Trilogia de la boda: la pedida y la fiesta

El día que Julio anuncio su boda yo no estaba con el resto de amigos, pero al día siguiente quede con el, para darle la enhorabuena y para que me confirmara que no solo estaba invitado sino que ya podía buscarme una excusa mejor que la del trabajo si faltaba a su boda.

Julio empezó a salir con Nuria en la misma época que yo con Eva, lo único que yo a los dos años lo deje y el ha aguantado otros siete mas, sin cuernos al menos por parte de el, y bueno espero que por parte de ella también.

Nuria y Eva eran amigas de la universidad, y bueno aunque mi historia termino porque me puso los cuernos, la verdad es que cuando me dijeron que la habían invitado a la boda, porque Nuria y ella aun eran amigas, no me sentó demasiado bien.

Cuando rompimos me echo en cara muchas cosas, intentando que quedara yo mal delante de los amigos, pero afortunadamente los amigos sabían que había sido ella la que me puso los cuernos, desde aquella cada vez que me veía me hacia desprecios, se ve que no terminamos bien por lo que parece.

También invitaron a Fátima, una amiga de Nuria que me atraía bastante, y que bueno aunque no habíamos coincidido mucho, se puede decir que, tenia ganas de conocerla mejor, pero aun quedaba mas de medio año para la boda, así que esperaba que en un futuro no muy lejano los novios nos hicieran coincidir. Os voy a describir en pocas palabras a Fátima, es la versión española de Melanie Iglesias, si no sabéis quien es buscarla en Google.

Y así es como por el cumpleaños de Nuria y de Sofía, otra amiga del grupo de amigos, al menos el grupo mas cercano para ir a una casa rural. La cosa pintaba muy bien, aparte de los futuros casados iban dos parejas más, y de solteros pintaba bien la cosa. De chicos éramos otro chico y yo y de chicas eran tres chicas, una de ellas Fátima y las otras dos bueno las conocía pero no me llamaban tanto la atención como “Fa” que era como llamaban al Fátima los amigos más cercanos. En los que por desgracia no me incluía yo.

Pues bien, llego el viernes a la salida del trabajo, por una vez había tenido suerte y había acabado a mi hora, teníamos ya el plan, me tocaba recoger a Sofía, la del cumple, una de las chicas que también iba sola y aunque tengo que decir que a sus 41 no estaba mal, si hubiera tenido diez menos estaría seriamente en problemas a la hora de decidir a cual de las dos atacar, pero bueno ese hipotético caso solo era eso, hipotético.

He de decir que Fa tiene 29 y yo tengo 30, cosa que bueno no es que tenga problemas con las edades, pero si es cierto que Sofía al ser algo mayor nos ve a los jóvenes, pues eso jóvenes. Y que bueno, si te pones a comparar, se me hacia algo mayor a mi también.

Recogí a Sofía en su casa, que teníamos que cargar cosas de su casa, juegos para la noche, bebidas para la noche, vamos que lo teníamos todo para que fuera una buena celebración de cumpleaños.

A eso de las 6 llegamos a la casita rural, una vieja casa en medio del monte con una finca bastante grande, lo suficiente para tener piscina climatizada, y una bodega subterránea, pero claro eso era de los dueños, que no nos habían dado la llave. Si no hubiéramos dejado la bodega vacía.

Ya estaban allí Nuria y Julio, que suelen llegar algo tarde, pero bueno al ser ellos los organizadores, parece ser que se lo habían tomado en serio y ya estaban hablando con el hombre que nos alquilaba la casa y estaban viendo cómo iba a organizar todo.

Dejamos las cosas cada una en su sitio, la bebida, los juegos, algún que otro regalo. Y nos pusimos con los que iban llegando para ir preparando todo.

La última en llegar fue Fa, pero claro era la que mas tarde salía del trabajo, se vino con la ultima pareja que por llegar los últimos les toco la habitación con dos camas en vez de con una de matrimonio. A mí me toco con Víctor el otro soltero, y a las otras solteras las toco a las 3 en una habitación todas juntas en la planta de arriba, justo encima de donde dormía yo.

Llego por fin el viernes noche, los chicos nos encargamos de la cena, más que nada para que no hubiera ningún comentario sobre lo poco que colaboramos. He de decir que mi amigo Pablo (el novio de Susana) cocina muy bien, cada vez que nos invita a su casa, es mejor que un restaurante de cuatro tenedores, (no digo de cinco porque no he comido en ninguno de cinco)

Le salió un salmón al horno de fabula, la receta no la se, pero claro tenia su toque así que era imposible igualarla. Mientras los chicos nos ocupábamos de las cosas, las chicas estaban ya dándole a la primera copa, unas vino, otras cerveza, otras aun se lo tomaban con calma y bebían Coca-cola. Me toco poner la mesa y ya de paso escuchar algunas conversaciones sin que se me notara mucho. Lo poco que pude escuchar fue a Susana contarles a todos que Pablo había cambiado de curro y que ahora viajaba mas, por lo que muchas veces estaba sola en casa y había pensado en comprarse un juguetito para las noches aburridas, en eso que Fa le conto que mejor se buscara un amante que le iba a salir más barato que las pilas.

