Muerto de deseo

Querido Pedro, aun recuerdo en mi mente todos esos momentos deliciosos en que nos conocimos y nos amamos por primera vez, aún siento como mi mano temblosa de placer y timidez se introducía en tu entrepiernas y casi doy un salto de arrepentimiento y temor al tocar tan grande y duro ejemplar que ahí se escondía y como sufrí al tratar de acomodarlo entre mis glúteos a pesar de estar completamente mojada mi hendidura, tubo que expandirse al máximo y casi se partió en dos cuando dejó entrar ese animal que tenía vida propia y poseía palpitaciones independientes a las tuyas. Pero en fin hoy estoy frente a la puerta de tu casa en pleno bosque impulsado nuevamente por instintos que me son irrefrenables esperando que estés aún que no nos hemos visto por más de 2 años, sosteniendo en mi mano una buena botella de vino gran reserva para compartir contigo, golpeo y espero; vuelvo a golpear, y apareces en el dintel de la puerta, es increíble como tu rostro de molestia al ser interrumpida tu soledad se ilumina con gestos de incredulidad y se mezclan con los de alegría al verme.

- ¡Marce! pero que increíble nunca pensé volver a ver tu rostro nuevamente, pero… pasa entra no te quedes ahí parado no tardes

-Gracias no esperaba otra cosa de ti tanto tiempo sin verte y todos los días pensando en ti permíteme abrazarte nuevamente

Luego sentí su cuerpo pegado al mío y volví a la realidad sintiendo un gran alivio y emoción en mi corazón al tener nuevamente a este delicioso especímen humano apegado a mí tanto que sentía el latir fuerte de su corazón en mi oído al meterme entre sus poderosos brazos y desaparecer entre su pecho, junto a él me sentía totalmente segura(o) y no quería apartarme de él.

- Pero espera Marce no te emociones tanto. toma asiento y conversemos de tu vida! yo como siempre solitario y sin mas compañía que la de los animales del bosque, de vez en cuando bajo al pueblo por provisiones y vuelvo rápidamente, tu sabes me carga la ciudad.

Yo sin decir palabras tomo su rostro y lo inclino hacia mí buscando esos carnosos labios que tanto extrañaba y los junto con los míos siento como se funden en uno sólo y mi lengua busca la suya afanosamente y se entrelazan ambas en un interminable beso mis manos toman su cuello firme y musculoso y empino mis pies para alcanzarlo más y tenerlo cerca él baja sus manos y rodea mi talle con su derecha y con su izquierda toma mi barbilla para sostener mi rostro junto al suyo. Ese fue nuestro reencuentro. permanecimos por largos minutos abrazados y sin decir palabra (estaban demás) y luego tomamos asiento junto a la única pequeña mesita del comedor, su casa ere de lo más sencillo poseía una pieza central que tenía un comedor y cuatro sillas y aun costado una cama amplia y bien cuidada, más allá la cocina y junto a ella el baño formando un cuadrado casi perfecto el techo con vigas al descubierto daba un aspecto de una autentica casa en el bosque que es donde estaba, había dejado mi máquina a unos 150 metros de ahí y sin avisar fui a pedirle a Pedro alojamiento por esa noche ya que el campamento mío estaba muy alejado (unos 40 kms ) o si nó debía instalarme en mi carpa de campaña.

Suerte la mía que lo encontré Pedro, preparó la cena y yo ordené la meza dejando el vino al centro y acerqué dos copas, no duchamos y luego cenamos casi sin palabras solo miradas y la noche comenzó a caer, Pedro me conversaba de sus cosas y yo lo escuchaba con atención, parecía un niño con un juguete nuevo, desbordaba entusiasmo y alegría sus ojos brillaban a la luz de las velas, en determinado momento me levanté de mi silla y me coloqué a espaldas de él sentado y le rodee su cuello escuchando sus conversación él se detuvo y yo le dije sigue que te estoy escuchando, comencé a besar su cuello y acariciar su pecho y sin mediar mas palabras nos sentamos al borde del camastro nos abrazamos y comenzamos a acariciarnos lentamente y fue subiendo el tono de las caricias, desabroché su camiza y su pecho plagado de pelos quedó a mi placer recorriéndolo con caricias y besos mordisqueando sus tetillas que se inflamaron de placer. Pedro me desnuda el torso y me recuesta sobre la cama y me recorre con sus labios ardientes todo mi cuerpo besa mi vientre mis tetillas me voltea y besa mi espalda me vuelve nuevamente yo le saco su camisa siento a Pedro sacarme mi ropa de un tirón quedando totalmente desnudo y abre mis nalgas comenzando a recorrerlas con su lengua que introduce en mi ojete dejándome totalmente ensalivado luego me toma y me coloca al centro de la cama y él se baja los pantalones a media pierna y se mete entre las mías siento sus caricias en mis muslos y como se va colocando en posición dejando mis talones por sobre sus hombros siento que no tengo escapatoria y solo me relajo a tal modo que mis rodillas quedan apegadas a mi pecho, en eso siento como una enorme cabezota dura ardiente y palpitante se apoya en mi ojete y trata de entrar – le digo Pedro déjame guiarla porque está muy lejos de la entrada, luego la tomo con una mano y con la otra abro mu culo y le indico el camino correcto, Pedro suavemente comienza a empujar y siento como entra poco a poco hasta que siento su mata de pelos en mi entrepiernas y sus testículos cuelgan por entre mis nalgas yo los acaricio y los palpo con mis manitas son dos enormes bolas peludas que caen y golpean en mis nalgas cada vez que Pedro embiste mi culo totalmente abierto y atragantado de pene Pedro galopa y galopa como un jinete solitario en el bosque y su potra salvaje emite quejidos de placer a cada embestida sus poderosos brazos me tienen sujeto por detrás de los hombros y en cada embestida me atraen hacia sí logrando meterlo completamente al fondo de mi hueco a ratos con empujones laaargos y lentos y en otros cortos y profundos siento como su pene palpita en mi y se funde a mi culo como uno solo pasando sus latidos a mi cuerpo que me van provocando orgasmos uno tras otros y ya no tengo mas leche que expulsar mis jugos se confunden con los suyos y nuestros vientres resbalan sobre una mezcla de sudor y sexo yo desesperado tomo a Pedro por la cintura con mis piernas y lo atenazo fuertemente como impidiendo que se me escape y mis brazos por entre sus axilas rodean sus fuertes hombros, estamos fundidos completamente en una sola cosa cuando siento que Pedro me inundo con sus jugos y su cuerpo se tensa a cada una de sus emisiones llenando mi hueco hasta casi rebalsarse. Esa noche hicimos el amor hasta casi el amanecer y al otro día nos volvimos a juntar. hasta que no pude hacer durar mas mi estadía. Ho Pedro espero volver a verte nuevamente.

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