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Tengan cuidado con su ginecologo, ami me violo el mio¡ II

LE DIJE QUE SI y el transcurso entre su escritorio y la puerta de acceso al mencionado recinto me pareció una eternidad, pues el miedo que tenía era inmenso, además de lo sucia que me sentía, al saber que iba a acostarme con un hombre distinto a mi novio. Cuando entramos Iván me dijo que me sentara en la camilla de estribos que iba nuevamente a analizarme las tetas, pareciéndome muy vulgar como se refería a mis senos, sin dejarme tiempo que yo me bajara la bata, me la quitó de una embestida, rasgándola en sus amarras, dejando todo mi cuerpo en ropa interior, clavando nuevamente sus ojos en mis senos, a lo que me dijo : "niña, para tu edad, tu cuerpo y tu cara, tienes unas tetas desproporcionadas, pero hermosas" y me pidió que me desabrochara el brassiere, lo cual hice instantáneamente, lo cual le permitió empezar a besarlas y a chuparlas como si me las quisiera arrancar, y no paraba de decir que le sabían a gloria, que nunca se había comido semejante par de tetasas, me las agarraba como un par de balones, y una y otra vez las chupaba en forma violenta, y les confieso que así esta escena suene morbosa, yo me sentía morir por la forma en que este señor había logrado gozar de mi cuerpo, por sus deseos animales y la forma como se veía que me deseaba.
Muy en el fondo me excitaba. Luego de esto me dio un beso en la boca y me pidió que estuviera tranquila que todo iba a salir bien y que el iba a ser delicado conmigo, y me solicitó que me acostara, me quitara las bragas y abriera mis piernas y las pusiera en los estribos, y luego de tenerme en esa posición me dijo : "nuevamente te reitero que nunca había conocido a nadie como tu, eres espectacular, tienes una concha divina", y dicho esto empezó a lamérmela de una forma muy agradable, me metía y sacaba su lengua y me frotaba el clítoris rítmicamente, y aunque yo nunca hubiera imaginado que accedería implícitamente a lo que quería el médico, comencé a gemir despacio, a cada lamida que el doctor me daba en mi vagina, terminando por gemir lo mas alto que podía mi voz, deteniéndose el doctor para decirme : " sabía que lo ibas a disfrutar putita ", haciendo que mi vagina se lubricara como nunca antes lo había hecho mi novio. Acto seguido me pidió que me sentara en la camilla, y abriéndose el pantalón dejo salir nuevamente ese pene colosal que tenía y poniéndomelo en la boca me pidió que se lo chupara, empezando por lamerle tímidamente la cabeza, la cual tenía un sabor salado pero no desagradable, mientras que mi mano derecha subía y bajaba por su tronco, pasando luego de un gran esfuerzo a chuparle toda su cabeza, pues no me explicó como mi boquita pudo albergar semejante cabezota de ese monstruo, y cada vez que se la chupaba y subía y bajaba su tronco con mi mano, el médico parecía enloquecer, y gritaba cerrando los ojos y me decía que era deliciosa, que jamás me olvidaría, pues le estaba dando mas placer del que había sentido en toda su vida, frases que me hacían sentir sucia pero excitada, ya que nunca en mis años de vida sexual me había sentido tan deseada. Luego de chupárselo por un rato me pidió que le permitiera sentarse a un lado mío en la camilla y que me sentara encima de él, como si estuviera en cuclillas, es decir, con las plantas de mis pies en el piso y mis rodillas flexionadas, mirando sus pies, de forma que el me sostenía de mi culo, operación para la cual tuve que poner toda mi atención, pues iba a introducirme nada menos que una pija de por lo menos veintisiete centímetros de longitud, cuando yo lo máximo que había sentido era la de mi novio que no medía ni la mitad de ésta. Empecé por poner mis manos en la camilla mientras el doctor me sostenía por el trasero, y puse su cabeza en mi vagina y empecé a bajar suavemente, sabiendo yo que lo mas difícil sería meter la cabeza que era enorme y mas gruesa que el tronco, para lo cual tuve que girar mi cuerpo rítmicamente, para que se me fuera introduciendo de lado, y cuando