pensar es en como le encanta disfrutar a mi vecina. Imaginar su culito redondo enfrente de mi, mis manos firmes apretándolo mientrascon mis dedos recorro sus senos y sigo en aquel juego sexual siendo su papi. La intensidad comienza aumentar, sus jadeos y gritos se vuelven tan ensordesedores que me separo de la pared. "Si ahhh, dame más, ¡ohhh si!, ¡No pares!" Mi mano no puede controlar las ganas de saber que está apunto de llegar al climax aquella vecinita que de tiene todo de santa pero en el sexo es toda una ninfómana. Me quedo mirando fijamente a la pared cuando escucho un largo y pronunciado "Ahhhh" proveniente de la casa de mi vecina y sin más, suelto todo mi semen caliente contra la pared. Los chorros salen disparados en todas direcciones mientras pienso que, sino fuera por aquel muro, todo mi sexo la hubiera cubierto en su cara de angel perverso, sus tetas pequeñas con pezones rozados y ver como salpico su boca.

La habitación queda en silencio. Todo parece haber sido un sueño. La sensación de placer y excitación en mi cuerpo comienza a regresar a un punto de tranquilidad. Me derribo en mi cama completamente desnudo y entro en contactoc on mi subconsiente...

Es sábado por la mañana. Despierto temprano, tomo una ducha, me arreglo listo para salir a visitar a mis padres. Salgo por la puerta y me encuentro de frente con la universitaria hipster que vive en la casa de alado. Es imposible mirar aquel cuerpo angelical como lo veía desde antes de lo de anoche. Se queda quieta mirámdome, me sonríe de una forma muy peculiar y solo dice un suave y ligero "Hola" antes de cerrar la puerta de su casa. Sin duda ambos sabemos lo que pasó anoche, con nuestras miradas cruzadas en fracción de segundos nos digimos todo. No creo que vaya a ser la útlima vez que escuche ruidos que no son ruidos en la habitación de a lado.

Peter D.

Los comentarios siempre son bienvenidos. Espero te haya dejado excitad@

3 comentarios - Ruidos que no son ruidos

vergacorti +1
Esta bueno. Siga asi. Puntos para usted
Peterboy2
Oh muy amable por los puntitos. El próximo fin espero tener otro relato. Saludos
kramalo
bien caliente tu relato..!! hay una parte que me quedó la duda..."Salgo por la puerta y me encuentro de frente...."
Te comento, que yo cuando salgo de mi casa, salgo por la ventana, siempre...jeje..!!