Incesto con mi prima, Parte 2 (final)

Pasaron los años y yo seguía con ese hermoso recuerdito, guardado bajo lo más profundo de mi cajón. Aquel cajón que a nadie le llamaba la atención más que a mí, donde guardaba mis revistas y videos porno. Allí escondía aquella deliciosa tanguita negra impregnada con los olores vaginales de mi prima. La olía y me masturbaba con tanto ímpetu que fantaseaba que ella se masturbaba con ella y me dejaba sus juguitos impregnados. Pero debía tener mucho cuidado con que alguien me descubriera. Así que era mi secreto
Cuando cumplí mis 19. Y después de más de 2 años mi tía y sus dos hijos, Julio y Mónica vinieron a visitarnos. Solo se quedaron 4 días. Yo no podía quitarle los ojos de encima a Mónica, en los últimos dos años había ido al gym y esas señas de anorexia habían desaparecido casi por completo, su abdomen se había endurecido, sus piernas se habían torneado y su espalda ensanchado un poco dándoles más altura a sus pechos tan hermosos y blancos, sin nada de acné ni vellos ni estrías, eran perfectos. Yo, como siempre tan indiscreto, logre captar la atención de Mónica, descubrió que la estaba observando, pero ella no hacia ningún mal gesto, como si estuviera acostumbrada, incluso, parecía que le gustaba.
Julio y yo dormimos en mi habitación y Mónica durmió con su madre en el cuarto de huéspedes. Recuerdo la tercera noche, yo no podía dormir. Tenía unas ganas de masturbarme con su tanguita. No dejaba de pensar en ella, en su cuerpo en sus labios carnosos. "Dichosos de los que hayan recibido una mamada de ella", pensaba. Me enfade de darle vueltas a la cama, me puse de pie y fui al cuarto de tv, ubicado en el piso inferior de mi casa, cerré las persianas y cortinas y me puse a buscar películas para adultos. Pero era ya muy tarde, pasaban de las 2 de la mañana. Me desilusioné y estaba a punto de retirarme a la cama cuando escucho un ruido en la cocina, me asomé y vi a mi prima - Hey!!, ya te cache asaltando el refri- le dije - jaja, lo siento, es que tengo muchísima hambre, bueno, más bien tengo antojo de algo- mi malpensada mente me hizo querer ofrecerle mi verga para saciar su antojo. - Pues hay unos sándwiches allí abajo- le sugerí - ohh, es cierto jaja gracias!!- Mónica tomo un par y se los sirvió en un plato - y, ¿siempre asaltas el refri por las noches? - le pregunte - pues algunas veces, jaja por qué? - - no, nada más preguntaba- le dije con una sonrisa que a mí me pareció estúpida. - que haces despierto? - me pregunto - mmm, pues estaba viendo la tele, es que no puedo dormir- -ohh, padeces de insomnio?- me reí y me dieron ganas de decirle, tengo insomnio por pensar en tu culito tan delicioso que quiero devorármelo. - pues, yo tampoco tengo sueño, si quieres te puedo hacer compañía, que dices?- - me parece maravilloso- le respondí.
