En el patio de su casa

Saludos a todos, es un poco largo, pero espero que les guste.

Debo comenzar diciendo que los hechos que narro a continuación tuvieron lugar hace 4 años aproximadamente. En ese entonces yo trabajaba en una empresa de transportes a cargo de una jefatura, la empresa tenía varias bases en diferentes ciudades del país; yo vivo en la ciudad de México, y como mi jefe no confiaba en nadie más para hacer mi trabajo, eso me llevaba a estar continuamente de viaje entre las diferentes ciudades donde estaban las oficinas de la empresa (a mí y al equipo que nos desplazábamos visitando las bases).

Por causas de la operación y que no les aburriré contando, nos vimos en la necesidad de reducir nuestros viajes a otras ciudades y concentrarnos en la base que se encontraba en una ciudad costera. En ocasiones apoyaba al área de RH aplicando examenes. Y fue en una de esas ocasiones en que aplicaba exámenes que la vi por primera vez: una linda chaparrita, piel clara pero dorada por el calor de la costa, ojos grandes y cabello oscuro apenas debajo de los hombros medio ondulado; llevaba un pantalón de mezclilla un poco ajustado que dejaba ver perfectamente su redondo y carnoso trasero, caderas amplias pero sin llegar a caderona, unos enormes senos enmarcados por un escote prolongado que dejaba ver su brasier de media copa, piernas torneadas, en fin, cuerpo de costeñita, qué más puedo decir.

Pues bien, para no hacer más larga la introducción, sólo les diré que pasó el proceso de selección y fue contratada.

En cada oportunidad que tenía no podía yo dejar de hacerle algún comentario que le hiciera reír, por mi parte no me considero muy agraciado, así que sabía que tenía pocas posibilidades con ella (o eso era lo que yo creía); bien, para abreviar diré que aunque todos mis compañeros le manifestaron su intenciones, a todos de manera muy educada mando al baile. Sin embargo, conmigo siempre seguía las bromas y en algún momento me di cuenta que empezaba a coquetearme. Por la naturaleza del trabajo, era normal trabajar las 24 hrs, los 365 días; así que cuando a ella le tocaba trabajar de noche, yo siempre encontraba un pretexto para quedarme hasta tarde para "revisar algunos procedimientos" aprovechando que la actividad de noche es menor. Esas noches las aprovechamos para estrechar nuestra relación y generalmente terminábamos con la lengua dentro de la boca del otro y con las manos recorriendo nuestros cuerpos como reconociendo el campo de batalla.

Un par de semanas después y para sorpresa de todos (incluido yo), ella era oficialmente mi novia. A excepción de su mamá, el resto de la familia me recibió muy bien. Su mamá tiene un negocio de renta de sillas, mesas, manteles y todo para fiestas y eventos sociales (este dato resultará importante más adelante). Toda su familia gusta mucho de ir al casino, a mí en lo particular me aburre; curiosamente el casino al que gustaban de ir estaba en la plaza comercial que esta junto al hotel donde yo me hospedaba.

Generalmente yo pasaba por ella a su casa y ya sea que nos quedáramos ahí o que nos fuéramos al malecón a dar la vuelta. Ese día me pidió que la alcanzara el en casino, coincidió que ese día salí temprano de la oficina y casi no hubo tráfico, así que llegue directo al hotel a dejar lo que traía y a arreglarme para ir a verla (muy a mi pesar) al casino. Cuando llegué ahí estaba ella con su familia en el área de bingo, traía puesta una blusa de manga corta sin escote (literalmente cerrada hasta el cuello), una minifalda de mezclilla muy coqueta y unas sandalias de esas que tienen tiras largas y se atan en las pantorrillas. Después de saludar me senté a su lado y comenzó a jugar con su mano sobre mi pierna, llegando hasta mi entrepierna aprovechando que el mantel de la mesa ocultaba sus acciones. Quince o quizá veinte minutos después se disculpó con sus papás diciéndoles que estaba muy cansada (ese día había salido de trabajar a las 06.00) y que quería irse a casa. A pesar del gesto mohín de mi suegra y por insistencia de su papá, ellos se quedaron en el casino y nosotros nos encaminamos hacia su casa. Ya en el taxi colocó su mano en mi entrepierna justo sobre mi pene, que al sentir su mano terminó de ponerse duro.

