El novio de mi amiga

Bueno aca les dejo un relato muy bueno nose si ya lo subieron o no pero bueno, espero que les guste, un beso chicas si quieren escriban




En casa, sin novio, sin amante, sin ningún macho que me curta. Pese a lo que pueda desprenderse de mis relatos, no soy una mina promiscua, no soy de andar entregando la colita al primero que se me cruce. Para coger con alguien tengo que sentir algo por esa persona, no digo amor, pero si cierta atracción, OK, me encamé con un tipo por plata y se la chupé a otro por una apuesta, pero ambas fueron circunstancias excepcionales, hechos aislados que se dieron así y que no pude ni quise evitar. Pero tengan por seguro que si estoy con ganas no me voy a ir a buscar al primero que pase por la esquina para que me garche. Antes prefiero hacerme una paja. Por eso es que me encontraba sola en casa, melancólica, mirando la tele sin mirarla en realidad, pensando, pensando y pensando… pensando en Raúl, obvio. Aunque me lo proponga no puedo olvidarlo, no me lo puedo sacar de la cabeza. Y eso que ya no me da más bola. No sé si habrá sido por el mensaje solamente, o si ya tenía pensado cogerme, sacarse las ganas conmigo, y si te he visto no me acuerdo, por ahí lo de aquel desafortunado mensaje le vino como anillo al dedo para terminar dejándome a mí como la gran culpable. Quizás sea así, de todas maneras ya no importa.
Trato de no pensar pero sigo obsesionada con él, entro al Facebook solo para mirar sus fotos. Para recordarlo, para sentir que lo tengo cerca aunque solo sea en una imagen. En eso alguien me contacta a través del Chat. Le pregunto quién es.
-Ariel- me contesta –el novio de Sabrina, me aceptaste hace un tiempo-
Si, me acuerdo de él, aunque según tenía entendido ya se habían peleado. Se lo digo.
-Ya nos arreglamos- me dice, poniendo una carita feliz al lado del mensaje.
Que bueno, pienso, todos felices menos yo. Me pregunta que estoy haciendo y le digo que nada, que estoy sola en casa, aburrida como un hongo. Se ríe, bueno, teclea que se ríe. Entonces me manda lo siguiente:
-¿Querés que nos veamos?-
Me quedo sorprendida, ¿Qué me esta proponiendo?
-¿Para qué?- le preguntó.
-No sé, para lo que vos quieras, como estás aburrida- me contesta.
-¿No te habías arreglado con Sabrina?- más que una pregunta es un recordatorio.
-Si, pero ahora no esta, tengo tiempo, ¿Qué decís?-
-No sé, no sé que decirte- le respondo.
En realidad no sabía, ya se que tendría que haberle dicho que no, mandarlo a la mierda y bloquearlo para siempre, pero… soy una boluda. Recordaba al novio de mi amiga como un chico bastante lindo, alto, de buen cuerpo, con esa pinta de cancherito que tanto me puede. Siempre me di cuenta que había cierta atracción entre los dos, pero bueno, era el novio de mi amiga… corrección… sigue siendo el novio de mi amiga.
-Dale, mirá que no tengo todo el día- me apura.
¡Flor de hijo de puta! Un hijo de puta divino. ¡Como me calientan los tipos así!, los que ni te preguntan si te pueden coger, sino que te cogen directamente. Soy una tonta sumisa, lo acepto. Pero que querían que hiciera, la falta de pija me estaba nublando el razonamiento.
-OK- escribí, no me anime a poner otra cosa.
-¿Dónde nos vemos?- me preguntó.
Lo pensé, la verdad es que no estaba para arreglarme, vestirme y salir. No es que no tuviera ganas, solo que ya me estaba desesperando, me moría de la calentura… literalmente.
-Veni a casa- le puse y le pase la dirección.
Mi mamá no iba a volver hasta tarde, y mi abuela esta todo el día en su cuarto, sin molestar a nadie.
-OK- me escribió –Agarrate porque estoy cerca-
Ni se despidió. Cerró el chat y me dejo esperando. Como estaba en casa yo estaba vestida con un pantalón de jogging y una remera, no muy seductora que digamos, pero que importaba, nos habíamos salteado por completo esa parte.
A los pocos minutos ya estaba tocando el timbre de casa. Les juro que por un momento estuve a punto de no atender, de dejar que se cansara de tocar y se fuera. No estaba dispuesta a meterme en otro problema, y encamarme con el novio de mi amiga seguro que sería uno grande. Pero… ¿ya les dije que soy muy boluda? Así que fui y le abrí la puerta. Apenas me vio el flaco saltó como si tuviera resortes sobre mí.
