La antigua asistente

Ya he recibido casi diez llamadas de la antigua asistente de mi mujer, ella la despidió debido a que parecía un agujero negro en la caja de su oficina, plata que entraba plata que salía al bolsillo, pero no el bolsillo de mi mujer. Casi quede en medio de ese despido ya que pase a buscar a mi esposa, a los pocos minutos un auditor llego con cara de espanto y las suplicas de la asistente de mi esposa se enfocaron en mi persona. Mi mujer estaba muy molesta y quería llamar a la policía, termino echando a su asistente, y yo estuve a un paso de salir detrás de ella, mi mujer pensó que yo tenía algo que ver con la dichosa asistente, pero no había pasado ni por mi cabeza de arriba ni por la de abajo.

Yo estaba un poco preocupado por esas llamada, ya que mi mujer tiene la manía de revisarme el móvil y armar un teatro griego cada vez que no conoce un número, pero debía tener mas cuidado ya que ella si conocía el número de su ex asistente. Ya estaba en una situación de riesgo porque Ericka, el nombre de la antigua asistente de mi mujer, no cesaba de llamar. Al fin respondí, ya que me encontraba tomando un café a solas.

“Buenos días Armando, le habla Ericka”. – Un silencio siguió después de que dijo su nombre – “Le he llamado desde hace varios días, necesito pedirle un favor y quisiera hacerlo personalmente”. – Si una llamada desataba una tormenta no desearía ver el huracán que se armaría si mi mujer descubriera que me reuní con Ericka – “Armando, tengo un problema y solo cuento con usted ahora, su esposa me cerro cualquier puerta...”

“Ericka, usted es consiente de que le robo a mi mujer, ella quería llegar hasta las últimas consecuencias, no sabe el gran escándalo que me armó cuando le recordé que usted es una madre que cría a su hija sola, mi esposa estalló y hasta me preguntó que si yo tenía algún tipo de relación con usted. Siento decirle que no lo puedo hacer porque no quiero tener problemas en casa”.

Escuche que ella lloraba y seguidamente dijo: “Por favor solo le pido que me escuche... No sé a quién mas recurrir”.

Al regresar a casa llevaba ya la duda de que era lo que quería Ericka, reunirme con ella en un lugar público me podría acarrear muchos problemas, mi mujer tenía muchas amistades, y hacerlo en mi oficina era una estupidez, allí mi esposa era la jefa del jefe, irónico. Al día siguiente volví a tomar mi acostumbrado café en solitario y le devolví la llamada a Ericka. Por la tarde me ausente de la oficina para ver a un cliente, pero en realidad me reuniría con ella. Me tomo unos cuantos minutos llegar a un parque donde ella me esperaba, di un par de vueltas antes de detener el auto, no quería que el algún amigo o amiga de mi mujer me viera. Le hice señas para que se acercara y abordara el auto. Luego conduje un poco rápido buscando calles solitarias y apartadas, al fin me detuve.

“Armando muchas gracias por darme este tiempo y escucharme, por favor perdóneme si lo pongo en un aprieto con su esposa pero no tengo a quien más recurrir, desde que me quede sin trabajo no he podido cubrir los gastos de la universidad de mi hija, usted sabe que he sido una madre sola tratando de sacar a mi hija adelante...”

“Si Ericka, pero robarle a mi mujer no era una buena idea, usted sabe como es de paranoica, no se como se animó a hacerlo...”

Unas lágrimas recorrían sus mejillas, y luego bajaron hacia su escote. Ericka era una mujer un tanto llenita, pero con unas tetas de ensueño, enormes. Tome un pañuelo y se lo di, ella seco las lágrimas de su rostro y de su pecho, me devolvió el pañuelo con una pequeña sonrisa y prosiguió con su petición.

“Armando estos son los últimos pagos que debo hacer de la universidad de mi hija” – Desdobló una pequeña hoja de papel y sí era una cantidad fuerte, sobre todo para el sueldo que ella tenía como asistente, por lo menos unos diez meses de salario para pagar la universidad de su amada hija – “Por favor Armando necesito que me preste esta cantidad, puede ser en cinco partes, me pueden recibir hasta cinco pagos pero yo no puedo cubrirlos y no tengo trabajo, mis ahorros no me alcanzan”.

Una cantidad así de grande despertaría sospechas en mi mujer pero en cinco partes ella no diría nada, le dije a Ericka que lo pensaría, ella lloró de agradecimiento, pero lo que yo pensaba era que nunca me lo pagaría, y dar algo sin recibir no me dejaba buen sabor de boca.

Al día siguiente salí a media mañana de la oficina tenía que entrevistarme con un cliente, pero ya habíamos acordado todo por teléfono así que estaba libre y sin complicaciones, llame a Ericka y la pase a traer al mismo lado donde nos habíamos encontrado con anterioridad, ella se subió al auto con una sonrisa enorme y expresando su agradecimiento, inmediatamente la interrumpí:

“Ericka tenemos que ir a hablar a algún lugar, yo la puedo ayudar, pero tenemos que conversar antes sobre varias cosas”, ella asintió, me dirigí hacia un hotel de paso, la noche me había dado muchas ideas de cómo invertir mi dinero...