Fa no es que fuera mala chica, pero le gustaba demasiado pasárselo bien, se rumoreaba en el grupo que tenía un pircing en el clítoris, pero nadie lo había comprobado ni se lo había preguntado. No se le conocía ningún novio formal en todos los años que llevaba de amiga de Nuria, eso si cada vez que habíamos quedado le había oído hablar de un par de chicos. Que decir tiene que no me importaba su vida sexual, yo tenia la mía, menos activa pero igual de disfrutada.

Cenamos todos hasta ponernos morados, no falto el buen caldo que rehogaba la comida, así a lo tonto nos bebimos en una noche dos botellas de vino blanco y cuatro de lambrusco, no esta mal para once personas.

Y eso era solo la comida, que aun faltaba la velada de noche. Las chicas recogían las cosas mientras nosotros preparábamos en el salón las bebidas y encendíamos la chimenea. Como éramos bastantes fui a ayudar a limpiar todo lo que habíamos ensuciado en la preparación de la cena. Porque aunque Pablo cocina muy bien es un desastre en la cocina, lo deja todo abierto, sucio y bueno se le perdona por lo bien que cocina.

Me puse a secar los cubiertos mientras Fa fregaba las cosas que no fueran al lavavajillas, y bueno dado que estábamos los dos mano a mano le pregunte que si seguía en el trabajo que tenia la última vez que la vi, ( haría cuatro meses ) por fortuna para mi, había cambiado de trabajo, y me estuvo contando las cosas de sus nuevas tareas, Fa es consultora informática especialista en uno de los campos mas importantes de hoy en día, que a mi me sonaba a chino, pero que en su profesión esta tan valorado que puede mejorar hoy en día en seis meses tres mil euros al año. Su nuevo trabajo le había obligado a volver a alquilar un piso mas cerca de su nuevo trabajo, ya que en el anterior piso podía tardar fácilmente dos horas hasta su nuevo trabajo en transporte publico. Fa no tenia carnet de conducir, y claro eran muchas horas de ida y vuelta, si es verdad que en su anterior trabajo, muchos compañeros la habían llevado a su casa, incluso alguno se había quedado a llevarla al día siguiente al trabajo.

En este otro por lo que me dijo se había mudado a un barrio que quedaba a escasos veinte minutos andando de Nuria y Julio, y por lo tanto a escaso 20 minutos del mío en coche.

Seguimos hablando un rato más, hasta que nos llamaron al salón a todos.

Como éramos los más lejanos en la cocina fuimos los últimos en llegar al sitio de los juegos y por suerte para mi, eso fue determinante en lo sucedido ese fin de semana.

Se me ha olvidado mencionar que Víctor tiene 37, y bueno aunque todos pensamos que haría buena pareja con Sofía, no creo que le dijera que no a Fa. Pero bueno ese día me sonrió a mí la suerte.

Después de ocupar nuestros sitios, los anfitriones nos contaron que había ideado unos juegos en individual, en grupo y por guerra de sexos. Para los que mejor lo hicieran, habría premio físico. Pero que lo iríamos viendo a lo largo de la noche.

El primer juego fueron los dados, cada uno tenía que tirar una vez dos dados, y el que menos sacara, tenía que coger un dado tirarlo y beberse tal cantidad de chupitos como saliera en el dado, eso está bien las primeras veces pero si pasa como le paso a Nuria que le salieron dos veces seguidas un cinco al perder, y con eso al final empiezas antes que el resto a sonreír y decir tonterías. Después comenzamos a jugar al indio, en el que se coge una carta y tu eres el único que no ve la carta, a ese solo jugamos un par de veces, el que perdía elegía una de las cartas utilizadas se juntaban todas y se contaba hasta que saliera tu carta, en esa me toco a mi beber cuatro chupitos, menos mal que podíamos elegir lo que bebíamos, que si no…

Después de los juegos individuales empezaron los de chicos contra chicas, el primero fue el trivial, gran juego que nos llevo bastante tiempo, con lo que nos fuimos achispando mas. Cada vez que el equipo rival contestaba una pregunta de sector el otro equipo bebía, los chicos bebimos más que las chicas pero el punto fue para nosotros.

