La Señora Maria Marta.

La Señora Maria Marta

Trabajaba en una empresa donde había unas 300 personas de distinto sexo, digamos un 50% de hombres y un 50% de mujeres.
En esa época, tenía 30 años y me desempeñaba en la parte de soporte a usuario de informática y tenia a cargo a 4 chicos jóvenes que atendían requerimientos de los usuarios.
Había una señora que se llamaba Marta que tenía a cargo un sector donde había unos 8 cadetes que hacían trámites, los que decían que tenía un carácter fuerte y por ese motivo tenia a cargo a este grupo de chicos tan jóvenes y los manejaba muy bien.
Esta señora tendría unos 40 años, era flaca, alta, pelo largo y algo que llamaba mucho la atención: unos pechos que no eran ni grandes ni chicos, pero que ella siempre hacia que llamaran la atención por las blusas ajustadas que usaba, las camisas que dejaban siempre ver un poquito y algunos escotes que a veces cuando se sentaba o inclinaba dejaban ver más.
Yo no tenía mucho trato con ella, pero cuando me la cruzaba o hablábamos por los pasillos o en alguna reunión, tenía que hacer un esfuerzo para mirarle los ojos, ya que mi mirada siempre se desviaba a sus hermosas lolas.
Sucedió en cierta ocasión, que se me citó a una reunión en la cual participaron responsables de distintos sectores y ella fue citada por el tema de distribución de cierto material. Tenía una blusa color fucsia y estaba enfrente de mí en la mesa de reunión, y mi mirada se me iba a su escote, intente hacer un esfuerzo pero sus senos eran tan hermosos y siempre fueron mi debilidad los pechos de las mujeres. Cruzamos miradas dos o tres veces y me sonrió. Intenté concentrarme en otras caras, evitando ser tan evidente en esa debilidad que me hacía sentir esa
atracción por mirar.
Luego de la reunión, sonó el interno de mi oficina y era ella que me decía que necesitaba mostrarme algo de la computadora, le dije que le mandaría a uno de los chicos ahora y ella me dijo que prefería que lo habláramos ella y yo personalmente y que fuera al final de la jornada laboral. Así quedamos para las 19 hs. Me acerqué a su oficina y sus cadetes se estaban yendo, me hizo señas que esperemos que se vayan para poder charlar más tranquilos. Asentí con la cabeza a su pedido.
Una vez que se fueron, me pidió que me sentara en su computadora que ella me quería mostrar una duda que tenia. Me senté y mientras miraba ella se apoyo sobre el escritorio a mi izquierda y me hablaba de una supuesta falla que veía en el sistema. Cuando giré la mirada para contestar, tenia ahí a unos 30 centímetros su escote, que con la inclinación hacia mas tentadora la mirada y no podía dejar de mirar. Hice un esfuerzo por escucharla y no mirar. Gire mi cabeza a la PC. Me estaba calentando y no quería ser tan evidente. Ella parecía no notarlo y si lo notaba, no hacía nada para cambiar de posición.
Volvió a preguntarme algo y al mirarla a los ojos y ella así inclinada, y otra vez me costó un esfuerzo no mirarle el escote.
Ella lo notó por que dijo "…parece que al señor le gusta mucho mirar…". En ese momento volví a girar la mirada al monitor y como un chico que acaban de retar le dije "…discúlpame no me di cuenta, perdóname...".
Ella se sonrió y me dijo, que le encantaba eso que provocaba en ciertos hombres y que ella había notado mi esfuerzo en la reunión por no mirar su escote. Mi corazón latía a 1000 por hora, esto que me pasaba parecía un sueño.
Entonces ella giró mi silla giratorio y se inclino hacia mí y me dijo "…si te gusta tanto mirar, acá tenés para mirar todo lo que quieras. No tengas miedo que estamos solos y nadie va a venir…".
Quedé hipnotizado antes esos pechos. Ella me dijo "…parece que te gustan mucho…", asentí con la cabeza, y continúo hablando "…seguramente debes querer tocarlos, acariciarlos, besarlos…. ".
Yo tomé eso como una invitación pero apenas comenzaba a acercarme me detuvo en seco y me dijo "…No, no, no, solo podes mirar, tal vez te deje tocarlos después y si te portas muy bien tal vez besarlos…. ¿Está claro bebe?". Como un niño asentí con la cabeza, estaba entregado.
A continuación ella me dijo cuales eran las reglas, "…vos no harás nada que sin antes pedir permiso y sin que yo te lo ordene… no moverás un musculo sin mi permiso… y de no cumplir con estas reglas terminamos todo y cada uno a su casa.
¿Está claro?" , me dijo con vos sensual, femenina pero con autoridad. Asentí con la cabeza y me dijo: "… ah… además, de ahora en más y cuando estemos solos, para vos seré: la Sra. María Marta ".
Una vez que acepté todas sus condiciones me preguntó si estaba muy excitado ahora y si cuando estaba solo me acordaba de sus pechos, ya que ella sospechaba que yo fantaseaba con su cuerpo.
Le contesté que sí, que estaba muy caliente y que muchas veces fantaseaba con sus lolas y que me calentaba mucho cuando me acordaba de ella. Luego me pregunto si me masturbaba pensando en su cuerpo y … muerto de vergüenza le dije que sí.
Entonces ella me ordenó que me bajara los pantalones, me sacara el bóxer y me volviera a sentar en la silla.
