En medio del Gimnasio...

Pauso la música para retirarse de la máquina de ejercicios, aun mantenía los ojos cerrados, le gustaba hacerlo cuando hacia repeticiones, aunque una de las instructoras le dijera que los mantuviera abiertos, le gustaba estar en oscuridad, así no se sentía cohibido cuando los abría; pero tenía que hacerlo alguna vez así que… Los abrió, mirando el panorama del gimnasio, algo que le excitaba pero le reprimía también
Chicos, fuertes y musculosos, levantando el doble de su peso en hierro, otros no tan musculosos pero con unos cuerpos que pondrían mojadas a cualquiera, y parado a uno que otro chico, ¿hablando de mujeres?, también se veían muy sexys y hermosas haciendo sus ejercicios, todo sumado a la música electrónica que ponían siempre de fondo en el gimnasio.
-- ahhh… -- suspiro y miro a un chico que se le acerco, de un momento a otro un vuelco le dio en el pecho…
-- disculpa, ¿ya la desocupaste? – el chico pregunto señalando la maquina a la que acababa de bajar
-- ¿eh?, ¡ah!, si, si adelante – dijo el chico dando un paso al joven, venia de camisilla sin mangas y una pantalones arriba de la rodilla, tenis y tenia unos auriculares puestos
Se veía bastante fuerte, se quedo absorto, mirando como flexionaba sus musculados brazos en la maquina, volvió a tragar grueso y creyó conveniente retirarse antes de que su pene lo delatara.
Ahora, ¿porque un chico gordito como el se encontraba en un gimnasio? Por sugerencia de uno de sus compañeros de trabajo, para tomar un poco mas de forma y estar mas saludable; no le vio inconveniente alguno, incluso se preparo mentalmente para ver chicos sexys, pero no esperaba ver tantos de ellos, de cuerpo fibrado y semi marcado, otros musculados, y muy marcados, otros mas como mastodontes, levantando el doble o el triple de su peso en hierro.
A le estaba costando mantener la compostura frente a tanta exudación de testosterona y masculinidad que le alborotaban las hormonas, así que decidió intentar continuar con su rutina de ejercicios.
-- ammm... ¿profe que sigue? -- dijo al instructor de turno, un tanque de guerra de musculo de fácilmente 185 cm, cara de encuadre cuadrado y masculino, cabello semi largo entre castaño y rubio, y un paquete en la entrepierna sobre marcado bajo la sudadera deportiva.
-- ok sigue con la maquina de hombro – respondió con una tonada particular– eh no profe – replico – tengo un problema en mi hombro derecho, me duele después de la primera serie – dijo rotando su brazo – el medico dijo que puede ser el menguito, sea lo que sea –
– entonces, mira ven – dijo dirigiéndose a la zona de las mancuernas – toma dos – el joven obedeció y el instructor se puso detrás de el y paso sus brazos de cañón bajo los de el y los levanto, este sonrojado se dejo hacer; a la altura de los hombros el instructor detuvo el movimiento y los volvió a su posición inicial.
– ¿te dolió? –
– ehh... no – respondió apenado el gordito
– ok, entonces me haces cuatro series de quince repeticiones – dijo el musculado instructor alejándose para ayudar a una chica que parecía comerle con los ojos mientras alzaba la pierna sugestiva mente levanto su ceja derecha en un gesto de “¿en serio?” mirando como la chica se dejaba ayudar “inocentemente” del instructor. Dio un breve suspiro y volvió a encender su música y cerrar los ojos mientras sentía como sus músculos levantaban el peso en ambos brazos
seguía cantando y la velocidad de las repeticiones aumentando, cuando el coro hubo terminado, había completado dos de las cuatro series, abrió los ojos luego de un momento para encontrarse con unos molestos ojos azules.
