La vecinita (Primer post)

Hola amigos de poringa! Este es mi primer post y voy a comenzar con un relato de un sueño que tuve anoche, disfruten! Y perdonen si el relato es un poco corto o está mal relatado, es mi primera vez escribiendo una historia jaja

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No sé por donde empezar, supongo que por mi nombre. Por el actor, mi nombre es Facundo. No hay mucho que contar de mi, la típica vida de un adolescente. Tengo 18 años, los cumplí hace relativamente poco. Debido a la tremenda fiesta que armé, me quedé corto de efectivo, así que tengo dos laburos.

A mi edad yo continuaba virgen, aunque estoy... ¿Cómo dicen las chicas? ''Partible''. Sinceramente no me quejo de mi aspecto físico. Todo eso se lo debo a natación y a las cuadras que corrí cuando llegaba tarde al colegio.

Tengo pelo negro, un poco al estilo Sasuke, pero más despeinado. Tengo ojos verdes con un poquito de naranja y una expresión de amigable.

Mi historia comienza un día de verano, había rendido las materias que me llevé y estaba libre de responsabilidades. Para un día caluroso de diciembre, yo no hacía mucho, solamente estar encerrado en mi habitación con el ventilador al máximo y quejarme de los campers que habían en el Black Ops 2. Vivo en un edificio, en un noveno piso. El vecino, del 9no B, se había mudado y el departamento estaba en alquiler. La verdad eso me parecía una pena, dado que el vecino y yo éramos buenos amigos.

Escucho el ascensor y noto que la puerta del departamento vecino se abre, a lo que me da a pensar que ya lo habían alquilado y estaban organizando la mudanza.

- Me tendría que ir a presentar -me digo a mi mismo. La verdad yo era bastante tímido y no me daban muy bien las presentaciones-. Nah, mejor no

Al cabo de una hora, escucho que golpean la puerta de mi departamento (vivo solo) a lo que voy a atender.

- ¿Sí...? -cuando abro la puerta me quedo boquiabierto.

Una chica de unos 21 años estaba parada en mi puerta. Tenía una musculosa blanca con tirantes (de esas que se usan para correr), unas calzas negras ajustadas y zapatillas deportivas. Ella era rubia, ojos verdes, unos labios más o menos carnosos y era flaca.

Pero eso no era todo. Tenía unas tetas tremendas, redondas y firmes, parecía que no traía corpiño, por lo que pude ver que los pezones se le marcaban en la camiseta. Ella estaba un poco transpirada, así que pienso que vino de correr.

- Hola, soy Maru, tu vecina -me dijo-. ¿No tendrás un poco de azúcar? Acabo de venir de correr y estoy muy cansada... Y todavía no fui a comprar.

Me parece que nunca tuve una paja mental tan fuerte en mi vida.

- Sí... sí sí, tengo un poco... -le digo bastante aturdido-. Pasá, pasá, soy Facu, el... el vecino -abro un poco más la puerta para dejarle paso. Ella tras una sonrisa pasa.

¡Por dios, que culo! Ese culo redondo y firme que tenía, además de apretado bajo esas calzas... Tuve que controlarme para no ir y apoyarle la pija. Después de cerrar la puerta, voy a una de las alacenas y saco el tarro de azúcar.

- ¿Así no más o con agua? -le pregunto, tratando de ocultar un poco la erección
- Así no más, tomá, acá tengo el envase -ella saca un tarrito de la mochila que traía y me lo pasa. Le sirvo un poco de azúcar.

No sé si fue mi imaginación o qué, pero pude notar que ella me miraba como diciendo ''insistí para que me quede''

- Y... Bienvenida al barrio -digo tras un momento de silencio-. ¿Qué te pareció?
- Es un barrio bastante lindo -dice ella
- Y, am... ¿No te querés quedar un rato? -le pregunto-. Para charlar y eso...
- Sí sí -me responde ella con una sonrisa.
- Bueno, esa puerta es mi habitación, si querés pasá, yo voy al baño un momento -en ese preciso momento ella hace un movimiento para espantar una mosca, y pude ver esas tetas moviéndose un poco de arriba a abajo

No aguanté más y fui casi corriendo al baño. Una vez ahí dentro saqué mi pija de su encierro y comencé a hacerme una paja. ¡Por dios, que buena que estaba! Me pareció quedarme una eternidad ahí dentro

- Facu, ¿pasa algo? -me pregunta ella desde mi habitación.
- ¡No no, nada! -me guardo la pija y me abrocho el pantalón. Acto seguido tiro la cadena para fingir que hice algo.

