La cárcel, mi ex marido, mi hijo (+18) Parte II

Esta es la continuación de este relato http://www.poringa.net/posts/relatos/1922436/La-carcel_-mi-ex-marido-y-mi-hijo.html
Mi ex marido seguía preso, lo cual me traía nuevos problemas. Me presionaba desde la cárcel, me pedía plata, y me obligaba a hacer de correo de sus porquerías. Como yo me negaba a atender sus llamadas de cobro revertido y a cumplir sus exigencias, comenzó a presionarme a través de mi hijo (que es mayor de edad).
Mi hijo me cuestionaba todos los días que yo no visitaba a su padre en la cárcel, que no quería ayudarlo, y teníamos problemas continuamente por ese tema. Como mi hijo es lo que más amo en la vida y con el último ser sobre la tierra con el que quiero discutir o llevarme mal, finalmente acepté que volviéramos a visitar a mi ex a la cárcel.
Otra vez tuve (tuvimos) que pasar por la humillante revisación íntima, otra vez esa grosera mujer policía metió sus dedos en mi vagina y en mi ano buscando no sé qué. Otra vez se divirtió, junto con su compañero, al ver que mi hijo se excitaba viendo cuando me revisaba de esa manera.
Pasado ese mal trago, atravesamos un largo pabellón para llegar a la celda de mi ex marido. Y ahí estaba él, recibiéndome con una sonrisa, como si nada sucediera, como si estuviera en un hotel.
-Vine por mi hijo -le aclaré otra vez desde el comienzo.
-Vamos, no empecés a pelearme.
Le pidió a nuestro hijo que se quedara un momento en la puerta de la celda para hablar a solas conmigo. Nos sentamos en la cama, único mueble del lugar, y entonces me largó una perorata sobre lo mal que se sentía por tener que pedirme las cosas a mí, que los amigos lo habían abandonado, que se sentía desdichado, etcétera.
Lo conozco muy bien, sé que es un mentiroso profesional, que tiene una especial habilidad para engañarme y convencerme de cualquier cosa. Pero en esta ocasión lo ví tan mal que me pareció sincero.
Le recordé cuánto me había hecho sufrir, me atreví a darle consejos sobre cómo debía enderezar su vida, él me escuchó con atención y me prometió esforzarse. Hasta lloramos juntos. Era otra persona.
Secándose las lágrimas me dijo:
-Tengo que pedirte un favor muy especial.
-Plata no tengo para darte.
-No, no es plata.
-Ni quiero que me obligues a llevar ni traer nada.
-No, no es eso.
Se puso de pie, tomó unas frazadas y comenzó a colgarlas de los barrotes para impedir que nos vean desde el pasillo y de las celdas vecinas.
-¿Qué hacés? -pregunté intrigada.
-Hoy es mi día de visita higiénica.
-¿Qué?
-Eso, que hoy entraste con autorización para visita higiénica. No me digas que no sabés lo que es.
-Vos estás muy equivocado si creés que yo…
Dio dos pasos largos hacia mí y me tomó del cuello.
-Escuchame, hace dos meses que estoy acá sin ponerla, el único que está disponible es un travesti al final del pabellón y ni pienso en eso, teniéndote a vos.
-Pero…
-Si hacés quilombo vienen los guardias y no la vas a pasar nada bien -me amenazó.
-Sos el hijo de puta de siempre.
Sonrió, me dio un empujón, caí de espaldas en la cama. Me levantó la falda, me abrió las piernas y se lanzó hacia mi vagina.
No puedo describir la chupada magistral que me dio. Siempre fue muy bueno en eso. Sentí que la concha se me deshacía en jugos en su boca, en su lengua. Quise insultarlo, quise negarme, pero yo también llevaba mucho tiempo sin sexo y fue demasiado para mí. Antes de que me diera cuenta, estallé en un orgasmo.
-Deliciosa, seguís siendo la misma puta sabrosa de siempre -sonrió él mientras yo todavía me sacudía, convulsionada de placer.
-Cuánto te odio… cuánto te odio… -murmuré.
Sin dejar de sonreír, comenzó a quitarse lentamente la ropa.
-No hace falta que vos te desnudes, me va a gustar cojerte con ese vestido puesto -dijo.
-Ni lo sueñes.
-¿Qué no? Si vos también querés. Acordate cuánto te gustaba ésta -dijo blandiendo su verga erecta.
Me bajé la falda e intenté incorporarme para salir, pero me tomó del brazo, forcejeamos y caímos otra vez en la cama, esta vez yo sobre él.
-Te prometo un polvo que no te vas a olvidar en tu vida.
-Dejame.
-Oíme, hagamos las cosas bien, no quiero usar la violencia. Lo hacemos bien y después te vas.
-No quiero -dije intentando zafarme, pero él era más fuerte y me tenía aferrada por las muñecas.
-¿Cuántos polvos te eché en la concha? Y todos te gustaron. Uno más te estoy pidiendo, nada más. No soy un extraño, estuvimos casados muchos años.
