Violación en clase - (Capítulo 3)

Esta es la continuación de la segunda parte:

Violación en clase - (Capítulo 2)


CAPÍTULO 3


"Me estoy convirtiendo en la putita oficial"


Al día siguiente, tuve que volver a clase, no tenía otro remedio, no tenía ninguna excusa para no ir, y no quería contar como me habían usado tres profesores, me encontraba humillada, avergonzada y usada, ya no podrían hacerme nada más, ya habían logrado su objetivo de follarme a su antojo.

A la salida de clase, fui de las primeras en salir, no quería darle la oportunidad de volver a quedarse a solas conmigo. Caminaba deprisa por el pasillo, bajando las escaleras lo más rápido que podía para salir de aquel edificio que se había convertido en mi tortura, en clase, sólo recordaba el primer día en que mi profesor abuso de mi, a la salida, veía la puerta al final del pasillo, que se acercaba a mi, y se abría, mostrándome como los tres profesores abusaban de mi.

Llegué a la puerta principal, ya estaba fuera, cuando el profesor de gimnasia me agarró por detrás del brazo, y me susurró al oído:

- No tan rápido, cariño, hoy te vienes conmigo, recuerda nuestro último día, todo fue grabado. -

Y me enseño un CD en el que habían rotulado “Lección I" y "Lección II”.

Aunque estuviéramos rodeados de gente, no podía hacer nada, todo se descubriría, verían como me habían follado, y seguro que sería cuando en contra de mi voluntad, mi cuerpo se excitaba, emitiendo gemidos de placer, y todos mis compañeros pensarían que soy una zorra de verdad.

Me arrastró del brazo prácticamente hasta su coche, situado detrás del edificio, fuera de la vista de todos mis compañeros y profesores. Era un Seat Ibiza de color rojo, abrió el coche y me subió al asiento del copiloto. Rápidamente él dio la vuelta al coche y se sentó en el lado del conductor, cerró la puerta y puso el CD, en una pequeña pantalla apareció "Lección I" y "Lección II", y el seleccionó "Lección II".

- Aún pienso en lo que pasó ayer... Y mira como se pone mi polla. -

Por debajo de sus pantalones vaqueros se le notaba como había crecido...

- Y necesito volver a follarte entera... -

Mi instinto fue salir de aquel coche, pero al intentar abrir la puerta, esta no se abría, tampoco la ventana, no había nadie que pudiera escuchar mis voces de auxilio, ni ver como golpeaba el cristal del coche como un animal indefenso enjaulado. Me agarró fuerte por el cuello, empujándome hacía atrás, quedando pegada al asiento, y con una voz autoritaria me dijo:

- No tienes escapatoria, ya procuré bloquear tu parte para que no pudieras abrir nada sin mi permiso... Ahora coge la bolsa que tienes debajo de tu asiento y cámbiate de ropa. -

Me había resignado ya a estar a sus ordenes, me había hecho daño al agarrarme del cuello, aún me costaba respirar, y sentía la presión que había hecho sus dedos alrededor de mi cuello, de mis ojos se habían escapado ya las lágrimas, entre el dolor y el miedo que tenía, volvía a estar a la disposición de un hombre. Saqué la bolsa de debajo de mi asiento, y vi que su contenido eran dos telas que apenas ocupaban espacio, eran muy pequeñas. Él no apartaba su mirada, de alguna manera, sabía que mientras me miraba, estaba pensando en lo que quería hacer conmigo. Temblando, me desabroché los pantalones, y me los quité, dejando mi pequeña tanga cubriéndome mi coñito. Iba a colocarme la minifaldita que contenía la bolsa, y le escuché:

- Primero quítate todo y cuando digo todo, es todo... ¿Lo has entendido pequeña? -

Gimoteando, asentí con la cabeza, no era capaz de mirarle, mi mirada se encontraba perdida dentro del coche mirando hacia abajo. Le obedecí, y me quite la tanga, levantándome un poco para bajarlo por mis piernas, y sin dar tiempo a volver a sentarme, tenía su mano tocando mi coño, acariciándolo con su mano... Su risa se hizo más sonora, y mis lágrimas volvieron a surgir. A continuación, me quite la camisa y el sujetador, quedándome desnuda por completo dentro del coche, si ahora mismo alguien llegase me encontraría desnuda en el coche, con la mano de mi profesor masturbándome... La sola idea de ese acontecimiento me hizo reaccionar rápido, poniéndome un top que solo cubría mis tetas, y a continuación la minifalda que estaba segura que no cubría ni siquiera mi culo de lo cortita que era.

- Perfecto preciosa, estás vestida como una auténtica putita, ¿qué tal te sienta ir vestida como lo que eres? Así no engañarás a nadie con tu carita de niña buena. -

Sentí como la ira corría por mis venas, quería insultarle, pegarle... Pero en aquella situación, no era capaz de ello, me encontraba indefensa, humillada, de su propiedad, como si fuera un objeto sin valor.

