Una chica del montón (epílogo)

Una chica del montón (epílogo)






2 DIAS DESPUES DE LO SUCEDIDO EN EL BAR



Ana se despertó después de muchas horas de sueño. Apenas tenía fuerzas y sentía su cuerpo entumecido. No sabía que había estado dormida por casi 24 horas, en realidad no podía recordar gran cosa de nada. Recordaba vagamente lo que había pasado en aquel bar, y cuando poco a poco se fue dando cuenta de que no había soñado lo ocurrido, lágrimas de impotencia aparecieron en sus ojos. Perder la virginidad de esa manera... Por fín lo recordó todo, y lo peor de aquello es que se daba cuenta de que en aquel momento lo había aceptado encantada, y que, para su horror, le había encantado, lo había deseado. Pero ahora pensaba en todo aquello y le daban nauseas. Pero después de lo ocurrido aquella noche, poco más recordaba... Solo que un tipo con un acento raro la había metido en una furgoneta, le había inyectado algo y se había quedado dormida. Nada más.

Lentamente sus músculos fueron recuperando el funcionamiento, y se fijó en el lugar donde estaba. Era una habitación minúscula, con las paredes desconchadas y con la cama en la que estaba como único objeto en ella. Se levanto y fue a la puerta, pero estaba cerrada. La intentó abrir desesperada, pero no era capaz. Después de un buen rato se rindió y se hecho en la cama, a llorar de nuevo. ¿Qué iba a ser de ella? ¿Dónde estaba? ¿Estarían sus padres buscándola?

Un par de horas después la puerta se abrió, con un profundo chirrío que asustó a la joven. Aparecieron dos hombres. El primero, rubio de piel muy pálida. El otro, de raza negra, muy alto y fuerte.

- Perfecto, parece que nuestra nueva adquisición se ha despertado. Me presentaré, mi nombre es Vlad, y soy tu nuevo “jefe”. Benito nos ha dicho que serías perfecta para nosotros - Al oír ese nombre Ana sintió una extraña reacción en su cuerpo. No era para menos; era el viejo que la había desvirgado - Ahora que has descansado, es hora de que lo veamos. Akono...

El gigantón negro comenzó a quitarse la ropa delante de la asustada chica que pronto comprendió lo que iba a ocurrir allí. En ese momento se dio cuenta de que ella misma estaba desnuda. Cuando el hombre estuvo desnudo se acercó con paso firme hasta la morena, que buscaba por donde escabullirse, aunque no tenía donde. Con facilidad la agarró de los brazos y la echó en la cama de nuevo.

- Será mejor que te portes bien y no seas mala, Akono tiene poca paciencia. Y menos con las niñatas blancas como tú. El ha follado y desvirgado cientos de ellas. Una de ellas es una amiga común: Carolina

Ana quedó en shock ¿Carolina había perdido la virginidad con ese tipo? No tuvo tiempo de pensar nada más porque el inmenso negro se echó encima de su cuerpecito, y con un movimiento rápido le ensarto su pene de 24 cm en su estrecho coñito. Ana gritó de dolor.

- Será mejor que te mojes rápido, o lo pasaras peor - le aconsejó el otro hombre. Pero Ana no era capaz. De hecho no fue capaz durante todo el acto. Todo lo bien que recordaba haberlo pasado días atrás lo paso de mal durante las siguientes dos horas de su vida. Y no sería la última vez...




