mi tia lily

Este relato no es mio lo leei y se los comparto
Les cuento este anécdota, esperando les sea
interesante, ocurrió ya algunos años.
Todo empieza en mi niñez, siempre fui muy
precoz en cuanto a mi curiosidad por el sexo,
cualquier película que incluyera una escena
erótica o revista despertaba fácilmente el morbo
en Mí.
Tuve una infancia despreocupada, un buen
estatus social, una familia muy unida, tan unida
era que mi padre construyo una casa junto a la
nuestra para que viviera ahí mi Tía.
Ella una mujer madura de aproximadamente unos
38 años, pelo rizado y abundante, labios gruesos
y rojos, tez blanca, cuerpo voluptuoso de cintura
angosta y cadera pronunciada, estatura media y
piernas torneadas que dibujaban curvas perfectas,
como sacada de esas revistas eróticas que
muchas veces satisficieron mi morbo.
Todo empezó una tarde, que tras perseguir
insectos fui a dar directamente a la ventana del
dormitorio de ella, las cortinas se abrían
ligeramente lo cual llamó mi atención, al
asomarme no podía creer lo que mis ojos veían,
era mi tía recostada boca abajo en su cama,
tenía unas medias color negro semi transparentes
que dibujaban el contorno de sus piernas,
sostenida por unos ligueros, desnuda de la parte
de arriba, dejando ver esas nalgas perfectas y
redondas ligeramente levantadas, como si
invitaran a ser montadas.
Por primera vez vi con deseo a aquella mujer que
había sido la tierna y dulce tía que me consentía
con regalos siempre que yo le pedía algo, un calor
me recorrió el cuerpo y sentí como una erección
se marco bajo el pantalón.
Los días siguientes esperaba impaciente que
llegara la hora en que ella solía tomar su siesta
para esperarla puntualmente en la ventana y
descubrir que ropa intima iba usar esa ocasión.
Llegó a tal el grado de mi obsesión por ella que
un día entre en su habitación a oler su ropa
intima, esas bragas que cubrían su coño maduro
y depilado, de paso abrí un poco más las cortinas
para que no se interpusieran ante la lujuria que
tarde a tarde ella despertaba en mi.
Una ocasión mis padres decidieron un viaje y me
preguntaron si quería ir o quedarme con mi tía en
su casa, eran solo unos cuantos días, a lo que yo
respondí que prefería quedarme con mi tía, sabía
que era la oportunidad perfecta que siempre había
esperado y llegar mas allá de comérmela con la
mirada.
La primera noche estaba inquieto, esperando que
ella se fuera a la cama, sabía que tenía que
jugármela, era todo o nada.
Cuando me percate que ella fue a su habitación
deje pasar unos minutos, cuando presentí que
dormía abrí la puerta y ahí estaba ella, recién
bañada totalmente desnuda vistiendo un camisón
blanco transparente, inmediatamente mi corazón
se aceleró queriéndoseme salir del pecho.
Me acerque despacio a ella y sin tocarla mi nariz
la recorrió despacio, desde sus piernas sus
muslos y sus tetas redondas que dibujaban ese
par de pezones perfectos de puntas firmes y
erectas.
Estuve a poco de tirármele encima como un
animal, pero me contuve, sabía que si lo hacia las
cosas acabarían mal, así que después de
contemplarle morbosamente regrese a mi
habitación.
Por la mañana ella estaba a la mesa tomando su
desayuno y el mío servido, aun vestía ese
camisón semitransparente, me pidió la
acompañara, después de unos minutos Yo aun
con la lujuria a flor de piel hice como que se me
caía uno de los cubiertos y me asome bajo la
mesa, sus piernas dejaban asomar ligeramente
ese sabroso coño que se comía unas bragas
diminutas color blanco, tenia deseo de abrirle las
piernas y comerme ese sexo tan exquisito.
La noche siguiente fragüe un mejor plan y le dije
que sentía frio y miedo, ella me invito
inmediatamente a dormir con ella, para esto fue
más recatada al vestir y uso unos shorts cortos y
una blusa ajustada sin sostén.
Conforme ella dormía me fui acercando cada vez
más a ella, de lado con la espalda hacia mi hice
el primer contacto, poniendo mi mano en su
cadera y acercando mi sexo hacia ella.
No se si fue porque ella dormía aun, la escuche
soltar un leve gemido y saco su cadera hacia mi
ofreciendo sus nalgas, acurrucándose conmigo.
Mi miembro inmediatamente respondió al
contacto erectandose entre sus nalgas haciendo
suaves movimientos con mi cadera esperando
fuesen imperceptibles para ella.
De pronto siento como ella despierta conteniendo
su respiración, seguramente al sentirme junto a
ella notablemente excitado, mi reacción fue
hacerme el dormido para que ella no lo tomara a
mal, mi sorpresa fue que ella tomo mi mano que
descansaba en su cadera y me hizo abrazarla
aun mas recostando su espalda en mi pecho.
Esto hizo que tomara valor y que hiciera suaves
movimientos con mi mano, subiendo por la
cadera hasta llegar a su vientre, después a su
torso, por ultimo mis manos entraron bajo su
blusa y sentí que ella se congelo unos segundos,
mis dedos alcanzaron sus pezones y empecé a
acariciarla en círculos, note como esas puntas de
sus pezones se erectaban entre mis dedos
haciéndola relajarse un poco, permitiéndome
apoderarme de sus tetas.
Poco a poco sentí como entramos en calor y ella
empezó a acompañar el movimiento de mi cadera
moviendo sus nalgas que mecían mi verga dura
de arriba abajo.
Pasé una de mis manos bajo las sabanas,
entrando muy despacio entre sus piernas,
sintiendo como ella abría sus muslos invitándome
a que siguiera, mis dedos alcanzaron su sexo
cubierto por esos diminutos shorts y empecé a
acariciarla, ella seguía haciendo movimientos
circulares agrandando mi verga entre sus nalgas,
lanzando suaves y dulces gemidos.
No perdí tiempo y enredando sus shorts en mis
dedos tire a un lado dejando su coñito desnudo
expuesto a mis bajos instintos.
Penetre con la punta de mis dedos entre sus
labios vaginales, sintiendo ese coñito tibio y
húmedo, sentí como sus gemidos eran más
fuertes y seguí acariciándola, ella parecía inmersa
en un sueño erótico y respondía a mis caricias
entregándose poco a poco a mí.
Bajé mi pantalón y mi verga palpitante rozo su
sexo, ella se estremeció dudando de dejar que
eso sucediera, mero la tome con firmeza de la
cadera y fui hundiendo mi verga en ese jugoso
coño haciéndola temblar de placer.
Una vez dentro de ella deje que guiara el ritmo de
las envestidas, sintiendo como sus jugos bañaban
el cuerpo de mi verga en cada movimiento.
Esa noche, acabe en ella y ella acabo en mi
verga, ahogando sus quejidos y con pena de
verme a los ojos me pidió que por favor no fuera
a contar a nadie lo sucedido, quiso justificarse
diciendo que estaba dormida y yo la hice
tranquilizar diciéndole “ Tía , gracias por dejarme
quedar con usted, espero se repita otro día”. Ella
al ver mi actitud madura no obstante mi edad, se
sonrió con algo de nerviosismo.
No puedo contar lo que aconteció los días
siguientes, pero la casa de mi tía se convirtió en
mi lugar preferido para estar cuando mis padres
se iban de viaje.
Saludos

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