Una de las responsables

Como dije en otros relatos, escribir me aviva los recuerdo, y hoy tengo ganas de revivir a Samantha, una tramposa, que contribuyo a mi fantasía de ser el tercero en un trío hmh, o dicho de otra forma, el corneador.
Vamos a la historia:

Samantha, o Samy, como ella misma me dijo que la llame, llegó un día a mi trabajo con una consulta media poco creíble, tipo de esas cosas que nada tenían que ver conmigo. Como era muy linda y un pelo de concha tira mas que mil bueyes, me ofrecí a tratar de averiguar lo que ella quería. Con ese argumento, ella venía cada vez mas seguido a mi oficina, y en cada oportunidad el beso del saludo se acercaba mas a la boca, hasta la comisura de los labios. Asi fuimos avanzando, yo muy quedado por que ella hablaba seguido del marido, pero cuando le acariciaba las piernas o tomaba las manos, ella solo sonreía.
Hasta que se dió. Un día que había menos gente, me anime, cerré la puerta de la oficina con llave tras el ingreso de ella y le comí la boca. Me gusta chupar concha. Es decir, si me gusta el sabor de esa concha, me gusta mucho chuparla, sentir como la mujer se retuerce en mis manos con mi boca. Me gusta sentir cuanto su disfrute se transforma en sus manos sujetando mi cabeza. Me enloquece como sus flujos aumentan y llenan mi boca.
Este era el caso de Samy
Como si de uno de mis trabajos se tratase, la puse en el escritorio, con las piernas abiertas, la cola al borde, y yo en mi sillon me dedicaba a comerla. Como las divisiones de las oficinas eran muy finas, los gemidos ahogados de ella aumentaban mi morbo. Cuando levantaba mi vista, le veía a ella con una de sus manos tapando su boca y su frente llena de gotitas de transpiración. Sus orgasmos también eran un espectáculo: temblaba, y si posaba una mano en su vientre, se sentían los espasmos que recorrían su cuerpo.
Creo que una mujer que saber disfrutar del sexo, sabe gozar del sexo anal. Tenía que aprovechar que la tenía asi, entregada, que había acabado por lo menos dos veces, asi que empecé a acariciar sus piernas, la cara interna de sus muslos, bajando lentamente, pasando por la casacada de mi saliva mezclada con sus flujos, que marcaban el rumbo a su ano. Al primer roce no dijo ni hizo nada. Cuando empecé a acariciarlo mas decididamente, haciendo que se de cuenta de mi intención, una de sus manos buscó la mia y la sujetó, pero su orificio la traicionó, por que alcancé a sentir como se abría. La deje ilusionarse (o desilusionarse, quien sabe) que había logrado contenerme, pero tome sus muslos, empuje su cuerpo hacia atrás, haciendo que su cola se elevase un poco mas, y le clave la lengua en el ano. Su mano apreto la mia, la que había atrapado, pero sus gemidos se intensificaron.
Tenerla asi, con las piernas tan levantadas, era un poco peligoros por que mi oficina tenía una ventana con una cortina translúcida, algo dejaba ver. Acostada sobre el escritorio podía ser medio confuso para quien mirase de afuera, pero unos pies con tacos moviéndose un metros o mas sobre la mesa, era como muy difícil pretender que no se adivinase que había una mujer patas arriba. Asi que ni bien soltó mi mano, que ví que fue para tapar su boca con ambas suyas, volví a mi plan original y me dedique a masajearle el ano mientras le seguía chupando la concha. La lucha fue tal cuando estaba patas arriba, que no puede distinguir si llego a acabar una vez mas, pero cando le entró la primer falange, acabó una vez mas, se sentía como el ortito se contraía en mi dedo y lo acompañaba con un corto gemido.
Pero creo que una cola viciosa tiene que estar convencida, que no le queden dudas que le gusta que la orteen, asi que seguí. Metía y sacaba mi dedo cada vez mas profundo. Me pareció que en un momento lloraba, me hizo dudar, pero la calentura gano y seguí, hasta que mis nudillos separaban sus nalgas para meterle todo el dedo completo en el orto, logrando que lo que chorreaba de su concha recorriese el dorso de mi mano, mojándome hasta la manga de mi camisa.