tuve lista esta operación empecé a dejarme caer doblando mis codos lentamente, y ahí tuve una sensación aún mayor a la que sentí cuando el médico me introdujo esa máquina, pues esta ... en su cabezota era mas gruesa que ese aparato, lo cual me hizo empezar nuevamente a gemir de la emoción y del placer que me estaba dando sentir en mi apretada cuquita semejante pene, lo cual aprovechó el doctor Iván para empezar a sostenerme aún mas duro del culo y a empezar a empujar hacia arriba llegando a meterme casi toda su pija en mi conchita, bombeándome, haciéndome el amor de una forma que nunca imaginé que me lo harían, y obligándome a gemir de tal manera que si alguien hubiera habido en ese piso de la clínica a esa hora hubiera pensado que me estaban matando. Al cabo de los treinta segundos de estarme embistiendo este hombre no pude resistir mas y llegué a mi primer orgasmo de la noche, situación de la que pudo darse cuenta Iván cuando le grité "me vengoooo, ahhhh mi doctor, que pedazo de ... que tenés" y el aprovechó y me contestó : " y toda es para ti putita de mierda, ¿te gusta como te la meto por esa conchita diminuta que tenés, ah ? ¿ te gusta ?" respondiéndole que si, que me fascinaba como me rompía mi cosita con su aparato gigante. Luego de esto me pidió que me acostará boca arriba, y hecho esto, estando de pies, bajó la altura de la camilla y me hizo levantar los pies y los puso uno sobre cada uno de sus hombros dejando el camino libre para penetrarme en esa posición y sin mediar palabra me introdujo mas de la mitad de esa tranca, y comenzó a bombearme nuevamente, mientras sus gotas de sudor caían en mi cara y el chupaba fuertemente mis senos, mientras sentía como su gran glande ya tocaba casi mis pulmones nuevamente, pidiéndole yo que fuera delicado, que mi cuerpo no estaba acostumbrado a semejante trozo de chorizo, mientras él me contestaba que mi huequito se tendría que acostumbrar porque aún faltaba mucho rato de culeada y mucho pene por introducirme. Al decirme esto, opté por quedarme callada y procuré no quejarme mucho pues este sádico era capaz de desgarrarme la vagina con el trozo de *** que tenía, en medio de la calentura que lo invadía. Estando aún en esa posición y aprovechando que él tenía el control para meterme la cantidad de pene que quisiera, empezó a empujar procurando que se introdujera todo en mi cosita, algo que parecía imposible, pues a estas alturas ya sentía que se me estaba rompiendo mi cuquita, pero seguía solo gimiendo, ya que esto si no lo podía evitar con semejante violación que me estaba propinando mi médico. ¡ Que ironía !, pensar que mi intención al pedir cita con un ginecólogo era que me dijera que tenía en el endometrio, confiando en que escasamente me tendría que desnudar unos cuantos minutos ante el doctor que me revisaría con un estetoscopio mis trompas y mi endometrio, y heme aquí con las piernas abiertas, aguantando que un tipo que me disgusta, que perfectamente podría ser mi padre, feo, morboso, estuviera ultrajando mis zonas mas íntimas, las que solo conocía mi novio y que con tanto esmero cuido, literalmente perforándome con ese pene inmenso que se gasta, sin poder pedirle que me la meta mas suave, porque de hacerlo, con mas entusiasmo me penetra, sabiendo que con mi amado novio disfrutaba tanto del sexo, pues nunca me había hecho sentir dolor, y su pene no era lo descomunal de este hombre. Mientras pensaba esto el doctor me decía que si me gustaba como me la metía, pregunta que aproveché para decirle que no me gustaba que intentara meterme toda su tranca, pues debía comprender que físicamente era imposible introducirla en un huequito tan pequeño como el de mi vagina, replicándome que solo era cuestión de tiempo, pero que él me iba a meter todo su banano por mi chochita. No me gustaba de ninguna manera tampoco el lenguaje en que se expresaba para con mi zona íntima. Al ver mi cara de enojo, el doctor paró de meterme su pene y lo sacó de mi, y sentándose a mi lado me preguntó que qué me pasaba, que lo disculpara si me había lastimado, pero