Arrancó el coche, y salió del parking del edificio, le dio a un botón, apareciendo en la pequeña pantalla el video de la tarde en la que me usó, junto con mi profesor y otro más. ¿Qué quería de mi? ¿No me había humillado ya bastante que ahora tenía que ver lo que me hicieron? ¿No le bastaba con que lo reviviera una y otra vez?

- Ahora quiero que te abras de piernas y te masturbes mientras que ves el video... No se te ocurra cerrar los ojos o tendré que obligarte a abrirlos. -

No era capaz de reaccionar, me había quedado paralizada de miedo, verlo era como volver a vivir la tarde de ayer, pero lo que me hizo moverme y comenzar fue un manotazo suyo en mi teta, que la dejó al aire al bajar la poca tela que la cubría.

- No te la subas, déjalo así... Tengo una buena vista, y así, recordarás que pasará si cierras los ojos o miras para otro lado. -

Su tono de voz subió.

- ¡¡¡AHORA COMIENZA!!! -

Abrí mis piernas, dejando mi coñito depilado al aire, comencé a rozarle con mis dedos, a introducirme un dedo, a moverlo dentro, otro... Mientras miraba el video, mi cuerpo volvía a reaccionar en contra de mí, notaba como mis dedos se iba mojando, como mi cuerpo se curvaba y pedía más y más. Mis pezones se habían puesto duros, uno de ellos se notaba por debajo de la tela, y el otro, se encontraba a la vista sin nada que lo cubriera. En el trascurso, recibí varios manotazos en mi pecho libre, ya que desviaba la mirada cuando estaba siendo follada por él o del gusto que tenía mi cuerpo, cerraba los ojos.

El coche se detuvo, pero no mis movimientos, mi cuerpo quería seguir masturbándose aunque me encontrara en esa situación, pero tuve que detenerme al notar como la puerta de atrás se abría y se subía alguien al coche, me giré y vi que era un chico del club de fútbol, el capitán, el que se encontraba sentado detrás, mirándome con deseo.

- Hola entrenador... Y Erica te ves muy sexy y bien así, no te preocupes por mi y continúa. -

- Te presento a Raúl, el capitán de mi equipo de fútbol, que últimamente anda muy solo y necesita a una chica, y aquí es donde entras tú... Ya le has escuchado, continúa. -

Y me dio otro golpe en mi pecho libre, enrojeciéndolo de nuevo.

Volví a comenzar a masturbarme, no quería más golpes, aunque ahora, me encontraba más cohibida, el chico más guapo y uno de mis violadores de la tarde pasada, me observaban como me masturbaba viéndome follada por tres profesores. Raúl, llevó sus manos a mis tetas, sobándolas, pellizcándolas, mientras yo no tenía otro remedio que masturbarme.

- Me gusta lo que has traído entrenador, estoy deseando enseñarle a esta putita como se marcan los goles... Ja, ja, ja, ja... -

Llegamos a una autovía, el profesor de gimnasia puso el limitador de velocidad a 120, me agarró de mi pelo, y me inclinó hacía él.

- Ahora ponte a cuatro patas en tu asiento, con el culo en pompa y demuestra a tu compañero que bien chupas mi polla. -

No quería, no podía hacerme esto... Ante mi tardanza llevó su mano a mi coño y le dio un manotazo.

- Vamos zorra, te he dado una orden, no te hagas la dura, lo estás deseando, estás mojadita... -

Me coloqué conforme me había pedido, bajé su cremallera y saqué su polla, introduciéndomela un poco en la boca, sin llegar al final, mientras que notaba como mi culo era sobado por mi compañero.

- Que buen culito tiene... -

El profesor de gimnasia colocó su mano encima de mi cabeza y apretó, introduciéndome su polla hasta el final, era grande y gruesa, notaba como rozaba mi garganta, como me asfixiaba, y mi culo quedaba más en pompa. Me hizo una improvisada coleta con su mano, y mientras conducía, iba marcando los movimientos, follándome la boca, en ocasiones despacio, subiendo y bajando lentamente, en otras, me la introducía casi entera de un solo golpe, dejándola así durante un rato, hasta que se corrió en mi boca, obligándome a tragar toda su leche... Mi boca estaba ocupada por su polla. Me incorporo, y me senté en mi asiento, llorando, con mi boca aún con el sabor de su polla, lágrimas en mis mejillas, y al observarme en el espejo retrovisor, tenía el rímel por mi cara, y alrededor de mi boca tenía pequeños hilos blancos de su semen. Raúl, volvió a entretenerse con una de mis tetas, mientras que con la otra mano libre, introducía dos dedos en mi boca, simulando que le chupaba una polla.

- Que buena zorrita eres Erica... Estoy deseando follarte, tengo la polla muy dura ya, lista para ti... -

El profesor de gimnasia quitó el limitador de velocidad, y se desvió por una salida situada a la derecha. A unos 50 metros, llegamos a una estación de servicio que se encontraba abandonada desde hacia años, ya sabía donde nos encontrábamos, era una zona donde muchas parejas venían a follar, e incluso, algunos voyeur, venían a ver a las parejas, pero no había ningún coche hoy, al menos a la vista, cosa que en parte me alegró, así nadie podría ver mi humillación, sabía que ellos dos me iban a volver a follar.

