La mesera del cafe 3

La mesera del café Parte 3

(Recomiendo leer Parte 1 y 2 antes)

Me quede en mi cama mirando el techo por unos minutos, pensando en que había hecho, cuando de repente los ronquidos de mi marido me sacaron de ese pensamiento y cambiaron. No me sentía culpable esta vez, cada ronquido de el generaba una sensación de indignación en mi que hacia perder el sentimiento de culpa de lo que había hecho.

Al día siguiente no me podía levantar estaba bastante cansada, luego de bañarme decidí ponerme un jean bien ajustado y una remera blanca y me fui al trabajo.

Cuando llegue al trabajo Mario me saludo como si nada hubiera pasado y eso me hizo sentir más tranquila, aunque sus miradas eran más insistentes que antes hacia mi trasero.

Cuando llego la hora de ir a los repartos sabía que me tocaría el viejo, pero no me sentía de ánimos para verlo así que le cambie el reparto a otra compañera. Quedándome en el local. Tampoco apareció Roberto por lo cual el día fue muy tranquilo.

Al terminar la jornada me sentí extraña, no vi al viejo, ni a Roberto y Mario me trato como si nada, pensé que estaba loca pero sentía como si algo me faltara. Fui a mi casa y espere a mi marido vestida para la ocasión y por primera vez desde meses hicimos el amor. El cual fue malísimo, ninguno de los dos pudimos acabar y terminamos durmiéndonos.

Al otro día volví a ponerme ese pantalón blanco que tanto éxito había causado, tenía ganas de impresionar y que me vieran, era como algo sistemático que quería que me desearan y admiraran.

El día iba tranquilo hasta que llegaron los amigos de Roberto, pero para mi sorpresa él no estaba. Todos miraban mi cola cuando me apoyaba en la barra a cargar los pedidos y sentía que hablaban entre ellos. Cuando me acerque a tomarles el pedido varios hacían chistes y hasta uno dijo “lo que le diste a Roberto quiero”. Ese comentario contrario a molestarme me gusto y cuando me gire pare mi culo lo más posible y lo moví de lado a lado hasta la barra.

Cuando llego Mario me dice que llamaron de los pedidos que hoy había que hacerlo antes, que eran solo 2, así que me fuera lo más rápido posible. Mire la comanda, era una señora del último piso y el viejo verde. Mi cuerpo se estremeció y con ese pantalón sabría que él me daría una buena propina.

Cuando llegue a su departamento, me hizo entrar y me dio un beso en la mejilla muy cerca de mi boca, se sentó y agarro su cámara, esa disposición y seguridad de que yo le iba a mostrar me hizo sentirme más desinhibida y le regale al viejo unas fantásticas tomas de mi trasero e incluso me desabotone mi ajustado pantalón para mostrarle la redondez y tamaño de mi cola.

Me puse sobre el sillón mientras el tomaba su cafecito y no paraba de sacar fotos, me decía

-Así Roxy, perfecta para mas la cola!! Mirame Roxy me encanta esa carita que pones cuando le saco fotos a tu culo!

Me di vuelta y me mordí el labio mientras ponía mi cara contra el sofá y paraba lo más que podía mi culo, estaba muy excitada ese día y el viejo seguía como si nada.

Cuando el viejo término su café se paro al lado mío y pasó su mano por mi culo, su mano arrugada fue algo indescriptible, no sé porque me calentaba tanto ese viejo, mire y su bulto estaba bastante marcado.

En ese momento volví a la realidad por un momento y me acorde que estaba trabajando, y que Mario me diría algo por tardar tanto por solo 2 pedidos, me subí el pantalón rápidamente y me reincorpore.

Carlos me miro, saco un billete de 100 y cuando estaba por dármelo lo guardo y me dijo.

-Cuando puedes venir a buscarlo con más tiempo!?

Mi cabeza se nublo, mi excitación no daba más y tartamudeando le dije.

-Hoy cuando termine de trabajar.

-Te espero hermosa, me dijo.

Y se fue hacia dentro, mi corazón latía mientras bajaba el ascensor, tenía la cabeza nublada, como pude contestar tan rápidamente. Me sentí un poco sucia pero húmeda al mismo tiempo.

