Jugando con Diana

JUGANDO CON DIANA
by Mr. Owl


Me llamo Rocío y esto paso hace tiempo.
Diana y yo éramos muy amigas e íbamos a todos lados juntas. Nos gustaban los mismos chicos y las mismas modas y cosas así, creía conocer a Diana pero algo ocurrió que me hizo saber algunas cosas que desconocía de mi mejor amiga.

Era una tarde lluviosa y aun no salíamos de clases, mi compañera de la facultad Diana y yo tratábamos de regresar a nuestras casas, pero la fuerte lluvia no cesaba y la casa de mi amiga era la más próxima así que la idea era intentar llegar a ella. Corrimos lo más rápido que pudimos pero eso no evitó que ambas termináramos empapadas de pies a cabeza. Después de llamar a mi casa para avisar que llegaría mañana temprano, pues la lluvia no paraba, Diana se ofreció a darme alguna de su ropa para que no me enfermara.

Me disponía a cambiarme en el baño de su habitación, me desnude y pues no me resistí a mirarme en el espejo del pequeño baño. Mientras me analizaba detenidamente, note que debajo de la puerta se alcanzaba a apreciar una sombra, me vestí de inmediato pues soy un poco paranoica. Cuando salí del baño, Diana ya estaba recostada en su cama debajo de las sábanas. Me invitó a tomar el lugar a su lado para intentar dormir, me metí a la cama y platicamos por un momento acerca de la escuela, de chicos y demás cosas.

De pronto la charla se torno un tanto incomoda al menos para mí, ella me preguntaba acerca de mis relaciones anteriores y de cómo me habían tratado mis novios en cuestión de sexo, yo le conteste de una forma rápida y concisa tratando de evitar el tema, ella insistía en relatarme sus experiencias y noté que eso le agradaba, pues se notaba la emoción en su rostro.

Pasó el tiempo y las dos intentábamos dormir, yo seguía despierta pensando en muchas cosas y notaba que Diana se movía bastante y parecía que se levantaba pero al final no lo hacía. Ya entrada la noche comencé a sentir algo, mi culito estaba siendo atacado por la mano curiosa de mi compañera, la sensación era extraña pero yo no sabía qué hacer, así que pretendí seguir dormida para no inquietar a Diana, pues no sabía cuál sería su reacción. Ella seguía manoseando mi trasero, cada vez más cerca de mí, casi abrazándome.

Conforme pasaban los minutos, las caricias de Diana hacia mí se convertían inmediatamente en placer pues nunca había experimentado nada parecido con una chica, ella parecía tener experiencia en esto. Fingiendo despertar le pregunte el por qué me hacía eso, ella sorprendida dejo de manosearme y me dijo que si solo me estaba fingiendo dormir, a lo que conteste sonriente que sí. De inmediato me beso con mucho cariño, mientras me tomaba por los senos haciendo una clase de círculos, estábamos tan excitadas que apenas note que ella ya se encontraba desnuda desde que entro en la cama, pues ya se esperaba esto.

Diana era muy pasional, me tomaba en sus brazos y pasaba su lengua por todo mi cuerpo, mis tetas eran su parte favorita, sus manos no paraban de explorar el interior de mi vagina, metiendo un par de sus dedos, tratando de localizar el punto que me haría explotar. Yo aunque tímida en el acto, me gustaba tocar las bonitas nalgas que poseía y que muchos compañeros de clase han querido tener desde hace tiempo, según sus palabras.

Mi boca era presa de su lengua, mis senos estaban rojos debido a la afición de mi “amante”

Mi conchita no dejaba de chorrear esos fluidos causados por la gran excitación. Dejó de besarme para levantarse y dirigirse a su armario, de pronto ella saco un terrible dildo de descomunales dimensiones al cual ella le llamaba cariñosamente “Teddy”, parecía que este había sido su compañero en muchas noches solitarias o en ocasiones especiales como esta.

Lo metió a su boca con la intención de lubricarlo, sentí miedo de que Diana quisiera probarlo en mí, pues prácticamente media lo mismo que mi brazo o quizás un poco más. Afortunadamente me pidió que yo lo sostuviera para que ella pudiera ponerse en posición para introducirlo. Me propuso un pequeño juego, que lanzara una moneda, si esta caía en cara el dildo entraba por la parte de la vagina y si caía cruz este entraría por la parte de atrás.

