Nueva vida - Parte 3 (El fin de los Inicios)

El tiempo que tengo para sentarme a escribir es inversamente proporcional a como se vienen generando las historias, por lo que voy a tener que empezar a resumir. Este es el final del génesis, del que pueden leer las partes 1 y 2 aquí

http://www.poringa.net/posts/relatos/2241369/Inicios-de-una-nueva-vida---Parte-1.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/2568472/Inicios-de-una-nueva-vida---Parte-2.html

Para esta altura del relato con Claudia ya teníamos una excitante relación de amantes. Lo loco es que era de algún modo mi primer vete (nos llevábamos una linda diferencia de años), y aun así tenía muchísimos impulsos súper adolecentes. Nos solíamos matar tanto en esquinas, en bares, en donde sea que más de una vez nos pidieron retirarnos por indecorosos, o se acercó alguien a preguntar si todo estaba bien…
Pero es importante aclarar que nuestra relación era netamente sexual. De hecho cuidábamos mucho y compartíamos poco de nuestras vidas y por ello, tuvimos esa intensidad. Nos enfocamos en el fuego y la pasión que nos generábamos mutuamente, hasta que entendimos que teníamos distintos caminos para andar.
Esta es la historia de la última vez que nos vimos. Creo que intuitivamente los 2 sabíamos que esto iba a pasar, y que al menos por un tiempo no nos volveríamos a ver.
Como era habitual acordamos vernos con Clau en un bar. Compartíamos el gusto por la buena bebida, asi que decidimos encontrarnos en un Speak Easy (eso bares semi-ocultos de Palermo, ambientados en los 20 y la ley seca). Este en particular tiene un sex shop de camino al bar, lo que da espacio a algún palazo de entrada y/o de salida. Clau llego más arreglada que lo habitual. Mantenía su estilo medio hippie, pero esta vez con mas glamour. Vestido corto, negro, que dejaba mucha pierna disponible. Escote amplio, y un par de cadenas largas escondiéndose entre sus pechos.
Apenas la vi proyecte tenerla agarrada de esa cadena, en 4, pidiéndome que le haga la cola. Esa confesión fue mi saludo. Además de una excelente excusa. Al tiempo que termine de susurrárselo al oído, le di un par de besos en el cuello para calentarla. Cosa que respondió pegando su cadera a la mía, y no tan discretamente manoteándome el bulto en plena entrada del bar. Entre risas y asombro, el seguridad nos dejó pasar, contraseña mediante.
Al pasar por el pasillo, y aprovechando una suerte de tanga terminando con un moño en el exhibidor del sex shop, le pregunte si había venido preparada con vestuario. Esperando a que me hiciera un guiño a lo que me iba a tocar más tarde, me lleve un redoble de apuesta. “Tenía que tener algo? Hoy preferí salir sin nada abajo…” Estuve al borde de arrastrarla a Claudia a un rincón oscuro ahí mismo, pero preferí entrar en el juego, y decirle que entonces, iba a tener que aprovechar esa facilidad.
Nos sentamos en un lateral de barra, donde yo quedaba bastante escudado de miradas, y ella a mi lado, podría rotar fácilmente y darme la espalda (y la cola) para aprovechar su atuendo e invitarme a jugar. Entre tragos constantemente le buscaba las piernas, y sentía como de a poco se ponían más y más húmedas. No mucho después empecé a levantarle el vestido desde la espalda y sutilmente bajar mi bragueta. Ella cómplice entendió la movida y se sentó arriba mío, acomodando mi pija que rebalsaba del pantalón en su raja. En 2 movimientos ya estaba completamente adentro, y viendo como Claudia contenía a medias sus gemidos.
“No podes ser tan hijo de puta, y calentarme así” me dijo, retomando su compostura y saltando de nuevo a su silla.
“Me deje llevar, sabes cómo me pones” repuse yo pícaramente; “Igual no vi que estuvieras sufriendo”
“No, pero estoy al borde de lo que puedo contener en público” me dijo, y aun sobresaltada agrego “Creo que es momento de irnos”
Salimos a mi auto que estaba estacionado a media cuadra, en una cortada bastante oscura. Debe habernos llevado como una hora hacer esos 50 metros, apoyándonos, apretándonos y chapándonos en cada cm, en cada columna, en cada capot.
Cuando entramos al auto, Clau se abalanzo sobre mi, me beso intensamente, primero en la boca, y después fue bajando hasta llegar a la pija. Su maestría para chupar era formidable. La escupió para lubricarla después de jugar un poco con la lengua en la cabeza. Siguió con un par de bajadas a medio cuerpo, hasta que hizo que el tronco se perdiera en su garganta y con los labios rozara mi cuerpo. Tanto esmero tenía que contenía las arcadas que tanta pija le generaba en la garganta. La situación y el morbo me dispararon la cabeza, y entre gritos empecé a acabar.
Lejos de separase, al sentir mi pija hincharse e inundarla de leche, Clau forzó con sus brazos su posición para no despegarse, y capturo toda la corrida. Solo levanto la vista, para lascivamente mostrarme como le había gustado, y cuando ya había ordenado hasta la última gota, se separó de mi pija, con un pequeño hilo que desbordaba de su boca y caía lentamente hasta sus tetas que colgaban afuera del vestido.
Todo parecía indicar que la noche descollaría, cuando el teléfono de Claudia nos interrumpió. No llegue a relojear la pantalla, pero casi inmediatamente lo que era una loba suelta, paso a ser un cordero atado.