Al fin llegamos a su casa, serían alrededor de las 20.00 hrs., solo estaba su hermana mayor viendo la tele, después de saludar y tomar agua salimos al patio, donde las sillas, mesas y demás equipo que su mamá alquilaba tapaba la vista de la sala al patio y de la calle al patio, creando pasillos y escondrijos. Mientras nos besábamos yo recreaba mis manos en su redondo trasero, bajando de vez en vez las manos para acariciar la parte de sus muslos que la minifalda no cubría. En cada uno de estos movimientos ella soltaba un leve gemido a la vez que restregaba su zona púbica contra mi cada vez más caliente pene. En algún momento entrelazó su pierna izquierda en mi pierna derecha, colocó su brazo alrededor de mi cuello dejando libre el camino para que mi mano subiera de sus nalgas a su seno izquierdo, mientras lo acariciaba recordaba cómo era esa rica masa de carne que tantas veces antes había visto, acariciado, mordido, mamado, succionado…… súbitamente nos separamos y ponemos cara de “yo no fui”, mientras su hermana le llama y le avisa que ya se iba a dormir. Entramos a la casa a hacer tiempo en lo que su hermana se subía, nuestra miradas se cruzaban con cierta desesperación, los minutos nos parecieron eternos, sólo queríamos salir y continuar donde nos habíamos quedado……

Después de unos minutos, que para nosotros fueron casi interminables, vimos finalmente a su hermana subir las escaleras y apagar la luz de arriba, sólo permanecimos un par de minutos más en la sala y procedimos a apagar las luces de la sala y del patio. Una vez fuera, me preguntó:

- Quieres sentarte?
- Sí, claro - no estaba cansado, pero accedí.

Con la vista buscó una silla y con un ademán de su mano de indicó que me sentar; la silla era un poco baja, con estructura de varilla y de plástico tejido, de aspecto similar a las de Hombres de Negro. Acto seguido se sentó en mis piernas de forma transversal, listos para continuar dónde nos habíamos quedado, desafortunadamente la silla era demasiado incómoda no sólo para mí, sino también para ella por lo que decidimos entre discretas risas cambiar de silla. Buscando en el patio con la poca luz que había, encontré una silla más adecuada, en cuanto se la mostré se dibujó una sonrisa pícara en su carita y a señas me indicó que la colocara en uno de los huecos escondidos entre las pilas de sillas, mesas, tablones, etc.

Me senté en la silla mientras ella se colocaba frente a mí

- Estás cómodo?; me preguntó
- Sí….
- Crees que nos aguante?...
- Sí…. Fue nuevamente mi respuesta

Lentamente se sentó sobre mis piernas, ahora de frente a mí. Cual pájaro probando el nido, hizo un movimiento circular para depositar sus nalgas a la altura de mis rodillas, sus prominentes senos quedaban a la altura de mi boca, me rodeo con sus brazos al tiempo que yo ponía mis manos en su redondo trasero. Como si fuera la primera vez que nos besáramos nuestras bocas se acercaron lentamente mientras nuestros cuerpos pedían a gritos sentirse el uno al otro. Nuestras lenguas se fundieron en un largo y húmedo beso mientras con mis manos recorría centímetro a centímetro sus nalgas perfectas. Ella restregaba con cadencia rítmica sus nalgas con mis piernas y sus senos contra mi pecho cada vez más fuerte y rápido. Solté sus nalgas para colocarmis manos sobre sus caderas ascendiendo hasta sus senos que brincaban con el movimiento de sus caderas. Acaricié sus senos por encima de su blusa sintiendo las varillas de su brasiere, como si lo hubiera estado esperando, mientras apretaba con fuerza sus senos ella hizo un rápido movimiento hacia atrás y hacia abajo que dejó libres sus senos; yo alternaba mis manos entre sus senos y sus nalgas arrancándole gemidos de placer. Mientras tenía mis manos en sus nalgas comenzó a desabotonar la camisa que yo llevaba, una vez que tuvo mi pecho descubierto levantó su blusa dejando al aire ese hermoso par de tetas que desesperadamente buscaron mi boca; mientras paseaba mi lengua en su pezón erecto, con la otra mano acariciaba y pellizcaba su otro pezón, eso la volvía loca, echaba la cabeza hacia atrás empujando sus senos más y más hacia mí.

Nuestros labios se juntaron nuevamente mientras sentía sus enormes tetas en mi pecho, sin dejar de besarme fue subiendo hacia mi oreja y entre beso y beso me dijo:

- Estoy toda mojada…… Quieres ver?

