Mi mejor amigo-Helena gatita

Había encontrado la manera de espiar a los hombres en la regaderas después de su entrenamiento de futbol, nadie sabía, solo yo, subo por la ventilación del gimnasio de la escuela, las regaderas de los hombres y las mujeres estan juntas, no me resultaba dificil treparme, entrar en el canal de ventilación, arastrarme un poco hasta la otra rejilla donde llega justo en las regaderas de los hombres, a veces me sentia apenada, pero aquellos jugadores eran tan candentes y guapos, sobre todo Giovanni es mi vecino y resulta que es mi primo, pero eso no me quitaba la consumbre de verle su bulto cada que se sentaba o incluso cuando besaba a su novia, me imaginaba que era yo, repito no es mi primo cercano, podría decirse que era mi primo de 4 generación, así que no cometo ningún pecado mortal, bueno en fin, aquella ocasión mi primo salia de su entrenamiento tarde, yo tenía practicas de gimnasia también tarde, así que acordamos en irnos juntos, el me llevaría en su Mustang, o sea, por si fuera poco tenía un carro deportivo, así que se imaginaran las envidias y peleas que tenía con mis amigas sobre la cercanía que tenía con el chico mas sexy de la prepa, en fin.

En esa ocasión salí temprano de gimnasia, fuí a ver su entrenamiento, lo esperaba mientras Andrés (el amigo de Gio) me saludaba y me invitaba a salir, ya habiamos salido anteriormente y habíamos tenido un encuentro sexual en la parte de atrás de su coche, un chico, sí guapo, atletico, pero no era suficientemente mi tipo, volviendo al entrenamiento, pasado 20 minutos terminarón de entrenar, todos se dirigieron a las regaderas, Gio venía hacía mí, venía por su mochila que la tenía yo, cuando se acercaba a mí, se quito la playera sudada y sucia, su cuerpo hacia un contraste de sombras y luces por los focos de la cancha, sus pectorales definidos y fuertes, así como su abdomen, y mi mirada fue fugasmente hacia su entrepierna, ¡estaba parado!, desvie mi mirada al instante, me ruborice al instante.

-¿lista?
-Sí, ten tus cosas
-Si, gracias, deja me echo un regaderazo y nos vamos, ¿ok?
-si, esta bien

Gio estaba a punto de irse a las regaderas cuando su entrenador le habla, tardaron platicando sobre las estrategías de juego, tanto que sus demás compañeros terminaron de bañarse, hasta Andrés termino también, se despidio de mí, con un "tengo ganas" en el oído, le sonreí, y le dije "nunca", lo tomo como broma

-No te creo, a ver cuando salimos
-Veremos
-Oh qué, te regaña Gio
-¡Estas loco!
-Sabes a lo que me refiero

Me puse nerviosa

-¿Que quieres decir?
-Nada, salimos un día ¿no?, tengo ganas de repetirlo
-Nunca, ya te dije-río
-Te hablo a tu cel y quedamos
Solo reí, me encantaba hacerle así, que le cueste salir conmigo

Gio termina de platicar con su entrenador
-Me dejas bañarme rapido y nos vamos, ok?
-Sí, te espero- a donde más podia irme
-Debemos pasar por Caro-me dice
-Aja

Caro era la novia de Gio, la odiaba

El entrenador se va también, así que solo era yo y Gio, él en la regadera y yo afuera, ¡dios!

Sin pensarlo me dirigo a las regaderas de las mujeres, trepo por la ventilación y ahí estaba, bañandose, su cuerpo mojado, las gotas cayendo sobre su piel, su cuerpo, tenía un trasero perfecto, una espalda fuerte, musculosa, en ese momento se voltea, veo su miembro, rigido, erecto, ¡oh dios!, iba a gritar en ese momento, me contuve, grueso y grande, envidie a Caro, me puse caliente en ese momento, para mi sorpresa, Gio sale de la regadera, va hacia la puerta y le pone seguro para evitar que alguien entre, en eso, se empieza a masturbar, jalando primero levemente su miembro, su mirada al techo, primero una mano, después la otra, no podía seguir viendolo así, ¡oh dios!, su cuerpo era perfecto, su hermosura embriagadora, su virilidad prominente, ¡oh dios!, comenzo una velocidad mas rápida, jalaba aquella carne, su cuerpo se crispaba, escuche algo que me dejo sorprendida, menciono mi nombre, se estaba imaginando a mi, mi cueva esta humeda, humectada, estaba Gio pensando en mi mientras se masturbaba, no pude más, estaba caliente.

Los movimientos siguieron mas rápidos hasta que su leche salío a chorros, sus cuerpo mojado, su miembro empezando a tomar su forma en reposo, en eso baje tan rápido como pude y me instale en el lugar donde me dejo, estaba atonica ¡estaba pensando en mí, ¡imaginaba que me penetraba!"

Después que salío de la regadera, nos fuimos en su Mustang, no sabía ni que decir, ni que pensar, él me platicaba de su entrenamiento, pero yo, yo solo me imaginaba tenerlo en la boca, sentirlo dentro, hundido en mí...

1 comentario - Mi mejor amigo-Helena gatita

DamianBerti
Uuuuh se quedaron con las ganas los dos