que yo le era tan atractiva como mujer, a pesar de poder ser su hija y duplicarme en edad, que no le era posible soportar abstenerse de hacerme el amor de esa manera. Al decirme esto, mi cabeza se revolvió, regresó a mi cabeza el recuerdo de mi novio, de la formación que mis padres me han brindado, de lo que pudieran pensar si me vieran sosteniendo relaciones sexuales con mi ginecólogo en su propio consultorio. Cómo haría para mirar nuevamente a mi novio a los ojos y no delatarme y confesar lo que tuve que hacer para no perderlo. Todos estos pensamientos, sumados al desespero de estar acostándome con un sujeto que me producía asco, me hicieron romper en llanto, volteando mi rostro y cubriéndolo con ambas manos, mientras procuraba que el médico no me viera en este estado, pero mi desconsuelo era tan grande que así hubiera tratado de disimular mi dolor y mi llanto, el escuchó mis sollozos y me preguntó por qué lloraba de esa manera, y me dijo : "muñeca, ¿ por qué lloras, mi amor ?, acaso ¿ te lastimé ?, ¿ qué te pasa ?, cuéntame", yo no paraba de llorar, pero como pude saque alientos y le dije : "doctor, no puedo seguir haciendo esto, yo amo a mi novio, además me duele mucho y usted es muy vulgar al hablarme y me obliga a meterme en la boca su pene, a mi no me gusta hacerlo ni con mi novio". El decirle eso me calmó un poco, pues me sentí relajada, porque así hubiera provocado a Iván para que mostrara a mi novio el vídeo, me quité un peso de encima al serle sincera, confiando en que al ver la tristeza y el dolor que me causaba al obligarme a acostarme con él, tendría piedad y me entregaría el vídeo y me permitiría marcharme a mi casa. El doctor aún sentado a mi lado, tomo suavemente mi rostro, enjuagó con su mano grande y áspera mis lágrimas, y me besó en la boca como nadie lo había hecho, fue un beso largo y profundo, el cual por primera vez en la noche me hizo sentir como si estuviera con mi novio, y sin saber aún por qué pasó lo que pasó, quise entregarme a ese hombre. Sin dejar de besarme, aún ambos con los ojos cerrados, tomó mi mano izquierda, las cuales había hecho arreglar como todos los lunes en mi salón de belleza de un color rosa claro y la llevó hasta su pene, que estaba mas erecto que nunca, y a pesar que no tenía los ojos abiertos, con mi sentido del tacto me parecía estar cogiendo una *** de bomberos, que a veces ni podía abarcarla con todo mi puño, empezando a dirigir los movimientos con su mano, hacia arriba y hacia abajo, llegando hasta la cúspide, esa terrible cabeza que coronaba aquel coloso, la cual se sentía babeante, mientras seguía besándome apasionadamente, y sin permitir que detuviera los movimientos de mi mano, comenzó a besar mi cuello tiernamente, bajando hasta mis pechos, los cuales chupaba y lamía, concentrándose en mis aureolas y mis pezones, los cuales a pesar de no ser grandes como mis aureolas, si son por su color rosado muy lindos. Estas caricias habían cambiado mi actitud hacia él, aunque de hecho, en ese momento yo no pensaba en nada, pues lo que me hacía el doctor me tenía enloquecida, había olvidado nuevamente mi honor, mi novio y mis padres. En ese instante mi mente estaba en blanco, como si me hubiera drogado, concentrada únicamente en como me besaba y como le masturbaba su asta viril. Luego de esto, e increíblemente sin él decirme nada, yo me ubiqué en cuatro patas, al estilo perrito, para chuparle su pene, lo que le permitió ubicarse justo debajo de mi vagina, lo cual no desaprovechó y empezó a lamérmela de una forma que jamás olvidaré, él acostado boca arriba y yo en cuatro patas encima de él, en un perfecto 69, aún recuerdo como metía su lengua en mi cerrada e inexperta vagina, mientras yo, como podía procuraba tragarme lo máximo de su pene, sobándole sus testículos, grandes y negros, los que se veían como un par de pedazos grandes de carbón entre mis pequeñas y blancas manos, subía y bajaba su impresionante pene, le mordía su cabeza, se la lamía, estaba poseída, juro que en esos instantes no era yo quien le estaba dando semejante