Aventuras sexuales con Cony

Empiezo una saga de relatos sobre las "aventuras" sexuales con una ex-novia, a la que llamaré Cony, preservando su nombre real, por obvios motivos. Los relatos pueden resultar naif a la vista de los otros relatos que he leído en el sitio, sin embargo les aseguro que son 100% reales.

Conocí a Cony en un sitio de búsqueda de parejas (ya ni recuerdo cual). Ella tenía 24 años y yo 25. Chateamos una semana y pactamos un encuentro. Debo confesar que Cony no envió una foto muy actualizada (y lo dijo). Cuando la vi, unos metros antes de llegar al punto de encuentro, me decepcionó bastante lo que vi: era gorda, obesa casi mórbica, nunca supe cuánto pesaba, pero calculo que no menos de 150 kilos. Si bien esa primera impresión no fue muy motivamente, la charla con ella si, y como yo estaba sin pareja hacía un tiempo seguimos viéndonos, algo de lo cual nunca me arrepentí, ya que tuve con ella los mejores encuentros sexuales de mi vida. Si bien yo ya había tenido varias parejas antes, es la pareja que más recuerdo en lo sexual, a lo largo de los relatos, se entenderá por qué.

El primer encuentro con contenido sexual, el que será mi primer relato, ocurrió a los 10 días de ese primer encuentro. Ella me esperó a la salida de mi trabajo, en el microcentro de Buenos Aires, y nos fuimos charlando hasta lo que antes se conocía como plaza Colón, la plaza detrás de la Casa de Gobierno (Casa Rosada).

Si bien en los 2 o 3 encuentros previos habían existido besos, caricias, no habíamos pasado de eso. Nos sentamos en un banco de los de cemento, sin respaldo, con lo cual optamos por hacerlo cara a cara, abriendo ambos por ende las piernas.

Nos dimos unos besos y algunas caricias tranquilas, pero yo empecé a motivarme. Como quien no quiere la cosa acaricié sus senos por sobre su blusa, a lo cual ella respondió corriéndome la mano, pero riéndose en forma nerviosa.

A todo esto, debo aclarar que a escasos 10 metros había un policía, que creo que nunca se enteró de lo que pasó.

Como decía, empecé a calentarme, y como ella estaba con una pollera ancha aproveché para deslizar una mano por debajo y acariciar sus piernas. Ella dejó que lo hiciera, aunque susurrando me decía: -No, hay un policía, nos va a ver!

Lejos de amedrentarme seguí acariciando sus piernas con una mano, subiendo muy de a poco. Ella intentó resistirse, pero imagino que su excitación era mayor que la mía en ese momento. Entró como en un trance, cerró los ojos y no decía nada, solo respondía con pasión a mis besos.

En un momento llegué a acariciar su bombacha, ella hizo un último intento por evitarlo, pero se notaba que en realidad no quería que yo parara.

Comencé a acariciarla por sobre la bombacha, palpaba sus labios vaginales, y su clítoris, que estaba muy duro a esa altura. Jugué un rato así (a mi me pareció una eternidad, pero habrán sido 2 o 3 minutos), ella seguía casi ausente.

En un momento le corrí la bombacha, ella abrió los ojos, y yo simplemente le comí la boca, para evitar que pudiera decir que no. En segundos le acaricié nuevamente, ya sin tela de por medio, los labios y el clítoris, todo ya estaba bien mojado. Bajé un poco un dedo (tuve que hacer un movimiento algo complejo) pero logré meter una falange de mi índice en su vagina. Casi instantáneamente ella explotó en un orgasmo que siempre recordaré, habrá durado unos 30 segundos, sentía como mi mano se llenaba de su miel, era tanto que parecía que se estaba haciendo pis! Además durante esos 30 segundos tuve que comerle la boca, literalmente gritó dentro de mi boca... todo esto a escasos 10 metros del policía...

Cuando ella volvió de esa especie de trance me dijo: -Vos te das cuenta de lo que acabás de hacer? Estás loco!

Cuando emprendimos el regreso empezamos a planificar nuestra primer noche juntos... eso será cuestión del próximo relato.

Espero les haya gustado a los que lo lean. Saludos.

2 comentarios - Aventuras sexuales con Cony

caritoydavid +1
Esperamos el sguiente.
vmanurod +1
Gracias!, el próximo en breve