Los tragos amargos

Miguel trabajaba preparando tragos especiales en un boliche de Capital Federal
Tenía una costumbre muy zarpada con las mujeres que se acercaban a la barra; cuando una chica lo calentaba mucho, antes de entregar el trago lo sujetaba debajo del mostrador y aprovechando algún descuido lo revolvía con la pija. Después se quedaba mirando el resto de su obra. Le producía mucho morbo ver cómo se tomaban todo, les miraba los labios, los ojitos cerrados... el vaso que rato antes había tenido su pene adentro.
A veces, llenar los vasos hasta más arriba le permitía hacer una breve sentada de bolas, qué placer
Una de las tantas noches, una mina encontró un pelo enrulado en la bebida y armó un escándalo. Por culpa de ese episodio el dueño casi lo echa. Fue desde ese momento que tomó la precaución de afeitarse antes de ir a trabajar, nadie tenía que descubrir su perverso secreto.
Muchas veces el alcohol de las bebidas le causaba terribles ardores, pero ese dolor no era nada comparado con todo el placer que significaba verlas tomar
Con el paso de los meses la situación se le empezó a salir de las manos, no le bastaba con revolver y mirar, se empezó a pajear, a dejar acabadas dentro de los vasos, a lamer los bordes de los vasos sucios. Un día un compañero del laburo lo descubrió y lo terminaron echando. No se supo más de Miguel. Al día de hoy mis amigas me recomiendan el lugar para ir a tomar algo... pero a los tragos les falta ese qué se yo...

FIN

7 comentarios - Los tragos amargos

KaluraCD +2
Los tragos amargos
Muy bueno 👏 👏 👏
Gracias por compartir 👍
MagdalenaPagai
Muchas gracias
GorxoF +1
Corto pero con una perversión enorme "me encanta" sobre todo el final.
MagdalenaPagai
Muchas gracias
elledany +1
😆 😆 😆 🤘 🤘
mdqpablo
muy buen relato y que morbo , gran aporte