Todo el día laboral estuve pensando en eso, estaba muy distraída, Mario me preguntaba si estaba bien y yo le contestaba que sí, pero el viejo me había dejado perturbada.

Termino el día, despedí a mis compañeros y a Mario y rápidamente subí al edificio, estaba intrigada por un lado y excitada por el otro. Golpee ansiosa la puerta y el viejo me vino a abrir, pase moviendo mi culo sabiendo que le debía estar mirándome.

-Siéntate, me dijo cordialmente.

Me puse en el sillón donde hacia unas horas había estado mostrándome y me quede mirándolo, ese viejo panzón y arrugado, debía doblarme la estatura y seguramente la edad, sus ojos con cataratas creería, mostraban su libido que no saciaba hacia tiempo.

Su manera de mirarme me hacía sentir que me desnudaba casi, hasta que rompió el silencio y me dijo.

-Viniste a ganarte la plata nena?!

Yo me quede helada por un minuto, la verdad que ya me había hasta olvidado de la plata, estaba ahí porque estaba sacada, y estaba perdiendo la cordura.

-Si obvio, conteste con voz melosa.

El empezó a acercarse y yo casi temblaba, la verdad el viejo imponía su presencia y me hacía sentir inferior a él y eso me gustaba.

Se acerco lentamente, yo no pude evitar mirarle el bulto, y luego subí la mirada, pero quedo muy evidente, el sonrió con aires de triunfador y se puso delante mío, mirándome desde arriba.

Yo me quede quieta, estaba muy excitada pero no sabía qué hacer. Entonces recuerdo su voz decirme.

-Que esperas nena? Sé que queres comérmelo.

No dije nada, solo agarre y empecé a desprender su pantalón y luego apareció su slip negro muy clásico. Se notaba un bulto bastante grande y estaba muy peludo. Deje caer su pantalón y con ambas manos baje su slip.

Me quede helada, sentí un olor fuerte que desprendía, era muy gorda y estaba media dormida, pero era enorme, bastante larga, pero más que nada ancha y cabezona.

Subí mi mirada, el disfrutaba verme así, sonrió con una sonrisa vil y luego se la agarro y empezó a moverla suavemente, yo la mire como hipnotizada. Seguía media dormida, y verla tan ancha me despertaba más curiosidad como sería totalmente erecta.

No pude contenerme más y agarre su miembro con mi mano, empezando a pajearlo suavemente y poco a poco fui llevándola a mi boca, el olor era bastante fuerte, pero en ese momento era olor a hombre. Abrí mi boca y metí la cabezota esa en mi boca. Era realmente enorme esa cabeza, poco a poco fui metiéndola más adentro, y empecé a chuparla con más ganas.

Sentía como su miembro iba creciendo en mi boca cada vez más, pero no quedaba totalmente dura, así que mejore mis movimientos y lo hacía rítmicamente, el viejo mientras tanto solo gemía.

-AAahhhhgggg, Asiiii, asiiii aaaaaaaaaaaaaaggggggggggggghhh!!

Sus gemidos me incitaban más y hacia pausas, sacaba ese miembro de mi boca, lo miraba a ver si había logrado conseguir que estuviera más firme, y seguía. Cada vez iba endureciéndose más.

Después de un rato mi mandíbula empezó a molestarme, y no lograba que quedara totalmente dura ese mazacote de carne que tenía el viejo. Entonces en ese momento me detuvo y me dijo.

-Me estas matando Roxy, me parece que la edad me ha jugado una mala pasada. Perdón.

Me sentí decepcionada, entendía las limitaciones por su edad pero estaba encendida, cuando estaba por levantarme e irme, empezó a sonar mi celular. Era el ringtone de mi marido, en ese momento recordé en que nunca le había avisado que me iba a quedar.

Le hice un gesto de silencio al viejo y con el corazón latiendo fuerte atendí.

Mientras le explicaba y mentía donde estaba, el viejo zorro agarro mi otra mano y la puso sobre su verga. Poco a poco mientras discutía con mi marido por no haberle avisado, empecé a sentir que la verga del viejo tomaba rigidez, la mire y estaba más dura de lo que había logrado con mi boca.