Se las ingenió para mantenerme sujeta sobre él y al mismo tiempo subirme la falda y quitarme la bombacha. Mi pelvis quedó apoyada sobre su pija dura.
-Vamos, por los viejos tiempos. ¿Te acordás cómo te gustaba?
Era inútil intentar escapar. La acomodó hábilmente y enseguida sentí que se deslizaba por completo dentro de mi concha mojada. Lancé un inevitable suspiro de placer.
-Así… así… muy bien…
Entrecerré los ojos, me recosté sobre su pecho y me abandoné a las sensaciones que me provocaba. De todos los hombres con los que había estado, él era especial, único. Sentía que mi concha se amoldaba al tamaño de su pija a la perfección, el roce de mi clítoris contra su pelvis era insuperable. Antes que me diera cuenta, era yo quien estaba cabalgándolo. Como antes, en los viejos buenos tiempos.
Mi ex desabrochó los botones de mi vestido, liberó mis tetas, me las apretó, pellizcó mis pezones, me hizo delirar. Perdí noción de todo.
Me metió un dedo en la boca, lo chupé con avidez, como si fuera su verga, y cuando estuvo bien ensalivado, me lo metió en el culo. Esta vez no gemí, grité.
-Seguís bien dilatada, ¿eh? Te gusta estar bien abierta.
-No, no -gemí.
-Sí, lo disfrutás -dijo, y me metió un segundo dedo.
-Eso es… gozá como vos sabés… qué buena perra que sos… cómo te gusta la pija…
Ya estaba al borde de mi segundo orgasmo, no podía contenerme, cuando lo escuché decir:
-¿Viste qué bien coje tu madre?
La realidad volvió. Levanté la cabeza, me quité el cabello de los ojos, y lo ví a mi hijo. Estaba dentro de la celda, se había bajado los pantalones y se masturbaba.
-Andate… andate -dije entre jadeos roncos, tirando manotazos al aire.
El placer, la vergüenza, el morbo, dominaban mi mente. No podía dejar de cabalgar la verga de mi ex marido. ¡Me faltaba tan poco para el orgasmo! Pero no quería que mi hijo estuviera presente.
-Andate… -insistí.
Mi ex marido tenía otros planes.
Me abrió las nalgas y le dijo:
-Vení, vení a probar el culo de tu madre. Te aseguro que es lo mejor que hay.
-¡No! ¡No! -exclamé con las pocas fuerzas que me quedaban.
Mi hijo se acercó, con la pija dura en la mano. Tenía la mirada extraviada, como si estuviera poseído.
-No lo hagas hijo… no…
-Vení, siempre quisimos compartir a tu madre. Es el momento -lo alentó mi ex marido.
Mi hijo se sentó de rodillas en la cama, detrás de mí.
Mi ex volvió a alentarlo. Mantenía mis nalgas muy abiertas.
-¿Viste el orto que tiene? Ponésela toda. Es lo único que quiere esta perra. Quiere probar la verga de su hijo.
Entonces todo sucedió en simultáneo. Yo dije “no”, mi hijo me hundió la verga en el culo sin piedad, y tuve el orgasmo más intenso de mi vida.
Caí sobre el pecho de mi ex marido, babeando, gimiendo, sollozando. Él, por supuesto, lo disfrutaba.
-Ya está, ya pasó. Tu hijo te está haciendo el culo. Y lo estás gozando turra de mierda.
Sin fuerzas, intenté darle una cachetada.
-No te hagás la santa ahora. Te estás cojiendo a tu hijo perra.
Lloré, pero al mismo tiempo sentí que me venía otro orgasmo. La pija de mi hijo me estaba bombeando profundamente. Es más grande que la de mi ex, y, debo admitirlo, más bella.
-Ahhh hijo… qué me hacés…
Lo que quería decir es “me vas a hacer acabar, cómo me vas a hacer acabar si sos mi hijo”.
-Ay mamá… qué buen culo tenés… ay cómo me gusta…
-Dale, dale hijo, que acaba de nuevo. Se vuelve loca con una pija en el culo, y más con la de su propio hijo.
Yo no tenía fuerzas para nada. Los acontecimientos me habían superado por completo. Y la doble penetración, lo había descubierto hacía tiempo, es mi perdición.
Allí estaba, en esa oscura y sucia celda, convertida en un objeto sexual de mi hijo y mi ex marido, su padre. Sus pijas me llenaban, se movían acompasadas, sólo se escuchaban sus gruñidos y mis quejidos cuando, a cada empujón, me entraban a fondo.
-Eso es hijo… ¿te gusta cojerte a tu madre? Tiene un culo de primera. Dale, dale que ella también lo disfruta.
-Me vuelve loco pa… me vuelve loco…
-Tu madre es una mujer de verdad. ¿Ves la diferencia que hay con las pendejas que te cojés vos?
Yo los escuchaba y ardía.
Mi ex me dijo al oído:
-Apretale la verga con el culo como vos sabés… enseñale a tu hijo como se coje…
Yo ya lo estaba haciendo. Inconscientemente o no, me estaba moviendo para sentirlo más y mejor, para que me clavara más. Le apretaba el miembro duro con contracciones de mi esfínter.