La puerta automática bajo después de que ingrese el auto, me baje sin decir nada, y solicite la habitación, Ericka descontrolada, salió diciendo:

“Esto no es lo que...”

“Ericka tenemos que hablar y este es un buen lugar, sin interrupciones, no asuma nada que no es”

Subimos las gradas y pague la tarifa de cuatro horas que tenía la habitación, entramos y me senté en una de las dos sillas, invite a Ericka a sentarse y le dije:

“Ericka, puedo darle puntualmente los cinco pagos para que su hija siga en la universidad y usted no toque sus ahorros, pero que garantía puede darme de que recibiré mi dinero en el futuro”

“Armando le doy mi palabra...”

“Su palabra no me basta, ya viví esa situación en la oficina de mi mujer, cuando tuvieron el problema del dinero, usted no me había atraído hasta ahora...”

“Disculpe Armando pero yo no soy una puta” terminando esa frase se encamino a la puerta.

“Ya sé que no lo es, y no quiero que lo tome así”

“Y como quiere que lo tome, es cierto robé, pero ser una...”

La interrumpí diciendo: “Vea Ericka, nunca le insinué nada mientras trabajó para mi mujer, pude aprovecharme del asunto del dinero porque yo tenía meses de haberlo detectado pero no la quise denunciar, y mucho menos llevarla a la cama por eso, si usted acudió a mí es porque esta desesperada y sabe que yo puedo ayudarla, también tengo la certeza de que dándole el dinero no volveré a verla y mi no me gusta perder nunca, así que píenselo un poco antes de salir por esa puerta...”

Ella asintió con unas lágrimas saliendo de sus ojos, seguí sentado y le dije:

“Ericka, desvístase ya que el tiempo que tenemos es limitado y usted debe de hacer ese pago el día de hoy...”

Con mucha vergüenza se desabotono la blusa y la falda. El sostén que llevaba puesto apenas alcanzaba a cubrir sus enormes tetas, y la tanga que tenía puesta era traslúcida dejando ver el rizado vello púbico que cubría su concha.

Me desabotone la camisa y luego me desnude totalmente, ya tenía la verga con una gran erección, y Ericka solamente bajo la mirada, sus mejillas estaban rojas, quite los broches de su sostén y ella cruzo los brazos para cubrirse los pezones, luego le baje la tanga, ella se incomodó más y comenzó a llorar, la tome del brazo y la lleve a la ducha, el agua comenzó a correr suavemente el cuerpo de Ericka, como había comentado era un poco llenita, sus nalgas eran grandes y redondas, y sus tetas todo un deleite, cuando coloque un poco de jabón sobre su espalda ella se sobresalto, así que le dije:

“Hagamos esto lo más fácil posible, usted es una mujer hermosa, y la voy a tratar como tal...”

Le esparcí el jabón por la espalda suavemente, luego hice que quedara frente a mí, el agua quitaba el jabón de su cuerpo, era una delicia ver aquellas curvas con al agua y las burbujas descendiendo, quite las lágrimas de sus mejillas y quise besarla, ella se hizo a un lado, y dijo:

“No creo poder hacer esto...” de forma mezquina le contesté: “Muy bien, entonces aquí no ha pasado nada, ni usted ni yo estuvimos aquí, yo me voy con mi plata y usted con las manos vacías, y su hija fuera de la universidad”, me sentí mal, pero se me paso al sentir los brazos de Ericka alrededor de mi cuello, me comenzó a besar como loca, su lengua casi se enredaba con la mía sus grandes tetas me estrujaban el pecho y mi verga rozaba su delicioso pubis...

“Ericka, enjabóneme como lo hice con usted...” comenzó a acariciarme la espalda, las nalgas y las piernas, luego me abrazo por atrás y comenzó a enjabonarme el pecho, besándome el cuello, y presionando su pubis contra mi culo, luego tomo más jabón y con ambas manos daba a mi verga la masturbada de mi vida, que talento el de esta mujer, con ambas manos recorría mi verga desde la punta hasta el tronco apretando por momentos mis bolas, luego siguió con una mano y con la otra me tomo de las bolas, jalándolas, cuando yo estaba a punto de explotar me dijo al oído:

“Si voy a ser su puta espero que sea mi macho y me deje exhausta, voy a hacer un deleite de cada centavo que me dé, espero que no sea un maricón y aguante todo lo que le haré...”

