El coje putos

Qué tal, ésta historia puede o no ser real. Puede que se identifiquen con alguna experiencia que hayan tenido o que en el fondo desearían tener. Mi nombre es Franco, hombre de 25 años, atlético, algo agraciado y gozo de una verga de 19 cm, ni muy chica, ni muy grande, lo normal.

Mi vida sexual desde los 15 años ha sido activa, con sus baches normales pero siempre con alguna amiguita con quien pasar un rato agradable. Hasta bien entrado en los 20 me consideraba un hombre normal que gustaba de las mujeres, sobre todo de aquellas que poseen un hermoso culo, debo decir que poco me importa si son morenas, rubias, altas o bajas, tetonas o sin tetas siempre y cuando tengan un culo de ensueño. A pesar de ello, me gustaba, de vez en cuando mirar vídeos de shemales o porno gay, por el simple placer de ver placer en otros cuerpos. Fuera de eso debo decir que mi heterosexualidad era total.

Siempre he considerado que si una mujer te deja que le rompas el ano es porque antes haz hecho un buen trabajo metiéndole la verga por el coño y dado buenas mamadas y provocado en ella orgasmos, de lo contrario jamás llegarás hasta ese deseado lugar. Cualquier hombre que diga que no disfruta de meterla en ese estrecho orificio miente o es un completo imbécil. Como ya dije gustaba de mirar vídeos de shemales o gays atraído por la curiosidad de qué se sentiría cojerte un putito. Así pasaron los años hasta que me animé a cumplir aquella fantasía y a conocer a Julieth.

Como todo aquel que siente la necesidad de llevar a la realidad sus fantasías busqué paginas en internet que dieran consejos, lugares en dónde poder conocer gente, precauciones de tener sexo casual en una comunidad diferente a la comunidad hetero. Así fue que dí con una que describía lugares bastante sofisticados y que garantizaban la sanidad de las personas que los frecuentaban. Así que un fin de semana me animé a tener un tour por aquellos lugares con la intención de ir explorando el territorio hasta encontrar uno a afueras de la ciudad con un ambiente bastante discreto y sofisticado.

El lugar era bastante elegante, con sillones de piel negra, lamparas con media luz, alfombrado, en fin. elegante el sitio. Cuando llegué hombres, trasvestis, transexuales y uno que otro curioso como yo estaban ahí, la verdad no habría más de 15 personas a pesar de que ya casi daba la media noche. Me acerqué a la barra a pedir un trago con la intención de explorar visualmente el territorio y esperar alguna oportunidad con alguien que me agradara. En unas horas un par de hombres se me acercaron con la intención de invitarme algo y llevarme a las habitaciones de arriba, como buen novato desprecié las solicitudes porque me parecieron bastante ajenos además porque lo que buscaban era una funda para meter sus fierros, lo mismo que yo. Parecía que iba a fracasar en mi primer intento, por lo que decidí ser yo el que abordará a alguien y si no tenía suerte me retiraría del lugar con el honor por los suelos y sobre todo con las ganas de romper un culo.

Así fue que me acerque a uno de los sillones en donde se encontraban dos travitas hermosas, supé que eran travas después claro está, bastante buena onda que respondieron a mi saludo de una forma amigable y con intención de seguir la platica, Les invité un par de tragos, eran asiduas al lugar por lo cual notaron mi extraña presencia de inmediato. Sus nombres eran Alondra y Julieth; Alondra una pelirroja de 19 años, tetas operadas grandes, piernas torneadas y una cinturita con un culo divino, pero fue Julieth por la que me había acercado, morena de pelo negro que le llegaba hasta la cintura, de ojos verdes, labios gruesos, un culo monumental, tetas pequeñas, de mediana estatura, de 22 años, vestía un top, minifalda amarilla y tacones del mismo color, un sueño el putito vestido de mujer.

- ¿eres nuevo en este ambiente verdad? se te notan los nervios y las ganas en los ojos, cariño- dijo Julieth después de mi saludo.
- La verdad es que sí, nunca he estado en lugares así, pero no quería morir sin conocer este lugar- respondí como un verdadero estúpido mientras no deja de ver sus piernas
- ¿y qué te gusta que te empotren, empotrar, mirar o disfrutar? - me dijo Alondra con una voz de gatita en celo.
- Pues hasta esta hora soy heteresexual, pero me encantaría disfrutar cosas diferentes- volví a responder patéticamente.
- Amor, pero es tan diferente en tu condición dejar que te metan el pito por el culo que darle tu trozo a unas bellas damitas como nosotras- Dijo Julieth con un tono casi materno en su voz.
- si es así, me encantaría entregarle mi caldo a unas boquitas tan deliciosas como las suyas- le respondí mientras sobaba sus piernas de ambas.
- Pendeja, a este me lo cojo yo- Le dijo Julieth a Alondra de una forma emocianada mientras me tomaba de la mano y nos dirigíamos a la parte de arriba.

Caminamos cruzando el salón, nos acercamos a la maquina expendedora de condones y sacamos algunos, tomamos rumbo a las escaleras, a la mitad de ellas Julieth se inclino sobre los escalones dejándome ver su hermoso culo enfundado apenas en un hilito de color roja de encaje; la tome de las cadenas y pase mi lengua por primera vez por el ojete de un hombre trasformado en mujer, en esa posición podía ver su verga que ya se mostraba semierecta, ronroneo como una gatita la muy putita.