Después de 5 minutos de silencio, volvió en si intentando retomar lo que hasta hace un rato la tenía poseída. Sabiendo que tenía que volver a encender el fuego, me propuso arrancar diciendo que esa noche podría “hacer todo lo que quisiera”, sin medir las consecuencias.
Casi reflejo mi cara dibujo una sonrisa al tiempo que conteste: ¿En serio te gustaría que haga lo que me plazca?, porque se me ocurren cosas muy entretenidas y muy calientes
Que tan calientes bebé, retruco con una amplia sonrisa
Tomando eso como una carta libre, mi mano se disparó por debajo de su vestido nuevamente. Sentí estaba completamente empapada de deseo y la fui llevando lentamente, metiendo uno dos, tres dedos. Mientras lo hacía sentí como sus pezones se hinchaban, bajo la influencia del deseo.
Llegamos al departamento y nos servimos unas copas, pasamos a la habitación y le arranque el vestido, para poner al aire sus tetas y poder acariciarlos
Al caer el vestido, también se liberaron sus piernas, y mis manos trabajaban sus labios brillantes y húmedos y acariciaban el clítoris, arrancándole suspiros de placer.
También volo mi pantalón, dejando a la vista mi pija, que a esas alturas, después de haber punteado en el bar, ya estaba casi explotando. Acto seguido dirigi su cabeza a la mia, y me dedique a mirar como esa lengua disfrutaba de esa poderosa y caliente barra de carne, saboreándola con placer.
Para dar además de recibir, humedecí un dedo, y arrancado por la cola, lo pase a lo largo de la raya en dirección a esa conchita chorreando, como una perra en celo. Ahí empezó un trabajo de vulva y cola alternativamente, mis manos grandes separaban sus nalgas para deslizarme entre esos dos globos carnosos.
Decidido, después del juego previo, Tome sus caderas y suavemente ubicó mi pene en el asterisco, donde de a poco, fue haciendo puerta. Hice una pausa y luego, lentamente, continúe con empuje penetrándola completamente. Y empezó el movimiento de mete y saca.
En esta posición Clau estaba totalmente dominada y yo aceleraba, embistiendo violentamente. Las olas de placer recorrieron todo mi cuerpo una y otra vez yo estaba en éxtasis. Clau abrumada con el placer, gritando y me rogaba que la llenara de leche.
No pude más que cumplir y descargarle todo en la cola. En ese momento un orgasmo profundo retumbo en todo du ser, sintiendo las ondas de placer que llegaban de lo más profundo y aprisionaban mi pija.
Seguimos teniendo sexo toda la madrugada. Después de un par de rounds, ella estaba dilatada por completo. Para cuando terminamos, recuerdo que se podía ver mi clítoris que sobresalía de su hendidura inundada de espeso semen.
Entregados, y en ese momento de la calma, después del huracán, tuve que preguntar por el teléfono. Y hay caprichos de amor de una dama, que hay que saber entender. Clau se sonrojo, se paró y tomo sus cosas/ Me dijo que había retomado su apetito sexual conmigo, y que por eso me estaría siempre agradecida, pero que también entendía que lo nuestro no sería más que eso.
Desayunamos como buenos amigos, y nos deseamos suerte para lo que viniera. Después de todo, yo la traje de vuelta a una vida sexualmente activa, y ella despertó algo que todavía no puedo describir en mi. Desde entonces que mis encuentros han crecido en cantidad y calidad.
“Sera que en algún momento nos volveremos a ver?” Pensaba mientras la vi irse perdiendo por la esquina “Quien sabe?” Por ahora, buscaremos nuevos horizontes

0 comentarios - Nueva vida - Parte 3 (El fin de los Inicios)