5 DIAS DESPUES



Los muelles de la cama de Benito chirriaban sin parar mientras el viejo se follaba sin compasión el cuerpo de la joven Noelia. Estaban en la posición del misionero y Benito se la follaba con golpes firmes de pelvis, mientras que Noelia intentaba inútilmente no sentir placer. Las primeras dos noches lo había conseguido, pero el viejo mafioso era experto en lides amatorias, y poco a poco conseguía hacer vibrar a la joven lolita. Se dedicaba a acariciarla en sus partes más erógenas y besuquearla en el cuello y los pezones mientras la penetraba firmemente. Lo que no había conseguido aún era besarla en la boca. Noelia había conseguido no ceder en eso al menos y no había sentido aún en su boca la nauseabunda lengúa del mafioso. No quería ser dominada por el viejo. Solo una cosa le hacía aguantar, de resistirse a rendirse del todo a Benito: Carlos. La promesa de que después de conseguir quedar encinta del viejo podría estar junto a él. Los últimos infernales días habían sido más llevaderos gracias a ese mantra. El poder quedarse con el hermano de Carolina y poder criar juntos el bebe, aunque este nunca llegara a saber que no era el padre. Pero ese sería su secreto. Y Carlos sería solo para ella. Hasta ese punto lo había idolatrado. Gracias a esos pensamientos, consiguió aguantar y que cuando Benito se corrió dentro de ella, no acompañarlo con su propio orgasmo.

Estaba resistiendo como una campeona. Por su amor. Por Carlos.



7 DIAS DESPUES



Ana seguía en posición fetal, en la destartalada cama. El mastodonte de color había pasado dos veces más por alli en aquellos días, y las dos veces había tomado todos sus orificios sin compasión. Y este día iba a ser el cuarto. Pero esta vez no venía solo. Vlad hizo su aparición como la primera vez.

- Hola putilla. Hoy mi amigo va a seguir abriéndote tus agujeritos para que estén a gusto de los clientes.

- ¡No! - gritó la morena - No pienso aceptarlo. Mis padres se van a enterar, y cuando lo hagan…

- Jajajaja... me temo que no tienen ni idea de donde estas putita. Seguramente te estén buscando, no lo niego. Pero es que no estas ni en tu puto país

Esa revelación rompió algo dentro de Ana

- Mira, te propongo una cosa. Puedes hacer lo de siempre y ser forzada por mi amigo aquí presente, o... - y sacó una bolsita con un polvo blanco que Ana reconoció: cocaína - ... o puedo darte esto y prometes portarte bien para que te ayude a sobrellevarlo. Tú decides

Una parte de ella quería rebelarse. No aceptar el destino horroroso que el tipejo le ofrecía. Pero su lado cobarde apareció en el peor momento. Como siempre.

- Acepto.

Vlad sonrió. Había caído. Como todas. Media hora después Ana, ya bajo la influencia de la droga, gemía dejándose llevar mientras el gigantón la penetraba sin piedad por el culo.



8 DIAS DESPUES



Carolina estaba irreconocible los últimos días. Apenas se había movido de casa. Se quedaba en la cama, desnuda, sin hacer nada. Y tenía buenas razones. La policía había hablado con ella. Preguntas de rutina acerca de la desaparición de Ana, y aunque había contestado con su mejor cara de inocente su fama hacía que no estuviera del todo descartada aún. Además, estaba el hecho de que en clase había un importante runrun acerca de la otra desaparición, la de Noelia. En este caso poca escapatoria tenía, ya que la habían visto besarse con ella y estar juntas todo el día. La gente no dejaba de murmurar y soltar rumores de que Noelia estaba escondida en su casa. No era el rumor más aceptado, pero ganaba adeptos, y a Carolina no le apetecía mucho ser el centro de algo así en ese momento. Así que los últimos días decidió no ir a clase.

Lo más increíble de todo era que no le apetecía ni tener sexo. Y eso que se estaba quedando sin dinero. Había tenido una bronca muy grande con Carlos a cuenta de la venta del bar a Benito. Pese a que odiaba ese bar, era una fuente de ingresos (clandestinos) bastante importante, así que le había echado en cara que se lo hubiera vendido así como así. La bronca degeneró en un nuevo intercambio de insultos y con la decisión de su hermano de no darle una sola moneda más. Además, había decidido irse de casa, con la excusa de que aquél día en el bar ya le había echado. Así que ahora iba a estar sola y sin blanca. Sabía que el problema monetario no iba a durar demasiado, lo que tardara en aceptar alguna de las llamadas de alguno de sus ricos clientes, pero ahora mismo no le apetecía. Y Carolina sin apetito sexual era algo rarísimo. No, lo que le asustaba era quedarse sola.

