la flor artificial

Capitulo 1: La florista y yo




Recuerdo con gran ironía que el mejor regalo que le produjo la mejor sensación a una mujer que yo pude captar fue unos ramos turquesa artificial a Miriam Urrutia, mi ex compañera, la primera en la cual conocí el cuerpo femenino. Claro que, como marca la historia, no paso nada mas allá de un deseo casual, mutuo en una tarde que nos gano mas el aburrimiento y la soledad que el amor y el sueño de algo juntos. pero mi historia, y relato no es narrarle un impropio y poco feliz inicio sexual con alguien que ya poco recuerdo, gracias a dios, sino un amorío que tuve con una extraña mujer (en aquel entonces) florista cuya fantasía llenaba mi vacía experiencia amorosa en aquel entonces.
Era mi primer año sabático fuera del colegio con lo que ello significa para alguien de 20 años en una zona urbana muy cerca del centro de la capital. Nos habíamos mudado recientemente luego de un convenio de trabajo de mi madre quien debía por razones contractuales radicarse en la zona.
Deje atrás a mis amigos pues, por la lejanía no los vería fácilmente. deje atrás a esa chica ya casi mujer que se llevó o deje algo muy mio, siendo ambos participe de lo mas maravilloso que un ser humano puede entregar. amor. pero no me quiero volver cursi y seguir con mi relato el cual recuerdo vividamente una tarde-noche lluviosa....
¿nunca les paso todo en un rato y sentir que la vida se conplotaba en tu contra?. Mi padre siempre estuvo ausente en mi vida, si su deseo era ese no reniego por él. no se nace siendo padre ni todos están preparados para tal merito. Mi madre era supervisora en una clínica dermatologa en el turno nocturno en esta nueva etapa de nuestras vidas, así que a mi me tocaba, como hijo único que soy, pasar toda la madrugada solo, esperándola. Como buen adolescente, aun siendo un poco tímido e ingenuo salí esa tarde nublada rumbo a unos cines con el fin de pasear, conocer y divertirme un poco.
pero todo salio mal, o bien, o no previsto, pero así se dan las cosas.
Al finalizar mi salida, ya la luna se abría camino interponiéndose al sol y mostrando su innegable permanencia ya, oscurecía. Las cuadras que opte por caminarlas me jugaron una mala pasada mostrando su feo recorrido sobre ella en el anochecer, por su gente, su falta de vida. unos hombres mas parecidos a unas almas salientes del anonimato de la oscuridad me arrebataron toda mi pertenencias, lo poco que llevaba, todo. Comencé a correr entre la llovizna que me quitaba la visibilidad y mi aparente olvido del recorrido a causa del nerviosismo por lo vivido. tropiezo en una de esas baldosas derruidas y sobresalidas de la capital y me lastimo la pierna cayendo al suelo, lo tranquilizante es que estaba muy cerca. lleve al hall del edificio y sin llaves ni nada permanecí en las escalinatas, tratando de descansar de lo sucedido.
De pronto... levanto la cabeza y veo una mano que se extiende buscando la mía. en mi rostro mojado y con la brisa de las gotas molestándome diviso apenas la silueta de una mujer de mediana edad sosteniendo un paraguas y replicando algunas palabras que no llegaba a comprender casi por mi estado de credulidad y asombro por el suceso. Me levanta de la mano, preguntándome que me había sucedido, y casi con un instinto materno me corre la votamanga para ver mi herida. me lleva hasta un local en la calle de flores y lo termina de cerrar con llaves siempre con su paraguas multicolores y su mango azul mostrando y haciendo juegos con el colorido de su ropa identificada de múltiples flores de todo tipo. Yo sin saber que sucedía, casi sometido bajo mi inocencia la sigo o mejor dicho me lleva de la mano a una cuadra y media y me adentra un un primer piso.
abre la puerta y prende la luz, me hace sentar y deja su bolso para buscar productos de primeros auxilios. Me cura mientras observo hacerlo. me pregunta porque permanecí fuera del edificio y ante mi explicación sede a darme uno de sus dos cuartos para que pase la madrugada allí. Me negué por sentirlo muy invasivo y luego de curarme la herida me fui agradeciéndole.
Volví a donde vivo y espere como lo hace un cachorro entre el sonar de una noche inmersa en truenos y relámpagos, pero no dure mas de una hora media y ya siendo la madrugada del viernes
pensé en aceptar y pedirle a esa noble mujer el lugar que me había ofrecido.
Regrese empapado y deseoso que esa noche se termine, golpee la puerta mientras que sentía como del otro lado corrieron el visor de la puerta para ver de quien se trataba.
Abrió la puerta dejándose ver toda, ya cambiada mostraba un camisón piel, estilo vestido donde le llegaba al piso, su pelo desenvuelto y mojado, era otra mujer. Sin decirme palabras me cedió paso para que entrara luego cerró la puerta y puso cerrojo. Me alcanzó una toalla y me quito la campera toda mojada llevándola al patio. Tenia porta retratos de una mujer mayor y de ella, todas eran iguales. Me mostró el cuarto donde estaría, no tenia mas que una cama de una plaza y una mesa de luz, suficiente para pasar la noche y agradecerle infinita veces.
