Cuentos para un abañil, parte del combo.

Como para que me recuerden soy Mario, el albañil diplomado en otro relato que comparto con ustedes.
Mi experiencia sexual en el matrimonio, es casi calcada a muchos matrimonios, de novio la ponía hasta debajo de la mesita de luz, todos los días, los dos primeros años de matrimonio, se va espaciando la cosa, más tranquilo, tres o cuatro semanales, vienen los chicos y con suerte tenes un rapidito a media semana y el reglamentario sabatino, casi de memoria, calcados, por ahí levanta un poco en vacaciones; Por ahí en eso de incentivar buscando polvos gloriosos de antaño, una cena , ir a bailar donde tenes un montón de pendejas arrechas que justo cuando vos estas con tu mujer parecen querer darte bola y cuando regresas a casa, tu mujer se pone el camisón de monja, te da un beso en la mejilla, te agradece que paso una noche hermosa, que le duele los pies, se da la vuelta y se duerme, sin ni siquiera rezar su oración de las noches, te queres matar, no sé cómo se llega a eso, lo pienso y no sé cómo es que va pasando, es por inercia.
Sonia mi mujer, con su trabajo, dos chicos, la casa, el trato diario, fue perdiendo el apetito que le conocía de novia, hay que aceptar que es parte del proceso del tiempo, desgaste, rutina, sus “NO”, empezaron con los dolores, la cabeza, la cadera, los pies, me está por venir andres, recién se me fue, que cansancio que tengo, tengo que levantarse temprano, mañana me espera un día terrible o si quería algo que podía tener la contraria por mi lado, manejar con mucha astucia esa carta y después la que más me jodía en lo personal, fastidiarse por una pelotudez y sí me siento así, por culpa tuya, mía (obvio), sabes que no puedo, esa a mí, me ponía los huevos al plato, está bien no ponerla hasta lo aceptaba con obediencia jesuita, parte del combo, pero cuando se fastidiada por una tontera, cuando en realidad no quería tener relaciones, me superaba y no sé porque Sonia no lo decía, ella sabe que soy un albañil, que mi cabeza es como la mezcla, cuatro de arena por una cemento, así de simple, con decir Mario no tengo ganas, ni me lo tenía que explicar, claro que de hacer eso Sonia, me daba un motivo de peso o una razón para otras cosas y eso ni pensarlo.
La cuestión que con 33 años, la ponía espaciado, de normal para abajo, trataba de entender y poner de mi parte, pero la verdad uno poco a poco va perdiendo tolerancia y ganando calentura, poco a poco miras otras minas, tiroteas como para ver…
Teníamos una señora, empleada de varios años, que se encargaba de las labores domesticas de la casa, unos 40 años, de pronto un día, anunció que trabajaba hasta fin de mes, Sonia quería matar a alguien, todo se complica, esa señora se quedaba sola en casa con los chicos y esa sola situación lleva tiempo, además trabajaba bien y cocinaba rico, Sonia le pido casi rogándole que se quedara un mes más para ir buscando sustituta y la señora acepto, fácil deben haber venido 15 mujeres, yo no las veía, me contaba Sonia en su histeria, ni una se acercaba siquiera a sus pretensiones, faltando dos semanas aproximadamente, apareció una tal Cristina, que era el mal menor, que la estoy haciendo venir todo los días, que me agrada por el trato de los chicos y bla bla, me contaba Sonia, como si me digiera una receta de Lemon pie, me entraba por una oreja, limpita salía por la otra, la cuestión que termino quedando Cristina, yo no lo la conocía, pues me iba antes de que ella llegara y cuando regresaba, ella ya no estaba y Sonia, estaba sin quejarse, indicio más que evidente que todo normal.