Cuando otra vez empezaron los espasmos en el ano, y sus muslos apretaron mi cabeza, se acomodo, me empujo la cabeza hacia atrás con sus piernas, giró y se acurrucó de costado sobre el escritorio, sobre los papeles. Era casi mas alta que yo, pero en ese momento entraba por completo sobre la mesa. Moví mi dedo que aún seguía ensartado en su cola, ella se tomo de los bordes de la mesa, se tensó levanto la cabeza y susurró: "para por favor, no doy mas, tengo seca la boca, la garganta, necesito agua".
Saque mi dedo para poder dar la vuelta e ir a besarla. De lo mejor que estabamos, me corto y empezó con "esto está mal, no podemos", se paro, se bajo la pollera, y empezó a irse.
Pensé: chau, esto fue todo. Luego, una noche, en una reunión, no va que me toca en la mesa con ella y el marido. Luego de esa noche volvió a aparecer por la oficina, al orario de cierre. Se ve que le gustaba todo el cortejo por que estuvimos asi, midiéndonos con la mirada mas de media hora y después se repitió casi toda la escena, salvo que cuando me dirijí a su cola, no hizo ningún intento de detenerme. Acabo varias veces, le agarro la culpa y se fue.
Cuatro encuentros después, cuando pensé que se iba, que para bajar del escritorio rodaba, se ponía de rodillas, se arreglaba la pollera, se paraba y se iba, me tomó el cinturón, lo desprendió, abrió el pantalón a penas, me saco la pija lastimándome un poco, y me la mamo. Dure poco. Le llene la boca. ahora fue ella la que me tomó el tiempo, por que ni bien deje de acabar, repitió su escena "esto esta mal, que hacemos" y se fue. Luego, incorporo la chupada de verga a su rutina, y una vez por semana, venía a hacerse chupar la concha, ortear, mamar verga, pero nunca me pasábamos de eso.
Una vez, me llego con el marido. "sonamos" pensé. Me preparé para el quilombo pero no. La muy hija de puta hablaba como si nada, y el vago como que medía la situación. Esa fue la primera vez que me di cuenta que aparte de ella, la situación me calentaba. Ella hablaba, yo no le escuchaba, solo la recordaba con las patas abiertas sobre mi escritorio, y la colección de sus bombachas que me fuí guardando por que en sus ataques de culpa se iba sin ponérsela.
Tuve que hacer malabares para despedirlos cuando si iban sin que se me note la erección que tenia. Quede enloquecido, con una calentura descontrolada. No podía pensar en nada mas, no me concentraba como para retomar mi trabajo. Estaba en eso, habrá pasado un poco mas de media hora y de repente apareció otra vez, sola. Ella cerro la puerta de la oficina. Se arrodillo frente a mi que no llegué ni a levantarme, y me la chupo hasta que me hizo acabar. Limpio todo la leche que que se había escapado. tiro mi verga hacia arriba y lamió las bolas. Reemplazó cada gota de semen por su saliva. Se paro, se saco la tanga, me entrego en la mano, se subió al escritorio, abrió las piernas y se acomodo para que le pegue su correspondiente chupada de concha. Se repitió toda la secuencia, solo que esta vez, en vez de rodar para el costado, volvió hacia mi sillón, me beso y pregunto "tenes protección?". Abrí mi cajón y no había nada. Ella me pajeaba lentamente. Yo buscaba y no tenía nada. "No te preocupes, no tengo nada, siempre me cuido" le dije, "tengo mucho miedo al embarazo, yo no me cuido, lo hace mi marido". La di vuelta sin dejar de besarla. "no para, en serio, tengo miedo" repetía ella entre beso y beso. "quedate tranquila, no pasa nada" y apoyando el glande en su ano completé la frase "asi no podes quedar embarazada". No dejaba de besarme, pero con ambas manos sujetó mi cadera "no, no, nunca lo hice así" (frase que me hizo acordar otra historia), "pero te gusta mi dedo no". No respondió. Pasé una mano entre las nalgas y le hundí un dedo "ves que te gusta" y se hizo la luz. Se reclinó sobre el escritorio, levanto la cola. Giró la cara, apoyando una de sus mejillas sobre los papeles que tapizaban la meza. Se tomo del borde y cerro los ojos. apoye el glande. El