-Pará, frená la moto- le dije al cerrar la puerta –Que quede claro que es esta vez y nunca más, y nadie tiene que enterarse, ¿OK?-
-Si mamita, nadie se va a enterar que te voy a sacar ampollas de tanto cogerte- me dijo, metiendo sus manos por los lugares más íntimos de mi cuerpo.
Así, en llamas, fuimos a mi cuarto. Cerré con llave, por si a mi mamá se le ocurría volver temprano. Me senté en el borde de la cama y con él parado frente a mí, le desabroche el pantalón. No bien se lo baje, junto con el slip, la pija emergió en todo su esplendor, pegando un salto, pegándome casi en la cara. Se la agarre con una mano y mirándolo desde abajo, empecé a pajearlo mientras le decía esas cositas que a ustedes tanto les gusta escuchar:
-¡Que buena pija tenés!… ¡La tenés redura!… ¡Te la voy a chupar toda!… ¡Mmmmm, me la voy a comer doblada!…-
Y así me la metí en la boca, cerré mis labios en torno a su pegajoso y palpitante volumen, y me puse a chupársela con frenesí. Tal como le dije, se la chupe toda, me la devoraba hasta la garganta, no era que me la comía doblada, pero faltaba poco. En verdad que Ariel esta muy buen dotado, tiene una de esas pijas fuertes y venosas, con la piel bien tirante, lo que hace que la cabeza resalte como una cereza sobre el mejor de los postres.
-¡Ahhhhhh… si putita… chupámela toda… ahhhhhh… que buena boca tenés…!- me decía entre excitados suspiros, disfrutando intensamente la tremenda mamada que le estaba dando.
-¡Petera… petera hija de puta… como me la chupás… como te gusta la verga pendeja…!- se exaltaba, estremeciéndose ante el incansable ataque de mis labios.
Me encanta petear cuándo se ponen así, como loquitos, tanto que hasta parece que se les van a reventar las venas de la pija de tanta calentura. Aunque no fuera en una forma conciente, sentía que de alguna manera estaba compitiendo con Sabrina, por eso trataba de comérmela toda pese a que cada vez se ponía más grande. Más de una vez había hablado con ella respecto a los perjuicios y/o beneficios del sexo oral. Para mí son todos beneficios cuándo de chupar se trata, no puedo encontrarle nada malo a tener una pija en la boca, en cambio para ella, era todo lo contrario. Imaginaba que no se la debía chupar así a su novio.
“A que la flaca esa no te la come así”, pensaba mientras me la mandaba hasta más allá de la campanilla. Sus gemidos y jadeos me respondían que no, que no se la chupaba ni remotamente cerca de cómo yo se la chupaba.
De a ratos me tomaba algún respiro, entonces me la sacaba de la boca, la empujaba contra su vientre, y le devoraba los huevos, me los comía enteritos, Ariel tiene unos huevos hermosos y riquísimos, calientes, peluditos, y cargados de leche, como lo estaban en ese momento, son mucho más ricos todavía. Me engolosiné con ellos, saboreándolos con el mayor de los gustos. Pero aunque quería seguir disfrutando de tan selecto manjar, Ariel estaba que no daba más, se salía de la vaina por metérmela, se ve que mi amiga no lo atiende como se debe, así que deje de chupársela y me levanté. Me empecé a desvestir delante suyo.
-¡¿Me vas a coger?!- le dije, aunque más que una pregunta era una afirmación.
No se porque pero me gusta escucharme diciendo cosas como: “Cogeme”, “Dame más”, “Más adentro”, “Metemela toda”, “Cogeme bien cogida”, “Rompeme el culito”, y sé perfectamente que a ustedes les gusta escucharlas, así que no me privo de decirlas… eso si no tengo una pija taponándome la garganta… jajaja.
-¡Te voy a recontra coger, guachita, te la voy a sacar por la boca!- me aseguró Ariel, desvistiéndose también, amenazándome en todo momento con esa portentosa erección que se mantenía bien firme y enaltecida.
Ya los dos en bolas, me palmeó la cola, me pellizcó las nalgas y dándome un empujoncito me hizo poner en cuatro sobre la cama. Me abrió bien los cantos con sus manos y empezó a pasarme la lengua de arriba abajo. Solté una exclamación de placer al sentirlo. Algunos en esos momentos están tan calientes que te la ponen directamente sin dedicarte ni una mísera lamidita, y eso que antes te pasaste un buen rato chupándoles bien la pija, por suerte Ariel dedicó un ratito a saborear toda mi intimidad, y eso que estaba ya que explotaba.