paja con la boca a ese médico, quien no quería dejar de saborear a su paciente. Mientras el doctor me metía un dedo, y escasamente dos en mi vagina y me la lamía toda, diciéndome lo delicioso que le olía mi ano y lo rico del sabor de mi vagina, llegó mi segundo orgasmo, el cual me hizo parar de masturbar al doctor, pero sin soltarle su pene, haciéndome arquear y gritar como una loca : "haaaa, doctor, que examen me está dando en mi vagina, ¿la encuentra bien?" mientras dentro de mi sentía que iba a explotar, era el orgasmo mas espléndido que jamás me habían provocado en mi corta experiencia sexual. Viendo el doctor que yo estaba llegando a mi orgasmo, saco sus dedos y metió íntegramente su lengua en mi vagina y la movía de lado a lado en mi interior, lo que acabó de enloquecerme y me hizo agarrar de uno de los estribos de la camilla que daban junto a mis manos y de su pene y gemir, hasta que acabé en su boca, la cual tenía untada de mis jugos, mientras se lamía gustoso como si estuviera impregnado de un jugo de fruta, y mirándome me dijo que le fascinaba que hiciera el amor con él. Estando mas tranquila y satisfecha por lo que había acabado de pasar, volví a mirar el pene de mi ginecólogo, el cual aún se encontraba igual de erecto, sabiendo yo que debía seguirle mamando ese fierro a mi doctor, cerré los ojos y volví a metérmelo a mi boca, lo mas que pude, nuevamente subiendo y bajando mi mano por ese interminable y grueso tronco que ostentaba orgulloso, lo que para ese momento y a diferencia de antes me tenía muy caliente, porque nada mas morboso que saberme yo mamándole el pene a un tío que me duplica en edad, mayor aún que mi papá, en su propio consultorio, al que había asistido por un examen supuestamente sencillo, y obligada por él a acceder a sus deseos, mientras en mi casa mi novio y mis padres veían novelas y comían palomitas de maíz. Mientras le chupaba el pene, trataba de meterlo lo mas que podía en mi boca, pero a pesar de intentarlo, aún quedaba mas de la mitad sin tocar, lo que me obligó en un momento de excitación a tomar la decisión de respirar hondo y tragar hasta que sintiera el pene de mi amante golpear con mi garganta, así me ahogara, pero que por lo menos él sintiera que su pene estaba conociendo hasta el último rincón de mi boca, que ya había llegado donde nadie mas lo había hecho, marcando su territorio con la vivencia mas morbosa que me hubiera podido ocurrir. Luego de tragar por lo menos diecisiete centímetros de su pene, sentí como éste golpeaba contra mi garganta, lo cual no pudo dejar de notar el médico que me dijo : " muñeca, de veras que te la estás tragando toda, quiero que la chupes bien y tragues toda la leche que tengo para ti ". Obviamente, si en escasas dos oportunidades hace muchos años había aceptado chuparle el pene a mi novio, con toda razón no iba a haberme tragado su semen, lo cual era nuevo para mi, pero en ese momento el médico no me dió tiempo de esperar y cuando ya subía mi boca para chuparle solo su cabeza y así dejar que eyaculara en el aire, me tomó de mi nuca y me hizo subir y bajar mi cabeza, mientras sentía como un grito desesperado rompía el silencio y un mar de semen llenaba mi boca y mi garganta, que traté de escupir, pero la fuerza de su expulsión y de su mano sosteniéndome, so perjuicio de ahogarme me obligaron a tragarme por lo menos el equivalente a un pocillo pequeño de café, lo cual es algo descomunal para estar hablando de una eyaculación. Inmediatamente el médico eyaculó, dejó caer su cabeza en la camilla y pareció dormirse, lo cual aproveché yo para ponerme de pie, dirigirme al baño y tomar agua después de esa feroz explosión en mi garganta y me vestí como pude, y cuando me dirigía a la puerta para huir después de recobrar el sentido y analizar el terrible error que había cometido, el médico me dijo que olvidaba empacar algo, y era cierto pues cuando volteé para verlo tenía en su mano el vídeo. Ingenua regresé para tomarlo y marcharme cuanto antes, pero él lo apartó y me dijo que aún no habíamos concluido el examen, que