Era el cumpleaños de Marcela, mi cuñada, hacía poquito que había sido mamá y ya estaba separada, Sonia para alegrarla un poco organiza una comilona familiar y amistosa, todas mujeres, me pide que haga un lomo relleno al horno y para ayudar le pide a Cristina que ese viernes noche, tenía que venir a ayudar y después de casi un mes de que ya trabajaba, conocí a la nueva empleada, no puedo dejar de recordar lo atónito que quede cuando la vi, pendeja 21 años, percherona, 1.60 mts, buenas gambas, la cola una cosa hermosa, ancas anchas, cachetes parados, cadera chiquita, dos tetas destacables, vestía esas calzas pegadas al cuerpo, que te comen la cabeza, remera ajustada, que te revela hasta esa pancita incipiente hermosa y tenia puesto el delantal de trabajo, cuando Sonia me la presento, me clavo una mirada fija, desafiante la pendeja, que cuando le dije mucho gusto, medio que se me trabo la carretilla, después en la cena, que fue en el quincho de mi casa, donde tengo el asador y un horno que le dicen chileno, que rinde bien con poca leña, yo andaba en mis cosas, mis cuñadas, mi suegra, amigas de marcela, como quince mujeres charlaban como si fuera la última vez en el comedor de adentro, Cristina estaba en el fondo conmigo sola, Sonia la había mandado a poner la mesa, preparar ensaladas y tareas varias asociadas…
-debe cocinar usted muy bien Don Mario, no me quiero imaginar con tantas mujeres lo que le puede suceder si la comida no sale bien, pobre su cuero (con una sonrisa).
-y si no les gusta, para cuando me saquen el cuero no voy a estar, me voy a ir rápido…
Tratando de ser simpático, pero no el tipo mayor que se hace el simpático para caerle bien a una pendeja, pecando de baboso, no seguí la conversación ni nada, todo lo contrario me concentre mas en el fuego del horno y cuando ella terminaba de poner las cosas en la mesa, viene Sonia histérica a dos manos, diciéndole que ese no era el mantel que ella le había dicho, que no combinan con las servilletas y que porque no presta atención, retándola mal, conociendo a Sonia, no era de tratar mal a nadie y menos a Cristina, era un manojo de nervios, así se ponen cuando es su casa y cuando las invitadas son sus amigas (yo diría enemigas por las despiadadas críticas) pero bueno… la cuestión que Sonia se va y queda Cristina con la cara después de un gran reto, tratando en sus nervios de volver a recoger los platos y cubiertos para poner el mantel que Sonia quería, era obvio que se le iba a caer algo al piso y eso me dio pie para llamarla…
-Cristina vení por favor
Cuando se acerca, le indico con el dedo mi vaso que estaba a casi tres cuartos de cerveza y le digo
-toma eso
Me mira con esa cara
-dale hace caso, no tenes mucho tiempo y no te hagas tanto drama, es menos grave de lo que parece
Y empecé a recogerles los platos, vasos, cubiertos, mientras me miraba hacerlo, sonriendo se tomo la cerveza casi de una, cuando terminó su cara era otra
-gracias Don Mario
-de nada doña Cristina
Bueno termine el lomo, sin pecar de vanidoso me sale rico, le serví a las mujeres, y fui blanco de sus cargadas, de que así deberían ser los esposos, serviciales, buenos cocineros y demás, y no me olvide de servirle un plato a Cristina y se lo lleve a la cocina, después me fui a ver televisión en la cama y creo que me dormí…
-Mario, podes llevarla a dos amigas, que casi son las tres…
Siempre pasaba lo mismo, en las fiestas de Sonia, terminaba de remisero, así que me lave la cara y fui a sacar el auto, ya listo para partir Sonia me dice que si también podía acercar a Cristina, la cuestión que adelante se sienta Cris y atrás las dos amigas que seguían con su charla, cuando las dejo a las dos y quedamos solos con Cris, dije
-Por dios, pensé que me quedaba sordo…
-parecen cotorras jajaja
Agrega Cris y encaro a una estación de servicio, cargo nafta y cuando estoy saliendo, suena mi celular, era Sonia, toda preocupada me dice
-Mario, Mario, quería avisarte que no le cargue nafta al auto
-Gracias Sonia pero medio tarde, ya estoy caminando a buscar nafta en un bidón, espero que después arranque el auto
-Mario perdóname, ni cuenta me di, estaba nerviosa y se me paso…
-bueno Sonia ya está, de paso camino un poco, quédate tranquila, todo bien, solo me voy a tardar un rato
Y Cris me miraba con cara de sorpresa y risa
-bueno, que tonta que soy, no te enojes…
-en serio tranquila, no estoy enojado ni nada, te conozco, menos mal que me paso cuando ya había dejado a todo el mundo
-bueno vuelvo a la fiesta, me quedo tranquila, cuanto pensas que tardas
-que se yo dos horas, ¿te vas a preocupar ahora, cuanto tardo?