Seguimos viendo la tele, pero había pura basura, nada interesante. -Chale, no hay nada interesante aquí- le dije - pues mejor hay que platicar- me comentó - okey, de que quieres platicar?- - pues, no sé, en qué año vas. Te gusta tu carrera?- y comenzamos a charlar como unos 45 minutos cuando la cosa se empezó a calentar. Comenzamos a platicar de nuestros novios y nuestra vida sentimental. Luego pasamos a recordar las locuras que hacíamos cuando éramos niños, de cuando iba a visitarlos a Monterrey. Me hizo una pregunta que quizá no se refería a eso. - ¿Que ha sido lo más loco que has hecho en tu vida?. Tal vez, ella se refería a alguna travesura de pequeño. Pero la excitación de ver su escote no me dejaba pensar en otra cosa que besarle y chuparle sus pezones que seguramente estarían duritos y rosaditos como contraste de su piel tan blanca. - Pues, no creo que te guste saberlo- le dije - Anda, dime, quiero saber, ¿es algo cochino?- - mmmm, yo no lo considero así- - ¿es algo morboso?- - algo fetichista diría yo, algo que hice la última vez que fui a tu casa, hace dos años- -¿qué hiciste? ¿Te masturbaste?- - jajajaja- no podía creer que le hubiera atinado - ¿enserio te masturbaste en mi casa? ¿En dónde?- - en el baño- -jajaja, que sucio eres- - pero eso no es todo, todo fue tu culpa, me dejaste un delicioso recuerdito en la regadera- ella me miro extrañada - ¿Un recuerdito? no entiendo- - ¿No has echado de menos tu tanguita negra Baby Flat?- - ¿Tu la tienes?- me pregunto asombrada. No pude detener mi risita tentadora. - Si, yo la tengo. Eso es lo más loco que he hecho en mi vida. Me masturbe oliendo ese delicioso aroma y me la quede- ella se quedó en shock. Por un momento pensé que se retiraría y no me hablaría más. Pero después me pregunto - y ¿Aun lo haces?- -jaja, pues claro, no he podido olvidarte en estos dos años prima- -muéstramela- - ¿Qué? no!! Jamás, me la vas a quitar, no sabes lo valiosa que es para mí- - Es solo una tanga primo- - No solo es una tanga, es tu tanga- - Pues que lastima me das- me dijo como un desprecio - ¿Por qué dices eso?- - Es muy patético que te conformes con oler una ropa interior mía, cuando puedes tener más- me dijo mientras habría sus piernas para mostrarme lo más profundo de su pelvis. Yo estaba alucinando, me quede pasmado - si me la muestras hare lo que tú me pidas con ella- -¿Enserio?- - Te lo prometo- de un salto me apresure hasta mi cuarto y, sin hacer ruido, saque mi más valioso trofeo y se lo lleve. - Jajaja, hasta la guardaste en bolsita hermética- - Pues claro, para que conservara su olor- sacó la prenda y se la llevo a la nariz - Giuu!! Qué asco!! Huele a ropa sucia- - ¿Estás loca? huele delicioso- le respondí arrebatándosela y llevándola a mi nariz. No pude evitar la erección de mi verga y ella, como era obvio, lo noto - Okey, entonces ¿Que quieres que haga con ella?. Mmm.. Pues póntela - ¿Qué me la ponga? – sí, y baila con ella. – jajaja tu sí que estás loco de remate.- después de unos segundos me arrebato la tanga y corrió al baño. Al pasar unos minutos salió y se me acerco. – y bien ¿ya la traes puesta?- me miro con una risita y me dijo. - ¿ por qué no lo averiguas tú mismo?- me senté cómodamente en el sofá y deje que se me sentara en las piernas, mi corazón no dejaba de palpitar tan agresivamente que escuchaba mis latidos, las manos se me pusieron frías y comenze a temblar. – ¿ que pasa? ¿ Estas nervioso?- -no, es que tengo frio- le respondí para no verme tan estúpido, pues después de todo era virgen y no quería que se enterara. – ohh, tienes frio, no te preocupes mi rey yo te lo quito- y se abalanzo a mis labios, primero la bese tranquilamente, pero ella abrió mis labios con su lengua y exploro hasta la úvula, no creí que estuviera ella tan excitada. Sentía como gemía de placer, estaba urgida por tener sexo, y yo también por saborear su vagina. Mis manos la prensaron de la cadera a mi regazo, y comencé a acariciar sus piernas, recorriendo mis manos suavemente desde sus muslos hasta su entrepierna. Me adelante un poco y llegue hasta su pelvis, masajee su pelvis por encima sus pants, pero ella, tan excitada, tomo mi mano y se la metió por el pants. Yo al tocar esa tanguita que tanto codicio y al estar tan húmeda que escurría el moco vaginal por mis manos, no pude tolerarlo y me vacié de inmediato. Ella sintió la humedad en sus piernas y me dijo- ¿te vaciaste?