Una tarde de verano

Una tarde de verano en casa. Siesta, nada, tele con película de rubia estudiante de derecho. Esos pechos televisados quizás encienden algo en mi. Por lo menos se empieza a endurecer el amigo. Pienso en los pechos que yacen a mi lado. Pechos que adoro, que son en serio. Pechos de mi chica que duerme a mi derecha solo vestida con una tanga negra bien metida en el culo. Cojimos toda la mañana. Me despertó chupándome la pija y terminamos un par de horas despues exhaustos y con un hambre feroz. Yo acabé dos veces, una dentro de su culo y la otra entre sus tetas. Ella creo que cuatro, aunque quizas cinco, bien no recuerdo. Lo que sí me acuerdo es que despues comimos unos sanguchitos de miga con una gaseosa en la cama. Estuvimos charlando un rato y nos reímos mucho. Me hizo sus imitaciones de siempre. Nos dormimos en cucharita. Me desperté primero y como se me había dormido el brazo me zafé sin despertarla- Me puse a ver la película de la rubia estudiante de derecho. Con lo que volvermos al principio. Yo con la pija un poco endureciéndose y ella dormida semidesnuda en toda su hermosura. La miré un rato. Me gusta mirarla cuando duerme. Su cuerpo me gusta mucho. Muchísimo. No es perfecta. Es hermosa. Me incorporo para mirarla mejor. El movimiento hace que se desperece y se ponga boca arriba. No se despiertó, pero me muestra las tetas en todo su esplendor. Son de un tamaño mas o menos normal. Con pezones grandes y rosados claros. Una es más grande que la otra. Eso hace las cosas un poco más interesantes aunque a ella no le gusten. A mi si. Entonces empiezo a pasarle apenas despacio los dedos sobre los pezones. Al principio parece que no entiende qué está pasando. Despues se empieza a mover un poco entredormida. Levanta la mano y la posa sobre la mía para que le apriete la teta entera. Abre los ojos apenas y me sonríe. Otra vez estamos de acuerdo. Entonces sigo acariciándole despacio una teta mirándola empezar a gozar. Suspira con los ojos cerrados y tira la cabeza hacia atrás. Aprieta un poco más la mano contra su teta. Las tetas son su punto débil. Le calienta más que a otras mujeres con las que estuve. Una vez llegó a acabar mientras se las acariciaba sobre el corpiño sentada mientras almorzábamos. Volviendo le empiezo a besar el cuello. Suspira un poco más fuerte. Sigue con los ojos cerrados. Le paso la lengua por el cuello y llego al lóbulo de la oreja. Se lo muerdo despacio. Parece que se está calentando mucho. Mueve la cintura en círculos y va abriendo las piernas. Miro su pubis. Me muero de ganas de meterme allí. Se que si espero todo será mejor. La beso en la boca. Me mete la lengua hasta la garganta. Está muy excitada. Me encanta. Sigue con los ojos cerrados. Juega a que la caliento dormida. Me suelta la mano y se la lleva a la concha. Corre la tanga y empieza a acariciarse el clítoris con movimientos circulares muy pequeños. Está depilada. Me gusta. Yo le chupo el pezón. Se pone muy duro. Sigo y sigo. Ella me levanta la cabeza y me mete su dedo índice en la boca. Está mojado de su flujo vaginal. Siento que exploto. Finalmente abre los ojos y me mira. Dice "cojeme".

1 comentario - Una tarde de verano

Pervberto
Un caliente despertar en atrapante relato.