La Obsesión de Titania (I)

La Obsesión de Titania (I)



El profesor Xavier, sospechando que algo extraño ocurría en la isla de Genosha, debido a las desapariciones de algunos mutantes residentes en la isla, envía a Titania a investigar, encontrándose para su sorpresa, que el malvado Siniestro tenía un laboratorio secreto donde tenía prisioneros a los mutantes desaparecidos, con los que realizaba experimentos con una máquina, la cual lanzaba un extraño rayo que despojaba a los mutantes de sus poderes.

Titania llama a los Hombres X..., mientras..., ella trata de liberar a los prisioneros, pero es capturada por los hombres de Siniestro, quienes por órdenes del mismo, la colocan en la máquina para quitarle también sus poderes.

Justo antes de activar la máquina, los rayos de Cíclope (quien había llegado junto con los demás en el Ave Negra), golpean a Siniestro dejándolo mal herido. En ese instante, Gambito aprovecha para tratar de liberar a Titania y no se percata que la máquina aún apunta hacia ella. Durante la batalla, Cíclope lanza otro rayo que golpea accidentalmente los controles de la máquina, alterando su funcionamiento y activándola, por lo que lanza su rayo sobre Gambito y Titania que aún se encontraban frente a la máquina. La descarga sólo dura unos segundos dejando a ambos inconscientes, y mientras que sus compañeros corrían a auxiliarlos, Siniestro y sus hombres aprovecharon para escapar en una nave.

Horas después, en la Mansión X, los mutantes prisioneros que habían perdido sus poderes, se han recuperado gracias a los conocimientos de Bestia. Titania y Gambito vuelven en sí luego de varias horas inconscientes, y para su sorpresa, ninguno había perdido sus poderes, a lo que Bestia se mostró indignado y sin una explicación más que la de que la máquina no funcionó debido a la ráfaga que Cíclope le lanzó por accidente.

Pero eso no era cierto, la máquina sí había funcionado, pero no de igual forma que en los casos anteriores, sino que Titania y Gambito perdían sus poderes sólo cuando sus cuerpos estaban en contacto físico, pero ellos no lo sabían... aún.

Dos días después, mientras Titania se daba un chapuzón en la alberca, Gambito la observaba extasiado (ella llevaba un bikini blanco que casi no dejaba nada a la imaginación), miraba embelesado el cuerpo voluptuoso de ella y sin poder resistirlo más, se le acercó para molestarla con sus coqueteos atrevidos. Ella sólo se digno enviarlo al infierno y decirle que ni intentara tocarla porque podría enviarlo al hospital en estado de coma, debido a sus poderes. Pero Gambito estaba dispuesto a todo, así que le dijo :

- Si ese es el precio de un beso tuyo..., estoy dispuesto a pagarlo. - Y sin más la sujetó de una mano, la atrajo hacia él y la besó, esperando en ese momento sentir que sus fuerzas lo abandonaran, pero no sucedió nada, y tanto él, como Titania estaban sorprendidos de lo que había sucedido.

Ella, asustada por el incidente se apartó bruscamente de él y se alejó corriendo, entre tanto Gambito se quedó pensando en lo ocurrido y no hallaba ninguna explicación del por qué no se había desmayado. Él ya antes había intentado besarla pero al solo tacto de sus labios sentía como las fuerzas lo abandonaban, siendo eso lo que él esperaba en ese momento, pero no fue así, pudo besarla como a una chica cualquiera y se preguntó :

- ¿Por qué Titania no absorbió mis poderes?... Qué extraño..., algo debió sucederle en Genosha.

Fue tras ella y al encontrarla la vio que estaba igual de pensativa que él, se le acercó y le pidió que hablaran en privado, por lo que se fueron al jardín, donde no había nadie, y le preguntó:

- ¿Te sucede algo Titania?... ¿Perdiste tus poderes por lo ocurrido en Genosha?. - - No lo sé - contestó - , hace un rato hice una prueba para ver si conservaba mis poderes y..., aún los tengo.

- Entonces..., ¿por qué no me desmayé cuando te besé?. - preguntó. - - Quizás seas tú el del problema... Recuerda que tú también fuiste alcanzado por el rayo ese en el laboratorio.

- Pensé en lo mismo..., pero si así fuera..., algo habría pasado con mis poderes, y sin embargo..., siguen siendo los mismos. - exclamó él. - Se quedaron pensando un rato hasta que ella dijo :

- Tal vez si nos tocamos de nuevo, suceda algo.

Decidieron intentarlo, pero esta vez juntaron sus manos para ver que pasaba y..., ¡nada!.., ¡no sucedía nada!, entonces él dijo :

- ¡Al parecer, perdiste tus poderes de absorción, Titania!.

- No sólo los de absorción - contestó - , me parece que acabo de perder todos mis poderes..., ¡mira!. - Y le mostró un trozo de roca el cual no podía aplastar con sus manos. Al ver esto Gambito quiso utilizar sus poderes en sus naipes pero no funcionó, y sorprendido expresó :

- ¡Yo tampoco puedo utilizar mis poderes!... ¡Al parecer ambos perdimos nuestros poderes al juntar nuestras manos!. - Soltaron sus manos y probaron nuevamente sus poderes y se percataron de que estos habían regresado. Repitieron la operación varias veces, hasta comprobar que sus poderes desaparecían sólo, si ambos tenían contacto físico.

- Al parecer somos como un par de almas gemelas, cherrí. - bromeó Gambito.

- ¡Qué calamidad!..., debemos hablar con el profesor Xavier para que nos ayude con este problema. - sugirió ella. - Pero Gambito se dio cuenta de la oportunidad que tenía y no la iba a dejar escapar, así que de manera insinuante, le dijo :

- Podemos utilizar esto que llamas ¨ calamidad ¨ a nuestro favor, Titania.

- ¿A qué te refieres?. - preguntó. - - Nadie tendría que saberlo..., sólo tú...., y yo. - respondió sonriendo maliciosamente.

- ¿Por qué nadie tendría que saberlo?... ¿En qué estas pensando idiota?. - preguntó, molesta por el tono insinuante de sus palabras. - - Calma cherrí..., Gambito sólo piensa hacerte feliz...., eso es todo. - contestó mientras se le acercaba a ella lentamente.