– ¡¡que abras los ojos!! –
– ¡¡AHHH!! –retrocedió en un infantil gesto anime cuando le reprendió una mujer entrada en los treinta años o más, pero con un exuberante cuerpo entrenado, y un cabello rizado muy bien cuidado, atado en una cola de caballo, esta le miraba entre molesta y divertida.
– ¡¡ay si mama!! – dijo con gesto cansado
– Es que te vas a quedar ciego – dijo la mujer apuntándole con el dedo índice
– con los ojos cerrados siento mejor el ejercicio – alego el joven volviendo a tomar las mancuernas
– bueno pues, ¡ojo! – dijo la mujer retirándose
– Aja mama –termino fingiendo un tono cansado para después reírse
La mujer no es la madre de ni nada parecido, el chico le dice así porque le recuerda a su madre, que también lo reprende de esa manera. Antes de que continuara con sus ejercicios, casualmente dirigió la mirada hacia un chico, no, un hombre al ver su cara, visiblemente de la misma estatura o más bajo que y también visiblemente mas musculoso y de mejor forma, usaba un suéter deportivo sin mangas y una pantaloneta corta, zapatos deportivos, de piel igual o más blanca que la del gordito, y su cabello corto lucia con un color oscuro que le resaltaba su varonil cara de ángulos suaves; A le llamo bastante la atención del hombre, sin embargo iba a restarle importancia, si no es que nota que el hombre estaba empalmado. El joven trago grueso y cerró los ojos rápidamente, y mentalmente rezo porque de que sus pupilas solo le hayan jugado una mala pasada por tanta testosterona en el ambiente, al abrir los ojos; luego de sus últimas series, dirigió su mirada hacia la misma área pero el hombre no estaba, respiro más calmado y un poco cansado por el ejercicio físico, empezó a andar hacia los baños para hidratarse mientras escuchaba, comenzar con el intro de Sweet Child O' Mine en sus audífonos.
– Ahhh... que cansancio – dijo mientras entraba al baño vacio
– Que si no – erróneamente vacio
levanto la vista y se encontró con el mismo hombre sentado en una butaca que se encontraba en el baño y el chico se sonrojo al darse cuenta que sus ojos no le habían engañado, el tipo si estaba empalmado, y una erección muy apetecible a consideración profunda del chico.
– ammm... – el gordito se le había atorado la capacidad de hablar, por presenciar lo que solo veía en imágenes de internet y paginas pornográficas, un sexy hombre de gimnasio con ropa deportiva y empalmado.
– ¿ya terminando su rutina? – pregunto el hombre sacando de su erótico trance
– eh... no, no aun me falta – dijo rápidamente dirigiéndose a los lavamanos tomando un trago de agua y mojándose la cara para que se le bajara la calentura que amenazaba con alzarle la verga.
– mmm ya, a mi también ya me falta poco – dijo sonriendo mirándole a través del espejo del baño
– ¿y tiene ya tiempo acá? – el joven quiso trabar conversación, a pesar de la pena que tenia, el hombre le llamaba la atención.
– Si, ya más o menos dos años – dijo mirándose el pene erecto intento calmarse con más agua.
– me imagino que dándole duro – dijo luego de su tercer trago de agua, después de imaginarse otra escena con el “dándole duro” en la mente, en enormes letras de neón rojo
– Si – dijo estirándose hacia atrás en la silla cubriendo disimuladamente la erección, el joven noto eso son curiosidad.
– Ya, yo solo tengo un mes – dijo encarando al hombre, este le sonrió cubriendo un poco más la muy notable erección
– ya, pero tienes buena contextura – dijo – seguro que agarras mejor estado muy pronto –
– No sé, hay que ver – dijo ya encaminándose a la puerta del baño – ¿viene? –
– Ya va, es que aun estoy cansado – dijo el hombre
– Mmm bueno – dijo el gordito ya saliendo – pero en algunas partes no esta tan cansado – comento pícaro mientras le miraba divertido
– ¿¡que!? – el hombre le miro sorprendido
– Nada – dijo sonriendo para entrar a la zona de ejercicios de nuevo, dejando al hombre con la palabra en la boca y la sorpresa en la mirada.