Levante la mirada, y ahí estaba el con su mirada morbosa, seguramente disfrutando el momento, entonces mientras escuchaba a mi marido, abrí mi boca y volví a chupar su verga lo más profundo que pude.

Corte diciéndole que volvía mas tarde, y a penas toque el botón, agarre su verga y empecé un vaivén rápido, quería aprovechar que estaba dura.

El viejo rápidamente me agarro de la cabeza y empezó a moverse como cogiendo mi boca. Era algo increíble, casi me ahogaba con su tamaño, quería sentirla en mi cuerpo, no daba más.

De pronto el me soltó, se agachó delante mío y empezó a desabrochar mi pantalón y lo bajo completamente, mientras me sacaba el pantalón me daba besos en cada una de mis piernas, le pasaba su vieja lengua, yo solo sentía como la piel se me ponía como de gallina y quede solamente en tanga, camisa y sandalias puesta, el viejo se quedo mirando mi tanga y me dijo:

-Ay Roxy encima que tenes un culazo, también usas estas tanguitas que me vuelven loco!! Sos toda una putita ganosa! ¡¿En qué piensa tu marido cuando te deja salir así a la calle?!

Esa última pregunta, me hizo enfurecerme porque culpa de mi marido estaba así, entonces le dije

-Le gusta que me vista así para usted? Conteste en tono meloso.

-Si, por supuesto!! Contesto.

Luego me empezó a besar por encima de la tanga que hizo que yo me prendiera aun mas, quería sentir al viejo dentro mío, lo mire pero no dije nada, debió entender.

Entonces hizo a un lado mi tanga, sus dedos entraban y salían de mi concha y acariciaba con fuerza mi clítoris, provocándome un placer intenso, su otra mano apretaba mis tetas una y otra vez por encima de la ropa.

Estaba en la gloria, entonces en ese momento me dijo con tono soberbio y una risa vil

-¿Queres mi verga putita?

Yo puse cara de buena y casi le suplique:

-Por favor, cójame!

El viejo tomo mis piernas separándolas lo más posible y coloco la punta de su pene en la entrada de mi concha y se inclino hacia mí hasta que sus manos se pusieron sobre mis hombros, su expresión era de lujuria y triunfo, me dijo entonces:

-Tómala putita, sentila toda!!

De un solo empujón me penetro completamente, las paredes de mi vagina se estiraron al máximo, un dolor placentero me hizo gritar y gemir, primero despacio y luego con más y más rapidez, sus manos comenzaron a apretar con fuerza mis tetas, yo gritaba de excitación.

-AAhhh!!! AHHHHHHHHHHGG!!! Siiii!!! Asiii!! Aahhh!!

El viejo se ponía colorado y empujaba con fuerza, entonces empezó a decirme entre gemidos

-Toma perra!!! Sos una puta!!

Lejos de molestarme su trato cada vez me excitaban mas, al cabo de tres minutos de bombearme con fuerza sentí una explosión de estrellas, había tenido un orgasmo, al ver mi cara el riendo a carcajadas me dijo:

-Te gusta cómo te cojo verdad, putona?

-Si, si!! Dije entre gritos y gemidos de placer

-Más, más, cógeme viejo de mierda!!

Su pene entraba y salía con rapidez de mi concha, yo gritaba excitadísima, de pronto empezó a disminuir la velocidad y se detuvo.

La saco, había perdido rigidez su miembro, estaba hinchado se lo veía enorme, pero medio caído, intente reanimarlo. Pero el me dijo.

-Por favor Roxy, retirate, me siento mal.

Me acerque al viejo intentando consolarlo, y solo recibí rechazo de su parte, me hizo sentir mal pero al mismo tiempo le hice caso y me fui, me empecé a arreglar y lo último que me dijo fue.

-Por favor, espero que esto quede entre nosotros.

-Obvio, no se preocupe que para mí tampoco es algo grato estar contando este desliz.

Agarre y empecé a acomodarme, entonces me dijo.