Salí del baño y me dirigí a mi pieza. Lo que vi hizo que se me ponga dura de nuevo. Ella estaba arrodillada, buscando algo en el suelo, y pude ver perfectamente su culo. Como se le levantó un poco la remera, pude ver también que traía una tanga rosa.

- Permiso... -digo como si acabara de entrar.
- Che Facu, no quiero sonar así, aprovechada, pero... ¿Me harías un masaje? Estoy bastante tensa -me pide ella, levantándose del suelo. En ese momento sonreí, los masajes eran mi especialidad.
- Sí sí, acostate boca abajo y cerrá los ojos, el resto dejámelo a mi -le digo mientras me sueno los dedos. Ella se saca la camiseta y se acuesta boca abajo en mi cama.

Me senté a un costado y comencé a hacerle un masaje alrededor del cuello y un poco en la espalda, lento y suave. Le masajeé la cintura también

- ¿Las piernas también? -le pregunto
- Mmmm... sí, por favor... Tenés buenas manos Facu... -me dice ella, totalmente relajada.

Bajo lentamente a sus piernas, rozándole la cola con los dedos, y comienzo el masaje

- Ahhh... Dios, que relajante... Si seguís así me voy a dormir... -murmura ella.

Vuelvo a subir a su espalda, esta vez acariciándole la cola.

Estuve masajeándola por 10 minutos, y cuando noto que las manos no me dan más, termino el masaje acariciándole ''accidentalmente'' la cola de nuevo

- Epa, y eso? -me pregunta, con una sonrisa picarona
- Ah, fue sin querer, perdoname -trato de disculparme
- No te preocupes, la verdad un poquito me gustó -esas últimas 4 palabras tuvieron un efecto instantáneo en mi. Se me puso dura de nuevo.
- ¿Ah, sí? -le pregunto con voz así onda galán, y le vuelvo a acariciar la cola.

Los dos nos levantamos de la cama, y en ese momento pude ver sus tetas completamente. ¡Ay caramba! Sentía que mi pija iba a explotar

- Espero que no te moleste que ande en tetas un poco -me dice, y yo lo único que hago es ponerme atrás de ella y darle un masaje de hombros-. Estamos juguetones hoy eh?

Por dios, parecía que mis impulsos sexuales hacían todo por mi, porque cuando me doy cuenta la estaba abrazando por atrás y dándole besos en el cuello.

- Mmm... Estás prendido fuego jajaja -bromea ella. Entonces se da vuelta, me agarra por el cuello de la camiseta y me come la boca de un beso-. Acá no pasó nada eh
- No, vení para acá -la pego más a mi y esta vez yo le doy un beso similar-. Mirá como me pusiste... -le agarro una mano y hago que me toque la pija, totalmente dura.
- Esperá, vayamos un poco más lento... -me pide ella
- No, yo sé que ni a vos ni a mi nos gusta lo lento -ni bien le digo esto, la recuesto conmigo en la cama.

La bestia sexual en mi interior estaba tomando el control de todo. Le comencé a chupar y lamer el pezón izquierdo, mientras lo único que hacía ella era suspirar y ''tratar'' de frenar todo esto

- Mmmm... pará Facu... -gemía ella. Yo no le hice caso.

''Ya fue'' pensé. Me desabroché el pantalón y dejé mi pija al aire. Ella parecía asombrada por mis 18 centímetros, entonces ella me hizo sentarme en el borde de la cama y se arrodilló delante mío.

- Vos comenzaste esto, ahora bancatela -dijo con una voz de puta, y se metió mi pija en la boca.

¡La re mil re puta madre! Pensé que iba a acabar en ese momento. Era mi primera vez después de todo, y ella me la estaba chupando de una manera increíble. Cuando pensé que le iba a acabar en la boca, ella pone mi verga entre sus tetas. ''¡¡SABE, LA PUTA MADRE!!'' pensé. Eso fue en lo único que pude pensar, porque al momento ella me estaba haciendo una turca tremenda.

Finalmente, ella detiene la felación dándome un besito cariñoso en la punta de la poronga.

- ¡Vas a ver! -la acosté, le abrí las piernas y lentamente le saqué la calza. Tenía razón, ella traía una tanga rosa, aunque la prenda no duró mucho, porque prácticamente se la arranqué al instante.