En ese tono que me conoce, cuando ya está rompiendo mucho y encima culpa de ella
-perdona Mario, bueno te espero
-dale vos tranquila, disfruta con tu hermana, que le hace falta a la amarga esa
-gracias amor, gracias
Y la miro a Cris, con cara de pícaro,
-tenemos tiempo doña, ¿cómo lo piensa gastar?…
En tono de juego, semblanteando la reacción de Cris, ella no le importaba, andaba con ganas de alzarse, de un poco de adrenalina, había onda entre nosotros y sin mucha vuelta
-quiero tomar cerveza helada, me dejaste con las ganas cuando me invitaste de la tuya
Se olvido del trato de usted, se soltó el pelo, busco una radio cumbiera en el estéreo del auto, levantando el volumen un poco, me tope con un 24 horas, compre cerveza helada y encare para el apart hotel de un amigo, lindo lugar, bebimos, nos reímos un rato, nos contamos cosas y como para concretar
-me tengo que ir Cris, queres quedarte, bañarte, dormir un rato y en un par de horas vengo, invento algo para que podamos estar las siguientes 24 horas y bueno… usa la imaginación
Dio unas cuantas vueltas media histeriquita, casi de manual, hasta que…
-bueno te espero, te mato si me dejas de seña.
Y se acerco la pendeja, me comió la boca, me pego un chupón con esa boca enorme que casi me noquea y mano abierta me manda una caricia, bien rea, al bulto…
-Lo espero señor, no se va arrepentir.
Me volví a casa con la pija en el cuello, sería tipo 4.30, Sonia me recibe con cara de culpa, le pido que me deje dormir que mañana tengo que viajar, me pregunta dónde y la apuro mal,
-Supongo que no pretenderás que te cuente todo de nuevo, del presupuesto, de la obra ¿o me viste la cara?
-cierto ahora me acuerdo (mentira de dos manos, nunca dije nada), bueno amor, perdona, anda a descansar, espero que éstas se vayan enseguida, antes de irte avísame,
Me dio el beso de la buenas noches, estaba desesperada por volverse a la joda, donde hablan hasta por los codos, se chupan, se cuentan, en fin… mejor que una terapia.
Entre al departamento sin hacer ruido, tipo 8, cerré la cortina para que no haya tanta luz, la pendeja estaba profundamente dormida, por la cantidad de latas de cervezas vacías se ve que tenía bastante sed, estaba acostada de costado abrazando una almohada, cubierta por partes con la sabana, voy a despertarla y me detuve, como un juego erótico se me dio por mirarla, meter su cuerpo en mi mente, me arrodille al costado de la cama, apoyando la cabeza a nivel del colchón, despacito levante la sabana, pude ver que solo tenía puesta una tanga negra, hilito metido en esos cachetes enormes y ese triangulo justo en el inicio, que vista maravillosa, su piel criolla como la mía, sus piernas anchas, macizas, bellos y regordetes gemelos, sus pies anchos pero chiquitos, de dedos cortitos y gorditos, la miraba extasiado, alimentando mi deseo, levanto la sabana destapándola y poco a poco va girando, soltando la almohada, quedando boca arriba con las manos a los costados, que figura bella, sus pechos destacables seguían igual, parecían prótesis de silicona, apenas vencidas para cada costado, pezones gordos terminados en punta y bien negros, aureolas enormes, una pancita incipiente, pupo alargado, profundo y esa tanguita que se levantaba como una montaña, justo en el monte de Venus, se la notaba bien depilada, mirar en detalle cada cm de su cuerpo, me tome mi tiempo, sus brazos, sus lunares, sus axilas bien depiladas, esos granos de pelos encarnados al costado de su tanga, cerca de esa concha papuda escondida, sentía la presión de la pija apretada en mi bóxer, me desnude completamente, me coloque a un costado y la bese suavemente en la mejilla, despertándola, ella abrió sus ojos y sonrió maravillosamente, mirando mi desnudez, recibiéndome en su abrazo y comiéndome la boca…
-¿por qué te tardaste tanto?
-tenemos todo el día, espero que pueda hacer que valga la pena tu espera.