La verdad es que se encontraba desamparada. A pesar de sus intentos de negarlo, lo de Ana le había afectado demasiado. Era alguien más importante de lo que hubiera pensado. Y odiaba esa sensación.

Cuando Carlos apareció en la habitación para despedirse, vio de repente su futuro. Sería negro si se quedaba sola. Sin Noelia, Sin Ana. Sin Carlos. No podía ser.

- Hermano - susurro la pelirroja - No te vayas. Por favor

- ¿Por favor? Esto es nuevo - le respondió burlón.

- Vale, ríete, me lo merezco. He sido una cabrona. Pero hasta yo se reconocer mis errores. Y metí la pata contigo.

- Y con Noelia

- ... Y con Noelia - le dijo a regañadientes - Tienes razón

- Oh, sé que la tengo. Pero ya estoy harto hermanita. Muchos años viéndote hacer niñerías mientras yo hacía la vista gorda. Y lo acepto, te seguía el juego en algunas de tus juergas sexuales. Pero se acabó. Voy a cortar con todo. Me voy de la ciudad, te dejo a ti con esta vida que tanto te gusta – lo que no le decía a su hermanita era que una de las primeras cosas que pretendía hacer era buscar a Noelia.

- ¡No puedes hacer eso! - Carolina se levantó de golpe de la cama y se situó cara a cara con su hermano, practicamente pegandose a su cuerpo - No puedes dejarme aquí sola. Me lo debes, eres mi familia

- ¿Y? - medió balbuceó Carlos - Estoy harto. De este mundo en el que estamos. De los negocios de droga y prostitución, de todo lo que se organizaba en el bar... estoy harto de todo eso. Y estoy harto de ti y de tus niñerías. Otras personas han pagado por ellas, y lo sabes...

Carolina estaba a punto de estallar. Pero de repente, notó algo. Algo pegado a ella. Algo que estaba creciendo entre sus piernas. Su hermano. Se estaba empalmando... ¿con ella? De repente cayo en la cuenta de que estaba desnuda. Y pegada a su hermano. Y vio los ojos de Carlos, y como la miraba. Con un brillo de deseo escondido, oculto hasta ahora a la vista de su hermana. Pero lo había notado. Y como bien había aprendido de Benito, los puntos débiles había que aprovecharlos. Así que sin darle tiempo a reaccionar, lo agarró del cuello y lo besó. Un beso profundo, apasionado. Su hermano agarro la mano de su hermana, intentó salir de ese beso. Pero no pudo. Es más, la agarró de los glúteos, y, con violencia, la tiró en la cama, se quitó los pantalones, y se echó encima de ella. Carolina recibió el miembro de su hermano con una excitación que no había sentido en días. Y allí se quedaron, los dos hermanos copulando. Sin pensar en nadie más. Ni en Benito. Ni en Ana. Ni en Noelia.



9 DIAS DESPUES



Noelia había aguantado estoica estos días. Procurando disfrutar lo mínimo posible. Pero Benito no era una persona a la que se pudiera vencer por mucho tiempo. Ese día la desnudo cariñosamente a la vez que él lo hacía y la metió en el baño, donde la había duchado. La había besado por todo su cuerpo, y le había acariciado su clítoris... estaba como una moto. Cuando por fin salieron, se fueron a la cama. Él se quedó sentado, y le hizo una seña. Ella se acercó dócil, y se puso encima, dejándose penetrar por su miembro viril. Comenzó a realizar los movimientos del coito con rapidez, intentando no disfrutar y hacer que el viejo terminara rápido, pero parecía que este no tenía prisa

- Pequeña ¿no te aburres de estar siempre igual? Hagas lo que hagas el resultado va a ser el mismo, así que no tiene cosa que no lo disfrutes mientras.