Al principio me pareció divertido.

Lancé la moneda y calló en cara, ella me pidió que comenzara lo más pronto posible, lentamente y con un poco de temor de lastimarla, metí el enorme dildo en su conchita, que en ese momento se encontraba tan húmeda que el juguete resbalaba con facilidad, haciendo de ese momento uno de los más placenteros para Diana. Lo metía y lo sacaba ahora con velocidad debido a las exigencias de mi amiga, me impresionó el hecho de que el dildo entraba un poco más de la mitad a su muy bonita vagina, que en ese momento se encontraba un poco roja gracias a las arremetidas del miembro de plástico.
La excitación era tanta que Diana tuvo orgasmo que ella calificó de 10. Yo disfruté bastante viendo aquel espectáculo pues todo esto era nuevo para mí, veía su cara tratando de recuperara el aliento.




- ¡Ahora es tu turno! – Dijo Diana con alegría-




Yo bastante asustada le dije que no podría siquiera intentarlo, ella me dijo que no había vuelta atrás y que sería divertido. Ante la insistencia de mi amiga y sin otra opción tomé la moneda que me ofrecía, terminé lanzándola al aire para saber mi suerte, vi la moneda caer y para mi mala fortuna cayó cruz.

Diana estaba feliz por el resultado y me pidió que me colocara en posición, tomó mis piernas las separó al igual que mi temeroso culito, primero me paso en repetidas ocasiones su lengua por mi pequeño ano, para que “teddy” resbalara fácilmente. Me pidió que volteara la mirada para que así fuera más interesante, la tensión me mataba, pues mi primera vez por ese lugar sería muy complicada, pues tener ese gran pedazo de plástico atorado en mi trasero no sería nada fácil. Le pedí que fuera gentil conmigo, a lo que accedió con alegría. Aún no entraba nada solo se sentía su dedo dando vueltas alrededor de mi inofensivo ano, sin exagerar pero estaba temblando ante tal situación.

Después de un momento de jugueteo con mi culito, Diana se dispuso a penetrarme, se sentía la cabecita del dildo entrar y salir lentamente, el dolor aún no era mayor, poco a poco fue introduciendo más y más de aquel pene falso, llego un punto en el que pensé que esto no estaba del todo mal, pues el dolor era equiparable con el placer que sentía, pero sin aviso alguno, ella metía con rudeza el largo tramo que me restaba, me dolía el culo demasiado me quise sacar el dildo pero Diana se sentó en mi espalda y con toda su fuerza se aferraba en meterlo por completo, la sensación era extremamente fatal, sentía a “teddy” entrar hasta el fondo de mí, el dolor era tan insoportable que me puse a llorar. Cuando Diana me vio llorando, desistió a seguirme “torturando” con su gran amigo. Sacó a “teddy” de mí, y según sus palabras solo me faltó introducir la puntita del otro extremo. Eso quiere decir que casi me lo metió entero. Después de lloriquear y de algunas disculpas de parte de mi amiga terminamos el juego.
Nos recostamos en su cama y nos dormimos.

Al otro día el culo me dolía bastante, y según Diana, yo caminaba gracioso por el dolor que me causaba el pequeño juego de mi amiga. Más tarde nos presentamos en la escuela, ya después de ir a mi casa por las cosas necesarias, mi dolor no disminuía y hasta me impedía sentarme de forma correcta, todos me preguntaban el porqué de mi incomodidad. A lo que yo respondía la típica respuesta “me caí”

Cuando Diana me vio en esta situación, se deshacía en disculpas y me ayudaba en todo, aunque de vez en cuando me tiraba unas nalgadas sabiendo de mi problema, alegando que eso le excitaba bastante.

Nunca volví a ir a su casa, pues me da miedo terminar jugando con ella. Aunque gracias a ella me despertó esa curiosidad de intentar cosas diferentes.





FIN




Autor: Mr. Owl
Genero: Lesbianas,Juegos,Anal
Porcentaje de Realismo: 60% (Publicado con el permiso de la protagonista)


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Pues espero y sea de su agrado.

Opinen si les gusto o no.