- ¿Qué piensas hacer?..., no te atrevas a... - no pudo continuar, ya que Gambito la sujetó de la cintura y la besó apasionadamente, Titania trató de empujarlo pero no pudo, pues él era más fuerte que ella en ese momento ya que había perdido sus poderes, así que no le quedó de otra que resignarse a aquella caricia, la cual después de unos segundos, comenzó a disfrutar y a corresponder de igual manera, pues era la primera vez que un hombre la besaba así, sin que se le cortara la respiración y cayera desmayado. La situación fue tan ardiente que Gambito quiso acariciar su culo, por lo que deslizó sus manos suavemente desde su cintura para llegar hasta él. Al darse cuenta de lo que él intentaba hacer, Titania suspendió el beso y se apartó bruscamente, diciéndole : - - Cálmate amorcito..., no quieras pasarte de listo. - Y él le dijo :

- ¿Por qué te resistes Titania?... Si ambos sabemos que nos deseamos. - - ¡No digas estupideces! - contestó ella - ¿Crees que porque las chicas con las que sales en tus escapadas nocturnas te desean, yo también lo haría?... Pues te equivocas.

- De acuerdo...... - dijo Gambito - , dejaremos esto así, pero cuando te sientas realmente dispuesta a estar conmigo, no dudes en buscarme..., y así la pasaremos muy bien juntos... te haré el amor de una manera que ni te imaginas.

Y diciendo esto se alejo sonriendo maliciosamente, satisfecho de lo que había dicho. Titania en tanto, no podía disimular su enojo, por los comentarios atrevidos de Gambito..., decía :

- ¿Quién se cree que es?... ¿El amante más grande del planeta?... ¿Piensa que todas las mujeres se mueren por estar con él?... ¡Vaya idiota!.

La verdad era, que las palabras de Gambito habían causado un efecto sobre ella, el cual comenzaría a notar..., esa misma noche. Mientras se duchaba en la regadera, refrescándose un poco, para luego irse a la cama, repentinamente pensó en él y en lo que había sucedido.

- ¿Por que habrá en el mundo imbéciles como él?... ¡Hasta se atrevió a besarme a la fuerza!... Aunque..., mmmm..., besa muy bien. - dijo ella recordando aquella dulce caricia. - Cuando pensaba en todo lo que ocurrió en ese momento (en la forma como él la había besado, como sus manos recorrían su espalda para tocar su trasero y la proximidad de su cuerpo al de ella), repentinamente se empezó a excitar, y mientras se enjabonaba, recorrió su cuerpo de manera sensual, acariciando sus grandes senos y su bien formado culo, a la vez que jugueteaba por momentos con su coño.

Al salir de la ducha se miro al espejo y recordó las ultimas palabras que le había dicho, ¨...te haré el amor de una manera que ni te imaginas ¨. Sacudió su cabeza para despejar la mente y dijo :

- ¿En qué estoy pensando?...... Parece que esa rata de pantano me dejó imaginando cosas. - Refiriéndose a Gambito. - Se fue a dormir sin darle importancia al asunto, pero su subconsciente no la dejó en paz, y terminó soñando que Gambito la hacía suya bajo múltiples poses sexuales, que tuvieron varios orgasmos y que a pesar de eso, no paraban de culear.

A la mañana siguiente, Titania reflejaba en su rostro una relajación extrema, que ni ella sabía el por qué, y al moverse, se percató que sus pantaletas estaban húmedas, y se dio cuenta, de que había tenido uno o varios orgasmos mientras dormía, en eso recordó el sueño que había tenido, y al hacerlo, inconscientemente, deslizó sus dedos entre sus pantaletas para masturbarse mientras recordaba como en aquel sueño, Gambito se la culeaba incansablemente. Se excitó tanto, que rápidamente alcanzó el orgasmo, quedando luego, tumbada sobre la cama, pensando en la locura que acababa de hacer, y sintiendo un poco de vergüenza por ello, se dispuso a ducharse. Esa mañana, se preguntaba a sí misma :

¿Sería Gambito capaz de hacerme todo eso?... ¡No!..., no creo..., él es solo un hablador..., solo dice tonterías..., pero... ¿Y si fuera capaz de hacerlo?... ¡Dios! ¿Qué me pasa?. Creo que lo estoy deseando... ¡No puede ser!.

En efecto, Titania sólo pensaba en él constantemente, trataba de concentrarse en otras cosas para olvidarlo, pero le fue imposible, en su mente sólo había una idea que ella trataba de borrar pero no podía..., hacer el amor con Gambito.

Durante el resto del día esa idea fue convirtiéndose poco a poco en una obsesión que la torturaba, por lo que ella trataba por todos los medios de no encontrarse con Gambito, pues presentía que perdería el control sobre sí misma y que haría algo que la avergonzaría (temía desnudarse ante él y suplicarle que la hiciera suya).

Pero pese a sus esfuerzos, no lo logró, ya que al atardecer, el profesor Xavier convocó a todo el equipo en el salón de reuniones para informarles que partiría a Washington, al Congreso para la Ayuda Mutante, en compañía de los Hombres X, y que Titania debía quedarse cuidando la Mansión X, hasta el día de mañana.

Al saber esto, Gambito expuso la idea de que él sería mas útil en la Mansión X, que en ese Congreso y así le serviría de apoyo a Titania. Titania al oír aquella excusa de él para quedarse, se opuso de sobremanera, ya que ella sabía muy bien cuáles eran sus intenciones, y esto no le convenía para nada (teniendo ella esa obsesión hacia él, y quedándose solos en la Mansión, lo más seguro era que se entregaría totalmente a él).

Viendo el profesor, el conflicto que existía entre ellos dos, decidió que ambos se tenían que quedar solos en la Mansión X, arreglando sus diferencias, mientras vigilaban que todo estuviese en orden.

Titania quiso protestar, pero el profesor la calló diciéndole que era una orden y que debían obedecer, así que a ella no le quedó más remedio que aceptar la idea de quedarse sola con Gambito, lo cual en el fondo... era exactamente lo que quería.

Gambito no pudo disimular una sonrisa al ver que su plan había dado resultado, ahora sólo dependería de él lograr seducirla..., lo cual estaba muy cerca de conseguir.

Cuando el Ave Negra partió a Washington con sus ocupantes, Gambito comenzó sus insinuaciones y coqueteos hacia ella.

- Ahora estamos solos tu y yo cherrí..., sin nadie que nos interrumpa y nos pueda ver. - dijo. - - ¡No comiences con tus estupideces otra vez!... ¿No ves que el profesor nos dejó a cargo de la Mansión?. Tenemos que vigilar el perímetro de la casa. - contestó ella, buscando cualquier pretexto para quitárselo de encima.

- No es necesario que hagamos eso..., podemos activar la alarma del perímetro para que vigile por nosotros, y así tu y yo... nos relajaremos un poco. - dijo él de manera insinuante mientras rodeaba la cintura de ella con sus brazos lentamente.

- ¿Q...Qué haces?. - preguntó asustada. - - Ya te lo dije... nos relajaremos un poco. - contestó cínicamente mientras acercaba sus labios a los de ella.

