La abuela (2)

La abuela ( Segunda parte )

Esa noche, después que mi abuela se había ido a su cuarto y aun después de haber sido descargado por su boca, continuaba muy excitado por todo lo acontecido y no paso mucho rato, antes de encontrarme masturbándome como loco, recordando lo vivido e imaginando mil y un formas de tener el cuerpo de mi abuela desnudo a mi merced.

Al otro día mi abuela actuaba como si nada hubiese pasado la noche anterior .. que descarada .. Mientras yo, admiraba con morbo y deseo cada una de sus viejas curvas y los placeres de su boca. Hacia mucho tiempo que no la espiaba a través de la pared, pero ese día esperé ansiosamente ese divino momento. La vi desnuda nuevamente y la desee aun más. Sus grandes tetas colgando de pezones oscuros y puntiagudos me parecían mas grandes aun, su abultado vientre con algunas marcas o estrías, su tremendo culo caído de carnes flácidas, sus gordas piernas y entre ellas esa mata de pelos que cubría por completo su sexo. No pude resistirme a masturbarme ante tal visión, recordando el placer que su boca me había echo sentir la noche anterior. ¿Cómo era posible que esa mujer de 66 años, robusta y mas siendo mi abuela me acusara tanto deseo?

Pensé como abordarla, ser directo no funcionaría obviamente, a si que lo mejor sería que esa noche actuaría tal cual lo había echo la noche anterior. Salí como de costumbre recibiendo las peticiones de mi abuela que no bebiera, me junté con mis amigos y compartí unas botellas de ron. Justo esa noche había más dinero que de costumbre, que mala suerte la mía, ya que uno de mis amigos había robado una radio de auto y había vendido a buen precio. Pero no podía beber demasiado, tenia que estar cuerdo para lo que me esperaba. Impaciente veía como la hora no avanzaba. No podía llegar muy temprano para que mi abuela no fuera a levantar sospechas. Muchas veces mis amigos me incitaban a tomar y yo bebiendo poco, me excusaba por problemas estomacales. Ya bien entrada la noche e dirigí a la casa. Como nunca venía muy sobrio, solo con unas copas para llegar pasado a alcohol como de costumbre.

Cruce la cerca y me quede afuera de la casa. Estaba excitado, pero nervioso. El momento había llegado y estaba completamente decidido. Solo debía hacer una buena actuación y dejar que mi abuela hiciera lo suyo. Tomé mis llaves y metí mucha bulla con la cerradura haciéndolas sonar, para que mi abuela supiera en el estado que venía. Me demore un poco antes de abrir y en la penumbra busque algo que botar. La mesa maldita que tantas veces me había traicionado esta noche sería mi cómplice. La empujé fuertemente y algo rodó de ella, aunque no se quebró. Sin embargo fue suficiente para sentir bulla en el cuarto de mi abuela, levantándose de su vieja cama, prendiendo la luz. Me encontró acostado en un sillón y recriminándome mi estado trató de levantarme. En ningún momento cooperé con la operación hasta que mi abuela me retó pidiéndome que la ayudara. Solo un poco me levanté y el brazo de mi abuela pasa por debajo del mío y nos encaminamos hasta mi cuarto.

Tal cual como la noche anterior, se repitió la misma operación, me deja caer sobre mi cama, prende la luz, me sermonea y yo no respondo. Me saca los zapatos, luego los pantalones y mencionaba mi nombre una y otra vez, mientras yo hacia mi mejor presentación artística, mostrándome en estado de inconciencia, hasta con algo de saliva escapando de mi boca. (Digna de un oscar).

Mi verga dura como una roca, esperaba con ansias las caricias de la madre de mi progenitora, que luego de cerciorarse una y otras ves de mi estado etílico, procedió a apagar la luz y a arrodillarse al lado de la cama. Esta vez yo sabía lo que sucedería y estaba más que preparado. Su mano bajando por mi estomago, y acariciándome mi verga por sobre mis calzoncillos. Un leve susurro de su parte que me pareció escuchar un "VALGAME DIOS".

Luego sus manos suavemente me deslizan esa prenda de vestir y sintiendo sus viejos dedos sobre mi venosa verga, paso a disfrutar de las caricias de su boca.

Una y otra vez su boca me entregaba placeres indescriptibles. Yo esta vez no permanecí tan quieto. Solo llevando mas sangre a mi verga lograba que esta se moviera dentro de la boca de mi abuela, pero sin mover ni otra parte de mi cuerpo. Mi respiración tranquila y la boca de mi abuela chupando suavemente la verga de su nieto.

Sentía leves gemidos salir de la boca de mi abuela disfrutando el pedazo de carne que tenía su nieto y poco a poco me fui moviendo mas haciéndole sentir lo mucho que disfrutaba. Un leve gemido que se me escapó de mi boca hizo que mi abuela se retirara rápidamente pero al ver que yo no reaccionaba volvió a lo suyo. Por unos quince minutos mi abuela chupaba con esmero mi verga, hasta que comencé a sentir mi semen alegando por salir. El placer iba en aumento y ya me costaba mucho no moverme hasta que sin poder aguantar mas, lleve mi mano a la cabeza de mi abuela, supuestamente en un estado inconsciente, cosa que la asusto y provoca su inmediata retirada de mi verga. Me mantuve en silencio esperando que mi abuela retomara su trabajo, pero en vez de eso, siento que me acomoda nuevamente mi ropa y sale de mi cuarto, dando fin a nuestro encuentro, dejándome en llamas.