Y me volvió a besar sonriendo, acercando su cuerpo, su boca y mi boca se juntan, se mezclan, se exploran, se empiezan a conocer, me besa fuerte, me come y lo más, una lamida con esa lengua ancha, áspera, larga, arrancando en la pera, mi boca, mi nariz, en mis cachetes, parecía que me estaba limpiando la cara, como hace una gata con su gatitos, era una cosa muy extraña pero tremendamente excitante, de la misma forma besos y lamidas en mi cuello, mi pecho, esa forma de besarme y pasarme la lengua, dejándome su saliva, me extasiaba, de a ratos regresaba a besarme y retornaba donde había dejado, hasta que su mano derecha busco la pija, con uno de sus dedos metiendo bien la mano, me puso un dedo en el culo e hizo una leve presión, me causo una impresión terrible y desde allí hacia arriba, me recorría el miembro con los dedos como si estuviera tocando el piano, apretaba con uno, luego el otro y al llegar a la cabeza, me la envolvía entera con sus manos regordetas y bajaba y subía la tela, como una buena paja suave, sin presionar, yo estaba como cuando la conocí y tartamudeaba, paralizado, casi incrédulo de lo que me estaba pasando, como cuando estas soñando y temes despertarte, que no sea cierto, la pendeja siguió con su besos y lamidas, bajando hasta mis tobillos se acomodo pidiendo que le abra las piernas, se metió en el medio, de rodillas, las manos abiertas apoyadas en la cama, a los costados de mi cadera y con su boca enorme, busco la cabeza de mi pija, latiendo, dura, se corrió el pelo, en clara intensión que yo pudiera ver su petardo, me dio una besitos en la cabeza, le paso la lengua ancha, áspera a todo el tronco del miembro como me había estado haciendo con el resto y se la metió entera en la boca, entera, sentía la estrechez de su garganta en la punta de mi cabeza, solo cerré las manos apretando las sabanas, todos mis músculos tensos y erizados de la impresión, el placer de ese petardo monumental, ver como su boca enorme me recorría desde la cabeza hasta mis pelos, humedeciendo, es un placer difícil describir cabalmente, he recibido buenos petes en mi vida, siempre me queje que podía disfrutarlos poco, pues en mi calentura me vaciaban pronto, a mis 33 años, aprendí a controlar eso, a pesar de cómo les decía el principio, ponerla poco en mi matrimonio, solo me deje llevar, disfrutar de ese pete maravilloso, me solté, mis gemidos sentidos y notables, hablarle a la pendeja y mostrarle a la pendeja cuanto estaba disfrutaba de ese momento,
-saca la lengua corazón (y me agarre la pija y le daba golpecitos, ella disfrutaba verme disfrutar)
-si me chupas así, te debe gustar que te chupen la conchita Cris de la misma forma
-si puede ser (dicho en tono, de que ella ya está pensando su concha en mi boca)
-¿y que te pasen la lengua? (insistí, buscando encender el punto g de las mujeres, su cabeza)
-si me gusta (y volvía al pete con mas devoción, cerrando los ojos y sus gemidos nacían)
-menos mal, porque soy cargoso, me gusta lamer y chupar mucho, espero me tengas paciencia (su mirada, mis palabras, su cerebro hacía el resto)
Me senté, poniéndole la mano en la cabeza acompañando y a veces con fuerza, para que suba y baja en su pete
-mmmmm
Ese gemido excitante, de no poder decir nada, mi pija entera dentro de su boca.