Reinaba un profundo silencio en su hogar, ella se perdió por un instante y yo comencé a secar mi cabello con la toalla, al regresar se lo devolví. Ella traía en su mano una ropa la cual me la dejó a mi lado. Sostuvo la toalla y me dijo que me quitara la remera el cual estaba empapado, le dije que no lo haría aunque se lo agradecí pero ella me jalo desde la cintura y me la quito a la fuerza, posteriormente me secaba con la toalla. No comprendía su afán para conmigo, pero cuando me secaba la espalda o a mi pecho dejaba entrever que debajo de su camisón no traía nada mas. Me sobresalte estando nervioso cuando paso la toalla en mi cintura casi en la altura de mi bello púbico. Me dijo que yo podría ser su hijo, lo cual me freno un montón mis palpitaciones de lo que yo mal entendía de la situación. delante mio secaba mi espalda desnuda apoyando sus senos sobre mi pecho. su respirar pausado y sereno lo sentía en mi oído derecho, el roce de su cuerpo y su calor era una llama viva en mi a punto de explotar. Me desprendió el cinturón y me dijo que vaya al baño a secarme pero una misera cuota de picardia de mi parte se negó a irme asintiendo que me dolía mucho la pierna y que no podía... Me levantó del asiento como a una criatura se la saca a pasear y con la frialdad de la vivencia a cuesta de su espalda me desabrocha el cierre dejando caer mi pantalón bañado en agua. Mis piernas blancas, con poco bello y la vergüenza de mi calzoncillo mojado mostrando la silueta de mi aparato reproductor...
Se arrodilla seria, despectiva ante una situación incomoda para mi. con la toalla comienza a frotarme las pierna, mi ano con el fin de secarme y limpiarme la herida. Mientras lo hace, yo trato de no evidenciar mi deseo pero fallo y en un frote mas de ella se me erecta, ella lo ve y empiezo a disculparme pidiéndole perdón. Me pongo muy nervioso trato de alejarme, ella se enoja tratándome de exagerado. en un segundo y descuido me baja mi calzón húmedo y me deja descubierto el pene. me abre mis piernas con su mano y me pasa la toalla, logrando que, aun reprimiéndome se me erecte aun peor. De pronto deja el manto ya húmedo por mi y me entrega la ropa, quedo desnudo sentado en la silla y ella se aleja al baño. Me acerco a la cerradura de la puerta y la veo a ella levantando con sus manos su camisón para ir al baño. luego se para y se seca con papel entre sus piernas, vuelvo al asiento sin vestirme aun.
Ella sale en paz consigo misma como si todo fuese natural, se sorprende que aun este desnudo
y comienza a vestirme ella, lo hace sin siquiera tocarme una sola vez mi pene.
Luego de terminar se da vuelta e intuitivamente le acaricio la cola, la cual me retira la mano de inmediato y me lleva al cuarto donde cierra la puerta y se aleja para dormir.
Me acuesto y doy vueltas aun con mi verga dura con lo vivido, pasan algo de dos horas y deseoso de algo mas voy en silencio hasta su cuarto. Una tenue luz resalta de la cerradura de su puerta cerrada. Allí estaba apoyando su pierna sobre uno de los módulos contiguo a la cama depilándose. Ya no tenia nada puesto mas allá que solo se divisaba hasta su cintura. En uno de sus movimientos su vagina se deja ver mostrando a ella lampiña y casi invitándome a jugar con ella. Estaba que explotaba y no era para menos, se me ocurrían miles de cosas desde masturbarme ahí mismo o entrar y hacerle el amor. no sabia que hacer, sus piernas y su vulva casi pidiendo sexo, pasión, etc etc. Como buen cobarde regrese al cuarto a tratar de dormir, menos que menos masturbarme sino dejaría olor.