-Roxy, me dejas esa tanguita al menos para ver si puedo solo?

Lo hizo en un tono muy distinto a lo violento que me trataba, y se la deje.

Cuando llegue a la puerta, el me dijo.

-Espera Roxy.

Me di vuelta

-Olvidas esto!

Se acerco y me dio el billete de 100 que me había negado antes, eso me hizo mantener la calentura.

Espere el taxi sola abajo, pensaba que me había pasado, por un lado como podía ser que ese viejo me terminara penetrando y por otro lado, acaso no le gustaba? Me pagaba, me había convertido en una puta.

Subí al taxi y le indique el domicilio.

La verdad es que mis pensamientos eran más de decepción que de culpa, y entre tanto que pensaba me di cuenta que estaba nuevamente encendida.

Al otro día estaba encendida, pasaba de mesa en mesa parando mi cola y escuchando comentarios de todos lados, Mario estaba muy ocupado con la caja, si no tal vez le hubiera pedido algo. Salió de reparto mi colega, y Roberto hace rato que no iba al café.

Esa mañana estuve muy excitada todo el tiempo, hasta me anime a sonreírle a algunos piropos, y un extraño dejo su número telefónico para mi, y en lugar de tirarlo, lo guarde.

Esa tarde llegue a mi casa y le prepare la comida preferida a mi marido para la cena, me puse un pantalón nuevo que había comprado, era como rayado de estilo calzas, se me ajustaba a toda mi cola y mis piernas, de hecho creo que la chica me lo había vendido chico.

Espere mucho tiempo mientras pensaba, que hacia ahí, porque no estaba con alguien, cuando sentí la puerta, era mi marido.

Comimos, el estaba de bastante humor, luego de terminar de comer, vi que él no paraba de mirarme la cola y eso me gusto, pensé que podría recuperarlo. Entonces le dije

-Amor, porque no vamos a dar una vuelta por ahí?!

El dudo en contestarme, y me dijo

-Me encantaría, pero no puedo mañana tengo que estar fresco para una exposición del balance. Tengo que dormir temprano.

Me dio un beso y se fue.

Me enfureció su actitud, pero que podía hacer. No tenía el teléfono de Roberto, menos el del viejo. Tenía el de Mario, pero siendo mi jefe no quería meterme en mayores problemas.

Fui hasta mi cuarto, mi marido estaba viendo televisión, medio entre dormido. Agarre y lleve ropa para lavar, cuando reviso en un pantalón y me encuentro con la tarjeta de uno de los tantos tipos que siempre me insinuaban algo en el café.

Por un momento me cabeza se imagino que pasaría, y eso me dejo inquieta, así que preferí salir a tomar algo de aire.

Fui hasta la tienda a comprar algunas bebidas, y de paso despejarme, estaba anocheciendo ya, no había mucha gente por la calle, cuando escucho.

-Buenas tardes!

Miro hacia el jardín, estaba el vecino de al lado regando, con un traje de baño y en cuero, dejando su gran panza al aire.

-Buenas dije. Casi inhibida.

No teníamos buena relación con ese vecino, de hecho mi marido lo odiaba porque nos puso una denuncia porque nuestro perro ladraba mucho. Era la primera vez que me saludaba desde ese entonces.

Seguí caminando y me gire, su cara de bobo me hizo dar gracia y sonreí.

Luego de comprar volví a pasar, pero antes de llegar pare lo mas que pude mi culo y lo moví de lado a lado, pude sentir su aliento a la distancia, y eso me encantó.

Entre y después de acomodar todo me fui a dormir pensando mucho en las miradas del vecino y escuchando los ronquidos de mi marido al lado.

Continuara…

Agradecimientos a

Vane

Esteban

Y a todos los que aportan. Cualquier sugerencia

Mi msn

Walum7@hotmail.com

La mesera del café Parte 3

(Recomiendo leer Parte 1 y 2 antes)

Me quede en mi cama mirando el techo por unos minutos, pensando en que había hecho, cuando de repente los ronquidos de mi marido me sacaron de ese pensamiento y cambiaron. No me sentía culpable esta vez, cada ronquido de el generaba una sensación de indignación en mi que hacia perder el sentimiento de culpa de lo que había hecho.