Siguió con su pete dedicado y yo con mis comentarios buscando que su cabeza haga el resto, saciada de pija incorporándose y sentándose encima mío con las piernas abiertas, al besarme pude sentir el olor a afrecho penetrante de mi pija, que mamada de lujo me había pegado, se apoyo la concha en mi pija a pesar de la tanga era evidente esa humedad que salía de ella, cuando dejo de darme esos besos dedicados, pude bajar a ese cuello, a esos hombros, a su garganta, al centro de su pecho, se arqueo un poquito…
-perdoname seguramente te voy a dejar rojas la tetas
Quiso contestarme pero ya estaba en mi boca ese pecho, pezón negro gordito duro parado, la aureola enorme negra, todo en mi boca, su gemido intenso, meterme a chupones el costado de sus pechos, por el centro y volver al pezón para chuparlo como lactante, morderlo, me clavo sus uñas en mi cabeza, disfrutaba la hermosa pendeja mi locura por sus tetas, disfrutaba de lo que le hablaba, disfrutaba yo mas de ella…
Puse a la pendeja en posición al borde de la cama, un poco rudo y un poco de torpeza, le baje la tanga medio de prepo, pero sin romperla, le encantaba esa actitud dominante mía, me miraba entregada pero con una sonrisa, casi colaborando, me arrodille y me metí en medio de sus piernas, una concha enorme totalmente y perfectamente depilada, labios negros gruesos, como las aureolas de sus pezones, algo separados hacia los costados, jugosa, empapada entera con ese liquido blanquecino abundante, desesperado abrí la boca y me prendí, cuando esos labios vaginales y esa humedad hizo contacto con mi boca y el olor fuerte en mi nariz, directamente enloquecí, recorría esos labios enormes de punta a punta con mi lengua, por ratos los agarraba con mis labios y los estiraba abriéndolos, metía la lengua en el medio y como una lamida hacia arriba buscando el clítoris de la pendeja, que se retorcía, mordiéndose uno de los dedos tratando de evitar que su gemido se hiciera grito, en mi desesperación, en mi calentura, me tomaba mi tiempo, la pendeja sabía que iba para largo, se lo había dicho, solo se aferro al respaldo de la cama, levanto abriendo la piernas y me dejo que la chupara, la mordiera, la lamiera, le metí dos dedos suavemente arqueándolos hacia arriba y después volvía con mi boca, mientras esos dos dedos húmedos buscaban ese agujerito de más abajo, el ano, la pendeja en su gemido me decía Mario basta por favor, Mario no lo hagas, Mario te deseo, hasta que se estremeció, un gemido intenso…se había acabado la pendeja, recién la deje, apoye mi mentón en su monte de venus, riéndome, ella levanto la cabeza, en su letanía, en su saciedad…
Saque un forro de la billetera, me lo puse y me le subí encima, un misionero de pura raza, sin tocar tronera entro, toda mojada, ese olor tan especial de la concha acabada, del flujo vaginal abundante, me recibió la pendeja con las dos manos en las caderas, con chupones partiéndome la boca
-ahora si me toca a mí, tenes algo que es mío ahí adentro y quiero toda la lechita, que no quede nada para la señora
Y yo me movía demente, entrando y saliendo de esa concha enorme, mojada…
-me reto la yegua de tu mujer, ahora le robo la leche de su marido
Esa forma de hablar mezcla de calentura y venganza, arqueaba sus caderas moviéndola, acompañando mi enloquecido movimiento de penetrarla y bombearla en mi calentura, hasta que supe que no duraba mucho más, me salí de ella, me saque el forro, me subí encima poniendo la pija en sus tetas, buscando una turca, tenía la leche en la punta, la pendeja con sus dos manos cerro sus pechos…
-dame Mario, quiero todo,
Debo haber pasado no más de cinco veces la pija por el medio de esas hermosas tetas, ella me miraba arrecha, me hablaba, me pedía, me salió el primer chorro, espeso, parte en su cuello, parte en su cara, dos pasadas mas y salió el resto, estremecido, debilitándome, la sonrisa de la pendeja con la cara llena de leche…caí muerto a su costado, buscando aire.
Es más justo decir, que caí varias veces de la misma forma, las siguientes 24 horas.

7 comentarios - Cuentos para un abañil, parte del combo.

SirLonjamas89 +1
Muy bueno loco! Esas cosas cuando pasan.. hay q aprovecharlas.. yo tengo un par de años menos q vos.. pero una vida similar... Te dejo puntos hermano y si podes pasate por mi post, ahi cuento una aventura con una mina del laburo
Mertus
Gracias por los elogios, ya me paso por tu post, saludos.
galocasto +1
excelente
Mertus
Muchas gracias
lucacarp33 +1
muy bueno!!! que lindo es cogerse una pendeja asi cada tanto
Mertus
De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño .... como decía el famoso catalan
classh
que gran talento. muy buen relato. leo para aprender a escribir asi.
vaan28
Muuuyyy bueno mi amigo. Me dejo al rr palo con ganas d más. Espero leer mas d esa pendeja tuya. Reco y t sigo. Me kede sin puntos.
0Punk-Lactal0 +1
Leí cada uno de tus relatos y sagas posteados aquí, la verdad que es un placer leer cosas así (me gusta leer) tan elaboradas y que te dejan, aparte de excitado, sorprendido, maravillado y ansioso por saber el desenlace de esas situaciones tan apasionantes. No puedo mas que felicitarte por tu talento y agradecerte por compartirlo. Quedo expectante ante la continuación de esta historia o el inicio de una nueva. Salute.
Mertus
Sorprendido y muy agradecido por tus elogios. Saludos.