Escucho a través de la delgada pared como su macizo cuerpo se deposita sobre su vieja cama haciendo sonar el somier.

Me toco fuertemente mi herramienta que completamente alborotada e hinchada me pedía a gritos ser vaciada esa noche. Esperé unos minutos, deseando que mi abuela regresara, pero no lo hizo. A lo lejos escuche su primer ronquido en señal que no pensaba en volver. Me levanté rápidamente y me fui a su cuarto. Abrí muy despacio la puerta, las cortinas corridas de su ventana, dejaban entrar algo de luz de la luz de la calle y mostraba la gran silueta de mi abuela bajo las colchas. Entre sigilosamente, escuchando sus ronquidos que retumbaban en el cuarto, mi corazón daba mil palpitaciones por segundo y mi erección escapaba de mis calzoncillos queriendo acción. Me termine de desnudar, silenciosamente levanté la ropa de cama y me metí a esta.

Mi abuela me daba la espalda, sentía su aroma, el calor de su cuerpo. Dormía como una roca y mi presencia aun no había sido descubierta. Era el momento decisivo, o regresaba silenciosamente a mi cuarto, o me aventuraba con mi abuela. Lo pensé algunos minutos, con la cabeza fría pensando en lo que podría pasar si mi abuela me rechazaba, pero mi cabeza inferior casi se rompía por la cantidad de sangre acumulada y opté por hacerle caso. Me apoyé contra su espalda, sintiendo el contacto inmediato de sus grandes nalgas contra mi verga y llevando una mano por sobre su cuerpo, la coloqué sobre una de sus tremendas tetas. La toqué suavemente por casi un minuto antes de que mi abuela reaccionara. De repente despierta sobresaltada, sintiéndose manoseada por un desconocido.

En la oscuridad del cuarto se dio cuenta que era su propio nieto el intruso que manoseaba sus tetas y apoyaba su cuerpo contra el de ella. Lo rechazo tratando de soltarse, pero mi fuerza contra la de ella era mucho mayor y aferrado contra su cuerpo la comencé a tocar por todos lados.

¡Qué haces! .. suéltame por favor …. ¡Daniel! .. Soy tu abuela . Reacciona niño por favor …. ¡Daniel no ……… nooooo . no hagas eso . soy tu abuela

Luchando por tratar de soltarse de las manos de su nieto que descaradamente manoseaban todo su cuerpo, pero era inútil, ya una de mis manos había penetrado por debajo se sus grandes calzones y fuertemente se la restregaba por toda su concha peluda, sintiendo sus labios carnosos y su humedad, tratando de masturbarla con mi dedo que se metía intruso en el sexo de mi abuela.

La cama sonaba como si se fuera a desarmar por la lucha de mi abuela tratando de soltarse y yo por tratar de no sacar la mano de esa concha que tantas veces había sido musa de mis mejores masturbaciones.

¡ suéltame! ……..no por favor …. .. Soy tu abuela … contrólate por favor …. no ……… nooooo . no hagas eso . soy tu abuela !!!

Lo se .. pero tu empezaste

¡No lo hagas!

Tu empezaste abuela .. ahora asume tu culpa
.. no por favor .. saca tu mano de ahí … ¡es pecado niño!

¡acaso no era pecado cuando me chupabas en las noches!

Perdóname por favor .. pero no sigas …

Por que ….¿acaso no era esto lo que querías? ..

Noooo no lo hagas !!!


Pero ya era tarde, mi mano había corrido lo suficiente su calzón hacia un lado y teniendo a mi abuela de espaldas, mi verga , dura como una roca entró dentro de su cuerpo sacándole una gran grito de desesperación al sentirse penetrada por su único nieto.

Su viejo cuerpo se canso de luchar, ya sin fuerzas trataba en vano de liberarse de su violador, pero sus esfuerzos era infructuosos. Una y otra vez la verga de su nieto se adentro en su cuerpo, ahora con mis manos aferradas a sus caderas, empujándola hacia atrás ensartándola en mi verga. Ya cuando se rindió y no lucho mas, pude deleitarme acariciando su culo y manoseando sus tetas, mientras ella lloraba pidiéndome que la soltara.

Pasó un buen rato , a veces luchaba tratando de soltarse y pidiendo que la soltara pero yo disfrutando de su cuerpo no escuchaba sus suplicas hasta que sin poder aguantar mas comencé a acabar dentro de ella rebalsándole la concha con mi leche que escurrió por sus grandes nalgas. Fue en ese momento cuando mi abuela suelta un llanto desgarrador y logro recobrar un poco la cordura y darme cuenta que había violado a mi abuela.

Un sentimiento de culpa me invadió, miedo, pena por la que había sido mi madre y pidiéndole que me perdonara, ella entre llantos solo me pedía que me marchara.

Así lo hice, me levante y abandone su cuarto. En el mío escuchaba a través de la delgada pared de madera el llanto de mi abuela, completamente arrepentido de lo que había echo y sin saber como enfrentarla al otro día.

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6 comentarios - La abuela (2)

capkirk2008
A mi se me puso la pija dura !! Como habra gozado la abuela !!!
kotoelprofesor
muy bueno el relato me trajo recuerdos cuando me cojia a la abuela de un amigo le gustaba tanto cojer que le daba verga todas las noches yo tenia 25 años y ella 70 estaba muy buena y adoraba centir mi verga en su culo cuantos recuerdos