Bajaron del coche, Raúl, abrió mi puerta, pero yo no quería bajar, no quería continuar con aquello, quería irme ya, cuando el profesor de gimnasia apareció a mi lado, y me sacó del coche de un tirón, y me tiro al suelo, cayendo de rodillas delante de Raúl, que ya estaba preparado, con la polla fuera de sus pantalones, apuntando con ella a mi cara, agarró mi cabeza, tirándome del pelo con fuerza, obligándome a abrir la boca, lo que aprovecho él, para meterla de un golpe, era más grande que la del profesor de gimnasia, aunque algo menos gruesa. Me alzó la cabeza, haciendo que tuviera que mirar como me follaba la boca, como disfrutaba con ese momento.

El profesor de gimnasia se encontraba situado al lado, masturbándose, con la polla de nuevo completamente dura, desapareció de mi campo de visión, y pude notar como unas manos se posaban en mi espalda, empujándome para abajo, Raúl se movió para atrás arrastrándome con él, obligando a apoyar mis manos en el suelo. Esa era su intención, dejarme a cuatro patas, noté como el profesor de gimnasia, apuntaba su polla a mi coño, y la clavaba de un solo golpe, haciéndome soltar un gemido de dolor, haciendo que mi cuerpo se estremeciera y se clavara más la polla en mi boca.

- Sabía yo que querías mi polla en su totalidad... Sólo hay que ver como te has abalanzado sobre ella ahora mismo... -

De alguna manera se sincronizaron en los movimientos, haciendo que cada embestida por detrás, empujara mi cara hacía Raúl, momento que el aprovechaba para apretar más mi cabeza hacia delante y mover sus caderas para mi boca, notaba como los huevos de ambos golpeaban contra mi cuerpo.

Ambos me soltaron, y caí al suelo, rendida, ya no podía más con mi cuerpo, estaba apunto de correrme y no quería, seguía sin poder creérmelo, me estaban humillando, avergonzando, usando, violando... Y mi cuerpo se estaba excitando como nunca. El profesor de gimnasia me levantó agarrando mis tetas y se colocó sentado, colocando su polla delante de mi boca, Raúl agarró mis brazos sujetándolos con una mano a la espalda, pasó su brazo libre por debajo de mi cintura y elevó mi culo.

El profesor de gimnasia soltó mis tetas, agarró mi cabeza y la puso encima de su polla...

- Ya sabes lo que tienes que hacer... Esta vez serás tú la que hagas todo sola y más te vale que me corra por tu bien, pequeña zorra... Por cierto, saborea tu coñito y buen provecho... -

Raúl, por detrás, dijo:

- Tengo una idea mejor, tú túmbate entrenador, y tu putita Erica vas a meterte su polla entera en la boca, no la vas a sacar en ningún momento, y tus movimientos serán los que yo te haga hacer cuando te esté follando. -

Me tiró de los brazos haciendo que me elevara un poco, lo justo para que pudiera el entrenador guiarme su polla a la boca, me soltó de golpe los brazos cayendo encima del entrenador, introduciéndome la polla entera en la boca, y sin tener tiempo a reaccionar, sentí como apuntó su polla en mi vagina, clavándola, mojándola con mis secreciones, y a continuación, la apuntó a mi culo, fue introduciéndola poco a poco, inclinándome, haciendo que mis labios rozarán ya los huevos del entrenador, que parecía disfrutar con la idea de su alumno.

Cuando la tuvo introducida del todo, comenzó a follarme lo fuerte, aumentando su velocidad, azotándome el culo, agarrándolo con su mano, enrojeciendo mis nalgas. Notaba como iba aumentando su intensidad, como el grosor de su polla crecía, la notaba casi palpitar y todo de la erección que estaba teniendo. Se escapan gemidos de dolor de mi boca, apenas audibles porque seguía con la polla del entrenador en mi boca.

De repente, Raúl se quitó, me soltó y el entrenador se levantó, yo seguía de rodillas delante suya con la obligación de mirar para ellos, porque el entrenador me tenía agarrada la cara por el mentón. Se estaban masturbando, cuando el entrenador dijo:

- No sea tímido, únase a nosotros, no se masturbe solo, y córrase en la cara de nuestra zorrita... -

No pude hablar, había alguien que había estado viendo todo, que se había excitado, que se estaba masturbando, y estaban dándole permiso para que se corriese en mi cara, un auténtico desconocido, intenté negarme, pero el entrenador me tenía agarrada de tal manera, que no podía moverme ni hablar.

El desconocido se sitúo a mi lado, y los tres masturbándose, se corrieron en mi cara.


Violación en clase - (Capítulo 3)


Atentamente,
relato

alumna

5 comentarios - Violación en clase - (Capítulo 3)

LisMarkez +1
PFFF xP deviste hacer uno mas donde de verdad ella fuera la putita xP solo digo jaja
Si-Nombre
Definitivamente necesitas la siguiente parte!!! Animate y gracias por compartir!!!
Gran_Ares +1
Opino que de todos los post los de relatos son los mejores sigue así espero impaciente el próximo