El joven gordito volvió con su instructor para seguir con su rutina, se sentó en la máquina de piernas y encendió la música para continuar la frase de Ricardo Arjona sobre tocar el fondo y descubrir que falto en un amor, mientras volvía a cerrar los ojos.
Sintiendo el movimiento de ascensión de sus piernas junto con la máquina de pesas, la música de nuevo fluir por su cuerpo, como la energía que se transmitía por todos sus músculos ejercitándolos, todo se conectaba como red infinita en su cuerpo, todo se visualizaba con sus ojos cerrados.
Luego de completar las series volvió a abrir los ojos y soltó la polea que sujetaba con sus empeines, para volver a admirar el paisaje del gimnasio con todas las personas ejercitándose, observando todo en panorámico.
Enfoco la vista en la zona de pesas donde cruzo mirada con el hombre de hace un momento, este le estaba observando detenidamente; se sonrojo y volvió a sus ejercicios cerrando los ojos, pero no se podía concentrar, de vez en vez abría los ojos, para encontrarse con la negra mirada del tipo examinándole con curiosidad.
Luego de dos maquinas mas, volvió al baño a hidratarse, no sin antes volver a chocar mirada con el hombre camino a este.
Entro al baño dirigiéndose maquinalmente al lavabo para volver a mojarse la cara por el seguro sonrojo y mas para calmarse por sentirse observado; elevo la mirada al espejo, y en efecto, se encontró con la mirada del hombre desde la puerta del baño.
-- ¿ya se canso? – pregunto pasando tras hacia el sanitario
-- see, es que como dije apenas estoy comenzando – dijo el joven mirándose al espejo
-- ¿y qué edad tiene? –
-- 21 –
-- ya, oye mira –volteo a mirarle, pensando encontrarse con la espalda del hombre, pero este estaba de medio lado meneando su verga semi despierta, seguro sacudiéndosela después de hacer su necesidad -- ¿a qué te dedicas? – pregunto de manera casual viendo el trozo de carne moverse descaradamente le hizo tragar grueso y desearlo internamente.
-- soy diseñador grafico -- dijo el joven tratando de guardar la compostura – trabajo en el periódico El Vanguardista –
-- ¡Ah!, si lo conozco – dijo el hombre con su miembro ya duro y escondiéndolo en su pantaloneta haciendo bulto.
-- que bueno – respondió para salir presuroso del baño
-- ¡hey espera! –
El gordito dio vuelta para ver al tipo apoyado en el lavabo, sus músculos se hinchaban con la flexión y abrió ligeramente las piernas para que se notara mas el bulto que causaba su despierto pene deseoso de atención; el joven hipnotizado por la vista volvió sus pasos para acercarse al hombre.
-- me llamo Efraín – dijo ya estando el gordito cerca de el
-- recito su nombre acercando su mano a la entrepierna caliente, tan caliente, que el joven pensó que acercaba su mano a fuego ¿sabiendo lo que dicen de jugar con fuego?, pero el joven diseñador quería quemarse, oh… eso, y mucho mas.
-- un gusto – dijo Efraín en voz baja pero perfectamente audible, ya casi sintiendo el palpar del chico
-- ¡¡y entonces se le cayeron todos!! –
retiro la mano automáticamente al escuchar que alguien se aproximaba al baño, Efraín dio vuelta hacia el lavabo para esconder la erección, por su parte el joven salió del baño presuroso para terminar los últimos ejercicios de su rutina.
¿En qué pensaba?, estaba en medio del gimnasio con muchas personas, no podía simplemente follar con el tipo en el baño y esperar a que nadie los viera… ¿o si podía?
