Aniversario (parte 2º)

Parte 1º
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Parte 2º
Mi mujer tomó esa pija con su mano y cerró sus ojos, en ese momento pensé que se iba a arrepentir pero fue un reflejo de vergüenza. Aún con sus ojos cerrados soltó esa pija pero empezó a acariciarla, con las yemas de sus dedos no dejó lugar sin recorrer, el petizo se quedó inmóvil disfrutando esa situación, creo que el hecho de haber quebrado la voluntad de una señora ama de casa lo excitó más todavía. Pude ver como mi mujer se mordía los labios mientras acariciaba esa poronga.
Eva y el flaco dejaron lo suyo para ver esta escena antes de participar. Eva decidió tomar las riendas de la situación y les dijo a ambos tipos que se paren, estos estaban con sus pijas a full como si no hubieran acabado antes, tomó a mi mujer y la dejó arrodillada entre ambos y le dijo al oido:
- Quiero que agarres ambas pijas, mis chicos se mueren por que se las chupes pero primero quiero que las huelas antes de saborearlas.
Mi mujer había perdido toda voluntad o había despertado al animal ninfomaníaco que tenía dentro. Masturbó sin parar, les levantó las pijas y empezó a olerles desde las pelotas hasta la cabeza, con cada aspirada volvía a cerrar sus ojos como si estuviera ante el más exquisito de los perfumes, las iba intercalando pero en ningún momento paró con las pajas. Eva se volvió a acercar y le dijo que era hora de probarlas. Tomó la pija del petizo y con un delicado movimiento de su lengua fue jugueteando con el líquido pre seminal que le empezaba a brotar, con su lengua rodeo la cabeza de la chota y se la succionó, la sacó de su boca y un hilo de ese líquido se dibujó entre el orificio de la pija y sus labios, se acercó y volvió a chupar sólo la cabeza. Tomó la pija del flaco y la levantó hasta que esta dio en su panza y lamió todo a lo largo, chupó sus bolas y el flaco tomó su cabeza para tratar de empujarla dentro de su boca. Mi mujer le agarró con mucha fuerza la pija a tal punto que el flaco hizo un gesto de dolor, lo miró, le sonrió y se lo empezó a chupar de una manera salvaje. Pude ver como más de la mitad de ese pedazo de carne infernal se perdía en su boca, hacía algunas arcadas leves y se la volvía a introducir, estaba claro que se la quería meter toda entera. Dejó un segundo al flaco y se dedicó al petizo, le besó la punta y se lo mandó con la misma fuerza que al otro. Eva lanzó un grito de algarabía cuando vió que se tragó toda esa pija gorda. Desde donde yo estaba no podía ver bien así que me tuve que acercar y ví como sus labios tocaban la panza del petizo, la cara se le había puesto roja porque no podía respirar y la sacó.
Mientras todo esto sucedía y mi mujer cambiaba de pijas con una tremenda naturalidad, Eva se acercó por detrás y empezó a desvestirla, se acomodó detrás y le empezó a sobar las tetas…yo soñaba con esto de verla con otro tipos, pero siendo franeleada por otra mina superaba mis expectativas. Volví a sentarme en el sillón y me empecé a pajear con todas mis fuerzas.
Definitivamente la mina sabía lo que hacía porque en un momento tomó los pezones de mi mujer entre 2 dedos y los apretó, lo que hizo que lanzara un gemido, casi un grito pero con una poronga en su garganta. Eva la soltó y mi mujer buscó su mano para que siguiera con esta sobada. Eva aprovechó y mientras con una mano se ocupaba de una teta con la otra bajó hasta su clítoris. Mi mujer quedó agarrada con sus manos de esas porongas, la cabeza gacha y unos jadeos desenfrenados, empezó decir:
- NO PARÉS, NO PARÉS, NO PARÉS.
Su cuerpo empezó a temblar…estaba acabando. Se metió la pija del petizo y ahogó el grito de placer.
Se tomó unos segundos para descansar y volvió a chuparles. Eva se levantó y me mostró la cantidad de flujo que había lanzado mi mujer, se lo llevó a la boca y se tragó hasta la última gota.
Mi mujer les dijo que no aguantaba más, empujó al petizo al colchón, se subió arriba y se lo mandó de una, ya no había delicadeza, sólo lujuria en estado puro. Lo empezó a cabalgar y le dijo al flaco que le coja la boca, este le tomó la cabeza con ambas manos y dirigió la pija a su garganta. Eva en tanto se acercó hacia mí y me dijo:
- Mirá tranquilo, pero déjame que me encargue de tu poronga.
Se arrodilló y me empezó a chupar la pija. Le dije que no me importaba cuantas veces acabe, ella no podía dejar de chupar…el servicio era caro y ese era uno de los beneficios.
No podía pedir otra cosa en la vida, sentado con una copa de buen champagne, una de las mejores putas chupándome la pija y ver como mi mujer era cogida por 2 porongas dignas de películas.
En el desenfreno que estaban, mi mujer empujó al flaco y le dijo que quería sentir las 2 pijas en su concha, que no les importara si le dolía, quería esas dos juntas.
El flaco se puso un poco de lubricante y se acomodó detrás. Ni bien le metió la punta ella lanzó un “hay”, el flaco reculó pero le ordenó que se la meta. Mi mujer agarró con fuerzas los hombros del petizo y en cada embestida del flaco se podía ver como literalmente se clavaban sus uñas. El petiso se retorció de dolor, estiró sus brazos y empezó a rasgar la alfombra. Cuando le entró toda la pija se relajó y dejó de lastimarlo. Mi mujer le tomó la cara con ambas manos y le dio un beso de lo más apasionado. Ambos se quedaron quietos y fue el flaco quien comenzó las embestidas sin que ellos se dejaran de besar. Parecían dos enamorados, salvo por las dos porongas en su concha. Mi mujer dejaba de besarlo para decirle algo al oído pero desde donde estaba no podía escucharlos. El petiso le dijo “dale, ahora” el flaco se salió y mi mujer se acomodó para tragarse toda la leche. La descarga era tremenda, lo poco que se le escapaba lo juntaba con los dedos y lo volvía a su boca, lo limpió completamente y le siguió chupando en tanto el flaco volvía a coger su concha con una fuerza descomunal hasta que le acabó dentro y se desplomó a un costado. Ver el semen saliendo de su concha me hizo estallar en la boca de Eva que como buena mamadora se tragó también sin desperdiciar nada.
Mi mujer se acostó entre sus dos amantes y esta vez se dedicó a besar al flaco mientras el petizo la acariciaba y besaba su espalda. Eva se arrastró en cuatro patas y como gata se subió arriba de mi mujer, quedaron unos segundos con las puntas de sus narices chocando y se fundieron en un beso. Eva pasó a sus tetas chupando y lamiendo con su lengua las areolas. Siguió bajando por su panza sin queja alguna hasta que su cara se hundió en la concha. Mi mujer empezó a jadear con fuerza mientras los tipos le chupaban las tetas. El orgasmo fue de tal magnitud que pensamos se había meado. Eva levantó su cara y la tenía empapada. Ahora fue mi mujer quien se acercó y le dio un beso para luego limpiar con su lengua SU propia acabada de la cara de una Eva que estaba decidida a no terminar ahí.
Continuará…

2 comentarios - Aniversario (parte 2º)

enguascados +2
gran relato!!! si fue real, pedimos informacion extra de donde consiguieron esos servicios, saludos