ano se aflojo casi hasta que le entro completo. Pero no, faltaba un toque. Empece a embestirla despacito. Tome sus hombros y la hice parase para seguir besándola. Quie sus manos a mi pene para que los sostenga contra su cola. Me calentaba hacer que ella se la meta en su culo. Cuando sentí los dedos de ella, tome su cadera, aumente la presión y el ano cedío para cerrarse al pasar el glande, atrapándolo. Se tiró hacia adelante. Con una mano se sostuvo, con la otra se tapo la boca. Quede a la expectativa de si se zafaba, pero no quedo asi, jadeando. La tome con ambas manos d su cadera y empece a bombear. Que se le dilate otra vez el culito para que entre el resto del tronco llevo algunas embestias, pero de a poco le entro todo. Gracias a que me había hecho acabar antes, pude culearla un rato largo. Disfrute como acabo una vez, abrazando mi cuello por detrás, parada, después de lo que se inclinó hacia adelante, se volvió a tomar del escritorio y se dejo hacer, hasta senti como sus piernas se aflojaban y chocaban con las mias, mientras que el peso sujeto de mi verga se intensificaba. Se paro otra vez, me beso y me pidio, "acaba, quiero que goces como yo" y no puede mas. La inyecté, senti como la fuerza con la que me salió la leche me quemó la uretra. Me tomo una mano y me la puso en su boca y se aflojaron sus piernas. yo también estaba acabando, no podía sostenerla, me venció y caimos los dos de rodillas entre el mueble y el escritorio. Una de sus manos sujetaba la mia contra su boca. La otra hacia atrás de sí, tomando mi cintura, afirmándome contra ella. Apoyo la frente contra el borde del escritorio y jadeaba. Su respiración salia fuerte por la nariz. Hubo un instante en que pensé que el final sería distinto. Pero ni bien reitre mi miembro de su recto volvimos a la normalidad "hay no, no, que hicmos, no te puedo creer", bajo su pollera y se fue. Cerro la puerta de mi office, escuche que cerró otra puerta que salía a la calla, pasaron unos segundos, y apareció otra vez "dame mi ropa interior por favor. Nunca me habían acabado dentro, no me puedo ir así, estoy chorreando", no puede evitarlo y mientras se la daba le pregunte "pero te gusto,no?" - "a vos que te parece?". Su cara era rara. Una mezcla de lujuria, reproche y enojo. Se fue. Intenté comunicarme varias veces pero no me respondía. Cada vez que nos encontrábamos solos me esquivaba. Nos encontrábamos con ella y el marido y mas tarde o mas temprano aparecía, me la chupaba, me tomaba la leche y se hacia romper el culo. Ya en los últimos encuentros, no me daba ni tiempo de chuparle la concha, ya sola se hacia culear. En mi auto, en un baño, en el living su casa y hasta una vez me pidió que le lleve unos recortes al marido al laburo de él, llego ella, me acompaño hasta afuera y me hizo hacerle el culo en un deposito de papeles.
La empresa del marido cerro y se fueron. Como ella seguía esa secuencia de verme y sexo, al no vernos mas le perdí el rastro. Pero me dejo este morbo de la mujer de otro, de mandarla a la casa con sabor a mi verga y leche en su boca, y con el culito chorreando.
Mis recuerdos de sus tanguitas se terminaron desde que se acostumbro a irse con la cola llena

5 comentarios - Una de las responsables

mamasexy +2
tremendo relato... hoy me quede sin puntos pero paso mañana.... Pasate por mis relatos, un beso!
memoguille39
impresioante muy bueno ¡¡¡si fue real mejor ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿
locoporvos1974
lo fue.. y lo triste es eso que "fue" 😞
angieyruben +2
Pero que recuerdo más caliente !!!
Excelente el relato !!!
A favoritos y volveré !!!


Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!

Una de las responsables
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
locoporvos1974 +1
es un honor viniendo de uds!
gracias por pasar
angieyruben +3
Volvimos con puntos de reconocimiento !!!
baireshb +1
Yo pase por varias situaciones con mi pareja y algún tercero.. Y menos frecuente tercera.. Es un viaje de ida...!!😉