- ¡No!... Suéltame Gamb... - no pudo continuar, debido al beso que le dio, el cual selló sus labios. - Titania se resistió un poco pero luego se dejó besar por él, quien no perdió tiempo y procedió a acariciarle nuevamente su espalda, queriendo llegar a su culo. Al sentir esa caricia, Titania deseó intensamente que le hiciera el amor..., que la hiciera suya a la fuerza si quería, y por unos segundos, dejó que él la acariciaría sin oponer resistencia, pero repentinamente, la cordura llegó a su mente, y lo apartó de si, dándole una sonora cachetada que le quitó toda la inspiración a Gambito.

- ¿Qué haces? ¿Pensé que te estaba gustando lo que hacía?. - preguntó él, visiblemente enojado por la cachetada que le dio. - - ¿Piensas que por que te dejé besarme, iba a dejarte hacer lo que quisieras?. - le contestó, fingiendo enojo.

- ¡No finjas que no te gustó!. - exclamó - Si claramente sentí cómo correspondías al beso que te daba..., y hasta te dejaste acariciar por mí.

- B...Bueno... eso no significa nada..., fue una reacción que tuve y..., que cualquiera chica habría tenido. - contestó nerviosamente, de manera esporádica y sin lógica alguna, ya que no hallaba una explicación que darle.

Gambito, ofuscado de tanto rechazo y molesto por la bofetada que le había dado, se rindió en su lucha por seducirla y le dijo :

- Esta bien..., veo que me equivoqué en pensar que me deseabas ¨ tanto ¨ como yo a ti..., Gambito sabe cuándo rendirse..., ya no te molestaré más..., aunque debo confesarte que me has desilusionado, tenía pensado esta noche, hacerte el amor..., pero ni modo... - dijo, decepcionado por el rechazo de ella.

Y se alejó dándole la espalda, no sin antes decirle descaradamente algo..., quizás con la intención de causarle celos, o sólo para molestarla:

- En vista de que no estas interesada en mí, saldré esta noche, con una de mis ¨ chicas ¨, para hacerle a ella lo que pensaba hacer contigo.

El comentario surtió efecto en ella, pues al escuchar esto, sintió rabia y celos, ya que conociendo a Gambito, estaba segura de que lo haría, y la idea de que se fuera con ¨ otra ¨ a buscar sexo, porque ella lo había rechazado, no le gustó para nada y estuvo a punto de decirle que estaba equivocado, que ella sí lo estaba deseando y que estaba dispuesta a hacer el amor con él esa noche, pero pudo más su orgullo y sólo se resignó a mirarlo mientras se alejaba.

Entretanto, Gambito se dirigió a su habitación visiblemente enojado por el rechazo de ella, pues él estaba seguro de que esa noche ¡Sería su noche! ya que, a pesar de ser un mujeriego, estaba muy enamorado de Titania y tenía unas ganas enormes de hacerle el amor.

- ¡Maldición!... Y yo que le tenía una ganas..., si me busco a otra para desahogarme, no sería lo mismo..., ¡la quiero a ella!..., ¡sólo a ella!. - decía frustrado, sin imaginar el conflicto emocional que había causado en ella y de lo cerca que estaba de cumplírsele ese deseo.

Entretanto, Titania, quien se había quedado sola con sus pensamientos, se preguntaba a sí misma qué hacer con ese torbellino de emociones que sentía. Sin saber cómo, ella..., que decía que no era una de esas chicas con las que Gambito solía ligar en las discotecas, y que al final, terminaba culeándolas en algún hotel..., terminó enamorada y sintiendo deseos hacia él. Y la idea de que se pudiera concretar una relación entre ambos, esa noche, solos en la Mansión X, sin que nadie lo supiera y sin riesgo de que sus poderes lo afectasen a él, la estaba volviendo loca..., luchaba por renegarse a ese deseo, esa obsesión, no quería admitir que Gambito tenía razón en lo que decía, de que ella... también lo deseaba..., y que anhelaba en su interior que le hiciera realidad todas esas fantasías con las que había soñado.

Pensó que tal vez, esa obsesión que tenía, se debía a que ella tenía unas ganas inmensas de culear, de ser penetrada, y creyó que si se masturbaba con su vibrador, perdería ese apetito sexual que tenía.

Corrió a su habitación, buscó su vibrador, el cual escondía en un compartimiento secreto, se desnudó, se tiró a la cama y comenzó a meterse el vibrador en el coño mientras repetía constantemente:

- Vamos..., siiiiiii..., sigue así cariño..., métemelo duro..., más duro Remir (verdadero nombre de Gambito)..., mássss..., ahaaaa... - todo esto imaginándose que él la penetraba. - Se excitó tanto que consiguió el orgasmo rápidamente, pero a pesar de eso, su idea obsesiva no se había borrado de su mente..., peor aún, tuvo la ansiedad de besarlo, acariciarle todo el cuerpo y ¡hasta de mamarle el huevo y saborear su semen! y esto no lo reemplazaría ningún vibrador.

Acarició su cuerpo desnudo mientras se imaginaba que le hacía todo eso y la obsesión fue aumentando hasta que no pudo más y dijo:

- ¡Ya no resisto más!... Iré por él... ¡Para que me haga suya!. - Se puso una bata para cubrirse y salió de su habitación a buscarlo, supuso que estaría en su habitación preparándose para salir a cumplir lo que le había dicho, y al llegar a la puerta del mismo, se percató que esta estaba abierta, lo que aprovechó para entrar sigilosamente. Escuchó la llave de la regadera abierta, así que supuso que Gambito estaba duchándose. Se acercó al baño el cual para su fortuna estaba abierto y pudo observar tras la puerta de vidrio semi-transparente de la ducha, la silueta del cuerpo desnudo de Gambito. En ese instante, si algo de cordura quedaba en la mente de Titania, desapareció totalmente, convirtiéndose en una mujer con unas ganas inmensas de culear. Se despojó de su bata, quedando desnuda, y sin más preámbulos, entró a la ducha, sorprendiendo a Gambito, quien no esperaba tan maravillosa sorpresa y le dio un beso cargado de erotismo y le dijo :

- Tenias razón, Remir..., te deseo..., quiero que esta noche me hagas el amor de una manera inolvidable..., te lo suplico. - A lo que él respondió :

- Me has impresionado cherrí, no esperaba esta sorpresa tuya..., pero a mí me encantan ¨ estas ¨ sorpresas... - La abrazó fuertemente mientras la besaba apasionadamente, mientras que ella, se deleitaba acariciando con sus manos, su espalda hasta llegar a sus nalgas, y apretarlas con deleite.

- Debo confesarte que me alegra que hayas cambiado de parecer, pues en vista de tu rechazo, pensaba desperdiciar mi vigorosidad y mis ganas, con una paja en tu nombre. - dijo Gambito. - - ¿Qué te ibas a hacer una paja en mi nombre?. No te creo... ¿No que ibas a salir con una de tus ¨ chicas ¨ para desquitarte con ella?. - preguntó, medio contenta por lo que le dijo.