faltaba una revisión exhaustiva en mi recto, pues creía que podía haber algún problema en él. Le supliqué que me dejara ir, que mi cuerpo estaba totalmente adolorido, que nunca había sostenido una relación sexual tan salvaje y que una penetración mas y me podía matar. El se rió y me dijo que no opusiera resistencia pues todo era por la ciencia, que hiciera de cuenta que iba a realizarme un nuevo examen y así me relajaría y olvidaría que estaba haciendo el amor con él. Su idea era absurda, pues cómo pretendía que olvidara que el era un sádico que me quería prácticamente comer viva e hiciera de cuenta que estaba en medio de una citología. Él me dijo que era la única opción que podía darme, o que era eso o seguir como íbamos. Le pedí que por favor no tardara mucho porque me dolía mucho mi vagina, pero me interrumpió y me dijo que estuviera tranquila que el examen que tenía que realizarme, como ya me lo había dicho era en el recto, pues quería cerciorarse de que no tuviera ningún problema. Al decirme esto, me poseyó el pánico de solo pensar que el pene de ese hombre iba a ser introducido en mi pequeño agujerito anal. ¡ Era descabellado imaginar como pretendía lograr eso ! A pesar de suplicarle arrodillada a sus pies llorando que me dejara ir, él muy sereno me respondió que era un simple examen que debía realizar por el bien de mi salud. ¿ Qué mas podía hacer ? Ya había permitido que me partiera en dos mi vagina y que irrespetara mi boca metiéndome su arma y eyaculando en toda mi traquea. Ya debía terminar lo iniciado para no poner en riesgo el amor de mi vida, confiando en que nuevamente mi mente se bloquearía y pudiera así ser poseída por una fuerza desconocida que me transportara a otro lugar y no fuera yo la que soportara tener que acostarme con este animal, aunque sería difícil porque a leguas se veía que el doctor no quería realizar ningún examen en mi trasero sino rompérmelo con su bate de béisbol. Le dije que aceptaba su idea de tratar de ahora en adelante lo que seguía como un examen, sin salirnos del rol de médico y paciente para evitarme mayores traumas. Me pidió que me quitara la ropa, me pusiera la bata verde y pasara a la camilla. Cuando regresó, tenía en sus manos nuevamente el aparato con el que me había realizado el lavado. Al ver esto me horroricé, pues no podía soportar la idea de que el doctor me metiera por mi culito nuevamente esa *** que fácilmente podía desgarrarme por su grosor y su longitud. Le solicité que utilizara un método distinto para evaluar mi recto, que ese sistema estaba pasado de moda, tratando de actuar como su paciente para no indisponerlo, pero me respondió que debía practicar este método pues mi salud lo exigía. El maldito degenerado no iba a permitir que me escapara sin lastimarme de nuevo. Le pregunté donde debía ubicarme, y me solicitó que me acostara boca abajo en la camilla, y hecho esto me quitó mis tangas y me pidió que me quitara el brassier para que no me incomodara en el examen. Me dijo que primero tendría que estudiar mi ano para ver si estaba sano y empezó a lamérmelo suavemente, mientras me decía que era delicioso, sería porque acostumbro aplicarle crema hidratante perfumada. Mientras me lo chupaba como un loco me pidió que abriera con mis dos manos mis nalgas y estando así empezó a meterme su lengua rítmicamente, como si estuviera violándome con ella. Luego empezó a introducirme uno de sus gruesos y toscos dedos en mi culito, el cual entró hasta la mitad y empujó fuertemente para que entrara el resto, mientras me decía que de veras que tenía un culo estrecho, pero que descuidara que el me lo iba a agrandar. Cuando ya había introducido el dedo completo empezó a meterlo y sacarlo salvajemente y cuando ya empezaba a dolerme realmente, introdujo un segundo dedo que me hizo ver estrellas, y nuevamente le pedí que me tratara suavemente, pedido que lo hizo animar y sacar nuevamente su pene y ponerlo dentro de mi boca, el cual estaba totalmente erecto, lo que me facilitaba mamársela fácilmente, mordiéndole su cabezota y lamiéndole sus