Tomamos una pieza, entramos y Julieth comenzó a acariciarme el paquete
- Debemos tener cuidado o me puedes romper toda con este trozo. Debes cuidar de mí, soy toda una niña de casa, una damita, papito. - Me decía, aunque muy en el fondo pensaba que deseaba todo lo contrarío, pensaba que quería que la tratara como a una perra, como una puta, como a una mujer.
- Claro, te voy a romper con todo el cuidado del mundo, cachorrita-

Nos comenzamos a besar, mientras acariciaba su culo, me tenía a mil la putita, le quería arrancar la ropa y meterle la verga sin compasión. Disfrutar de toda ella, hacerla sentir como toda una mujer, como lo que deseaba ser, quería que por primera vez conociera macho. De repente dejó los besos y se puso de rodillas, desde abajo me miró con unos ojos de niña inocente, como si me fuera a pedir perdón por le tremenda mamada que iba a realizarme.
Bajo mi pantalón junto con mi calzón hasta las rodillas, se quedó mirando fijamente mi trozo de carne morena, sopeso mis huevos en sus manos, los acarició hasta casi con amor antes de pesarle su lengua, me lamió desde los huevos hasta la cabeza, disfrutando de cada centímetro de mi tronco, me rendía un tributo monumental con su lengua. Se la metió hasta el fondo, la cabeza de mi verga tocaba su garganta, la mantuvo unos segundo hasta que empezó a dar arcadas, aunque la muy puta no la sacaba, yo estaba en un éxtasis total. La tome por el cabello y le comencé a cojer la boca de una una manera brutal, quería hablar pero no la dejaba, tenía la boca llena de mi carne. Por momentos, se la metía hasta el fondo hasta provocarle arcadas y lagrimas en sus ojos.

Me tenía fuera de mí, estaba gozando de esa boca como con ninguna otra. La tome de los brazos fuertemente, la levante como un trapo del suelo, y la aventé sobre la cama individual que había en la habitación, sin decirle más, le arranqué la tanga
-Eres un puto cabrón, ¿tenías ganas de trava, verdad pendejo? Eres un puto semental de mierda, lléname el culo de carne ahora, hijo de puta- Me decía Julieth aún con lagrimas en sus ojos
-¿soy un puto? Para nada perrita, el puto eres tú que estás dejando que te meta la verga como toda una mujercita- Mientras le decía esto escupía en mi mano para lubricar su ano, escupí nuevamente y me sobe la verga aunque ya la tenía bastante lubricada por toda la saliva que me había dejado de su mamada.
- Ahora si vas a saber lo que es un hombre, pendejo de mierda-
Encontré una resistencia en su ano, aunque se veía que ya lo tenía bastante entrenado. Empuje de una forma violenta y Julieth soltó un grito que llenó toda la habitación, comencé a bombear frenéticamente, estaba como poseído cojiéndome a esa travita, la tome por el cabello y comencé a cabalgarla, la muy puta no dejaba de gritar, una mezcla de dolor y de placer llegaba hasta mis oídos.
-Sí, rompeme, rompeme, trátame como mujer, hazme mujercita-
Seguía con un bombeo violento, hasta que la vi que se estaba pajeando
-¿quieres venirte, cerda?- Le decía mientras le pegaba unas tremendas nalgadas con una mano mientras con la otra seguía sosteniendo su cabello.
-Hazme venir, pendejo.
En ese momento comencé darle más fuerte, pasé mi mano por debajo de ella y la comencé a masturbar hasta que sentí su semen en mi mano; de inmediato llevé mi mano hasta su boca para que se tragará su propio semen.
-Dame más... quiero todo... tu caldo de hombre- me decía interrumpidamente mientras trataba de limpiarme la mano con su lengua.

Casi como una orden, obedecí. Ya no aguanté más después de este rato salvaje de estarme cojiendo mi primera trava. Solté grandes chorros sobre esas nalgas morenas, Julieth pasó su mano por sus nalgas y espalda tratando de juntar la mayor cantidad de mi semen para tragárselo.
-Eres increíble, tú sí sabes como tratar a una damita como yo- Me decía con una sonrisa mientras bajaba para limpiarme la verga
-La increíble eres tú, por dejarme romperte el ano, aguantas más que cualquier niñita pendeja de por ahí-

Nos dimos un duchazo en el cual ella jugaba amorosamente con mi verga y yo metía mis dedos en su ano y de vez en cuando le daba unos dos o tres jalones a su verga. Decidí llevarla a su casa. En el camino platicamos de todo, intercambiamos teléfonos, nos agradamos. Sin saberlo, Julieth, se iba a convertir en mi maestra en el mundo de las relaciones homoeróticas, ella sería la principal pero vendría acompañada de gays pasivos, de trasvestis, transexuales, drag queens, mujeres bisexuales, lesbianas, todxs ellos siempre intercalados con alguna que otra mujer hetero de buen culo. En definitiva Julieth me había demostrado que mi papel era ser activo, así fue que me convertí en un coje putos, como me decía ella de cariño.

Espero les haya gustado, perdón si la extensión es demasiada pero quise hacer un buen relato. Disfrútenlo. Puntos y comentarios sean agradecidos desde ya.

2 comentarios - El coje putos

josegroso
muy bueno... 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