Al terminar ese juego puedo decir que aunque íbamos todos un poco contentos alguno ya iba bastante mal, Sofía se reía sin parar de cualquier cosa y bueno yo animaba la cosa contando tonterías y chistes, la verdad es que sería por el alcohol o porque me había preparado un par de chistes nuevos, la gente se reía bastante, incluso Fa me decía alguna vez que parara que se iba a mear literalmente de la risa, y es que por desgracia había un juego aun en concurso, en una hora y media no se podía levantar nadie a mear. Menos mal que yo había ido antes, pero aun así ya tenía ganas.

Para el último juego los anfitriones habían hecho trampa, aunque a mí por una parte me beneficio, se suponía que teníamos que ir pasando un hielo, (cada pareja un hielo) no un hielo entre todos, de boca a boca. Las otras dos parejas no se habían sentado junta y bueno a los dos chicos, les toco pasarse el hielo, a mí por fortuna me toco Fa y a Fa le toco conmigo y con Lidia que era la otra soltera. La verdad es que como Lidia es la hermana de Julio no tiene mucho sentido que diga ni como es, ni si tenía opciones con ella, aparte de que tiene novio formal, seguimos con los juegos, al final de ese, ya veía un puntito en los ojos de Fátima. Cuando nos pasamos el hielo, pensé que lo iba a tirar y nos íbamos a morrear, pero no, creo que ninguno de los pudiéramos morrearnos allí en medio de la mirada de todos.

Cuando terminamos de pasar el hielo tuvimos otro juego. Si era el strip-poker, aunque he de decir que lo más seguro que las chicas lo supieran ya, porque aunque habíamos puesto la chimenea y hacia un calor agradable cada uno tenía más prendas que dos chicos juntos. Así paso que cuando el primero de nosotros se quedo en calzoncillos la que menos ropa tenía aun tenia puesta la camiseta y demás prendas. Al final y siendo muy paciente sin perder del todo mi ropa pude ver el cuerpo de Fátima más de cerca, y es que, se quito delante de mí el pantalón dándome la espalda, por lo que pude ver casi oler su tanga. Después es cierto que se tapo con un cojín de salón pero aun así estuve cerca, tan cerca que pude verle un lunar que en bikini no se lo hubiera visto.

Terminamos los juegos y nos pusimos a charlar, y nos volvimos a vestir, el único que se tuvo que vestir completamente fue Víctor, pero la verdad es que no le molesto quedarse desnudo, lo que le molesto es que con tanto alcohol no se le subiera un poco al tener a 3 chicas en ropa interior cuando el perdió los calzoncillos.

Una a una las parejas se fueron a sus habitaciones mientras los soleteros nos quedamos tomándonos la ultima. Fátima se puso a hablar con Víctor y yo mientras fui recogiendo los vasos para lavarlos para el desayuno del día siguiente. Después cuando ya no vi nadie en el salón me fui a ver la piscina cubierta, no tenía ganas ni fuerzas pero quería ver si estaba el agua caliente y necesitaba dar un paseo antes de acostarme, tenía suficiente alcohol en la sangre como para encender un mechero.

Cuando estaba allí, se me acerco alguien por detrás y me empujo, menos mal que no estaba muy cerca del agua, pero hice un movimiento de terror que Fátima se estuvo riendo de mi hasta se tiro al suelo.

- Jajajaja, si ves la cara de susto que has puesto.

- Pero Fátima, que casi me caigo a la piscina, un poco más y me matas, del susto y de morir ahogado.

- Si, vamos ni que no pudieras nadar hasta el borde, además si te llegas a caer me tiro a salvarte.

- Si me dices que te tiras y que me haces el boca a boca me dejo que me tires.

- No tienes narices a que te tire.

- Puff no me provoques que aun estoy borracho.

- Venga, tírate.

- Tírame tu- le dije, y me fui quitando la ropa para ver que hacía.

Ya me había quedado en calzoncillos y veía como Fátima me miraba con cara de pilla. Se acerco a mí, me puso una mano en el pecho, la fue pasando poco a poco empujándome hacia la piscina, la miraba y veía como se reía de la situación, no sabía si lo terminaría por hacer, pero verla cerca de mí, a escasos centímetros, los dos borrachos y poniéndome las manos en el pecho tan sensualmente, aun con todo lo que había bebido mi paquete se fue levantando, al menos Fátima no miro en ese momento, pero justo cuando estaba en el borde me dijo hombre al agua y me empujo.

Por supuesto que se reía de mi, medio desnudo, en el agua y ella fuera y vestida, al menos no veía como se me había salido por un lado del calzoncillo mi polla.

Me acerque al borde y la mire desde abajo, con esos vaqueros le hacia una forma del culo tremendo, y aunque he de decir que sin ellos tenia un buen culo, el efecto curva estaba haciendo que no saliera de la piscina en un buen rato.