testículos, lo cual lo enloquecía y lo hacía gritar del placer mientras me agarraba fuertemente de mi pelo y movía mi cabeza con su mano de acuerdo a los movimientos que quería realizara. Después de un buen rato de chupársela, me dijo que tendría que introducir su pene en mi ano porque debía estudiar mi recto y analizar si estaba sin problemas, para lo que asentí con mi cabeza, colocándose detrás de mi, mientras yo permanecía en cuatro patas con mis manos abriendo lo mas que podía mis glúteos. Colocó su cabezota en mi anito, y empezó a empujar hacia adentro suavemente, procurando que el ingreso de su cabeza en mi culo no fuera muy traumático. Mientras ocurría esto yo me sentía desfallecer porque el dolor era intolerable, era demasiado dolor para una sola noche, pero ya estando allí debía ser valiente y soportar la embestida que me esperaba. Trataba de penetrarme de lado para que se fuera introduciendo su cabeza sin tanto dolor. Esta operación tenía mi ano totalmente dilatado, a punto de desgarrarse, lo que me hacía gritar y suplicar del dolor, pero con casi toda su cabeza adentro, y en uno de los momentos en que parecía que no lo lograría, empujó salvajemente su pene y toda su cabeza se introdujo en mi culito, no sin antes sentir un escalofrío por el dolor que me causó lo que había hecho el doctor. Cuando el médico vio que había logrado su cometido, empezó a empujar para que lo que mas pudiera su descomunal ... se incrustara en mi hoyito. Mientras el hacía esto yo sentía como el tronco de un árbol entraba por mi recto, como si estuvieran rompiéndome por dentro, y para ese momento yo solo podía llorar y mirar de reojo al doctor mientras él miraba mi culo y sudaba como un caballo. Llegó un momento en que toda su pija estaba dentro de mi recto, y al ver esto Iván tomó un espejo que estaba al lado de la mesa y lo puso al lado de mi culo de tal forma que yo pudiera ver sus aberraciones, cosa que me pareció increíble, pues mi ano diría yo que no se había desgarrado por milagro y solo se veía mi ojete rosado y totalmente dilatado y sus huevos negros golpeando mis nalgas, mientras me decía que viera como me rompía mi culo con su ... En ese momento el dolor ya no era tan insoportable, pero mi excitación había aumentado y solo podía gemir y gritar como una loca de las bestiales embestidas que me daba ese hombre. Sin sacar un centímetro de pene, se sentó conmigo encima en la camilla y me hizo acuclillar sobre su cosa, y tomándome por las caderas inició a subirme y a bajarme mientras mi culito soportaba como su pija entraba y salía dificultosamente de mi hoyito. Estaba loca, ya no me preocupaba la suerte de mi ojete, la sensación que me daba tener todo ese chorizo en mi ser, me tenía excitadísima, y solo pensaba en subir y bajar para que mi doctor sintiera como me educaba mi trasero.
El doctor no paraba de decirme lo apretado y caliente que se sentía estar dentro de mi, que mi culo era espectacular, mientras me agarraba violentamente mis nalgas y me las cacheteaba diciéndome que esas nalgotas no podían impedir que me rompiera mi culo. Llegó un momento en que mientras el doctor levantaba su pelvis ayudando a una mayor penetración, llegué a mi tercer orgasmo, gritando como una loca mientras el doctor tomándome mis nalgas me subía y bajaba velozmente, situación que lo excitó aún mas y lo obligó a explotar dentro de mi, descargando casi en mis pulmones todos sus huevos, sintiendo como si hubieran derramando un vaso de cerveza grande dentro de mi cuerpo. Mientras se venía me gritaba que era la chica mas deliciosa que había probado y que tenía un cuerpo exquisito. Dicho esto, tomé aire, me sequé las lágrimas que tenía en los ojos del dolor, me paré mientras sacaba su pene de mi culito, que ya ni lo sentía del brutal ataque que había sufrido, fui al baño, ingresé a la ducha y tomé nuevamente una ducha caliente mientras de mi culito salían litros de su semen, revuelto con grandes rastros de sangre y no podía casi ni moverme del ardor que me producía el jabón pues mi ano se había desgarrado en varias