- Pensé en eso, pero las ganas que te tengo, son sólo para ti mi amor, y con ninguna podría descargarlas, ya que en otras ocasiones, me ha pasado que estoy con otra y pienso en ti... ¡hasta he mencionado tu nombre por accidente! ... causándome muchos problemas. - contestó él.

Titania, al oír aquello, se alegró muchísimo, al saber que en varias ocasiones estuviera pensando en ella mientras le hacia el amor a otras, significando entonces, que él estaba profundamente enamorado de ella y que si se le entregaba ahora..., sería suyo para siempre..., pero supo disimular su alegría y le preguntó:

- ¿Es cierto todo lo que me acabas de decir?... ¿De veras te ibas ha hacer una paja en mi nombre? O sólo me estas mintiendo para excusarte de todo lo que me dijiste hace un rato.

- Te juro que lo que he dicho es cierto, además, no es la primera vez que me masturbo pensando en ti. - le contesto mirándola fijamente a los ojos para luego besarla nuevamente.

Ella no sabía si creerle o no, al verle directamente a los ojos sintió que le hablaba con la verdad, pero Gambito tenía la reputación de ser un sinvergüenza y un mentiroso, así que podía estarla engañando, pero al instante en que la besó, creyó en el ciegamente y dejó que sus dudas se fueran al diablo.

- Vayamos a mi cama, ahí estaremos más cómodos. - dijo Gambito. - Salieron de la ducha y se secaron mutuamente, entre mimos y caricias, para luego dirigirse a la cama, en la que se tumbaron, quedando él encima de ella. Comenzó a besarla con pasión, mientras que acariciaba su hermoso culo con sus manos, luego, descendió lentamente por su cuello dando pequeños lengüetazos y besos, hasta llegar a sus enormes pechos que ya tenían los pezones duros y parados.

- Tienes unos senos hermosos, Titania, siempre anhelé chuparlos. - dijo Gambito en una forma muy sensual, mientras los chupaba con vehemencia.

- Pues ahora son tuyos Remir..., ¡ohoooo!. - exclamó gimiendo. - Gambito chupaba sus senos mientras que una de sus manos acariciaba con mucho tacto su coño, el cual estaba semi-depilado y bien mojado. Permaneció haciendo esta operación, durante unos minutos, hasta que decidió bajar con su lengua lamiendo desde el ombligo, abdomen, pubis, hasta llegar a su vagina, para dedicarse a juguetear con su clítoris, usando su lengua, produciendo en ella, el primer orgasmo de ¨ la noche ¨.

- Mmmmmm..., que bien usas tu lengua amorcito..., tú sí que sabes lo que haces..., eres un gran amante..., mmm... - suspiraba Titania, mientras Gambito seguía lamiéndole el coño y acariciaba con sus manos los senos de ella. Permanecieron un rato así, hasta que ella le dijo: - - Quiero corresponderte a tan dulce caricia..., dándote una mamada en el huevo, cariño.

- Pensé que nunca me lo pedirías. - exclamó Gambito. - Y sin más, él se acomodó, ofreciéndole su pene que estaba semi-erecto, ya que Gambito era un hombre que controlaba muy bien su excitación, y a pesar de todo lo que le había hecho a Titania, no se le había puesto dura todavía. Fue entonces, cuando ella pudo percatarse que era un hombre bien dotado, pues tenía una verga de buen tamaño, a pesar de que no estaba completamente erecta.

- ¡Wao!... ¡Qué grande es tu verga Gambito!. - exclamó Titania, sorprendida y en un tono muy sensual. - - Aún no has visto nada cherrí......., si logras ponérmela dura, te sorprenderás. - contestó.

- No exageres Gambito. - dijo ella, creyendo que alardeaba.

- No exagero..., haz la prueba y verás. - aseguró él. - - Titania no le creyó, y empezó a mamar aquella verga, que a duras penas lograba introducir en su boca, subía y bajaba pausadamente causando un efecto de vacío en su boca que producía un gran placer en él, reflejándose con suspiros y gemidos de excitación que alcanzaban a escapárseles.

- ¡Ohoooo!..., siiiii..., si sigues así..., harás que me venga en tu boca, Titania. - dijo, visiblemente excitado. - - Mmmssmmkss..., no sería..., mmmsskmmss..., mala idea..., mmssmkss... - contestó mientras se lo seguía mamando. - Al cabo de un rato, su pene se empezó a levantar poniéndose duro como una estaca. Titania dejó de chupárselo, para contemplar las proporciones que había adquirido después de su magistral labor y exclamó sorprendida:

- ¡Cielos! ¡Tenías razón, cariño! ¡Es más grande que el vibrador que tengo!..., ¡Debe medir como 23 cm!.

Al escucharla decir esto, Gambito le preguntó :

- ¿Alguna vez has tenido sexo con un hombre, Titania?.

- Nunca, mi primer novio sólo quiso darme un beso, y eso casi le costó la vida - contestó -. Desde entonces, sólo me he masturbado con mis dedos, y con un vibrador que tengo, que no es tan grande ni grueso como tu verga, pero me ha servido de consuelo.

- ¿Sabes cual es la diferencia entre esa cosa y mi verga?. - le preguntó él, mientras le rodeaba la cintura con sus brazos, con una sonrisa cínica. - - Por supuesto, la tuya dispara leche y viene acompañada de tu cuerpo varonil. - contestó con picardía y sensualidad.

- No me refería exactamente a eso, quizás creas que ya no eres virgen, gracias a tu vibrador, y tal vez sea así, para el tamaño que tenga, pero para el tamaño de mi verga, tu sigues siendo virgen y voy a tener el privilegio de desvirgarte. - le dijo, dándole a entender, que cuando le metiera su pene en ella por primera vez, iba a sentir un dolor indescriptible y que se preparara.

Al escucharlo, Titania comprendió lo que le quería decir, y en seguida mostró el típico temor de una chica que va a tener su primera vez. Gambito percibió esta reacción en ella, y para tranquilizarla, la besó, acarició con las manos su culo y estimuló en ella un placer enorme, el cual correspondió acariciándole toda la espalda, deleitándose al máximo de aquella situación de tener a un HOMBRE entre sus brazos.

Él dejó de besarla, para susurrarle al oído:

- Como es tu primera vez, será mejor que te acuestes, abras las piernas y me dejes el resto a mí.

Ella, asustada un poco, obedeció dócilmente, se recostó, abrió las piernas y esperó. Gambito se le acomodó encima, colocó los brazos de ella alrededor de su cuello, puso el glande de su verga en el orificio vaginal, la miró y le dijo:

- Cierra los ojos y si te duele mucho, grita..., que no hay nadie en la Mansión que nos pueda escuchar. - Al oír esto, ella se asustó más, cerró los ojos, y se preparó para lo peor. Gambito comenzó a penetrarla suave y delicadamente, para no causarle mucho dolor, empujó sin retroceder, pero haciendo pausas para que ella se calmara. Titania sufría, aquella verga la destrozaba por dentro.