- Me dijiste que me ibas a sacar y hacer el boca a boca.

- Si lo dije, pero solo era si te ahogabas.

- Si quieres empiezo a tragar agua.

- Deja deja, no es el momento para eso. Además será mejor que estés un rato en el agua para despejarte.

Me quede cortado por lo que había dicho, pero no pude hacer otra cosa que ver como se marchaba moviendo su culo para mi deleite y sufrimiento. Seria por cómo me había dejado helado antes su comentario, o porque el agua ya me había despejado pero ya que estaba me puse a hacer largos. No supe cuantos largos levaba pero en medio de uno alguien se tiro a mi lado a bomba, casi me atraganto, porque justo estaba tomando aire, cuando de repente saca Fátima la cabeza y me dice que el agua estaba muy fría.

Me empiezo a reír porque para mí estaba muy buena, el agua y ella, pero ya que la tengo allí, le digo que no se quede parada que se mueva algo. Termina de hacer el largo y nos paramos los dos en el bordillo, en la zona profunda, que no tenía mucho de profunda, yo hacia algo de pie, estaba seguro que ella no.

- He ido a por unas toallas genio, que sino, íbamos a poner la casa como una charca al salir. – me dice ella mientras pone los brazos cruzados en el borde gira a cabeza y me mira sonriendo.

La verdad es que con el pelo mojado, mirándome como si no hubiera roto un plato y encima en ropa interior tan cerca de mi, no pude resistirme a meterme en el agua y soltar un grito “joder que buena estas” para después salir con el impulso y sentarme en el borde, menos mal que se me había bajado algo el paquete, aunque con el agua parecía más pegado a mí.

Fátima se subió también y nos pusimos la toalla medio secándonos mientras aun teníamos los pies en el agua. Empecé una conversación de que le parecía que se fueran a casar sin aun vivir juntos, que lo más normal hoy en día era que hubiera algo de convivencia, que muchas parejas al poco de casarse si no han vivido juntos antes se dan cuenta que las cosas son diferentes.

Me dijo que los padres de Nuria eran muy cristianos y que no veían con buenos ojos lo de vivir juntos, que aun le molestaba que en las vacaciones de verano Julio durmiera en la misma habitación de la casa del pueblo que Nuria.

A mí eso no me lo había contado Julio así, pero vamos que más o menos lo sabía.

Después de eso, vinieron algunas cosas más del curro y un par de comentarios de unas fotos que colgó en su muro de Facebook, de las cuales me reí bastante, y en ese momento cuando le explique porque ella también.

Nos íbamos a ir cuando le quite la toalla y la empuje al agua, como venganza por tirarme a mi antes, se que ya estaba más o menos seca y que no se lo merecía pero en ese momento no pensé en eso.

- Serás cabronazo, que ya estaba medio seca.

- Mi venganza por tirarme antes.

- Anda ayúdame a salir.

- Venga vale – me acerque al agua aun llevaba la toalla y no creía que fuera a tirarme. Iluso de mis, se apoyo y no sé de donde saco las fuerzas pero me tiro a mí y a la toalla que tenia para secarme. Salió del agua, y se empezó a secar.

- Que mala eres, ahora como me seco yo si mi toalla esta empapada.

- Te fastidias. – me dijo guiñando el ojo.

Salí del agua y me acerque a ella, se estaba secando sin mover la toalla, pero aun así si quería guerra la iba a tener. Me acerque le abrí los brazos y viendo su cuerpo, húmedo y tapado únicamente por unas prendas mojadas.

Cerró los brazos y me dejo fuera, con la vista puesta aun en sus ojos, temblando de frio y muy caliente.

- Sécate rápido y déjame la toalla, que me estoy muriendo de frio.

- Metete en el agua que está caliente.

- Tú estarás caliente, el agua ahora mismo está helada. – me salieron las palabras sin pensarlas, y la verdad es que me arrepentí al segundo, pero no fueron tan mal recibidas como yo pensaba.

- Bueno no seré muy mala, ven que te seque un poco.

Se quito la toalla y me la puso por encima del pecho, y sus manos justo en el mismo lugar que antes las había puesto para tirarme. La cogí de las muñecas sin apretar y le dije que no me volvería a tirar, que entonces no tendríamos con que secarnos.

Me miro y me dijo que no era tan mala. Pero note un poco de presión sobre mi pecho y ella intentando empujarme. Hice que se chocara conmigo de la fuerza que hacía, tire la toalla a un lado y nos quedamos los dos pegados, sentía como las gotas del agua de su pelo caían en mi cuello, como su sujetador mojado y frio me helaba mi pecho, y notaba como mi paquete aun encerrado en el calzoncillo impactaba en su piel.

