Sexo sin.. absolutamente nada.

Sexo sin.. absolutamente nada.

Este es el relato de una experiencia que tuve hace unos años que llevé a cabo de verdad; quise saber lo que se sentía actuar como una puta, teniendo un encuentro casual con un tipo que apenas habia visto por foto y chateado solo un par de veces, la foto ni siquiera era clara, sólo sabía que no era para nada de mi gusto, era un tipo mayor, quizas 50+ con algunos kilos de más, pero eso nunca me molestó, definitivamente no me parecía atractivo, de modo que era ideal para mi experiencia, tras poca charla directa por chat, acordamos encontrarnos al día siguiente en el centro, yo tenía que hacer unos trámites y aproveché el viaje.

Nos encontramos en un bar cualquiera, tomamos algo y nos dirigimos al hotal alojamiento que, por supuesto, conocía él. Yo había ido vestida para la ocasión, blusa y pollera; intenté parecer segura, no sé si me habrá salido, pero lo cierto es que supuse que estaría más nerviosa para ese momento, sin embargo, mis nervios eran pocos, seguramente porque ya iba mentalizada en lo que pasaría, nos sentamos en un sillon de 2 cuerpos que había en una especie de antesala, cruzamos un par de palabras más y de inmediato todo empezó, el tipo me besaba, no me disgustó, casi que me dió lo mismo, pero le seguí el juego, su mano no tardó en filtrarse en mi blusa, desabotonando y alcanzando mis pechos, ya tenía los pezones duros por los roces y me sentía levemente húmeda, sin más tiempo, la misma mano se metió ansiosa bajo mi falda, rozando con los dedos mi sexo, primero sobre la ropa interior, podía notarse mi humedad, yo separaba de a poco las rodillas para darle más acceso, sus dedos me frotaban calentándome progresivamente, la humedad atravesaba mi bombachita, sus dedos cada vez más exploradores, se abrían paso por el costado de mi bombachita llegando a tocar mi vagina directamente sobre la piel, estaba toda mojada y el jugueteo de su mano me ponía loca; entre tanto yo rozaba sobre su pene sobre su pantalón, siempre me excitó sentir el bulto duro de un hombre caliente; me pidió que se la chupe mientras se desabrochaba el pantalón y lo sacaba, estaba bien duro y me gustó chuparselo.

Nos dirigimos hacia la cama para estar más cómodos, ya de parados se despojó de la ropa y prosiguió con quitarme la mia, sin vueltas, me dejó desnuda y se ubicó sobre mi, me besaba y me lamía los pechos con ímpetu, sus manos me recorrían toda y se detenía cada tanto en mi vagina para frotarme y meterme los dedos, yo estaba muy excitada, no podía dejar de gemir, descendió un momento para chuparme la vagina, podía sentir su lengua lamiendome y sus labios succionando, me chupaba muy bien, hubiera podido acabar si continuaba haciendolo, yo no dejaba de gemir y jadear, me gustaba sentirme así de puta, me abría de piernas lo más que podía para que me comiera toda la vagina, no pasó mucho de chuparme y me montó sin pensar más, tomó su pene duro con la mano para acomodarlo, me rozó con la cabeza los labios y el clítoris y me penetró de una hasta bien adentro, fue una sensación extrema, luego empezo a embestirme una y otra vez, me volvía loca con cada penetración, tenía mucha energía y la estaba descargando toda en esa cogida, me besaba los pechos, me succionaba los pezones y yo desbordaba de placer, balbuceaba cosas que no entendía del todo ni me importaba intentar escuchar, solo quería que me siga cogiendo; se detuvo para ponerse debajo y me puso montada sobre su pene, tomandome de las caderas me movía en un vaivén profundo, sentía toda mi vagina rozando su vientre y su pene latiendo de excitación, su energía parecía interminable, me movía violentamente para cogerme más y más y yo no dejaba de cabalgarlo, me tomaba de los pechos y me amasaba los pezones, yo sentía tanto placer que no dejaba de mojarme cada vez más, expulsaba pequeños chorros de flujo, como latidos y en cada uno más de mi miel y no pude más, me hacía gozar tanto que no me aguanté la excitación y me provocó el orgasmo que tanto se venía anunciando y que tanto intenté retrasar para disfrutar al máximo la excitación, mi cuerpo se estremecía , solo deseaba que su pene entre más y más, no podía dejar de moverme sobre él, sentía los latidos de su pene dentro mio caliente al extremo, bajaba la cabeza para ver la union de nuestros sexos, mi vagina comiendole toda la pija, succionando impulsivamente, los labios y mi clítoris frotaban con extremo deseo la base de su pene y sus testículos, él no dejaba de bombearme entre quejidos y bufidos, deseaba explotar toda su leche, cada latido me volvía loca, sentía mis chorros de mile brotar sobre su pene, estabamos empapados pero la lubricación sólo provocaba más espasmos de calentura, yo le pedía más más le decía que me la metiera toda que no dejara de cogerme, él me decía 'tomá puta, esta querías? aca la tenes' 'como me calienta tu concha toda mojadita' 'toma toda mi verga, puta, te encanta' y esas palabras sucias me encantaban, eso mismo quise ser ese día; mi orgasmo fue tan intenso que duró bastante, lo cabalgué como loca mientras el tipo me seguía hablando sucio y al acabar, aunque me sentía agotada aun sentía un extremo placer y no quería que dejara de cogerme .

En una ultima etapa me puso en 4 y me cogió desde atras, le dije que no quería que me culee, ya que realmente nunca me gustó, sin molestarse siguió cogiéndome por la vagina, aunque aun en pose de 4, se sentía cuando la sacaba y la metía con fuerza, sus testículos, me golpeteaban cada tanto y me volvía loca, aun podía sentir mi vagina chorreando liquidos, no podía evitar echarlos, hacía empujones para que su pene entre con fuerza por cada embestida de él, eramos como animales alzados, copulando mecánicamente, yo en 4, mis tetas colgantes se movían bruscamente, él me las manoseaba cada tanto y me daba palmadas en las tetas y en las nalgas mientras seguía balbucenado 'sí puta! toma toda mi pija, cómo te hace gozar, queres más? tomá! que caliente que estas mamita'. decía mientras se miraba en el espejo del costado y de la cabecera, sosteniéndome del pelo hacia atras y cogiéndome duro.
Finalmente me puso boca arriba y en un segundo, eyaculó toda su calentura sobre mi cuerpo, mientras se bombeaba con una mano y con la otra me masturbaba la vagina, seguía saliendo semen que casi me llegó hasta un pecho, me excitaba verlo quejandose y jadeando mientras acababa sobre mi, dando pequeños golpecitos sobre mi vagina terminó de volcar toda su leche, yo seguía caliente y él aunque agitado, su pene que aun conservaba la dureza, y la leche que había esparcido sobre mi cuerpo se sentía muy suave.

De ser por mi, hubiera descansado y vuelto a empezar, pero ambos debíamos seguir con nuetro día laboral, de modo que sin mucho descanso, nos dimos cada uno un duchazo rápido, nos vestimos y nos separamos en la esquina.
Desde ahi pocas veces volvimos a hablar, él me tiró onda para otra vez, pero yo ya tenía lo que había querido, mi experiencia de sexo casual, con un desconocido y yo como una puta regalada.