- yo suspire y le dije que sí. -¿eres virgen? O ¿tienes eyaculación precoz?- - soy virgen- le dije apenado. –woow!! Eres virgen, que rico- -¿rico? Soy un novato- - jajaja pero estas lleno de potencial, y no te preocupes, después de esta noche te hare todo un experto- diciendo eso mi pene se volvió a poner durísimo y comencé a menear su culo por mi regazo, pase mis manos a sus pechos, se los apretaba y masajeaba. De repente se puso de pie y me dijo – quítate los pantalones- yo sin mediar palabra ni pensarlo dos veces me los quite y los lancé a lo lejos. Antes de volverme a sentar, ella me jalo los bóxers abajo y me pene reboto sobre su cara – Woow!! Sí que estas excitadísimo. Mira que dura esta- la agarro suavemente y se la metió toda a la boca. Me la mamo como un dulce de leche y cajeta, dijo eso porque parecía que lo saboreaba, -que rico sabe tu pene, y mojadito de tu semen- me dijo eso moviendo su lengua por el prepucio. No podía contener la excitación, era tanta que me mareaba, decidí volverme a sentar, o de lo contrario me iba a desmayar. Después de dejar mí pene empapadisimo de su saliva. Se puso de pie, se bajó el pants y me dijo – te presento tu querido recuerdito, que a partir de ahora será, tu recuerdote- lanzo su pants al piso y se volvió a sentar en mis piernas, ahora de frente a mí, se quitó su blusa y dejo que mis manos recorrieran desde sus entrepiernas hasta sus pechos. Le desabroche el brasier y me dejo a mi merced deliciosos melones tan blancos, brillaban como cuando pules y enceras tu carro (hahaha) mis labios no se pudieron contener y bese desde su cuello hasta sus hermosos pezones que sabían mejor que un buen vino de mesa. No quería despegar mis labios de sus pechos, cuando ella se puso de pie otra vez –tengo algo más delicioso para que saborees- se quitó lentamente esa tanguita negra y me dejo a mi visión su labios vaginales totalmente empapados y depilados, se acostó en el sofá y me tomo del cuello agresivamente, como obligándome a que le chupara desde el ombligo hasta el culo, (recuerdo que al día siguiente amanecí con dolor en la lengua, de tanto que la use). Primero fue mi lengua, después hasta mis dedos. Logre que se viniera y me obligo a que tragara sus fluidos, lo más delicioso que he probado en mi vida. –Listo primo, para que duermas con los angelitos- diciendo esto se puso a gatitas en el sofá, se chupo sus dedos y humedeció su vagina, me puse justo detrás de ella, y se la metí toda hasta la garganta. Cogí como hasta ahora jamás lo he hecho. Sus nalgas, chocaban con mi regazo haciendo un sonido sólido y ruidoso, pero no tan ruidoso como sus gemidos, por un momento pensé que se despertarían todos, pero ese mismo temor, era el que hacía más excitante la situación. Me vacié una vez más, y deje todito mi leche en su interior. Terminamos bañados en sudor, y nos fundimos en un cachondisimo beso, mientras escurría mi leche por todos su labios vaginales. Tenía tantas ganas de volver a hacerlo. Pero estábamos arriesgando demasiado, ella tomo sus ropa y se metió a cambiar al baño. Yo me cambie en la sala.
Cuando salió, me entrego su tanga diciéndome – ten primo, me limpie con ella, ahora no solo huele a mí, sino a ti y a mí. Un recuerdo de esta noche, que jamás olvidaras- diciendo esto se sentó de nuevo en mis piernas y nos quedamos besándonos un rato más.

6 comentarios - Incesto con mi prima, Parte 2 (final)

sebis10
excelente historia, muy buen post!!
te estoy siguiendo, seguime
DGE1976
Buenisimo quiero una prima así ya! Saludos
zurichdelta
Muy buen relato, me dejó al palo, ojalá yo tuviera una primita así. Gracias por compartir.
OLAGUEV
EXCELENTE RELATO UN POCO CORTO PERO MUY BUENO