-- cálmate no puedes hacerlo – se dijo el chico a si mismo mientras empezaba la ultima parte de su rutina levantando unas pesas de diez kilogramos para sus bíceps mientras volvía a cerrar los ojos en concentrarse en la música que de nuevo volvía a andar para escuchar a Sum 41
Pero la letra de la canción le hizo dar un corrientazo en la frente y en la entrepierna
No pudo concentrarse más y abrió los ojos mientras retiraba uno de los auriculares de sus diademas y soltaba la pesa en el suelo
-- ahhh… rayos – suspiro y enfoco su mirada al frente volviéndose a encontrar con Efraín
Este se encontraba haciendo barras mientras sostenía en sus pies una rueda de acero que recitaba en un lado “50 kg”, bajaba y subía repetitiva y suavemente, todos sus músculos cubiertos por una fina película de sudor, hinchándose cada musculo de manera poderosa cargando con el peso, todo mirando atentamente al gordito. se estaba sintiendo mal por su complejo con su cuerpo y se estaba excitando pensando cosas demasiado indecorosas con Efraín como protagonista, pero la sociedad y sus reglas de “lo que estaba bien y lo que no”, le impedían realizar una mínima parte de esos pensamientos.
Al escuchar esto se dibujo una leve pero apreciable sonrisa a sin dejar de mirar a Efraín, este soltó la rueda y bajo de la barra también sonriéndole al joven diseñador.
Y el plan se confabulo en sus miradas.
El tiempo pasó y el gimnasio se fue vaciando paulatina mente, dejando cada vez menos asistentes hasta reducirse al instructor de turno, al joven y a Efraín.
-- ya después de una dura jornada – dijo Efraín junto al instructor
-- si mi pana – dijo el instructor -- y has mejorado mucho tu también chamo – dijo dirigiéndose , este se encontraba sacando sus pertenencias de un casillero
-- gracias profe – pero este no le respondió estaba buscando algo con desesperación
-- ¡concha!, ¡deje la hoja de reportes en el carro! – dijo tomándose la cabeza con las manos
-- ¿y porque no vas por ella? – dijo Efraín
-- es que hoy me toco estacionar en el parqueadero que está a cuatro calles de acá – dijo con desgana
-- huy eso está lejos – dijo cerrando el casillero
-- concha e tu madre – el veneco miraba el reloj – y me toca dejar esos reportes acá –
-- ¿y porque no vas por ellos? – dijo Efraín
-- es que cerrar esto es un lio – dijo con mas desgana
Y lo era, el gimnasio era subterráneo, se encontraba en el sótano de un edificio, y debían cerrar tres puertas con dos cerraduras cada una, y un portón corredizo con dos cerraduras más, y todo eso era muy molesto volverlo a abrir.
-- entonces, porque no vas y nosotros nos quedamos acá cuidando para que no te toque cerrar todo – dijo Efraín
-- ¿en serio me haces ese favor pana? –
-- claro no es problema, ¿cierto chico? –
que ya se dio cuenta por donde iba el camino del asunto e hizo un movimiento afirmativo; el lo pensó un momento mirándolos a ambos, pero después se sintió conforme.
-- ok, listo, no tardo panas – dijo tomando las llaves de su auto y saliendo rápidamente – correré el portón de afuera por si las moscas –
Gordito y musculoso se quedaron solos en un silencio confabulante, sabiendo ambos exactamente cuales caminos seguir.
-- valla que cansancio – empezó Efraín sentándose en una de las camillas de las pesas
-- see, pero es gratificante – respondió con una media sonrisa – tienes buen cuerpo –
-- ¿eso crees? – dijo mirándose el brazo flexionado, se le hizo agua la boca
-- si, me gustaría estar así – dijo el joven – por eso estoy acá --
-- ya, pero veo que te esfuerzas – el hombre se apoyo hacia atrás, ya tenía un notable bulto en su pantalón
-- si –había notado ya su efecto de tienda de campaña que empezaba a despertar la suya – al parecer necesitas ayuda –
-- oiga si – dijo Efraín mirándose el bulto y sobándoselo – y ni quien lo ayude a uno ahora –
-- bueno no creo que tarde mucho el profesor podría después buscar a alguien que le ayude con eso –
-- será – dijo Efraín
Volvieron a quedar en otro silencio, en el que Efraín seguía masajeándose su ya muy erecto pene y era más que obvio que ya el bóxer le estaba apretando demasiado, se veía en su rostro que le molestaba; estaba en la misma precaria condición, debía liberar la tensión que le apresaba, pero su acompañante, descaradamente se le adelanto.