- ¡Ayyyy!..., ¡ya no por favor!... ¡Me lastimas!. - suplicó ella. - - Aún no, cherrí..., todavía no ha entrado todo. - exclamó Gambito, quien gozaba ese momento más que ella, ya que siempre soñó con romperle el sello. - Cuando ya tenía más de la mitad del pene adentro, y viendo el sufrimiento por el que estaba pasando ella, decidió terminar con su martirio de una buena vez y de un solo empujón, se lo clavó hasta el fondo, arrancándole un grito de dolor y hasta lágrimas a Titania. Él, queriéndola consolar le dijo :

- Tranquila, ya pasó lo peor..., ahora lo disfrutarás, te lo prometo mi amor. - Permanecieron así, por unos segundos dejando que ella se acostumbrara al dolor y a la presencia de su pene dentro de ella. Luego, dándole un beso, comenzó a bombearla despacio, muy despacio primero, para luego ir incrementando la fuerza de penetración, cuando notaba menos fricción en su coño. A todo esto, Titania poco a poco dejaba de sentir dolor, para sentir un placer que iba aumentando a medida que Gambito la culeaba con más fuerza.

Se detuvo por un instante, sólo para cambiar de posición, la sujetó de la cintura y se volteó sobre la cama, quedando él abajo y ella encima, todo esto, sin sacar su pene de ella.

En esta posición, ella tenía el control de la penetración, de esta forma, ella sabría qué tanto lo quería adentro. Culearon así por un buen rato, Gambito se entretenía mamando sus pechos, que subían y bajaban, con el vaivén de sus movimientos, mientras que sus manos acariciaban su hermoso culo. Ambos disfrutaban en esta posición, pero, curiosamente, la que gozaba más, era ella, quien ya no sentía dolor cuando se la metía, sino un placer inmenso, y esto la fascinaba de sobremanera, provocando que se la metiera hasta los huevos.

De pronto, Titania gemía avisando que tendría un orgasmo, justo cuando Gambito ya no se podía controlar más, y casi al unísono, ambos se vinieron. Gambito disparó tal cantidad de leche, que le llenó el coño a Titania, y aún así, seguía eyaculando semen. Titania se dio cuenta de eso y bajó la mirada para ver algo sorprendente. La leche le salía a borbotones de su coño, escurriéndose sobre el pene, (a pesar de que aún la tenía clavada) se escurría hasta sus huevos, mezclándose con los fluidos vaginales de ella.

- ¡Santo cielo!... ¡Eres increíble Gambito!... ¡Pareces un toro!. - exclamó sorprendida. - - Olvidé decirte que cuando me vengo, eyaculo bastante semen y a chorros. - alegó orgullosamente. - - ¿Y desperdiciabas toda esa carga de leche en tus pajas?. - preguntó sorprendida.

- ¿Y qué querías que hiciera?. En vista de tus rechazos tenía que desahogarme de alguna manera. - contestó. - - ¿Y ya te desahogaste, cariño?. - preguntó, temerosa a que todo terminara.

- No..., a Gambito le sobran energías para satisfacer a una chica, esto a sido sólo un calentamiento. - contestó para su tranquilidad. - - Y..., ¿cuántos polvos piensas echarme, Remir?. - preguntó, queriendo saber su capacidad.

- Si estás dispuesta..., hasta 5. - contestó. - Titania quedó con la boca abierta, ella pensó que tal vez serían 3, o 4 a lo máximo, ¡pero 5!..., ¡eso había que demostrarlo!, y ella estaba dispuesta a ponerlo a prueba, así que le dijo :

- Mentiroso..., si es cierto lo que me dices, tendrás que demostrármelo. - Al decir esto, comenzó a besarlo, acariciarlo, a lamerle con su lengua toda la parte de la nuca, el pecho, el cuello y la barbilla, buscando con esto, excitarlo lo suficiente, para que estuviera en condiciones de echarle otro polvo. Permaneció junto a él, muy abrazada, haciéndole toda clase de mimos y caricias, al poco rato, Gambito se calentó nuevamente y le dijo que esta vez quería hacerlo en la mesa que había en la habitación, se fueron hacia allá, y ella le preguntó:

- ¿Cómo lo quieres papi..., de espaldas, o recostada sobre la mesa?. - - Colócate de espaldas..., con las piernas abiertas y con las manos apoyándote sobre la mesa. - respondió. - Ella así lo hizo, y al momento sintió cuando le metió el huevo hasta el fondo, en lo que él le levantaba una pierna para facilitar aún más la penetración. Culearon así un rato, bombeándole el trasero con fuerza cada vez que ella pedía que se lo clavara bien hondo.

Después, él le dijo que se volteara y se le abrazara al cuello, mientras la ponía en volandas, sosteniéndola por los muslos con ambas manos, para clavarle su verga y cogérsela en el aire con embestidas leves.

- ¡Oh Remir!..., ¡eres maravilloso!..., ¡me estas matando del gusto, querido! - exclamó ella. - - ¿Te gusta cherrí? ¿Te gusta que te la meta toda?. - preguntó. - ¡Si papi!..., ¡me encanta!..., ¡métemelo más!, ¡quiero sentirlo hasta los huevos!. - contestó extasiada. - Al oír esto, Gambito decidió cambiar de postura, para venirse en forma más cómoda, ya que sentía que estaba llegando al clímax, así que la bajó al suelo y le dijo que fuera a un sofá que tenía, para que ambos se recostaran de lado (ella de espaldas a él). Le levantó una pierna, le clavó el pene y comenzó a hacerla suya nuevamente. En esta posición, disfrutaban el uno del otro, dándose caricias, besos y susurros al oído.

- Mmmm..., qué bien se siente cuando me la metes, al principio me dolió mucho, pero ahora, me encanta que me la claves toda. - le dijo al oído de Gambito, quien al escucharla, se excitó demasiado llegando al clímax.

- Lo siento Titania, me estoy viniendo, y ya no lo puedo contener más. - Dispara tu leche cariño, ansío sentirla dentro de mí otra vez. - contestó.

Al instante, el chorro de semen de Gambito llenó el coño de Titania, escurriéndose nuevamente hacia afuera y en ese preciso momento, fue cuando ella tuvo un orgasmo, más intenso que el anterior.

Ambos exhaustos de todo lo que habían hecho, se abrazaron por unos minutos, tomando un respiro, dejando que sus sensaciones orgásmicas descendieran en su totalidad.

Mientras estaban así, Titania le confesó una ¨ pequeña ¨ fantasía que ella quería que se la cumpliera.