Al día siguiente no me podía levantar estaba bastante cansada, luego de bañarme decidí ponerme un jean bien ajustado y una remera blanca y me fui al trabajo.

Cuando llegue al trabajo Mario me saludo como si nada hubiera pasado y eso me hizo sentir más tranquila, aunque sus miradas eran más insistentes que antes hacia mi trasero.

Cuando llego la hora de ir a los repartos sabía que me tocaría el viejo, pero no me sentía de ánimos para verlo así que le cambie el reparto a otra compañera. Quedándome en el local. Tampoco apareció Roberto por lo cual el día fue muy tranquilo.

Al terminar la jornada me sentí extraña, no vi al viejo, ni a Roberto y Mario me trato como si nada, pensé que estaba loca pero sentía como si algo me faltara. Fui a mi casa y espere a mi marido vestida para la ocasión y por primera vez desde meses hicimos el amor. El cual fue malísimo, ninguno de los dos pudimos acabar y terminamos durmiéndonos.

Al otro día volví a ponerme ese pantalón blanco que tanto éxito había causado, tenía ganas de impresionar y que me vieran, era como algo sistemático que quería que me desearan y admiraran.

El día iba tranquilo hasta que llegaron los amigos de Roberto, pero para mi sorpresa él no estaba. Todos miraban mi cola cuando me apoyaba en la barra a cargar los pedidos y sentía que hablaban entre ellos. Cuando me acerque a tomarles el pedido varios hacían chistes y hasta uno dijo “lo que le diste a Roberto quiero”. Ese comentario contrario a molestarme me gusto y cuando me gire pare mi culo lo más posible y lo moví de lado a lado hasta la barra.

Cuando llego Mario me dice que llamaron de los pedidos que hoy había que hacerlo antes, que eran solo 2, así que me fuera lo más rápido posible. Mire la comanda, era una señora del último piso y el viejo verde. Mi cuerpo se estremeció y con ese pantalón sabría que él me daría una buena propina.

Cuando llegue a su departamento, me hizo entrar y me dio un beso en la mejilla muy cerca de mi boca, se sentó y agarro su cámara, esa disposición y seguridad de que yo le iba a mostrar me hizo sentirme más desinhibida y le regale al viejo unas fantásticas tomas de mi trasero e incluso me desabotone mi ajustado pantalón para mostrarle la redondez y tamaño de mi cola.

Me puse sobre el sillón mientras el tomaba su cafecito y no paraba de sacar fotos, me decía

-Así Roxy, perfecta para mas la cola!! Mirame Roxy me encanta esa carita que pones cuando le saco fotos a tu culo!

Me di vuelta y me mordí el labio mientras ponía mi cara contra el sofá y paraba lo más que podía mi culo, estaba muy excitada ese día y el viejo seguía como si nada.

Cuando el viejo término su café se paro al lado mío y pasó su mano por mi culo, su mano arrugada fue algo indescriptible, no sé porque me calentaba tanto ese viejo, mire y su bulto estaba bastante marcado.

En ese momento volví a la realidad por un momento y me acorde que estaba trabajando, y que Mario me diría algo por tardar tanto por solo 2 pedidos, me subí el pantalón rápidamente y me reincorpore.

Carlos me miro, saco un billete de 100 y cuando estaba por dármelo lo guardo y me dijo.

-Cuando puedes venir a buscarlo con más tiempo!?

Mi cabeza se nublo, mi excitación no daba más y tartamudeando le dije.

-Hoy cuando termine de trabajar.

-Te espero hermosa, me dijo.

Y se fue hacia dentro, mi corazón latía mientras bajaba el ascensor, tenía la cabeza nublada, como pude contestar tan rápidamente. Me sentí un poco sucia pero húmeda al mismo tiempo.

Todo el día laboral estuve pensando en eso, estaba muy distraída, Mario me preguntaba si estaba bien y yo le contestaba que sí, pero el viejo me había dejado perturbada.