-- oiga de verdad que si necesito ayuda – dijo atrevidamente Efraín mientras se sobaba su pene a la interperie
-- verdad que si –trataba de mantener la compostura mientras sonreía, no quería verse ansioso, pero sí que deseaba tener esa verga en su boca.
-- y nadie quien le ayude a calmar las necesidades – dijo descapuchándolo, mostrando un glande rosadito e hinchado, soltaba en toda la punta liquido pre seminal, volvió a tragar grueso y su sonrisa tuvo un ligero tic en la comisura, pero seguía resistiéndose un poco mas
-- si – contesto el gordito suavemente; y una vez más el silencio se apodero del ambiente y ambos seguían escudriñándose uno al otro.
-- ¿no crees que estamos tonteando demasiado? – dijo finalmente con una sonrisa
-- jejeje, lo mismo pensé yo – comento Efraín recostándose en la camilla de pesas
se levanto y se acerco al formado cuerpo de Efraín; justo como antes, este se encontraba ardiendo, acerco su mano al pene en intemperie del musculado hombre, sintiendo como si acercara sus dedos a fuego, lentamente, segundos que parecían eternos a gusto de ambos.
Hasta que por fin lo sintió, como si fuera acero al rojo vivo, era duro, de buen tamaño pero sin exagerar, y estaba muy caliente.
-- ¿hace cuanto que no lo hace? – pregunto mientras se arrodillaba frente a Efraín masturbándole lentamente, rozando sus dedos por la extensión de carne
-- no se – respondió el hombre sintiendo el delicado toque – hace mucho creo – termino levantando la cabeza para mirarle
le sonrió y se acerco para degustar el caliente falo frente a él, comenzando con un suave y apenas perceptible toque con su lengua; Efraín dio un respingo al sentirla, su verga estaba tan caliente que al lamerla hubiera sentido como si metieran una espada recién forjada al agua, sintió lo mismo.
Muy caliente estaba, tanto que podía escocer la piel, pero no importo, le dio un suave y lento lamentos desde la base hasta el glande, arrancado otro gemido largo y audible a Efraín, incluso podía sentir el sisear de un vapor imaginario que se arrancaba del choque húmedo de la lengua de contra el caliente pene de Efraín.
-- que delicia – dijo el hombre – y eso que solo me estas lamiendo –
-- no sabes lo mucho que lo necesito – dijo suavemente
Efraín levanto la cabeza para verle empezar a comerse su dura y caliente verga, hasta el fondo, el hombre dejo escapar un suspiro bastante fuerte al sentir el paladar, la lengua y toda la boca del gordito masajearle el pene. sentía tanto calor en su boca, se sentía casi picante, pero le encantaba, quería mas de ese calor, quería consumirse en el fuego que le producía esa verga en la boca, chupaba y sobaba con su lengua, la deliciosa verga se sentía tan deliciosa, el chico sentía despertar su lado más morboso, incluso llego a morderla suavemente, Efraín suspiraba, jalo la piel atrapada entre sus labio, Efraín gemía, y toda la sinfónica de ruidos eróticos, hacían que el joven se le subiera mas el morbo, ya comenzando a masturbarse el también mientras continuaba mamándole la verga al musculoso hombre.
El hombre se levanto, si el chico seguía mamándosela así iba terminar por correrse, y aun quería divertirse mas.