- Nooo... está bien así...

- Es por Carlos ¿verdad? - Benito sonrío. Ya había notado varios días que el nombrarle al chico hacía que ella se excitara un poco, así que llevaba un par de días explorando ese punto llevando la conversación hasta el hermano de Carolina.

- No... nooo es poooor... Carlosss.

- Tranquila, pequeña, tu dame un hijo, y pronto tendrás a Carlos para tí sola. Nadie más lo tendrá

- Nooo... nadieee... - Noelia no podía evitar las sensaciones. El baño, las caricias, las menciones a su joven idealizado... No pudo evitar imaginarse que era Carlos con el que estaba follando. No, haciendo el amor. Subiendo y bajando de su gran miembro, mientras le tocaba los pechos...

Inconscientemente se dejó llevar. Y Benito ganaba de nuevo. Noelia comenzó a subír y bajar de ese miembro con más pasión, mientras gemía sin parar. Y cuando menos se lo esperó sintió como su orgasmo llegaba. Y de qué manera. Se agarró como pudo al viejo, y este aprovechó el momento para besarla. Noelia reaccionó rápidamente: le devolvió el beso con pasión. Se besaron como dos amantes, como si fuera el fin del mundo. Y poco después del orgasmo de la lolita el viejo verde se corrió dentro.

En ese momento Noelia fue consciente de lo ocurrido. Abrió los ojos de perplejidad, y rápidamente se retiró del viejo y se tiró en la cama, llorando.

Benito se fue satisfecho. Noelia, mientras, seguía llorando. Consciente de que lo que había pasado ese día volvería a pasar. Y otro día. Y otro...

Lo peor es que esa noche fue la noche en la que Noelia se quedó preñada, y que las semanas que pasaría follando con el viejo mafioso eran innecesarias. Pero nadie lo sabría. Su único consuelo era Carlos. Que estaba esperando por él. O ella pensaba. Pero de nuevo, sin que ella lo supiera, había aparecido Carolina en su vida, jodiendosela otra vez.



10 DIAS DESPUES



Ana se encontraba con su primer cliente, al que le comía la polla con pasión después de haber esnifado una buena ralla de la cocaína de la que se había convertido irremediablemente en adicta.

Noelia besaba con pasión al viejo Benito mientras este le follaba mientras estaba apoyada a la pared, pensando en los días que quedaban hasta que pudiera estar con su ya adoradísimo Carlos, preguntándose si ahora mismo estaría pensando en ella.

Carolina montaba a un dominado Carlos, que apenas recordaba ya a Noelia y su intención de buscarla. La joven sonreía a su hermano, para ocultar el asco que sentía al tener que follar con alguien de su propia sangre para mantener su vida tal como la quería. y pensando en Ana, en donde estaría la única persona por la que de verdad había sentido algo en su vida.

Tres vidas cambiadas, vueltas del revés, para siempre.



FIN




-------------------------------------



Comentarios del autor
: Bueno, por fin he terminado este relato. Me ha llevado más tiempo del que pensaba. Para seros sincero, la idea que tenía cuando lo comencé era... pues ninguna. Empecé la historia pensando en el personaje de Ana y mi mente se dejó llevar. Hasta que fueron apareciendo más personajes y una idea fue organizándose en mi mente. Y una vez tuve claro la idea central, ya fue solo ir escribiendo para llegar a su final.

¿Este es el final de la historia? Pues en principio sí... Pero tengo ideas muy claras de cómo podría continuarla, y posiblemente en un futuro lo haga. Pero por ahora me siento satisfecho por haberla terminado. Probablemente haga una pausa y me ponga a escribir algunos relatos más cortos. Pero bueno, el tiempo lo dirá. Muchas gracias a todos los que lo habéis leído, y a los apoyos recibidos. Se agradecen.

3 comentarios - Una chica del montón (epílogo)

Kevsex21
Que mal sabor de boca me dejo este final