partes, pero nada de consideración. Luego de esto salí envuelta en una toalla, tomé mis prendas y me vestí en el baño, no sin antes tomar el vídeo y tenerlo en mi poder para evitar algún truco de ese maníaco. Cuando a duras penas logré vestirme, salí del baño y sin mirarlo salí del consultorio, pero él se apresuró a alcanzarme y me dijo: "valentina, te agradezco por haberme permitido pasar la noche mas fantástica de mi vida, disfrutando de tu espectacular cuerpo. Ojalá algún día podamos volver a hacer el amor". Lo dicho me causó asco y le dije : "Ojalá algún día pague lo que me hizo, sádico desalmado" y salí de su consultorio y jamás volví a verlo en mi vida. Al montarme en mi coche, tuve que deambular por lo menos una hora por la ciudad mientras lloraba y me controlaba para poder ir a mi hogar y no delatarme con mi familia y mi novio. Luego de esta experiencia estuve ocho días sin poder ir al baño normalmente, pues mi ano, mi recto y mi vagina estaban desechos y el mas mínimo toque me causaban un terrible sangrado y dolor. Tampoco pude ir al paseo con mi novio y su familia, pues además de lo dicho me enfermé con fiebre y vómitos, creo yo también a raíz de la experiencia que había vivido. Además tuve que asistir a una sicóloga, a la cual le confié mi secreto y la que me ayudó a superar el trauma que me produjo ese animal, no sin antes insistirme en que lo delatara a la policía, propuesta que nunca acepté, porque también yo había en parte aceptado las propuestas del doctor, esto sin tener en cuenta que lo mas probable era que perdería a mi novio. Actualmente vivo con mis padres y nadie, aparte de la sicóloga, supo de lo narrado, lo que finalmente pude superar y me permitió seguir con mi ser amado.
CHAO
ELVINENA 🙄

22 comentarios - Tengan cuidado con su ginecologo, ami me violo el mio¡ II

ajavito -1
:buenpost::buenpost:
josemanuel602003 +2
Muy bueno!!!!!eso si.......PUTISIMA la chilenita!!!!!!!!!! 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤
eduale1819
WooOw qee historia, por una parte la moral y por otra parte ese deseo que tenemos todos que no podemos aguantar (:
jor1788
Que historia, está mejor que una peli porno!! me hiciste fantasear mucho!
rulpenstinsky +3
jajaaajajajajajajajaja no mames y cuando despertaste?
peloncito7
muy buena la historia me iso alusinar jajajaa no enserio muy buena 😃
LIGHT_THIS_CITY +1
muyyyy buena tu historia aunke tu tuviste la mitad de culpa si es verdad la historia...
champanrt
El mejor relato que vi en mi vida , como me dejaste mi pija no te das una idea , como fantaseo con vos hermosa
korexuito +2
weona pela mas encima teni descaro en decir q me violo vo le prestaste el poto weona facil
ROSYTA69
josemanuel602003 dijo:Muy bueno!!!!!eso si.......PUTISIMA la chilenita!!!!!!!!!! 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 :F
deanaguilera
bueno el relato pero en parte tu fuiste la que accedio y ademas gozo esa esperiencia, me imagino que no has vuelto a tener algo asi?
tucumano66 +1
violo????? pero si le accediste vos a que te penetre!!!!! eso no es violacion!!!! hay consentimiento tuyo ahi!!!, igual me dejaste la pija como un matafuego de 5 kilos bebe....
chiky_2011
Dios santo el mejor relato que vi en poringa increible! Me lei absolutamente todo y me dejaste con la pija que ni te cuento mi amor! !
traviesomon
palmas me dejastes sin palabras......
mantijutsu
si eso es verdad, hay que demandar a ese hdp, es un criminal para la sociedad
profano2
Jajajajaa ls historia esta como para el rumpy!!!

pero lo ke todos se preguntan soñara con el doctor..lo olvido o aun tiene ese deseo guardado en lo mas profundo??
faltan historias asii anímense a contar mas (Y)
oscaryuca
Una guion de pelicula porno ....me dejaste con el palo a rebentar
WooS1986
Me acabe en el calzoncillo

Tengan cuidado con su ginecologo, ami me violo el mio¡ II
Chantaun +1
Amo tanto a mi novio celoso que casi me deja por no pasarle el chiquitín, asi que para salvar nuestra relación dejaré que me penetré un viejo por todos lados. Dijo nunca nadie.
Tucoagrio
Y lo hiciste ya?