-- ven – dijo quitándole la ropa, se separo un poco cuando iba a quitarle la camisilla, y el hombre le miro extrañado
-- déjamela, me sentiré mejor – dijo cohibido
-- como quieras – dijo el hombre
aun seguía en camisilla y en su sudadera, se acerco a Efraín posando su mano suavemente en uno de los abultados pectorales de este, empezó a masajearlo suavemente junto con su otra mano que sobaba la fuerte espalda del hombre; queriendo sentir mas, coló su mano bajo la camisilla sin mangas, sintiendo el relieve de sus músculos, y se la retiro exaltado cuando el hombre levanto sus musculosos brazos.
Que potencia de cuerpo, era increíble, quedo en un coma de estupefacción mirando ese musculoso torso entrenado, Efraín miro extrañado al chico, le puso una mano en la mejilla y este respingo volviendo en si
-- ¿estas bien? – dijo el hombre
-- ss… si, estoy bien – dijo luego acerco su mano a la del hombre y la otra a su torso, y el fuego se sintió como si tocara una plancha de acero caliente
Efraín volvió a suspirar cuando sintió el roce de los dedos del chico sobre su piel, a conciencia este masajeaba los músculos sintiendo cada surco entre estos, movimientos ondulantes, certeros, firmes, suaves, lentos, era como si dibujara en la piel del hombre, como si sus dedos fueran pinceles en el lienzo de la piel desnuda.
El hombre sin soportarlo mas beso al chico, que fue tomado por sorpresa por el proceder de Efraín, luego del asombro se dejo llevar suspirando y dejando pasar la lengua el hombre para que se conociera con la suya, ambas danzando mientras las manos fuertes empezaron a sobar por debajo de la camisilla del chico, la suave piel de este.
Yendo mucho mas haya terminaron de desnudarse, la pantaloneta estorbosa de Efraín quedo en el sueño dejándole desnudo y volviendo a enviar a shock por tan hermoso cuerpo, pero el mismo volvió en si al recordar que estaban a contra reloj, así que se deshizo de su sudadera y su bóxer quedando solo con su camisilla
-- ¿porque no…? –
-- no, déjamela por favor – corto el joven sabiendo a que se refería
-- está bien no se diga mas – dijo y volvió a besar al chico enredando sus dedos en el oscuro cabello del joven
Este respondió gustoso el beso, dejo los labios para besar y saborear la piel tersa del hombre, este no hacía más que gemir de nuevo por las caricias, obviamente el pene no estaba siendo descuidado, con un masaje y suaves lametones y chupadas de vez en cuando mientras seguía recorriendo con mas besos la caliente piel.
Luego de tanto trabajo oral, Efraín se volvió a recostar en la camilla de pesas, Snney volvió a lamerle aun mas y a chuparle mas la verga, incluso llegando a querer atragantarse de esta hasta el final con su sabor y su calor.
-- ¿oye que rol eres? – pregunto el hombre luego de un suspiro
-- soy versátil, pero hoy me apetece de pasivo – dijo mirándole
El hombre sonrió y saco de un pequeño bolso con sus pertenencia un preservativo y se lo coloco al hombre en la caliente verga, hubiera jugado mas pero iban sobre el tiempo, y este apremiaba, luego se posiciono en otras de las camillas de pesas y le mostro el culo al hombre.
-- adelante, con todo lo que tengas – dijo el joven con voz ronca
El hombre no se hizo de desear, y se acerco al ansioso chico, froto un poco su pene en la entrada, el chico sintió el calor de la punta en su culo, se sentía tan ansioso de que lo penetrara, pero no espero mucho, cuando sintió el falo ardiente empezando a penetrarle.
-- aahhh… mmmnnn… -- el chico suspiro por el dolor de la intromisión, era una penetración, suave pero firme, sin detenerse, entraba centímetro a centímetro del caliente miembro, y ese calor invadió al joven deseando mas a pesar del dolor.