- Remir, - dijo - quiero hacerte una mamada, y que te vengas en mi boca, quiero saborear tu semen, calientito y fresco.

- Si eso es lo que quieres..., lo tendrás, mi cielo. - contestó él, emocionado por la proposición que le acababa de hacer. - Y sin mas, allí mismo, en el sofá, comenzó a hacerle la segunda mamada de la noche, con mayor destreza y tacto que la primera. Chupó hasta sus huevos, y en poco tiempo se la puso dura como una estaca.

Mientras Chupaba, Gambito observaba, maravillado su labor, y por momentos, inclinaba la cabeza hacía atrás, cerrando los ojos y gimiendo de placer.

- ¡Ohoooo!..., ¡lo haces bien!..., ¡muy bien, Titania!..., ¿Seguro que soy tu primera vez?. Pareces una experta en esto de las mamadas. - comentó.

Ella dejó de chupárselo, para hacerle una paja con su mano, mientras acercaba su boca a la de él y le daba un beso cargado en erotismo, en el que juguetearon sus lenguas y le dijo con voz muy sensual:

- Eres el primer hombre en mi vida, Remir, pero como ya te dije antes, tenía un vibrador y las películas pornográficas enseñan mucho.

Dicho esto, volvió a su labor anterior, satisfecha de la reacción que habían causado sus palabras en él , pues lo dejó con la boca abierta e incapaz de pronunciar una palabra, por la forma tan sensual en que le respondió. Ella sabía que lo había puesto al borde del clímax, así que se apresuró a excitarlo aún mas, mamándosela de una manera tan magistral, que terminó llevándolo al orgasmo y dijo:

- ¿Querías mi leche?..., pues aquí la tienes..., ahaaaa... - Y al instante, descargó su semen en la boca de ella, llenándosela a tal grado, que a pesar de que tragó bastante, tuvo que abrirla para dejar salir una buena cantidad de leche, la cual caía entre sus manos y escurría hacia los huevos de Gambito.

- ¿Que te pareció, Titania?... ¿Te gustó?. - preguntó Gambito. - - Mmmmmm..., delicioso querido..., es saladito y espeso. - contestó, visiblemente satisfecha - Siempre quise probar el semen calientito y fresco de un hombre..., y el tuyo esta delicioso, me encantó.

Al escucharla decir esto, Gambito pensó en hacer realidad, unas de sus tantas fantasías que tenía con ella, hacerle la que él llamaba ¨ el bautizo ¨, (la cual consistía en bañar todo su cuerpo y la cara, con semen), y después, pedirle que le diera ¨ la entrega ¨, (que no era más que dejarse romper el culo, para después llenárselo de leche) así que le dijo:

- Aún no hemos terminado, mi amor, te dije que te echaría 5 polvos, y pienso cumplírtelos, haciendo realidad un par de fantasías mías.

- ¿De veras?... ¿Qué clase de fantasías?... Espero que sean tan buenas como las que acabamos de hacer. - preguntó ella en un tono sensual. - - Ya lo verás... - dijo - Te aseguro que lo disfrutaras mucho. -

- Volvamos a la cama..., ahí estaremos más cómodos. - sugirió él. - Se levantaron del sofá, no sin antes, rodearla de la cintura con sus brazos, y besarla profundamente. La guío gentilmente hasta la cama, sin dejar de besarla, para luego recostarla sobre la misma.

Ya en la cama, comenzó nuevamente la operación de ¨ calentamiento ¨ que le había practicado al principio, chupó sus senos con delicadeza, para luego descender con su lengua, lamiendo desde su ombligo, abdomen, pubis..., hasta llegar a su vagina, en la que se dedicó a acariciar el clítoris con la lengua y a darle una mamada espectacular.

Después, combinó la mamada en el coño con penetraciones leves, hechas con dos de sus dedos, los cuales entraban y salían excitándola muchísimo. Su otra mano libre, acariciaba sus enormes pechos, y de vez en cuando jugueteaba con sus pezones, que ya estaban duros y parados.

Titania se mordía los dedos para no gritar del inmenso placer que le estaba produciendo, y a pesar de eso, escapaba a decir :

- Mmm..., ahaaaaa..., cógeme con tu lengua cariño..., siiiii..., siiiiii..., así..., maaasss..., ahaaaaa... - Gambito, sintiéndose con las energías suficientes para culearsela nuevamente, y viendo el grado de excitación que tenía ella, dejó de mamarle el coño, para colocar las piernas de Titania a la altura de sus hombros, puso sus manos debajo de las nalgas y le levantó las caderas a la altura de su pene para penetrarla suavemente. Una vez acoplados, (ella acostada, frente a él, con las caderas levantadas y las piernas apoyadas sobre los hombros de él, mientras que éste, arrodillado frente a ella, la sujetaba por las nalgas con ambas manos mientras la penetraba) comenzó a bombearle el coño con penetraciones suaves y profundas, rozando su punto ¨G ¨ , estimulándolo al máximo, (ya que esta postura es perfecta para eso) causando en ella una excitación y un placer tremendo, que terminó rápidamente por producirle un orgasmo, tan intenso que casi la hace desmayarse.

- ¡Waaaooo!... ¡Qué maravilla!... Definitivamente que tú..., mmmmm..., si que sabes como..., mmmahaaaa..., satisfacer a una chica. - alcanzó a decir, entre gemidos y palabras, mientras descendía de intensidad, el orgasmo que había experimentado.

Satisfecho de lo que había logrado, Gambito le dijo :

- Ahora quiero que te pongas en cuatro..., para cogerte por detrás.

- ¿Vas a metérmelo en el culo?. - preguntó asustada. - - No..., aún no. - contestó

Al oír esto se tranquilizó un poco, pero la respuesta la dejó preocupada, pues le dio a entender, que tenía pensado comérsela por el culo, pero ella, ni loca se lo pensaba dar. Pues no quería ni imaginarse el dolor que sentiría, al tener esa verga de aproximadamente 23 cm, hurgándole el ano. Así que pensó, que si él se lo llegaba a pedir algún día, simplemente ella se negaría rotundamente y listo, pero, no imaginaba que Gambito se lo pediría, esa misma noche.

Creyendo haber encontrado la solución al problema, dejó la preocupación a un lado e hizo lo que Gambito le pidió, se puso en cuatro, recostó su cabeza sobre la almohada de la cama, arqueando de esta forma su cuerpo de una manera tal, que levantó aún más su hermoso culo, ofreciéndole un panorama espectacular a él. Esas curvas perfectas, el ano chiquito y arrugado, y un coño chorreante de fluidos vaginales.

- ¿Te han dicho que tienes un culo hermoso, Titania?. - preguntó él, de una manera cínica.

- Sí..., me lo han dicho..., lo que no entiendo es por que si es tan hermoso como dicen..., ¡todos quieren rompérmelo!. - contestó ella de una manera irónica y chistosa, queriendo protestar ante él, sobre sus intenciones.

