Las Noches De Noelia

Noelia era una bella joven de apenas veintitrés anos recién cumplidos, de cabello liso, ojos color café pechos no muy grandes pero apenas perfectos para su pequeña estatura de metro cincuenta y dos, de trasero bien formado y labios carnosos que daban una sera claridad de lo que se esperaba al besarlos.

Con su trabajo de educadora de primaria tenia una vida bien formada y completamente normal, vivía sola debido a que no soportaba a las multitudes menos a su escandalosa familia. Al vivir sola no contaba con mas compañía que la de su gato Gabriel mismo nombre de su ultimo amor, y de su inseparable computadora portátil, donde ademas de guardar su trabajo escolar, era ademas un portal a satisfacer sus deseos carnales.

Cada día su trabajo era mas estresante, con mas y mas trabajos y pruebas que no le dejaban tiempo para ella. Las duchas eran cortas y nada provechosas, su cuidado personal disminuyo a tal motivo de ya no rasurarse las piernas y su bien cuidada área vaginal.

Un día el director un viejo y horrible tipo la despidió sin motivo alguno, simplemente su excusa fue; Recorte de personal a nivel nacional, estaba destrozada esa era su vida diaria ¿Que seria de ella ahora? bien, tomo su abrigo y su portafolio y se dirijo a casa. Entrando tiro con furia sus cosas asustando a su adormilado gato y tumbándose en el sillón, miro sus manos y se recostó cerrando los ojos.

Sus manos comenzaron a acariciar sus piernas algo descuidadas, en un constante baile lento y superficial balanceándolas en un compás sin fin, poco a poco su mano comenzó a subir por su pierna lentamente hasta llegar a perderse entre sus piernas y su falda, y rosando con ternura su vagina cubierta sutilmente por sus bragas noto la suave y dulce sensación que sentía al presionar y estimular su ya olvidado clítoris. Ya era hora, tenia tiempo y ella lo merecía.

Se levanto y camino hasta el baño donde quitándose la blusa y la falda se miro al espejo en ropa interior y le gusto lo que en el se reflejaba. Su cuerpo, mismo que ya había olvidado, mismo que ella misma disfrutaba y que ahora por fin lo disfrutaría de nuevo. Se quito el brasier dejando al descubierto sus pequeños y ya bien formados pechos adornados por dos perfectos pezones de un suave color rosa, se los acaricio un momento recordando lo suaves que eran.

Seguido, miro hacia abajo y de un suave tirón se bajó las bragas dejando en completa libertad su lugar amado. Miro como su vagina estaba muy velluda y esto no le gustaba, siempre había preferido un buen corte sentirse tierna y acariciarla y sentir como la suavidad hacia deslizar sus manos. tomando unas tijeras procedió a cortar cuidadosamente cada lugar y cada esquina, no quedo lugar alguno. seguido tomo una maquinilla de rasurar y suavemente la deslizaba desde su monte de venus hasta la parte mas baja de su vulva.

Esto le excitaba a gran medida, sentir como recorría sus labios la excitaba, al acabar, se miro de nuevo al espejo y se miro apetitosa, se volteo y miro su trasero firme, le gusto lo que miro y procedió a acariciarlo dejando de vez en cuando que su mano se perdiera en medio de sus pompas. No podía mas, hacia mucho estaba con antojos de su cuerpo de su aroma de su calor antojos de si misma, corrió a su cuarto donde se acostó boca arriba y acariciando sus piernas se erizaba del placer que empezaba a sentir.

Su cuerpo era su manjar, su deleite sin restricciones, lentamente posiciona su mano izquierda en su pezón y lo aprieta suavemente mientras los dedos de su mano derecha comienzan a abrir sus labios vaginales dejando al descubierto su ya anhelado clítoris. Con suaves movimientos comienza a estimularlo, un ritmo delicioso que llena su cuerpo de miles de sensaciones y poco a poco las contracciones no se hacen esperar conllevando a su primer orgasmo, mismo que hace que grite y se estremezca en su solitaria cama.

rápidamente la humedad comienza a deslizarse por su vagina llenándola y cubriendo sin detenerse su apretado ano que aunque no lo usaba mucho a ella le encantaba el sexo anal a gran medida. Estaba en el paraíso, ya había olvidado el sabor del placer, el aroma de su vagina, la humedad de su cuerpo, extasiada abre la gaveta de su mesa de noche sacando de ella su juguete, un pene de goma de unos veinticinco centímetros de largo, el cual amaba con todo su ser.

Rápidamente lo mete en su boca lubrican-dolo un poco y seguido lo empieza a introducir en su ya húmeda vagina, cada centímetro que entra es un día sin placer, cada gemido es un día sin su amor, cada contracción es un día si saborearse a si misma, suavemente el consolador desaparece dejando de fuera su protección. Ella sonríe mientras sus ojos permanecen cerrados, y haciendo un movimiento de caderas empieza a saborear el sabor del placer, ahora, se siente completamente llena, su vagina esta satisfaciéndose, su cuerpo esta en constantes explosiones.

los continuos orgasmos la hacen gritar y contraerse en su cama, misma que se encuentra cubierta por su liquido, por el jugo de su sexo. los minutos pasan y el placer es inmenso, se detiene y poco a poco saca el consolador sintiendo como queda su húmeda vagina vacía de nuevo. Al sacarlo la necesidad de llevarlo dentro de su boca es mas que obvio quiere saborearse a si misma.

Su vagina completamente excitada no deja de humedecer su entre pierna, su ano es su siguiente objetivo. Colocando sus pies en lo alto coloca su parte baja de la espalda en el respaldar de la cama dejando su entre pierna y trasero en el aire dejando que el liquido de su vagina recorra su vientre hasta llegar a sus pechos y cuello. Paso seguido abre sus pompas sutilmente mirando como sus cavidades están completamente húmedas e inflamadas de placer, dejando al descubierto su ano apretado y bien cuidado, mirándolo sonríe y se chupa sus labios en símbolo de delicia.

Colocando el consolador y sobre su ano lo desliza, al principio esta muy apretado y no lo permite, le duele así que se detiene, pero lo intenta de nuevo y esta vez su ano se abre al paso de su juguete mismo que ella disfruta mientras desaparece dentro de su trasero. Con fuertes movimientos disfruta la sensación en su cuerpo, deleitándose de ser sometida por ella misma, de como sus fluidos calientes recorren su cuerpo mojandola. Es su vida, su pasión, su delicioso cuerpo a su propia merced. Esa noche su autoridad sobre su cuerpo fue re escrita y el poderío en su propio placer fue impuesto.

En las noches venideras la pasión fue mayor, mayores poses así como juguetes, y no olvidar la compañía de diversas muchachas que como ella, disfrutaban del placer que les otorgaba lamer y saborear una vagina. Al final ella y su trabajo se acomodaron, sus parejas la ayudaban y en sus orgías ella les agradecía, cada noche una nueva historia de amor y disfrute donde nadie mas que su gato, fueron testigos.

1 comentario - Las Noches De Noelia

Mariacandelaria +1
otro excelente y bello relato, espero mas. besos
william_escribe +1
Gracias, me da gusto que te gusten 🙂