Cojiendo a mi ex secretaria en el Ideal.

Bueno, después de un largo tiempo retomo el relato de los encuentros con mi ex secretaria.

Después de terminado el periodo de clases de los chicos, Hilda mi mujer me preguntó si yo no tenía problemas en que viajara a Austria a ver a su mamá y le dije que no porque en tal caso yo viajaría para pasar las fiestas juntos (y darle el gusto a su madre de sentir nuevamente mi poronga adentro).

Un par de días después de que se fueron, decidí llamar a Mariana, mi ex secretaria, para salir a tomar algo y después ir a ponerla. Ni bien le ofrecí salir me dijo que sí y quedamos en juntarnos el jueves, porque era mejor un día de semana y a la noche en el centro ya hay poca gente.

Nos encontramos nuevamente en el Petit Colón frente a los Tribunales y charlamos mucho más de lo que yo pensé y cuando me di cuenta ya llevábamos tres horas sentados sin movernos. Estaba hermosa, se había vuelto a cortar el cabello muy cortito y, como nos habían dicho la última vez que nos encontramos le daba aspecto de un travesti muy lindo. Estaba vestida con pantalones y un blusa con una camisola suelta, lo que hacía que disimulara mucho sus hermosísimas tetas y llevaba una especie de morral.

Cuando vimos la hora fuimos directo al grano y le dije si quería que fuéramos a un telo y me contestó que no, que quería ir al cine porno que habíamos ido la última vez o a otro, para repetir la experiencia. Al pasar por Diagonal Norte vimos que el cine porno de ahí ya no estaba más y que ahora lo había reciclado, por lo que le dije que en Suipacha y Corrientes estaba el Cine Ideal, que había leído sobre él y que me parecía que ahí se ponía interesante. Aceptó enseguida.

Entramos y el lugar tiene el aspecto similar a todos los demás cines, pero las puertas de vidrio son opacas y no se ve para adentro. Sacamos las entradas y el que controla nos saludó "buenas noches señores" y nos indicó que ahí abajo había dos salas gay y arriba tres salas hetero. El saludo después nos hizo reír.

Ella decidió que entráramos a las salas gay para ver que pasaba. La sala mas chica estaba totalmente vacía y había una película de tres vergudos dándole a otro que gemía tanto que parecía que la pija le saldría por la boca.

La otra sala era muy grande y oscura y nos quedamos por el fondo apoyados contra la pared para acostumbrar nuestros ojos al cambio de luz. Después de un minuto comenzamos a notar los movimientos y vimos cojer a un par que estaban a unos metros de nosotros. Ella se puso como loca por ir a ver.

Nos fuimos acercándonos despacio para no molestar que no nos echaran. Enseguida, el que estaba siendo culeado la miró y le dijo por encima de los gemidos de la película "vení que te la chupo porque nunca se la chupé a un travesti" y ella con una sonrisa le hizo señas que no. Yo notaba que eso le puso presión porque su teta apoyada en mi brazo latía muy fuerte. Se puso de rodillas y comenzó a chupármela, eso hizo que el que se la estaba poniendo al otro acabara enseguida con unos movimientos que parecía que se caía muerto. Desaparecieron rápido y ella paró, dejándome la verga muy dura y haciendo carpa en mi pantalón.

Decidimos ir arriba y fuimos derecho al baño porque ella quería orinar, pero lógicamente solo había habilitado baño para hombres. Por suerte estaba vacío y ella entró en un habitáculo y yo al mingitorio, enseguida me llamó desde adentro porque no quería sentarse y tenía miedo de resbalar. Entré y la sostuve de los brazos mientras estaba parada sobre el inodoro.

Al ver como orinaba mi verga casi se sale por encima del cinturón y ella lo notó y sonrió con piardía; sacó un pañuelo de su morral y se secó. Ni bien se paró para bajar no la dejé y comencé a lamer su vagina para dejarla tan caliente como estaba yo, haciendo que en menos de un minuto acabara y su flujo mojara mi boca. Volvió a secarse y salimos. Cuando abrí despacio la puerta, vi que había un tipo en el mingitorio mas cercano pajeándose; era evidente que escuchó nuestros gemidos y le entró a dar manija. Mariana se rió despacito.

Nos fuimos a ver las tres salas y en todas se notaba acción, en la mas chica había varios tipos parados a los cuales los que estaban sentados les chupaban la verga. En la última que hay subiendo se veía a uno en la primera fila que estaba con los pantalones bajos sentado encima de otro subiendo y bajando frenéticamente y en la segunda fila varios tipos pajeándose mirando esa escena y no la película.

Nos sentamos en la anteúltima fila para que no viniera uno a masturbase y nos dejara el regalo a nosotros. La película se veía muy clara aunque era mala. Nos besamos y manoseamos un rato pero el lugar no daba como para ponerla bien. Decidimos y a la sala que todavía no habíamos ido y nos encontramos con un lugar grande con butacas en escalera y arriba de todo un descanso espacioso. Allí nos fuimos.

El lugar daba para todo. Caminamos entre parejas de hombres en bolas que se chupaban o daban unos a otros y a un tipo que estaba haciendo gritar a un pendejo porque se la ponía brutalmente. Ella quiso mirar como el pendejo se quejaba pero le pedía que no parara y me dijo que no entendía como podía gozar con el dolor. Ahí nos quedamos y comenzamos a coger contra la pared y después ella se agarró de un caño -parecido a los antiabalanchas de las canchas- y yo desde atrás de la puse. Traté de durar, pero entre la calentura que ya me había agarrado, el entorno que teníamos y la película, no pude. Yo acabé una vez pero ella como tres seguidas.

Cuando terminamos me dijo que la experiencia era suficiente pero que quería sacarse bien la calentura y nos fuimos a su departamento en Palermo. No pegamos un ojo en toda la noche y hasta probó eso de gozar con el dolor. Me hizo simular como que la violaba por el culo y tuve que taparle la boca cuando acababa porque sino la administración del edificio le haría quilombo. Demás esta decir que le quedó el culo como para chupar naranjas, pero aún así me dijo que nunca había acabado de esa forma, algo que sigo sin entender hoy día.

Obvio que me fui al negocio casi sin dormir pero no me quedaba una gota de leche en los huevos y durante todo el día se me aflojaron las rodillas por la actividad. Nos encontramos varias veces más durante antes de que yo viajara para las fiestas. Al volver me comentó que su novio le pidió matrimonio y le dijo que sí. Dudamos en si volveríamos a salir, pero dejamos la puerta tan abierta como yo le dejé el culo.

Cuando tenga tiempo y ganas, les cuento sobre mi nuevo encuentro con mi suegra en su casa de Edelweiss -Austria-.

Espero que les guste y no se aburran por lo largo. Hasta la próxima.

4 comentarios - Cojiendo a mi ex secretaria en el Ideal.

elledany
🙄 🙄 🙄 😀 😀
Bichi37
Excelente relato, me encantó 🔥 🔥