- Sí amor……

Se levantó y se paró a mi lado izquierdo, con mi brazo rodee su cintura el tiempo que ella con su brazo rodeaba mi cuello, sus senos subían y bajaban por la excitación de mostrarme por primera vez su parte más íntima….. lentamente levantó su minifalda para dejarme ver su pubis delicadamente depilado y sus, completamente mojados y dulcemente lubricados, labios vaginales. No pude evitar llevar mi mano derecha a su concha, tan pronto sintió mis dedos deslizándose por sus jugos no pudo contener un gemido que sólo me incitó a continuar con mi exploración y a acelerar el ritmo con que subían y bajaban sus senos ante mis ojos.

Retiré mi mano de sus labios y llevé mis dedos a la boca para probar ese dulce néctar. Mientras yo degustaba sus líquidos vaginales, ella bajó su mano libre para acariciar sus labios y llenarlos de esa miel que le escurría, acto seguido se unieron nuestros labios al tiempo que sus dedos repartían entre su lengua y la mía la miel que momentos antes habían recolectado. Mientras nos besábamos bajé mi brazo izquierdo dejando libre su cintura, para acariciar sus nalgas por debajo de su minifalda, con la mano derecha acaricié nuevamente su concha sintiendo como un temblor recorría por todo su cuerpo. Con la mano izquierda me di vuelo con sus redondas, suaves y carnosas nalgas, las recorría a placer acariciando su rajada con mis dedos buscando su apretado culito, ese que se abrió ligeramente cuando sintió las caricias de mi dedo medio; por delante con la otra mano no dejaba de estimular su clítoris con sus propios labios vaginales y con mis dedos; arriba ya nuestras bocas se habían separado, la mía buscando sus pezones rosados y la de ella mordiendo sus labios tratando de reprimir sus gemidos, mismos que incrementaron en cantidad y en volumen cuando comencé a deslizar mis dedos medio y anular dentro de su vagina, ella comenzó a hacer movimientos circulares con la cadera al tiempo que yo le metía y sacaba los dedos, la otra mano continuaba dándose vuelo con su trasero y mi boca se turnaba entre sus senos y su boca, no pasó mucho para que su cuerpo se arqueara, comenzara a temblar de placer y finamente soltara un chorro de fluidos que mojó mi mano por completo.

Sus piernas flaquearon, pero alcancé a tomarla de la cintura nuevamente con el brazo izquierdo; su carita reflejaba una satisfacción que no dejaba lugar a dudas del orgasmo que acababa de tener. Con el aliento entrecortado y una vocecita en tono travieso me dijo:

- Quiero más…

Voltee a ver el reloj

- Son las 21.30….

- Papá y mamá se quedaron en el casino; recuerdas?...... no regresarán sino hasta la 01.30 o 02.00 de la mañana

- En ese caso, tus deseos son órdenes Princesa.

- Cómeme…….

Moví la silla un poco más para atrás, de modo que ella pudiera tener un punto dónde apoyarse y agarrarse de las mesas apiladas, le ayude a subir a la silla para que se sentara en el respaldo, inmediatamente se le iluminó la carita y le brillaron los ojos, me senté de frente al respaldo, con cuidado pasé sus piernas por encima de mis hombros. Puedo sentir como se estremece su cuerpo al sentir tan cerca mi reparación, ya en posición comienzo a acariciar sus labios con mi lengua, beso y succiono su pubis, jugueteo con mi lengua en su clítoris, sus piernas aprietan mi cabeza contra su cuerpo cada vez más jugoso y caliente; apenas alcanzo a sacar mi cabeza para respirar puedo ver como ella acaricia sus senos mientras yo le como la concha. Con sus nalgas al aire y a la altura de mis manos me deleito acariciando su rajada, a veces abriéndola, a veces apretándola al ritmo que mi lengua entra y sale de su vagina que también se mueve al suave vaivén de sus caderas sobre mis hombros.

Con mis orejas aprisionadas por sus muslos apenas alcanzo a oír
- Así papi….. así….
…..
- Sí…. Sí…. Sí….

Antes de que sus jugos inunden mi boca y me escurran hasta el pecho. Siento como se dobla y apoya sus senos en mi cabeza para descansar un poco antes de decirme:

- Ahora es mi turno….

Volví a quedar sentado en la silla, ella estaba frente a mí, ya sin brasiere, todavía con la blusa pero con los senos descubiertos. Se inclinó hacia mí, apoyó sus manos sobre mis muslos mientras besaba mis labios bajaba por el cuello y seguía por el pecho, mordió ligeramente mis pezones, tal como yo había hecho con los suyos. Se hincó, me desabrochó el cinturón, el pantalón, bajo el cierre, levantó su vista…. Mientras nos veíamos a los ojos metió su mano en mi pantalón, hurgó en mis bóxers hasta encontrar lo que buscaba, una sonrisa pícara se le dibujo al tiempo que yo sentía su mano agarrando firmemente mi endurecido pene; sin dejar de verme lo saco y comenzó a acariciarlo con su lengua, primero el glande que estaba a punto de estallar, después ya sin verme lo metió despacio en su boca mientras yo no podía dejar de sentir como su lengua se movía por todo mi pene, sincronizada con su mano que masajeaba mi miembro cuando salía de su boca, adentro….. afuera….. adentro….. afuera…. hice todo por posible por aguantar, cuando ya no podía más le dije:

- Princesa todavía no quiero acabar
- No te preocupes –me dijo, y luego entre chupadas – córrete amor…..