- Creo que tenemos la ropa mojada y no es bueno para la salud tener algo mojado y frio pegado al cuerpo- Me dijo mientras bajaba las manos por mis brazos para tomar mis manos.

- Será mejor que nos sequemos rápido, sino mañana vamos a estar algo congelados.

- O también podemos quitarlo y ponerlo a seca. Dijo mientras sus manos subían por mi espalda muy sensualmente.

- También es otra opción. Dije yo, pero me acorde de cómo jugaba ella a calentar, así que le dije que si ella se lo quitaba antes yo me lo quitaba después.

- Los dos a la vez. Me dijo separándose de mí, pero con los brazos en jarra, dejando que yo viera su cuerpo entero.

- No seas tan tramposa como en el strip-poker, tú tienes más prendas.

- Vale, yo me las quito y después tu.

- Acepto.

Se tiro al agua otra vez, y me dijo que me quedara arriba. Se quito el sujetador y pude ver aunque debajo del agua que tenía unos pechos de un buen tamaño.

- Ahora nos quitamos a la vez lo de abajo.

- Es justo -dije yo,- pero lo tiramos a la silla roja de ese lado- sabiendo que tenia la toalla al lado y que ella tendría que salir para recuperar su ropa.

- A la de 3 me dijo, y yo ya tenía preparado para sacarme el calzoncillo cuando me dijera 3.

- Una, dos, y trrrrrreeeeeeeees.

Me quite la única prenda que me cubría pero lo hice agachándome, justo para ver si ella hacía lo mismo, y lo hacía, de espaldas a mí pero lo hacía. Así que mientras ella se lo quitaba y lo tiraba yo lo tire a la silla y me puse las manos para taparme.

Fátima se dio la vuelta y me miro, en el borde, desnudo pero tapado, ella sin embargo estaba completamente a la vista, sus brazos los utilizaba para no sumergirse, y aunque no se apreciaba no vi ni un pelo del mismo color arriba y abajo.

- No vale, tú me ves y yo a ti no. Aparta las manos.

- Ese no era el trato.

- Eres un tramposo me dijo y vi que nadaba hacia el borde.

- Si me las quito tus veras más que yo a ti.

- Bueno pues metete.

Y lo hice, me tire y bucee hacia ella, mirando siempre su cuerpo. Me puse a su lado y como hacia ella movía los brazos para no sumergirme. Estábamos en igualdad de condiciones, los dos desnudos, los dos en el agua, los dos a escasa distancia, estirando el brazo podríamos tocarnos.

Aunque el agua distorsionaba la imagen de su cuerpo pude ver que era perfecto. Y no solo eso, de cerca parecía que no tenía ni un solo pelo desde los pies a las cejas.

- Te gusta lo que ves- me dijo sonriendo.

- No sé si eres perfecta solo dentro del agua o también fuera, pero sí, me gusta lo que veo.

- Pues a mí también me gusta lo que veo, y no sé porque me parece que agua se está empezando a calentar, y no quiero salir.

- Creo que estamos subiendo la temperatura nosotros.

Seguimos como si estuviéramos esperando a que el otro diera el primer paso. Nadando el uno alrededor del otro, no lo soportaba cada vez me parecía que estaba haciendo el tonto. Tenía la oportunidad de estar con esa chica y estaba perdiendo el tiempo pero hasta ese momento. Hice pie en el agua, la tome por la cintura y Fátima dejo de mover los brazos, ya no necesitaba mantenerse a flote, yo la sujetaba.

La acerque a mí mientras ella ponía sus manos en mi cuello girándolo para recibir ese primer y maravilloso roce de sus labios. Fue tierno, solo un roce, ni lengua ni magreo, eso llegaría después.

El roce supo a agua, a deseo y a sexo, porque los dos estábamos como locos de tener sexo, y aunque a mí me hubiera gustado decirle en ese momento que llevaba tiempo gustándome, sabía que Fátima le gustaba demasiado la marcha (aunque todo el mundo tiene un momento para parar) quizás no era el mejor momento para sacar el tema.

Fátima volvió a besarme pero esta vez usamos las lenguas y fue la chispa que comenzó todo. Durante ese beso nuestras manos exploraron el cuerpo del otro, como yo tocaba el suelo con los pies y sujetaba a Fátima pudimos tener algo más de estabilidad aunque la verdad es que si nos movíamos mucho junto con lo deslizante del suelo y el movimiento del agua, era mejor moverse poco.

Mis manos en sus caderas pasaron a su culo y sus pechos, era increíble el tacto en el agua, hacia todo más suave, y las manos avanzaban más deprisa.