Ella volvió a acercar su escote a mi cara y mirando mi pene, me dijo que sería una lástima no aprovechar esa linda erección que tenia. Entonces, no sé de donde saco un preservativo y me lo entrego y me ordeno, "ponete esto, ¡ya!"
Mientras me lo ponía, ella me dio la espalda se sacó sus pantalones, se saco una hermosa tanga blanca que se le metía en la cola. Se dejo los tacos puestos y sin sacarse la blusa se fue sentado sobre mi pene dejando sus lolas a centímetros de mi cara. Me hizo gemir de placer cuando lentamente me hacia entrar en su conchita que estaba muy húmeda y caliente.
Una vez adentro me dijo que no podía tocarla, solo tomarla por la cintura y que ni se me ocurriera acabar sin su permiso, porque sino esa sería la última vez que nos veríamos.
Así fue que ella comenzó a moverse sobre mí, mientras yo permanecía callado observado, abrazándola por la cintura, acariciando ese pequeño lugar que me había autorizado.
Mientras se satisfacía con mi pene, me decía que ella decidiría si podía acabar y cuando. O me preguntaba si deseaba ver sus pechos.
Luego de un rato de estar moviéndose tuvo un orgasmo y se desplomó sobre mí y comenzó a moverse más despacio y me dijo que tenía puesto perfume en su escote, si quería olerlo. Le dije que sí y ella acerco mi nariz a sus escote, lo rozo con mi nariz, pude sentir el perfume y la transpiración, lo que me calentó mas.
Entonces María Marta, me preguntó si quería ver más y se saco la blusa quedando toda desnuda solo con el corpiño. Era esa clase de corpiños que les dicen push up. Y le quedaba muy lindo. Yo seguía excitado dentro de ella y cada tanto ella se movía o resfrejaba su pubis contra mí.
Entonces ella me indico que iba a dejar acabar, entonces comenzó a moverse, mientras yo miraba sus lolas, con deseo enorme de besarlas.
Entonces cuando estaba cerca se detuvo y me ordenó que le desabroche el corpiño y dejo sus tetas al aire y siguió moviéndose. Ahí le rogué por besarlas o tocarlas y me dijo que NO. Que no era el momento todavía.
Siguió moviéndose y cuando yo ya estaba cerca, sentí que debía pedirle permiso por acabar, cosa que hice… ella se sonrió con satisfacción, se ve que le encantaba ese juego.
Me dijo que ya podía acabar y que ella quería que al acabar mirara sus pechos así cuando estaba solo me acordaba de ella y sus lolas.
Así fue que empecé a acabar y ella aprovechando el momento comenzó a moverse más despacio para prolongar más mi orgasmo. Mientras acababa ella me miraba desde arriba disfrutando mi calentura y la manera en que me tenia manejado.
Una vez que acabe, acerco sus pechos a mi boca y me dijo "como te portaste bien, acá tenés tu premio, perrito, podes besarlos…" . Yo comencé a besar sus pezones y ella leyó mis pensamientos y me dijo "…también podes tocarlos…" Cosa que hice… mientras mi pene semi erecto seguía dentro de ella y ella resfregaba su pelvis contra mí.
Así estuvimos un buen rato mientras yo adoraba con mi boca sus lolas y las acariciaba. Mientras ella seguía refregando su pelvis y con una de sus manos acariciaba su clítoris. Así, ella tuvo otro orgasmo.
Luego ella me indico que fuera al baño a lavarme, me vistiera y volviera y ella hizo lo mismo en el baño de mujeres.
Una vez que nos encontramos de nuevo en su oficina, yo volví colorado por lo que habíamos hecho y a ella le dio mucha ternura y me dio un profundo beso en la boca y me dijo que lo había disfrutado mucho, que ella se había dado cuenta que yo iba a entrar muy bien en su juego por cómo me calentaba con su cuerpo y que quería que nos viéramos a jugar "su juego" cada tanto. Además me dijo que ese sería nuestro secreto y que nadie debía saber ningún detalle de la relación.
Así fue que nos despedimos y cada uno se fue para su casa.
Al día siguiente, la llamé a su interno y le agradecí por ese momento de juego y placer y ella me dijo que el placer había sido mutuo y que yo todavía no me había dado cuenta, pero que a partir de ahora yo le pertenecía y que si me portaba bien y accedía a sus órdenes, tendría una AMA para mucho tiempo.

Te espero en mi grupo sobre FemDom: https://ar.groups.yahoo.com/neo/groups/FemdomArg


La Señora Maria Marta.

5 comentarios - La Señora Maria Marta.

kramalo +1
muy bueno..!! tratá que no te lleve a su casa, porque te va a atar y vas a conocer a una sádica....jeje...suerte.
CarlosM_1964
Si me llevara a la casa no podria decir que no.
Te aseguro que con esa clase de mujeres, todo lo que sufris al final tiene sus compesaciones.
sebirra +1
Muy bueno master
CarlosM_1964
Me alegro que te guste, mirá mis otros relatos.
kramalo
te relei.....ja! pero te digo una cosa... si aun la tenes a ésta puta, agarrá un dia, la desvestís a la fuerza, rompele toda la camisa, arrancale la tanga y cogétela a la fuerza...éso es lo que les gusta a ésta..capaz de acabar antes de que se la pongas....
CarlosM_1964
Mira... yo no creo que ella disfrute de esa manera. Y si a ella no le gusta a mi tampoco.