Fue un inmenso alivio soltar todo ese semen que fue directo a su garganta. Continuó lamiendo y succionando hasta dejar mi pene completamente limpio, como si nada hubiera pasado. Se puso de pié y dijo:

- Ya no creo que mi hermana se levante

- Segura?--- inquirí

- tiene el sueño pesado..

Acto seguido procedió a quitarse la blusa y la minifalda, sólo se dejó las sandalias (días antes se las había visto y le comenté que me prendía mucho cuando se las ponía).

- Levántate –me dijo

Me puse en pié y bajo mi pantalón con todo y bóxers a los tobillos, apoyó su mano en mi pecho indicándome que me sentara; volvió a hincarse, colocó sus manos en mis nalgas, con un suave movimiento me indicó que me sentara en el borde. Comenzó nuevamente a succionar y a acariciarme el pene, sólo que ahora había cambiado sus manos por sus senos, desde mi posición podía ver como se perdía mi pene en su boca nada más para salir y ser presionado entre sus generosas tetas, tetas que ella sostenía con sus manos y no perdía oportunidad de jugar con ellas calentándome aun más. Continuó por un rato y cuando mi pene estuvo casi a punto se detuvo, se incorporó abriendo las piernas y dio un paso hasta que su vagina quedó exactamente arriba de mi pene que ya apuntaba al techo. Tomó mi pene con su mano y lo masajeo un par de veces, acaricio sus labios con mi glande y procedió a metérselo lentamente mientras se sentaba en mis piernas, al fin pude sentir cómo se resbalaba mi pene dentro de su vagina que nuevamente estaba tan húmeda y lubricada que mi pene casi no encontró resistencia. Se mecía hacia adelante y hacia atrás, sin perder el ritmo ni la cadencia alternaba su vaivén con movimientos circulares, ahora semicirculares, luego dibujando un ocho con sus caderas, otra vez adelante y atrás, arriba y abajo, suave, lento, se arqueó hacia atrás para apoyar sus manos en mis rodillas dejando sus senos a merced de mi lengua y sus nalgas a merced de mis manos. Ya no disimulaba sus gemidos, ni yo los míos. Continuamos meneándonos hasta que nuestros gemidos nos indicaron que estábamos a punto de venirnos los dos, por un instante pensé en terminar fuera, meneó ligeramente su cabeza y con su mirada me dio a entender que quería que nos corriéramos juntos, instantes después los dos terminamos prácticamente al mismo tiempo. Nos quedamos sentados por un instante, disfrutado el contacto entre nuestros cuerpos desnudos.

- mi amor…… todo estuvo muy bien, pero….
- pero…..?.... – le pregunté
- Todavía no me has dado por detrás………- dijo entre risas apenas audibles en mi oreja

Un poco más tarde estábamos afuera de su casa, yo la abrazaba por detrás con mis brazos rodeando su abdomen, la cabeza apoyada en su hombro; escuchaba atentamente lo que ella decía mientras sentía como movía sus brazos al aire mientras hablaba, todo ese tiempo había estado con los ojos cerrados así que no me di cuenta cuándo llegaron sus padres sino hasta que escuché

- Chicos ya es tarde
- Sí mami, ya nos estábamos despidiendo

Abrí los ojos asustado y haciéndome hacia atrás, ella rápidamente apretó sus brazos para que no la soltara al tiempo que también apretaba sus nalgas para que mi pene no se le saliera del culito. Su padre bajo del coche y pasó a escasos tres pasos de nosotros mientras le decía:

- Ya no te tardes – y a mí- Buenas noches.
- Sí papi, ya voy – le respondió

Cuando su padre hubo entrado, volteó su cabeza y entre que mordía y besaba mis labios me dijo:

- Ya escuchaste a papá, tienes cinco minutos para venirte. Jajajjajjajjaja


Aún es el momento en que creo que: o sus padres venían tomados y desvelados del casino, o de verdad nos veíamos como dos novios abrazados inocentemente.

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