Cuando mi mano paso por su pecho y llego al pezón fue como si encontrara el pitorro para hinchar los flotadores, lo toque para ponerlo tieso y cuando lo tenía bien erecto me despegue de ese beso y me lleve la boca a su pezón mientras con la otra la sujetaba por detrás de la cintura.

Fátima tampoco perdía el tiempo, mientras mi mano agarraba su pecho, ella fue bajando encontrándose con mi pene tan tieso que parecía el periscopio de un submarino, listo para entrar en combate. Primero comprobó la extensión, y la verdad es que su –uhmmmm- me sonó a aprobación por su parte, después me fue haciendo un masaje desde el glande al escroto y una y otra vez, yo estaba en la gloria pensando en que si con las manos era tan buena no quería imaginarme como seria con el resto de cuerpo, y digo que no me lo quería imaginar, porque lo que quería era comprobarlo.

La lleve a las escaleras y la deje que se sentara en ellas, pero la tome del culo para que le sobresaliera, le abrí las piernas y me encontré con su coño, mojado por el agua y húmedo por la excitación.

Verla así era como mirar por primera vez una catedral gótica, no podías pensar que existiera algo tan perfecto. Se paso la mano por su coño para secarse un poco, verla como si fuera a al masturbarse me puso a mí, le quite la mano después de que se secara un poco y metí mi cabeza entre sus piernas. No sabía a nada, al menos al principio, después mi lengua fue profundizando al principio y después encontrando un sabor que jamás pensé que existiera, tanto me gustaba y tan profundo estaba llegando para tomar mas que no me fijaba en lo que le hacía a Fátima, la estaba matando de placer, se agarraba a la barandilla y resoplaba como si estuviera cansada, pero cansada de aguantar el orgasmo que le vino cuando le metí un dedo para sacar más de ese jugo.

El orgasmo fue tan potente que cerró las piernas dejando mi cabeza dentro, no hizo mucha fuerza pero aun así se tumbo para relajarse. Subí la escalera y lo primero que vio era como mi pene estaba tieso saludando, lo primero que hizo fue agarrarlo y levantarse agarrada a mí. Era mi turno para gozar, intercambiamos el sitio, yo me puse sentado en la escalera y ella se volvió al agua, ya estaba seca pero aun así se metió, supongo que el agua fría en su coño le hizo bien, para calmar el calor.

Apoyo sus manos mis rodillas y subió para besarme en los labios y después de eso bajo, se arreglo en pelo, lo puso en un lado y me tomo del tronco para comenzar a darle pequeños besos, tiernos y suaves que me erizaban la piel, con los besos lo que hizo fue secármela y después se la metió poco a poco en la boca, y con la lengua jugaba con el glande.

Fueron unos minutos de éxtasis, si no hubiera sido porque empecé a pensar en las esculturas de Botero me hubiera corrido en dos minutos, pero aguante tanto como pude y no quise ir hasta el final.

Aunque estaba disfrutando de ese momento, la pare, la tome de las axilas, le pase el dedo por los labios al estilo el anuncio de Martini y la bese. Quizás hay tíos que les parezca asqueroso, pero a mi nada del cuerpo de Fátima me parecía indigno de besar, y menos sus labios aunque hiciera segundos estaba comiéndome la polla.

Intente subirla para ponernos en la tumbona, pero me dijo que me metiera yo en el agua. Y así fue nos metimos en el agua, se alejo de espaldas a mí y me salpico con sus pies, pero la tome de los tobillos y la atraje hacia mí. Paso sus piernas por mi cintura y me atrapo por detrás. Nos quedamos los dos mirándonos a los ojos, con nuestros sexos tocándose, rozándose, queriendo acoplarse, y no tardamos en hacerlo.

Fátima guio mi aparato y me dijo que en el agua se sienten cosas que en una cama no se sienten, y así dejándome con la incertidumbre y con el querer saber de que hablaba, cuando note que ya mi glande entraba, di un pequeño salto para meterla mejor.

Pero como estábamos junto ella también dio un pequeño salto, pero al hacerlo se salió del todo lo poco que estaba metida. Fátima volvió a tomar mi aparato y lo volvió a poner delante de su coñito, y me dijo que no saltara que lo hiciera normal.

Y así fue como poco a poco entre dentro de ella, como el agua tocaba nuestros sexos y nos acariciaba con cada movimiento, aguantar su cuerpo era más fácil que esa misma postura fuera, pero aun así después de un buen rato me canse. La bese y la saque del agua dejándola en el borde, puse la toalla seca encima de la tumbona y la tumbe a ella encima.

Parecía una venus, tumbada y desnuda, jamás se me olvidara como la luz de la luna y de una farola de la calle era la única iluminación que teníamos, pero nos bastaba. Me puse encima de ella y esta vez fui yo quien guio mi pene para penetrarla. Quería hacerlo con pasión, con la misma pasión con la que le hubiera dicho que estaba loco por ella, pero no quería ni debía decirlo, no era el momento, pero si era el momento de sentirlo.