Tuve mi tercer orgasmo al mismo tiempo que mi hijo vaciaba todo su semen en mis intestinos. Caliente. Espeso. Abundante. Ya había olvidado cuánta cantidad puede expulsar un joven de su edad.
-Cómo te hace acabar el pendejo, eh? -se burló mi ex.
El miembro de mi hijo se ablandó y se salió. Pero rápidamente la verga de mi ex ocupó su lugar.
-Hoy te vas con la leche de los dos bien adentro. Leche de padre e hijo -me anunció.
Me tomó por las caderas, bombeó enérgicamente y eyaculó en mi culo.
Después me dijo al oído:
-Desde el día que te conocí sabía que eras la mina adecuada, y que este momento iba a llegar. Digas lo que digas, lo disfrutaste.
Quedé echa un ovillo en la cama, llorando, conquistada, sometida, humillada, hundida en la perversión. Mi ex se vistió, prendió un cigarrillo, le convidó otro a mi hijo. Nadie hablaba.
Cuando terminó de fumar me dijo:
-Es hora de que te vayas, terminó la visita. Arreglate antes de que vengan los guardias.
Apenas me dio tiempo a arreglar mis ropas y comenzó a descolgar las frazadas con las que había improvisado las cortinas.
Me puse de pie con dificultad. Mi hijo se ofreció a ayudarme y lo rechacé.
Mi ex sonrió.
-No te preocupes, no vas a llamar la atención, todas las mujeres de los presos salen de la visita íntima con el culo roto.
Sequé mis lágrimas y comencé a caminar por el pabellón rumbo a la salida. Alcancé a escuchar que mi ex decía:
-Disfruten en casa. Cuando salga lo repetimos.
Yo sólo pensaba: he entregado mi cuerpo a tantos… y ahora, incluso, a mi propio hijo. Sentí su carne en mis entrañas. No hay vuelta atrás.
Una vez afuera de la cárcel, mi hijo intentó una explicación.
-Perdoname ma, no sé qué me pasó. Perdí la cabeza, no sé.
-Es tu padre. El perverso maldito de tu padre.
-No me pude controlar ma, no pude.
Le acaricié el rostro.
-Yo te entiendo hijo. En esa situación… yo te entiendo. No sos culpable de nada.
Bajó la vista y se puso a llorar.
-¿Qué pasa corazón?
-Yo… es que… me gustó mucho ma… perdoname, pero me gustó mucho.
Habíamos llegado junto al auto. Antes de subir lo abracé.
-Hijito… no te sientas mal.
Él seguía llorando.
-Con ninguna mujer me había pasado así… de sentir tanto placer… yo… tenía tantas ganas ma, tenía tantas ganas de hacer esto con vos…
Me abrazó fuerte y, para mi sorpresa, me dio un beso en la boca. Alcanzó a meterme la lengua, pero yo retiré la cabeza hacia atrás.
-Yo te comprendo hijo, pero… soy tu madre, ¿entendés? Entre una madre y su hijo no pueden pasar estas cosas.
-Pero…
-Lo que pasó, pasó, ya está. Pero no puede volver a suceder.
-Pero mami, fue tan hermoso… yo lo hice con amor…
Tomé su rostro con las manos, lo miré a los ojos.
-Hijo, para mí tampoco es fácil manejar lo que siento.
Entre sus lágrimas, los ojos tuvieron una chispa de luminosidad.
-¿Qué querés decir? ¿Que vos también lo disfrutás, como dice papá?
-Para mí tampoco es fácil manejarlo -repetí.
Dí por cerrada la discusión.
Subimos al auto, pero antes puse una toalla en mi asiento. Todo el viaje hacia casa sentí que iba expulsando semen del ano.
Continuará...

11 comentarios - La cárcel, mi ex marido, mi hijo (+18) Parte II

finning +1
Como me calientan tu relatos..! Me dejas con la verga muy dura me encantaria ser tu hijo. Debes ser la mas puta en la cama un beso +10
patyjuan69 -1
[b EXCELENTE!!!! como toda la saga este tambien es ardiente y controversial , muy bueno como todos los demás.....el juglar

La cárcel, mi ex marido, mi hijo (+18) Parte II[/b]
jochy3168
buenisimo aporte amiga, gracias por compartir
nikanorgato
Por favor ya la segunda parte !!! 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤
complice69
Terribles pajas me sacas, con tus relatos...tan puta y calentona!!!
nwag0724
que calentada me distes con tu relato, me hice 2 pajas imaginandote a ti en el relato, contactame mandame un MP no te arrepentiras.
GinaAndrea
nwag0724 dijo:que calentada me distes con tu relato, me hice 2 pajas imaginandote a ti en el relato, contactame mandame un MP no te arrepentiras.

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manto1
que buen relato una maestra....
nico201199
MUY BUENO 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤
kramalo
muy bueno, bien caliente....!!
raparigo56
Muy bueno el relato y las dobles son de lo mejor!!