El mástil entraba sin detenerse hasta que llego al final, tocando el culo con los testículos, salió completamente y volvió a ensartarle con fuerza y rapidez
-- ¡ahhh! –gimió fuerte al sentir la segunda entrada y volvió a gemir con la tercera, la cuarta, la quinta…
Con un bombeo constante y fuerte el hombre empezó a follarse el culo del chico, sintiendo la presión que forraba su verga, el joven sentía ese calor, tan sofocante, tan picante, tan abrasador, era sublime, sentía arder por dentro, y quería aun mas
-- mas, maaaas – gimió en suplica
-- siii – el hombre obedeció y empezó a ensartarlo más rápido, y más fuerte, y más profundo
Mas fuego, quería quemarse con mas fuego, quería sentir ese calor, le hacía sudar, quería derretirse, el golpe del martillo en fragua de una espada de hacero, era tan delicioso, era un volcán, el centro de la tierra.
Ese culo era maravilloso, el chico era maravilloso, quería verle completamente desnudo, pero él no quería quitarse esa camisilla, pero respetaba la decisión del chico, solo le quedaba sobar la piel debajo de la camisilla sin retirarla, se acerco a la oreja del chico mordiéndola sacando un gemido audible de este, y su mano le tomo el pene al chico, sintiéndolo tan necesitado y duro como un peñasco, era mágico lo que sentía.
Mas, no le era suficiente al joven, quería sentir más, se levanto con fuerza haciendo casi que el hombre perdiera el equilibrio, le tomo del brazo y lo hizo acostarse en la camilla, Efraín atónito miro como el chico se ensartaba así mismo comenzando a cabalgar su verga, sintiendo como tocaba algo rígido en el fondo, el chico gemía fuerte con cada toque en ese punto mágico, eso era lo que quería sentir, magia en ese punto, magia ardiente y sofocante
-- eres… eres… ahhh… insa… ciable – dijo Efraín a -- me vuelves tan loco… – con los ojos cerrados, ensartándose mas fuerte e el mástil ardiente
Efraín me miro extrañado, y se fascino con la expresión del chico, con la cabeza ligeramente arqueada hacia arriba, la boca entreabierta los ojos cerrados, y cabalgando con rudeza el miembro, algo de lo que dijo, le sonaba de algo
-- no sabes… ¡ahhh!... lo mucho que necesito esto – volvió a decir ensartándose aun mas fuerte si podía
El hombre se percato de lo que decía y empezó a mover las caderas con ritmo a la cabalgata del joven
-- que tan lejos vas a llegar – dijo Efraín penetrándole más
El joven abrió los ojos al escuchar lo que seguía, y el calor en su cuerpo se hizo más intenso aun, y siguió moviéndose aun más rápido queriendo sentir más fuego, queriendo sentir el sol.
El movimiento se redoblo, y acelero, sintiendo el roce quemante en su interior el hombre siguió penetrándole mas, dándole más calor, mas fuego del que pedía, pero quería mas, quería quemarse, quería fundirse, quería derretirse, quería fuego y tendría fuego, quería el infierno y lo obtendría.
-- ¡solo quiero sentir que te corres! – con fuerza
Mas fuerte, más rápido, más certero, mas fuego, mas calor, mas llamas, mas, mas quería mas.
Y explotando con fuerza Efraín se corrió con un grito ahogado en el preservativo, arrojando chorros de fuego, que a pesar de la protección, el joven sintió como le quemaba el interior
-- ¡solo quiero sentir que te correeees aarrrhhgg! – grito el joven, corriéndose en el pecho del hombre, se sentía tan caliente, se sentía increíblemente caliente sentía como lava hirviendo, como metal fundido, como el sol llameante…
-- me vuelves tan loco – dijo Efraín posando su mano en la mejilla del joven cansado y jadeando
-- pero estoy bien… -- poniendo su mano sobre la del hombre --… solo dame sufrimiento, tómame muy suave…
-- porque voy a amar esta noche – dijeron ambos al unisonó…

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