¡Chicos, recuerden, a nosotras también nos gusta que nos chupen rico! Así que luego de haberme complacido en ese aspecto, se puso uno de los tantos forros que había traído a tal efecto… a los efectos de cogerme, jajaja… me la colocó justo en la puertita y… ni siquiera tuvo que empujar, mi conchita sola lo devoró hasta los huevos.
-¡Ahhhhhhh… ahhhhhhhh… ahhhhhhhhh…!- mis suspiros estallaron al instante, fuertes y descontrolados.
-¡Ahhhhhhhhhh…!- él tampoco se quedo atrás con los suyos, exaltándose cada vez más a medida que llegaba hasta el fondo.
Me agarró entonces de la cintura… de los rollitos, jajaja… y me empezó a coger con un ritmo delicioso y vibrante, ni muy fuerte ni muy despacio, aunque cambiando de velocidad a cada rato, como para entrarme de diferentes forma. Yo estaba despatarrada en la cama, toda abierta, con el culo en pompa y la concha chorreando a más no poder. Era un Tsunami de flujo lo que me salía de adentro. Hacia rato que me venía aguantando las ganas de coger, y este guacho estaba justo ahí para sacármelas.
-¡Si… si… cogeme… cogeme así… toda… ahhhhhh… dámela toda… ahhhhhh… si… hasta el fondo… mmmmm… que buena pija…!- mis palabras acompañaban cada uno de los ensartes que Ariel me aplicaba desde atrás, unos ensartes bien fuertes y certeros que repercutían hasta en lo más íntimo de mi organismo.
-¡Te voy a hacer la cola, Gise!- me dijo en cierto momento, frenando de repente las embestidas y manteniéndose mitad dentro, mitad fuera.
-¡Haceme lo que quieras!- fue mi respuesta.
-Que buena puta resultaste, la forra de Sabrina no me deja ni que le meta un dedo- expresó.
¿Mi amiga no le entrega el culito a su novio? ¡Que no se diga! ¿Cómo puede ser algo así? Voy a tener que hablar seriamente con ella, así ningún hombre le va a durar, además, entregar la cola es lo más rico del mundo, o no. (Respuestas en los comentarios, porfis)
Yo, por supuesto, me deje meter más que un dedo, por poco me mete toda la mano el muy turro, y es que se entusiasmó tanto con mi otro agujerito, que mientras me cogía por adelante, me trabajaba por detrás. Cuándo ya me dilató lo suficiente, hizo el cambio y me la metió por detrás. No les puedo decir lo que fue su exclamación de placer al tener toda su pija bien guardada en mi culito. Estaba chocho de la vida el guachito. Así que volvió a agarrarme de la cintura, (otra vez de los rollitos), y me empezó a culear con ese ritmo que ya parecía su marca registrada.
Culeamos en todas las posiciones que puedan imaginarse. Incluso llego a acabar una vez, aunque a los pocos minutos estuvo listo de nuevo, con la verga al máximo de su potencial. Es obvio que con mi amiga no obtiene la satisfacción que un machito como él necesita, porque en determinado momento, y tras haberme pero recontra cogido, me pidió otra cosita. Quería acabarme en las tetas. A esa altura ya no le podía negar nada, así que me acosté de espalda en la cama y lo invite a que se sacara el forro y se pajeara sobre mis gomas. Se puso a un costado y con la pija al rojo vivo empezó a meneársela mientras con la otra mano me exploraba la cachucha. Estuvo así un rato, pero no acababa, ¡estaba pasado de calentura!, lo ayude sobándole los huevos, acariciándole la cola, y nada, hasta que me mandé… hice que me metiera la pija en la boca y empecé a chupársela hasta que los borbotones de semen comenzaron a fluir como si no hubiera tenido una descarga previa. Me tragué todo, obvio, relamiéndome como si en aquella sustancia fuera a encontrar la esencia de mi vida. Ariel se limpió bien la verga con mis labios y se empezó a vestir. Típico de los infieles, te cogen y no ven la hora de irse, como si acabaran de cometer algún crimen.

5 comentarios - El novio de mi amiga

jeropa1483
Hacer un cola es el paraíso!!! 😃
Muy buen relatos
Dario_salta
Conoces a la q escribio esto? Muy bueno!