Termino el día, despedí a mis compañeros y a Mario y rápidamente subí al edificio, estaba intrigada por un lado y excitada por el otro. Golpee ansiosa la puerta y el viejo me vino a abrir, pase moviendo mi culo sabiendo que le debía estar mirándome.

-Siéntate, me dijo cordialmente.

Me puse en el sillón donde hacia unas horas había estado mostrándome y me quede mirándolo, ese viejo panzón y arrugado, debía doblarme la estatura y seguramente la edad, sus ojos con cataratas creería, mostraban su libido que no saciaba hacia tiempo.

Su manera de mirarme me hacía sentir que me desnudaba casi, hasta que rompió el silencio y me dijo.

-Viniste a ganarte la plata nena?!

Yo me quede helada por un minuto, la verdad que ya me había hasta olvidado de la plata, estaba ahí porque estaba sacada, y estaba perdiendo la cordura.

-Si obvio, conteste con voz melosa.

El empezó a acercarse y yo casi temblaba, la verdad el viejo imponía su presencia y me hacía sentir inferior a él y eso me gustaba.

Se acerco lentamente, yo no pude evitar mirarle el bulto, y luego subí la mirada, pero quedo muy evidente, el sonrió con aires de triunfador y se puso delante mío, mirándome desde arriba.

Yo me quede quieta, estaba muy excitada pero no sabía qué hacer. Entonces recuerdo su voz decirme.

-Que esperas nena? Sé que queres comérmelo.

No dije nada, solo agarre y empecé a desprender su pantalón y luego apareció su slip negro muy clásico. Se notaba un bulto bastante grande y estaba muy peludo. Deje caer su pantalón y con ambas manos baje su slip.

Me quede helada, sentí un olor fuerte que desprendía, era muy gorda y estaba media dormida, pero era enorme, bastante larga, pero más que nada ancha y cabezona.

Subí mi mirada, el disfrutaba verme así, sonrió con una sonrisa vil y luego se la agarro y empezó a moverla suavemente, yo la mire como hipnotizada. Seguía media dormida, y verla tan ancha me despertaba más curiosidad como sería totalmente erecta.

No pude contenerme más y agarre su miembro con mi mano, empezando a pajearlo suavemente y poco a poco fui llevándola a mi boca, el olor era bastante fuerte, pero en ese momento era olor a hombre. Abrí mi boca y metí la cabezota esa en mi boca. Era realmente enorme esa cabeza, poco a poco fui metiéndola más adentro, y empecé a chuparla con más ganas.

Sentía como su miembro iba creciendo en mi boca cada vez más, pero no quedaba totalmente dura, así que mejore mis movimientos y lo hacía rítmicamente, el viejo mientras tanto solo gemía.

-AAahhhhgggg, Asiiii, asiiii aaaaaaaaaaaaaaggggggggggggghhh!!

Sus gemidos me incitaban más y hacia pausas, sacaba ese miembro de mi boca, lo miraba a ver si había logrado conseguir que estuviera más firme, y seguía. Cada vez iba endureciéndose más.

Después de un rato mi mandíbula empezó a molestarme, y no lograba que quedara totalmente dura ese mazacote de carne que tenía el viejo. Entonces en ese momento me detuvo y me dijo.

-Me estas matando Roxy, me parece que la edad me ha jugado una mala pasada. Perdón.

Me sentí decepcionada, entendía las limitaciones por su edad pero estaba encendida, cuando estaba por levantarme e irme, empezó a sonar mi celular. Era el ringtone de mi marido, en ese momento recordé en que nunca le había avisado que me iba a quedar.

Le hice un gesto de silencio al viejo y con el corazón latiendo fuerte atendí.

Mientras le explicaba y mentía donde estaba, el viejo zorro agarro mi otra mano y la puso sobre su verga. Poco a poco mientras discutía con mi marido por no haberle avisado, empecé a sentir que la verga del viejo tomaba rigidez, la mire y estaba más dura de lo que había logrado con mi boca.

Levante la mirada, y ahí estaba el con su mirada morbosa, seguramente disfrutando el momento, entonces mientras escuchaba a mi marido, abrí mi boca y volví a chupar su verga lo más profundo que pude.