Gambito se sonrió de su respuesta, pues sabe que tiene razón, pero a él nada lo hará cambiar de parecer, y humedeciendo los dedos de una mano, se dispuso a tocar con los mismos, el coño húmedo de ella, jugueteando con su clítoris, acariciando sus labios vaginales y hasta metérselos levemente.

Cuando logro nuevamente excitarla lo suficiente, le dijo :

- Esta vez..., cuando te diga..., quiero que te voltees sobre la cama y te prepares para recibir un baño de semen, porque esa es una de mis fantasías.

Al escuchar esto, no pudo disimular una sonrisa de satisfacción al saber lo que se proponía, pues ella, también quería sentir su leche caliente por todo el cuerpo, esa también era parte de sus fantasías en aquel sueño erótico que tuvo, y quería hacerlo realidad..., experimentar esa sensación.

En seguida, Gambito le penetró el coño con su verga y bombeó a un ritmo, que variaba de acuerdo a lo que sus manos acariciaban, ya sea sus senos, los cuales masajeó con gentileza, o su bien formado trasero, en donde se limitó a acariciar sus nalgas, y ver cómo rebotaban contra su pubis con cada embestida que le daba.

No tardaron mucho en llegar al clímax con aquella postura, y cuando él sintió que ya no aguantaba más saco su pene..., le dio la orden a Titania para que se volteara, ella obedeció al instante, apuntó su pene hacia ella mientras se hacia una paja..., y unos segundos después, un chorro de leche impactó en la cara y el pelo de ella, luego una serie de chorros cubrieron toda el área del cuello, pechos, abdomen y pubis, quedando al final una imagen increíble y excitante... Todo el cuerpo y la cara de Titania cubierto de semen, inclusive su cabello tenía salpicaduras de semen que se confundían con su mechón blanco.

Al terminar todo, ella, con mucha delicadeza y sensualidad, recogió con sus dedos todo el semen que pudo de su cuerpo, para llevárselo a la boca y tragárselo todo con sumo deleite y placer. ¡Hasta se chupó los dedos para no desperdiciar ni una sola gota!..., pronto no quedó rastro de semen en su cuerpo, a excepción del cabello. Gambito, luego de venirse sobre ella, observaba deleitado lo que hacía, a la vez que se tomaba un respiro, luego, se dejó caer entre sus brazos para besarla románticamente, agradeciéndole de esta manera que le haya cumplido su fantasía, luego..., le dijo algo que la desconcertó :

- Ya te di mi ¨ bautizo ¨ cherrí..., ahora falta tu ¨ entrega ¨. - - ¿Cuál ¨ entrega ¨? - preguntó -. ¿Mi virginidad?... Pero si ya te la di cariño.

- No me refería a eso..., sino a tu ¨ entrega total ¨..., ¡tu culo!. - especificó él, con una sonrisa dibujada en sus labios. - - ¿Qué?... ¿Estás loco?... ¿Acaso quieres matarme?. - preguntó asustada.

- ¿Matarte yo?..., si sólo quiero romperte el culo. - contestó, cínicamente. - - ¡Desgraciado!... ¿Y te parece poco lo que piensas hacerme?... Mi fundillo es virgen y tu verga es..., ¡enorme!... ¡Me vas a matar!. - protestó Titania.

- Tranquila, mi reina..., Gambito tiene algo que hará menos dolorosa la penetración. - dijo, mientras buscaba algo entre sus cosas, sacando a relucir una gel lubricante.

- ¿Y piensas que usando eso, voy a dejarte romperme el trasero?... !Estás loco Gambito¡. - exclamó ella, negándose rotundamente. - - No te dolerá mucho..., créeme..., ya la he utilizado antes. - aseguró él.

- ¿De modo que alguna de tus ¨ chicas ¨ se dejó metérsela en el culo?, debió ser o muy valiente o demasiado estúpida. - dijo ella, asombrada.

- En realidad, he utilizado esta crema para penetrarlas en su vagina, ya que ninguna pudo aguantarme como tu lo has hecho y hasta la fecha, sólo dos se han atrevido a dejársela meter en el culo..., y ni con la crema puesta, me han aguantado media verga adentro. - dijo él, asustándola más. - - ¿Pretendes que yo te de mi culo virgen, sabiendo que ¨ otras ¨, con experiencia quizás no te aguantaron?. Debes estar bromeando. - expresó Titania desconcertada. - - Tú eres diferente a las otras Titania..., eres la primera mujer a la que le hago el amor sin tener que usar lubricante y por lo que vi lo has disfrutado mucho..., así que estoy seguro de que disfrutaras del sexo anal también. - expresó Gambito.

Al oír esto, Titania se puso a reflexionar sobre sus palabras, era cierto que se la había culeado al natural, (sin cremas ni preservativos), y que aunque sufrió al principio, le gustó muchísimo... También era cierto que pensara que disfrutaría teniendo sexo anal con él, pues curiosamente, una de las fantasías que tuvo ella con Gambito en su sueño, era que éste, se la comía por el culo, mientras ella gritaba del gusto que le estaba dando.

Pero la asustaba muchísimo el dolor que le causarían los 23 cm de verga en su ano, luego de haberla desvirgado dolorosamente, era lógico que tuviera miedo, y encima..., el mismo estaba virgen, pues jamás se había metido el vibrador en el, ni siquiera el dedo, por temor a lastimarse.

Comenzó a dudar, no sabía si creerle o no..., Gambito tenía la fama de seductor, y quién sabe a cuantas ¨ chicas ¨ les habría dicho lo mismo, con tal de que se la dejara meter en el culo, pero ella lo amaba, y haría lo que fuera por complacerle, así que le dijo con dulzura:

- Gambito..., no sé si lo que me has dicho es cierto o no..., pero has sido el primer hombre que me ha hecho sentir mujer y porque te amo..., voy a complacerte. - Al oírla decir esto Gambito expresó con alegría :

- ¡Sabía que me complacerías Titania!....¡Por eso es que te amo tanto!.

Y diciendo esto, la besó en la boca dándole a ella la tranquilidad y la confianza necesaria, para borrar de su mente cualquier duda o temor a lo que estaba a punto de hacer, así que de inmediato se volteó, colocándose nuevamente en cuatro, ofreciéndole su hermoso culo y le preguntó:

- ¿Estás seguro que si usas esa gel, me dolerá menos?..., no quiero que me lastimes demasiado. - - Tranquila..., Gambito sabe lo que hace. - contestó, mientras sus manos sujetaban las nalgas de ella, abriéndolas lo más posible, para hundir su cara en él y juguetear en su coño con la lengua, mientras hurgaba su ano con la nariz.

