Que Chancho Somos

Cumpliendo los deseos de mi novio,ahora esposo, mi perverso favorito, una noche de mayo accedí a experimentar por primera vez el sexo anal. Salíamos de una fiesta X de gala, en la que la música obligaba a bailar muy juntos, rodeados de calor, alcohol, y movimientos de roce entre ambos, que me permitían sentir la paulatina erección de su pene, solo esperaba el momento que el dijera “hora de marcharnos”, sabía que saliendo de allí inevitablemente tendríamos sexo, y así fue, salimos de la fiesta al fin, fuimos a casa de mi novio, entramos de prisa al cuarto, me disponía a quitarme el vestido, y el sin esperar comenzó a recorrer con sus manos todo mi cuerpo, desde luego respondí igual al acto, entre besos, caricias ardientes y muchos orgasmos, termine cabalgando, estaba más que satisfecha, aun sobre él me acerco para susurrar en su oido que estuvo espectacular, y me lleve una sorpresa al escuchar que el aun no había terminado, argumentó que el alcohol ingerido le había quitado cierta sensibilidad en el pene y aunque había disfrutado del sexo de esa ardiente noche, no podría eyacular, yo había dejado nuestros cuerpos húmedos y sexos completamente lubricados por todos los orgasmos experimentados, el con tono perverso dijo “aprovechemos que está bien lubricado, déjame penétrate por atrás”, me asusto escuchar su petición, pero la extrema satisfacción me obligaba a ser complaciente, acepté, el comenzó a acariciar mi ano, y muy lentamente fue introduciendo la cabeza de su pene, la sensación me hizo sobresaltar, y dar un quejido de dolor, el se quedo quieto, me pidió que me quede tranquila, sin sacar el pene me dijo “yo estoy quieto, tu serás quien se mueva”, respire con temor, luego con mucho cuidado me dispuse a moverme hacia abajo introduciendo lentamente todo su pene en mi ano, mientras él me hablaba y acariciaba mis cenos y glúteos para estimularme, una vez todo el pene dentro, el comenzó a moverse suavemente, yo experimentaba una extraña sensación que pasaba de repugnante y dolorosa a agradable, el me penetraba con paciencia muy despacio, luego poco a poco fue moviéndose mas y mas rápido, y con ello la sensación agradable aumentaba, convirtiéndose de a poco en extraño placer, hasta que olvide por completo el dolor, miedo y repulsión, empecé a relajarme y disfrutar, de esa asquerosa y muy agradable experiencia. Terminada la cochinada el dijo “que chanchos que somos” yo sin embargo quede callada, confundida por saber que me gusto, y aunque la sensación de dolor regreso y defeque con sangre durante 2 días, me quede con muchas ganas de volver a repetir esta chanchada…

Que Chancho Somos

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3 comentarios - Que Chancho Somos

elgranjj
desnudos Por favor que buena culeada!