Acerqué mi cara a esa conchita depiladita. Pude ver a primera vista que estaba totalmente húmeda. Como yo había visto mucho porno, sabía qué tenía que hacer, o bueno, eso creía. Le abrí los labios vaginales y comencé a lamerle el clítoris

- ¡Aaaahhhhhmmmmm! -gimió ella-. Nunca nadie me chupó la concha... ¡Dale seguí!

Pude notar como ella me agarraba de los pelos y prácticamente me obligaba a chuparle la concha, a lo que yo no desobedecí. Comencé a lamerle toda la concha, de arriba a abajo. El sabor era un poquito ácido pero me encantaba el olor, me ponía loco.

Le metí dos dedos y seguí lamiéndole el clítoris. Ella gemía como una gata en celo.

- Cogeme... Cogeme Facu, meteme esa pija dura adentro -me pidió
- ¡A la orden! -me puse en posición de ''misionero''. Era mi primera vez, estaba caliente, nervioso pero más que nada emocionado.

Ella agarró mi verga y la condujo hacia la entrada de su concha. Lentamente se la comencé a meter. ¡Por Dios! Entré a su concha por primera vez, la primera vez que se la metía a una mujer... Estaba perdiendo mi virginidad. Se la metí toda y la mantuve ahí adentro un rato, disfrutando cada momento...

- Movete un poco mi amor -me pidió ella con una voz sensual que me puso loco. Comencé a bombear lentamente en su vagina.

''¡Estoy cogiendo! ¡Estoy cogiendo!'' pensé. Así que continué con el movimiento, lento, pausado... Después de un poco comencé a cogérmela rápido.

- Ahhh, ahhh, así, cogeme, mmmmm -gemía Maru.

Después de unos 5 minutos en la misma postura, se la saqué, la puse a espaldas mía en la posición de perrito y se la volví a meter. El movimiento era el mismo, rápido... Su culo chocaba contra mi pubis haciendo el ruidito usual. Me animé y le pegué una cachetada en la nalga derecha. A ella esto le encantó.

- Pegame más... haceme tuya, cogeme, ahhhhhh -seguía pidiendo Maru. Yo le obedecí, y seguí cogiéndomela, esta vez un poco más rápido-. Acostate...

Creyendo saber lo que iba a hacer, yo me acosté. Ella se sentó encima de mi pija, dándome la espalda, y comenzó a cabalgarme. Su culo se movía de arriba a abajo, golpeando en mi pubis, y ella arqueaba la espalda. La agarré de la cintura y la hice tirarse para atrás. Le agarré las tetas y le besé el cuello.

- ¡Ahhhhhh! ¡Cogeme más, hijo de puta! AAAAHHHHHH -por lo que pude pensar, ella había llegado al orgasmo... Y yo dentro de poco iba a acabar también.
- Ah... Mi amor... Voy a acabar -le dije al cabo de un rato, suspirando.
- No me acabes adentro que no tomo la pastilla -me pidió. Entonces me levanté de la cama, y ella se arrodilló en frente mío. Me comencé a pajear en su cara

Imagínenselo, una rubia con cara angelical, con la boca abierta y sacando la lengua, mientras se frotaba las tetas. Esa imagen me puso a full

- Dame la lechita papi... Dale la lechita a tu puta -no me pidió, me suplicó.

La agarré de la nuca y le puse la pija en la boca.

- AAHHHHHHH -el primer chorro lo recibió directo en la boca, pero entonces mi pija resbaló de su boca.

El segundo chorro le pasó todo a través de la cara y paró en su frente, el tercero en su mejilla derecha, el cuarto casi en los ojos y el quinto en las tetas.

Me tiré en la cama y ella se puso entre mis piernas y me dio besitos en la pija. Ese fue el día más feliz de mi vida. Había perdido la virginidad y tenía a una rubia más buena que comer Oreo con Nutella besándome la pija. Finalmente se acostó a mi lado y me dio un beso en la comisura de los labios

- Te amo -me dijo, y se puso de espaldas a mi. Yo la abracé por la cintura y le apoyé la pija en la cola, y nos quedamos dormidos.

Al día siguiente me despertó un cosquilleo en la pija. Abrí los ojos y ella me la estaba chupando para despertarme.

- Buen día rey -me dijo sonriendo
- Buen día mi amor... ¿Querés el desayuno? -le pregunté con una sonrisa de oreja a oreja
- Obvio precioso -me respondió, picarona-. Pero primero, quiero que me cojas...

Mi felicidad era tremenda

- ...el ojete -concluyó.


Continuará

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