Su mano se lleno de una gran explosión de semen, pego su cuerpo al mío, yo temblaba de tanto placer, dejamos que el agua nos recorriera el cuerpo, y luego salimos de la ducha, nos secamos y vi que la intención de Ericka era de salir de inmediato, la tome del brazo y la tiré sobre la cama, la tome por los tobillos y le abrí las piernas, su concha tenía una capa húmeda que hacia que su tupido vello púbico se viera más brillante. Comencé a besarle uno de los tobillos, baje por la pantorrilla lamiéndola y besándola cuando llegue el interior de sus muslos Ericka emitió unos pequeños gemidos, y dijo:

“Hay Armando, tengo años de que no me hacen sexo oral, Armando como supo...” luego me tiro del pelo y acercó mi boca a su concha, comencé a lamer esa delicia, sus piernas casi me ahorcaban cuando se estremecía, su clítoris estaba duro y caliente y vibraba entre mis labios. Un jugo caliente y delicioso emanaba de su cuerpo, mientras yo seguía con mis caricias orales, con una mano retorcía su pezón derecho y con la otra acaricia su culo, que se contraía cada vez que lamía su clítoris...

Mi lengua entraba y salía de su vagina, los gemidos de Ericka se habían transformado en gritos de placer, yo pasaba la lengua desde su apretado culo hasta el clítoris y regresaba a su concha abierta ya para mis caricias, su pecho parecía que iba a reventar con cada grito y cada respiro que daba, en medio de sus gritos dijo:

“Armando métame esa verga deliciosa que ya no aguanto, la quiero dentro...”. Me incorpore y la acerque a la orilla de la cama y le dije “Ericka esto no ha terminado aún...” seguidamente yo me acosté y le indique que se pusiera de rodillas detrás de mi cabeza; ella apenas recuperaba el aliento, su mirada era de lujuria, que nunca había visto, y para mí era la primera vez que me animaba a engañar a mi mujer, siempre había tenía alguna tentación, pero me había contenido hasta ahora, tome a Ericka por los muslos y le dije:

“Ahora coloque esa deliciosa concha sobre mi boca, y quiero sentir su boca en mi verga” Ericka casi de un salto se dejo caer directo a mi verga, sus dientes me rozaron, era un animal salvaje, sus caderas se mecían sobre mi cara y su concha se frotaba contra mi lengua en movimientos rápidos yo la sujetaba con fuerza de las nalgas a la vez que las abría para ver ese delicioso culo de Ericka, metí luego los dedos dentro de su concha, salieron totalmente mojados, aproveche esto y deje ir el dedo medio dentro de su culo, con fuerza a le vez un grito se entrecortaba en la boca de Ericka gracias a mi verga, seguía entrando y saliendo de su boca y ella movía con mas rapidez las caderas, casi me ahogo teniendo esa delicia de concha sobre la cara.

Siento que las uñas de Ericka se me clavan en las nalgas, sus caderas temblaban un gemido de placer se ahogaba en su boca, su vagina emanaba un liquido delicioso sobre mi cara, a la vez que mi semen llenaba la boca de esta hembra deliciosa, ambos por instinto hicimos lo mismo yo me deleitaba con ese delicioso liquido y ella se tragaba mi semen, me succionaba la verga para no dejar ni una gota dentro, nuestros cuerpos se acoplaban muy bien en ese delicioso sesenta y nueve poco a poco recuperábamos el aliento y lo ultimo que vi fueron las nalgas de Ericka.

Un timbrazo me despertó sobresaltado, era el teléfono de la habitación, ambos nos habíamos dormido en esa deliciosa pose, el tiempo se terminó, nos vestimos y salimos sin decirnos nada, yo coloqué un sobre en el bolso de Ericka, abordamos el auto, yo tenía varias llamadas sin contestar de mi mujer, al llegar cerca de la casa de Ericka ninguno de los dos había hablado, cuando nos despedimos ella dijo:

“Creo que yo le tengo que pagar a usted por esta delicia...”.

Han transcurrido los meses y nuestros cinco encuentros pactados ya se terminaron la hija de Ericka termino la universidad. Yo me he volcado de lleno al trabajo, mi mujer no se queja ya que cumplo todo capricho que tiene. Pero hoy tengo que tomar unas vacaciones forzadas, mi médico y mejor amigo de la infancia, me encontró según mi petición EXTREMO CANSANCIO MENTAL Y NIVELES ALTOS DE ESTRÉS habló con mi mujer y le recomendó que me tomara unas vacaciones alejado de todo, antes de que mi cerebro llegue a un fin inmediato. Ese es mi mejor amigo, que amigo, casi mi hermano. Estoy ya dentro del avión, tengo los ojos cerrados, alguien me toma de la mano y la coloca sobre su muslo, diciéndome al oído:

“Armando gracias por llevarme de vacaciones...”, a lo que respondo:

“De nada, ambos estamos muy agotados” beso a Ericka en la boca y me alisto para las vacaciones de mi vida, un mes de sexo y lujuria con esta mujer, desde antes de subir al avión, traigo una erección, y en una horas daremos rienda suelta a todas nuestras fantasías.

3 comentarios - La antigua asistente

kramalo
muy bueno..!! no me digas, que ericka está mejor que tu jermu..? jaaa..!!