El Sentir de Una Noche (como me gustan las desconocidas)

Playa una noche de verano, calurosa y un poco húmeda. La fiesta esta en la parte mas divertida, en la que todos están un poco bebidos, cuando la veo tan simple pero divina, no hermosa sino atractiva, un poco incomoda ya que no esta su novio y varios cuervos la rondan, ella solitaria y sin inhibición despliega al ritmo de la música toda su sensualidad, morocha labios gruesos, cutis como de porcelana, físico normal aunque me perdería en sus curvas como si fuera una abeja nadando en un mar de néctar, ella se corre hasta la barra, yo ni lerdo ni perezoso me empiezo a mover hacia ella a través de la multitud, cuando llego unos pasos de ella se da vuelta e ínter cruzamos miradas y se le pierde una sonrisa en la profundidad de sus ojos, negros grandes, pasa por al lado y llego a percibir una leve brisa de su perfume, floral, virgen.
Se me escapa del alcance de mis labios, de los cuales no sale ninguna frase, cuando ella se aleja veo su delicada mano que va por detrás y alcanzo a rozarla con mi mano derecha, a lo cual yo ya empiezo a sentir mi excitación, ella se da vuelta y esconde una sonrisa entre sus cabellos, la sigo y ella lo sabe porque empieza a mover sus curvas al grado de que mi excitación ya es visible. Se para en una columna, la cual no es muy favorecida por la luz, comienza a beber de su trago a lo cual yo muy disimulado me opongo por detrás de la columna y le murmuro cerca del oído,
-supieras lo que pienso-
A lo cual ella responde retrocediendo un poco y enfoca su diminuta oreja para que le siga murmurando, me presento y le recorro con mi dedo índice, la espalda, desde la nuca hasta la base de la cintura, sintiendo como se arquea, un pequeño escalofrió recorre su cuerpo y le empiezo a subir la mano hacia la nuca con la yema de los dedos, sintiendo que el calor de su cuerpo atraviesa cada una de mis venas hasta llegar a mi sexo, el cual esta incomodo, despierto.
Llega el novio y le da un beso, yo retiro mi mano, es como si me cortaran alguna parte de mi cuerpo.
Ella empieza a besar a su novio, yo a punto de irme siento asombrado la presencia de su mano en mi brazo, que lo recorre de abajo hacia arriba, deteniéndose en el hombro y acariciándomelo como diciéndome “acá estoy”, le pide un segundo a su novio para ir al baño, da vuelta a la columna y murmurándome “vamos” se pierde entre la gente. Disimulo unos segundos acordándome de su hermoso perfume y la sigo, vamos con rumbo a los baños. Se detiene frente a las puertas y espera de espaldas mi llegada, ya estando a escasos centímetros de ella yo le pongo mi mano hirviendo en la mitad de la espalda y el nacimiento de su cola.
Ella arranca agarrándome la mano para el baño de las mujeres, una vez dentro nos dirigimos a unos de los cuartitos cerrándolo con llave, ella se da vuelta y por primera vez veo que ella tiene un lunar por encima de sus labios entre abiertos, nos acercamos y nuestros labios al momento de tocarse estallan, siento como su pequeña lengua ingresa en mi boca y nos besamos acaloradamente, en ese momento siento en mi pecho dos pequeñas estacas, sus pezones que atraviesan su remera y la mía, mis manos que la recorren como deseosas de su piel para vivir, ella pone sus manos en mi cola y se la lleva contra ella, sintiendo el frotar de mi sexo y el suyo, ella con sus delicadas manos empieza a hurgar por debajo de mi remera y yo sigo recorriendo su cuerpo deteniéndome en sus hombros y descendiendo mis manos rodeo sus pechos casi sin tocarlos, yendo muy lentamente para el centro, sobre sus pezones erguidos a lo que ella esboza un quejido, hundo mis manos por debajo de la remera y su corpiño, lo desabrocho liberando sus hermosos, redondeados e inmutables pechos. Ella corre sus manos de mi cola hacia el frente desabrochando botón por botón, mi pantalón e intrdujendo sus manos por debajo de mi bóxer, sintiendo en plenitud mi erguido sexo, lo acaricia con la suavidad de la seda.
Recorro su cuerpo hasta las piernas donde empiezo a subir por debajo de su falda, llego hasta su bombacha y la siento mojada, hirviendo, se la comienzo a bajar, ella me ayuda casi arrodillándose, con mis bóxer por las rodillas ella empieza a recorrer mis piernas con su lengua, mi sexo explota hasta que siento sus húmedos labios y su pequeña lengua envistiendo en mi sexo y provocándome estallidos de gemidos una y otra vez, le dije que pare que si no podrían ocurrir ciertos accidentes, ella como poseída siguió envistiendo una y otra vez hasta que yo no pude aguantar mas y recorrí toda su boca con un latigazo de mi néctar hirviente de pasión, el cual hizo que me tuviera que arrodillar para no caerme.
Ella se levanto y desde mi posición pude ver su sexo pidiendo, suplicando, recorrí sus flacas pero formadas piernas con mi lengua, mis labios tocaron su húmeda y voraz vagina, mi lengua intrusa rozando su clítoris y ayudando a mis labios a succionarlo, moverlo y morderlo, sobarlo y frotarlo, sentí como su dulce néctar caía por mis labios, sus quejidos y sus pedidos de “mas” hacían de esto un banquete para mis labios, su orgasmo cayo por entremedio de mis labios, introducido por mi lengua hacia la boca, sus uñas marcaron sendas en mi espalda.
Me levanto y mi sexo erguido otra vez acarició, se puso contra la pared y entorno sus piernas yo mientras me acercaba ella abría sus piernas como una flor en primavera, mi sexo a la puerta del suyo, con un leve movimiento, casi de relojero, empecé a introducir mi sexo y sintiendo como el calor y la humedad del suyo invadía milímetro a milímetro esa extensión de mi cuerpo, como le costaba penetrar esa carne casi virgen hasta sentir el tope de mi cuerpo una y otra vez, dulce despacio casi haciéndose desear, sintiendo como su olor y su cuerpo se unían con el mío, mis gemidos y los suyos empezaban a resonar, sus piernas abrazando mi cuerpo y mi sexo como loco entrando y saliendo del suyo, sus pechos a punto de estallar, un rió desde sus entrañas mojando mis piernas y el momento se acercaba, no podía parar, era como si quisiera meterme todo dentro de ella, cada vez mas rápido. Su voz en mi oído pidiéndome que no pare “mas” “mas”, estando los dos a punto de estallar, en ese momento nos fundimos como uno nuestros gemidos al unísono perforaban las paredes del baño, yo sintiendo su orgasmo descendiendo por mi sexo, y mi néctar explotando en el interior de su cuerpo, abrazados los dos, sentimos morirnos un poco.
Después de eso nos vestimos, despedimos y cada uno se fue por su lado.
Creo que la vi saliendo con su novio un rato después, yo me tome dos copas y me fui para casa preguntándome como se llamaría.

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