- Mmmmmmm..., ¿Qué haces?... ¿No querías metérmelo ya?. - preguntó Titania, disfrutando lo que le hacía en su trasero. - - Preparo el área..., mmmnnnn..., calentándolo un poco..., mmmnnn..., para darle una mayor sensibilidad al ano..., mmmnnn..., y así puedas disfrutar, mnnnmmm... la culeada que te daré. - contestó, mientras seguía entretenido en su trasero. - - ¡Ohooo!..., ¡qué buena técnica!, ¡me estas poniendo muy caliente!, terminaré por querer que me la metas ya. - exclamó ella, mostrando signos de excitación. - Luego de un rato haciéndole esto, Gambito tomó el lubricante, y con sus dedos, untó todo su pene (el cual ya se encontraba erecto), en especial el área del glande, para después seguir en el ano de ella, en el cual se dedicó a juguetear con su dedo medio, mientras lo introducía lentamente.

Cuando logró metérselo todo, empezó a moverlo hacia atrás y hacia adelante rítmicamente, simulando una cogida, lo cual ella correspondía con movimientos leves de cadera, indicándole así que le estaba gustando.

- Mmmmmm..., qué rico se siente..., me esta gustando esto del sexo anal. - dijo ella. - - ¿Quieres que empecemos ya..., cherri?. - preguntó Gambito.

- ¡Sí, hazlo..., métemela ya!. - exclamo Titania sin saber lo que decía, por lo excitada que estaba. - Gambito quiso excitarla un poco más, llevarla hasta los límites de un orgasmo, para que así, ella le rogara clavarle el huevo hasta el fondo, pues su plan consistía en estimularla lo suficiente, para que olvidase el temor al dolor que iba a sentir, y lo estaba logrando. Así que en lugar de un dedo le metió dos, procurando así ensanchar la entrada para su glande, logrando al final meterle hasta tres dedos (con dificultad), dilatando así el ano para la penetración.

Al parecer, el plan de Gambito había tenido éxito, pues llegado a este punto, Titania estaba que no cabía en sí, aparentemente, su ano era bastante sensible al tacto, y estaba experimentando una sensación indescriptible..., tan excitante, que sin poder aguantarlo más, giró su cuerpo hacia atrás y mirándolo a los ojos le suplicó:

- Métemela ya, Remir..., quiero sentirte dentro de mi culo ahora. - Gambito sonrió, satisfecho de los resultados de su plan, y sin más demoras le acomodó su glande en el orificio del ano y poco a poco fue metiéndosela, repitiendo la misma operación de cuando la desvirgó.

Titania, al sentir aquella verga abriéndose paso en su interior, trataba de ahogar los gritos de dolor con la almohada, hasta la hizo llorar cuando ya le tenía media verga adentro. Por momentos, bombeaba levemente, para ensancharle más el ano, cuando sólo le quedaron como 5 cm afuera, decidió empezar a culearsela despacio, procurando untarse el lubricante de vez en cuando, para facilitar la labor.

Ella dejó de gritar, para emitir leves gemidos, producto del placer que sentía por cada embestida suave que le daba. Poco a poco fue aumentando el ritmo y la fuerza con que se la culeaba, a medida que sentía menos fricción en su ano y al ver que ella gozaba cuando se lo clavaba.

Por momentos, su pene se le salía accidentalmente del culo de ella, así que decidió sujetarla de ambas manos, jalándolas hacia atrás y de esta forma, evitaba que se desacoplaran, a la vez que ella quedaba a su merced por completo (ella inclinada de rodillas, con sus brazos hacia atrás, sujeta por Gambito, sin poder escapar, mientras que éste, le bombeaba el culo con más fuerza). Sin darse cuenta, ya le había metido toda su verga en ella, dando como resultado que sus nalgas golpearan contra su pubis, produciendo un sonido y una vista alucinante de su trasero, que pondría caliente a cualquiera.

Gambito la soltó de las manos, pensando descansar unos segundos, pero para su sorpresa, ella continuó la faena, moviendo su culo de atrás hacia adelante, gimiendo como una posesa, alcanzando a decir :

- Mmmmm..., qué rico se siente..., ahaaa..., ahaaaa..., me encanta cómo se siente tu huevo en mi culo, Remir. - - No puedo creer que te este haciendo esto, Titania..., no sabes cuántas veces soñé con este momento. - le confesó Gambito, quien estaba al borde del clímax. - - Ya no puedo contenerla más..., me vengo... - avisó él. - - Dispáralo ya, papi..., acaba dentro de mí..., quiero sentir tu leche, calientita en mi culo. - exclamó ella, autorizándolo a que se viniera en su culo.

Al momento, Gambito se dejó venir en su ano, vaciando su carga de semen en su intestino, sin embargo, esta vez la leche no salió escurriendo entre su verga y el ano, quedo atrapada en su interior, literalmente le había llenado el culo de leche.

Cuando Titania sintió ese jugo espeso y caliente dentro de ella, esa sensación terminó provocándole un orgasmo, cuyos fluidos vaginales terminaron chorreando entre sus piernas. Al terminar todo, Gambito sacó su pene chorreante de semen del culo de ella y como quien quita un corcho a una champaña, el semen empezó a salir del ano de ella, escurriendo entre sus piernas, mezclándose con sus fluidos vaginales. Ella, al percatarse de ello, apretó el abdomen, empujando así el resto de semen que quedaba en su interior, el cual fue bastante, y dijo :

- ¡Oh!... ¡Qué maravilla!... ¡Me has llenado toda, cariño!. - Ambos, exhaustos y hechos un asco (sudados y con rastros de semen por todas partes), se acostaron, mientras se recuperaban del intenso ejercicio que habían tenido, dándose mimos y caricias.

- ¡Auch!..., me has roto todo el fundillo, Gambito. - expresó, adolorida.

- Pero te gustó, ¿o no?. - preguntó. - - Sí..., me gustó muchísimo... Debo admitir que eres un hombre excepcional..., me has impresionado Gambito. - contestó Titania. - - ¿Te impresioné cherrí?... ¿Aún crees que soy un mentiroso?. - preguntó. - - Eres un mentiroso y un descarado..., ¡pero me tienes locamente enamorada de ti, mi vida!. - contestó ella, mientras le daba un beso apasionado.

- Éste será nuestro secreto..., ¿De acuerdo, cherrí? - propuso Gambito.

- De acuerdo, Remir..., así seré tuya nuevamente....., y haremos realidad todas nuestras fantasías - contestó ella, sellando sus labios con un beso.

Gambito, con su formidable manera de culear, había despertado en Titania toda su sexualidad, la cual quería experimentar al máximo con él, por sus dotes de amante..., por lo que tuvieron después, varios encuentros sexuales, mucho más candentes y excitantes, que los de aquella noche de pasión, los cuales sabrán..., en el siguiente episodio.

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