Corte diciéndole que volvía mas tarde, y a penas toque el botón, agarre su verga y empecé un vaivén rápido, quería aprovechar que estaba dura.

El viejo rápidamente me agarro de la cabeza y empezó a moverse como cogiendo mi boca. Era algo increíble, casi me ahogaba con su tamaño, quería sentirla en mi cuerpo, no daba más.

De pronto el me soltó, se agachó delante mío y empezó a desabrochar mi pantalón y lo bajo completamente, mientras me sacaba el pantalón me daba besos en cada una de mis piernas, le pasaba su vieja lengua, yo solo sentía como la piel se me ponía como de gallina y quede solamente en tanga, camisa y sandalias puesta, el viejo se quedo mirando mi tanga y me dijo:

-Ay Roxy encima que tenes un culazo, también usas estas tanguitas que me vuelven loco!! Sos toda una putita ganosa! ¡¿En qué piensa tu marido cuando te deja salir así a la calle?!

Esa última pregunta, me hizo enfurecerme porque culpa de mi marido estaba así, entonces le dije

-Le gusta que me vista así para usted? Conteste en tono meloso.

-Si, por supuesto!! Contesto.

Luego me empezó a besar por encima de la tanga que hizo que yo me prendiera aun mas, quería sentir al viejo dentro mío, lo mire pero no dije nada, debió entender.

Entonces hizo a un lado mi tanga, sus dedos entraban y salían de mi concha y acariciaba con fuerza mi clítoris, provocándome un placer intenso, su otra mano apretaba mis tetas una y otra vez por encima de la ropa.

Estaba en la gloria, entonces en ese momento me dijo con tono soberbio y una risa vil

-¿Queres mi verga putita?

Yo puse cara de buena y casi le suplique:

-Por favor, cójame!

El viejo tomo mis piernas separándolas lo más posible y coloco la punta de su pene en la entrada de mi concha y se inclino hacia mí hasta que sus manos se pusieron sobre mis hombros, su expresión era de lujuria y triunfo, me dijo entonces:

-Tómala putita, sentila toda!!

De un solo empujón me penetro completamente, las paredes de mi vagina se estiraron al máximo, un dolor placentero me hizo gritar y gemir, primero despacio y luego con más y más rapidez, sus manos comenzaron a apretar con fuerza mis tetas, yo gritaba de excitación.

-AAhhh!!! AHHHHHHHHHHGG!!! Siiii!!! Asiii!! Aahhh!!

El viejo se ponía colorado y empujaba con fuerza, entonces empezó a decirme entre gemidos

-Toma perra!!! Sos una puta!!

Lejos de molestarme su trato cada vez me excitaban mas, al cabo de tres minutos de bombearme con fuerza sentí una explosión de estrellas, había tenido un orgasmo, al ver mi cara el riendo a carcajadas me dijo:

-Te gusta cómo te cojo verdad, putona?

-Si, si!! Dije entre gritos y gemidos de placer

-Más, más, cógeme viejo de mierda!!

Su pene entraba y salía con rapidez de mi concha, yo gritaba excitadísima, de pronto empezó a disminuir la velocidad y se detuvo.

La saco, había perdido rigidez su miembro, estaba hinchado se lo veía enorme, pero medio caído, intente reanimarlo. Pero el me dijo.

-Por favor Roxy, retirate, me siento mal.

Me acerque al viejo intentando consolarlo, y solo recibí rechazo de su parte, me hizo sentir mal pero al mismo tiempo le hice caso y me fui, me empecé a arreglar y lo último que me dijo fue.

-Por favor, espero que esto quede entre nosotros.

-Obvio, no se preocupe que para mí tampoco es algo grato estar contando este desliz.

Agarre y empecé a acomodarme, entonces me dijo.

-Roxy, me dejas esa tanguita al menos para ver si puedo solo?

Lo hizo en un tono muy distinto a lo violento que me trataba, y se la deje.

Cuando llegue a la puerta, el me dijo.

-Espera Roxy.

Me di vuelta

-Olvidas esto!

Se acerco y me dio el billete de 100 que me había negado antes, eso me hizo mantener la calentura.