Cuando la penetre del todo, Fátima se quejo, no es que lo hiciera muy fuerte ni que la mi pene sea descomunal, era que la tumbona era de hierro y aunque teníamos la toalla y los cojines esa tumbona estaba pensada para hacer otras cosas, pero Fátima me dijo que siguiera, aunque no me tumbara encima de ella.

Con mis brazos a cada lado de su tronco y mis piernas entre las suyas empecé un bombeo continuo y profundo, hacia todo lo que podía para satisfacerla, y ella ponía de su parte.

Con cada embestida ella respiraba más profundamente, no sé si por dolor o por placer pero cuando la saque para cambiar de postura estaba seguro que no se le olvidaría ese polvo en años.

Ahora era yo el que estaba tumbado y ella se puso encima, verla seca era tan erótico como verla mojada. Y qué decir tiene que verla desnuda mejoraba todo lo soñado.

Se coloco con cada pierna a un lado de mi cintura y bajo, mientras yo veía como mi pene desaparecía en su interior, como el calor de su coño y la presión de sus paredes me hacían llegar a un placer que no había tenido con ninguna otra chica.

Le tome los pechos mientras ella botaba encima de mí y movía su cintura en círculos, o se la metía completamente y avanzaba la cadera y después retrocedía.

No sé ni quiero saber cómo ha llegado a saber tanto de sexo, pero sin duda es la tía que mejor conoce su cuerpo, y mejor lo utiliza.

Estábamos ya llegando al final, pues aunque no teníamos ni reloj ni forma de saber cuánto llevábamos en el agua, después de todo lo que habíamos hecho ya estábamos más que a punto, Fátima se había corrido al menos una vez, y yo estaba tan a punto que cuando se agacho y me dijo que si pensaba correrme ya, casi ni la contesto y me corro dentro pero le conteste que sí, que estaba a punto.

Me dijo que tomaba la pastilla y que podía hacerlo dentro, así que sin pensarlo, la bese, acelere dos embestidas y le solté dentro de su coño una eyaculación que la inundo.

Notaba como mi polla seguía teniendo espasmos dentro de ella mientas nos seguíamos besando, notaba como poco a poco salía el semen de su coño, cuando después del beso aun nos dábamos unos pequeños besos. Y notaba que me había enamorado de ella cuando mire a sus ojos después de decirla que había sido la mejor noche de mi vida.

Fátima no me contesto, solo me beso de nuevo y me toco la nariz mientras se levantaba, verla de pie buscando su ropa me hizo preguntarme muchas cosas, pero ni una sola salió de mi boca.

Nos vestimos con las pocas cosas que teníamos secas, y dejamos las cosas de la piscina bien colocadas. Ni una señal de que allí hubiera había una sesión de sexo descontrolado.

Cuando estábamos a punto de llegar a la casa, la tome de la mano. Y ella se paro para escuchar, pero fue la primera en hablar.

- Quizás debamos hablar de esto mañana, ahora será mejor que descansemos algo.- me dijo después de tomarme las manos

- Vale, pero antes de que subas, quiero decirte que.. – y me dejo con la palabra en la boca..

- Ya hablamos mañana, seguro que puedes esperar un par de horas, además a lo mejor así me echas más de menos y me dices cosas románticas.- y me dio un beso en los labios y se fue a su habitación.

Mi compañero afortunadamente dormía con antifaz así que cuando llegue no hice o al menos intente no hacer ruido para despertarle. Fui de los últimos en despertarme, y cuando lo hice, la mitad de mis amigos estaba en el agua de la piscina.

Me puse mi bañador y fui a ver si me unía a la fiesta, pero al ver que Fátima no estaba les dije que me había olvidado la toalla y me fui a la casa.

Cuando entre Fátima estaba desayunando con Nuria, nos saludamos sin más y les dije que si iban a la piscina, Nuria me dijo que si, y Fátima dijo que no le apetecía. Yo subí las escaleras y al bajar la vi, mirando por la ventana de la cocina con el tazón de café en sus manos, quise poner detrás y soplarla al oído pero me vio y no pude. En lugar de eso, dejo el tazón en la mesa, y fue a besarme.

Por supuesto que deje que me besara, no solo eso sino que la atrape entre mis brazos y si no fuera porque podrían venir alguno la hubiera poseído encima de la mesa de la cocina.

- Que tal has dormido? Espero que bien, con lo cansado que te deje- y me lo dijo mientras se pegaba a mi para besarme el cuello.

- He dormido muy bien, aunque el verdadero sueño lo tuve antes de acostarme, soñé con la mujer más guapa del mundo.