Ya dormido me despierta una caricia en mi mejillas, abro los ojos y ahí estaba ella sentada con su camisón. Seria me pregunta si estuve hurgando en el pasillo el cual lo niego con mi cabeza, pero no conforme y enojada mete su mano debajo de las sabanas e instantáneamente la sumerge dentro del calzoncillo que me había prestado. Me agarra mis testículos apretándome y repite si estuve hurgando y el porque. Ante el dolor le digo que si lo hice, la vi depilándose y me excito ver eso. deja de apretarme y comienza a sobarme de tal forma que se me erecta rápidamente. ella se sonríe, me desnuda y comienza a jalarme masturbándome mientras comienzo a gozar y me aferro del respaldar de la cama. Suelto mi mano del respaldar y le acaricio los senos sobre el vestido pero ella me agarra la mano y me la mete dentro del camisón tocando su enorme pezón, sintiendo su aureola arrugada entre medio de sus enormes y pulposos pechos que apenas podía tomarla toda con mi mano. Ella jalaba mas fuerte apretando mi cabeza y bajando la piel para estimular mi esperma, yo casi, como acto reflejo me aferraba de su pecho con una mano y de vez en cuando pellizcaba su pezón aferrándome de él. Comenzó a ser mas frenética la cosa, empece a recriminarle que comience a mamármela, ella sin soltar su mano de mi verga se quita con la otra su camisón con mi ayuda quedando desnuda. Deja de sentarse se levanta y vuelve pero a arrodillarse en la cama a mi costado, abre sus piernas y mientras me la jala yo trato de acariciarle la cola pero excitada estira una de sus piernas abriéndose de tal manera que agarra mi mano y la lleva a su vagina y trata de introducirla dentro. Comienzo y siento que de pronto mis dedos estaba dentro de ella, la estaba penetrando de esa forma y mientras comenzaba a gemir por la misma pasión se contrae hacia mi dejando caer sus pechos en mi cara lo cual abro mi boca y comienzo a lamer, alimentándome de sus pechos, masticando, enseñando mis dientes, se las estiraba, les pasaba mi lengua para calmar el ardor de las mordidas. abría la boca tratando de chupar lo mas posible su pecho. Se ve que con el movimiento de mis dedos en su interior, ya mojados, húmedos, me los retira alejándose y vuelve sobre mi sentándose arriba de mi cara y dejándose caer hasta mi miembro para comenzar a succionar. Mi boca se moja de pronto y su clítoris se pierde entre mis labios del cual sale mi lengua que entre y se mete entre sus flácidos labios vaginales. Siento de pronto mi pene mojado y acariciado por su lengua la cual juega con mi cabeza comenzando de pronto, a jalar con su boca mi pija ya roja y algo dolida. Empieza a gritar luego de sus susurros y mi boca se moja mas de lo que desperdicia su vagina. Siento como baja con su mano mi piel y abriendo el agujero de mi cabeza pasa la punta de su lengua limpiando mi aureola tapada con leche en su punta. abre la boca metiendo todo en su interior y continua chupando. Con mi boca toda mojada sirviendo de colchón a su vagina, aferrándome de su cola con mis deseos que se deslizan dentro pego un alarido por el cual acabo llenando su boca con mi esperma y observando como se la toma absolutamente toda. Quedo agotado mientras ella continua pasando su lengua como a un chupetin sobre mi falo. Así por unos minutos hasta que, aun arriba mio se toca sobre mi boca para correrse de vuelta, le quito la mano y se la chupo nuevamente para que le venga.
Lo que nunca imagine era que tan adicta podía ser, ya que le pido ir al baño para mear, lo cual se queda viéndome y yo sin prisa voy hasta allí, pero detrás entra ella llevándome a la ducha. Allí se arrodilla y me pide que le meara sobre su pecho. Ella cierra sus ojos grandes con una leve sonrisa dejando caer ambas manos como quien ofrenda algo, saca pecho haciendo uso de sus grandes dimensiones y estas se mojan dejando caer sobre ambos pezones gotas de la lluvia dorada que tanto le gustaba hacer. Luego de mear sobre ella se me acerca con sus brazos y vuelve a lamermela con la escusa de limpiarme todo. Me la vuelve a erectar el cual de forma casi animal le abro sus piernas, ella cae a la bañera y yo detrás de ella me sumerjo para penetrarla. Lo consigo rápidamente mientras ella, entre sus deseos y éxtasis me pide que pare y piense que no acabe dentro de ella, pero no opone resistencia todo lo contrario me abraza y hace fuerza para soportar mi pija penetrando su vagina. Me cuesta mas acabar, ya entrando a las 4 de la mañana seguía penetrándola mientras besaba sus tetas. Le quito la pija y la doy vuelta, ella ahora obediente lo hace y le meto dos dedos mientras le muerdo la cola. Ella me grita que abra el botiquín, lo cual lo hago y se encuentra un capuchón cuya forma circular bien podría encajar en su ano. Se lo introduzco, mientras que se la jalo con eso la masturbo tocando su concha con mis manos, dejando descansar así mi pija ya algo saturada. Pasaban los minutos, sacaba ese capuchón de su cola e introducía mis dedos, cada vez le dolía mas....
Así continúe introduciendo mis cuatros dedos y luego el capuchón hasta que a ella ya le ardía y le dolía demasiado su cola. la veía roja ya dentro de la blancura de su piel. Fue así como al ver que ya le temblaba las manos de tanto apoyarse en el interior de la bañera y su cola roja ya dolida le retire mis dedos que se movían en su interior me sujete a ella y comencé a penetrarla analmente. Como una bestia como me había pedido mientras le hacia el sexo oral.
No duro mucho penetrar su cola, me jemia, comenzó a llorar a decir que la retire, lo hice pero la di vuelta agarrándole de la pierna y la penetre acabando dentro de su vagina, ella a punto del desmayo no dijo ni hizo nada mas que estar tranquila. yo acabe y deje mi pija metida dentro de ella, me acosté en su pecho y mientras apenas besaba su pecho, sentí que me había enamorado.

0 comentarios - la flor artificial