Espere el taxi sola abajo, pensaba que me había pasado, por un lado como podía ser que ese viejo me terminara penetrando y por otro lado, acaso no le gustaba? Me pagaba, me había convertido en una puta.

Subí al taxi y le indique el domicilio.

La verdad es que mis pensamientos eran más de decepción que de culpa, y entre tanto que pensaba me di cuenta que estaba nuevamente encendida.

Al otro día estaba encendida, pasaba de mesa en mesa parando mi cola y escuchando comentarios de todos lados, Mario estaba muy ocupado con la caja, si no tal vez le hubiera pedido algo. Salió de reparto mi colega, y Roberto hace rato que no iba al café.

Esa mañana estuve muy excitada todo el tiempo, hasta me anime a sonreírle a algunos piropos, y un extraño dejo su número telefónico para mi, y en lugar de tirarlo, lo guarde.

Esa tarde llegue a mi casa y le prepare la comida preferida a mi marido para la cena, me puse un pantalón nuevo que había comprado, era como rayado de estilo calzas, se me ajustaba a toda mi cola y mis piernas, de hecho creo que la chica me lo había vendido chico.

Espere mucho tiempo mientras pensaba, que hacia ahí, porque no estaba con alguien, cuando sentí la puerta, era mi marido.

Comimos, el estaba de bastante humor, luego de terminar de comer, vi que él no paraba de mirarme la cola y eso me gusto, pensé que podría recuperarlo. Entonces le dije

-Amor, porque no vamos a dar una vuelta por ahí?!

El dudo en contestarme, y me dijo

-Me encantaría, pero no puedo mañana tengo que estar fresco para una exposición del balance. Tengo que dormir temprano.

Me dio un beso y se fue.

Me enfureció su actitud, pero que podía hacer. No tenía el teléfono de Roberto, menos el del viejo. Tenía el de Mario, pero siendo mi jefe no quería meterme en mayores problemas.

Fui hasta mi cuarto, mi marido estaba viendo televisión, medio entre dormido. Agarre y lleve ropa para lavar, cuando reviso en un pantalón y me encuentro con la tarjeta de uno de los tantos tipos que siempre me insinuaban algo en el café.

Por un momento me cabeza se imagino que pasaría, y eso me dejo inquieta, así que preferí salir a tomar algo de aire.

Fui hasta la tienda a comprar algunas bebidas, y de paso despejarme, estaba anocheciendo ya, no había mucha gente por la calle, cuando escucho.

-Buenas tardes!

Miro hacia el jardín, estaba el vecino de al lado regando, con un traje de baño y en cuero, dejando su gran panza al aire.

-Buenas dije. Casi inhibida.

No teníamos buena relación con ese vecino, de hecho mi marido lo odiaba porque nos puso una denuncia porque nuestro perro ladraba mucho. Era la primera vez que me saludaba desde ese entonces.

Seguí caminando y me gire, su cara de bobo me hizo dar gracia y sonreí.

Luego de comprar volví a pasar, pero antes de llegar pare lo mas que pude mi culo y lo moví de lado a lado, pude sentir su aliento a la distancia, y eso me encantó.

Entre y después de acomodar todo me fui a dormir pensando mucho en las miradas del vecino y escuchando los ronquidos de mi marido al lado.

Continuara…

Agradecimientos a

Vane

Esteban

Y a todos los que aportan. Cualquier sugerencia

Mi msn

Walum7@hotmail.com

1 comentario - La mesera del cafe 3

sammer1985 -1
Me pongo de pie y me saco el sombrero!!!. Un relato muy bueno en parte relata lo q una mujer puede llegar a llevar a cabo por el descuido de quien tiene a su lado, y por otro lo exitante q es saber q una mujer cuando esta sobre pasada de calentura lo q es capas de hacer. Resumiendo un gran relato q personifica en gran parte el desgaste del matrimonio y todo lo q genera las nesecidades con las q tenemos q lidiar día a día y dejar de lado por muchas otras razones nuestros seres amados y las consecuencias q ello acarrea. Espero la cuarta parte y van puntos 😃