- Te dije que me gustaban las cosas románticas, pero se ve que no te ha dado tiempo para reponer el arsenal.

- Ya te diré cosas románticas otro día que haya descansado más.

- Diego, lo de ayer fue algo que no tenia pensado que pasara, y no me arrepiento, pero quizás debamos ir despacio, si lo contamos ahora al resto va a cambiar mucho mas, así que te pido no contarles nada. No quiero que piensen que fuiste un polvo más de una de mis noche de borrachera.

- Vale, además no me importa lo que unos crean, si es que me iban a creer.

- Bueno, no serias al primer amigo que me tiro y después va fardando de que me ha follado, aunque esas cosas hace tiempo de ellas, además creo que tú no eres así, porque esperaba ser algo mas que eso para ti, no quiero que después me vayan desnudando con la mirada por los detalles que les cuentes.

- Fátima te he dicho que no hace falta que me lo pidas no lo iba a hacer, eso es algo privado entre tú y yo. Y además te quería decir que fue algo que no surgió de un momento de borrachera.

- Gracias.- y al decirlo, me tomo otra vez las manos.

- Fátima, quizás te parezca extraño y más aun ahora pero me gustaría, bueno quiero saber si esto solo ha sido sexo o quizás sea algo más. lo que quiero decir, y bueno ya sabrás no se si te lo habrán dicho Julio o Nuria, que soy un chico muy enamoradizo, que con una mirada ya me enamoro de una chica, y con lo que hicimos ayer tengo para enamorarme durante tres vidas.

- Jajaja, si ya me lo habían dicho y bueno aunque no te lo creas para mi ayer no fue solo sexo, aunque no te puedo decir que vayamos despacio, porque después de lo de ayer, ya nos hemos saltado unas cuantas citas, si me gustaría volver a verte, a estar los dos solos. Pero lo que queda de cumpleaños vamos a fingir que no pasa nada entre nosotros.

Por supuesto que seguimos fingiendo, pero también es verdad que cuando no había nadie delante me acercaba a ella y le susurraba al oído lo guapa que era. Fátima se reía y no me decía nada, pero ella también jugaba, me mandaba whatsapp diciéndome que fuera a la cocina a por algo de beber y después ella aparecía y me daba un beso. Tuvimos que salir a por hielos a la gasolinera y como era de día no hicimos nada, pero mientras estuvimos en la gasolinera pude volver a tocarle el cuerpo y besarla sin temer que nos vieran nuestros amigos.

Pasamos el resto del sábado entre la barbacoa, y la piscina. Por suerte o por desgracia no tuvimos mucho tiempo para estar solos, pues cada vez que la miraba me enamoraba mas. Se me notaba en los ojos y cuando me dijo que se iba a dormir la siesta estuve mas que tentado a seguirla, pero me quede jugando al mus la típica partida que jugábamos los domingos de hacia años.

Por la noche seguimos bebiendo y con los juegos de la noche, esta vez nos toco separados, pero no había ningún juego de pasar el hielo, así que simplemente nos lo pasamos genial.

Para ir a la cama, a eso de las 4 de la mañana, la espere en el jardín, le había mandado un mensaje y bueno no me hizo esperar demasiado. Bajaba en un pijama largo, con el pelo en una coleta, y totalmente desmaquillada, vamos más natural y más guapa imposible.

- Les he dicho a estas que iba a beber agua, que estamos poniéndoos a caer de un burro a todos los chicos. – me dijo y me guiño un ojo al decir chicos.

- Solo te quería decir buenas noches, que te has subido cuando estaba recogiendo y no me has dejado, además de que había mucha gente delante para decirte buenas noche como me gustaría.

- Que malo eres, y que romántico te pones por las noches.

Y en esto se acerco a mí y me dio un beso, se separo y fui yo quien la tome de la cintura y le dio otro, este con un poco de pasión. Pero fue corto, le dije buenas noches y le abrí la puerta que daba al salón para que entrara.

A la mañana siguiente empezamos pronto a recoger las cosas, habíamos quedado en comer cada uno en su casa si quería, aunque aun había comida.

Volvimos cada uno a su casa, y ese mismo domingo aunque hacia pocas horas que nos habíamos despedido volvimos a quedar esta vez los dos solos, íbamos a empezar algo, y lo íbamos a empezar con la misma ilusión que si no conociéramos el cuerpo del otro tan bien como lo conocíamos.

2 comentarios - Trilogia de la boda: la pedida y la fiesta

swan28 +1
Pues que buen relato...bueno bueno
Te deseo un feliz año 2012
Trilogia de la boda: la pedida y la fiesta
profezonasur
Buen relato, quizás para dos partes. Solo una opinión. Un Abrazo