El ultimo garche.

Ni bien mande aquel maldito mensaje supe que había cometido un error. Tal como me pusieron en los comentarios de mis post anterior, no debí quebrar los códigos de la amante. Pero como también puse a modo de respuesta, no estoy acostumbrada a ser amante, nunca fui “la otra” de ningún hombre por lo que ese impulso, el haberle mandado un mensaje a Raúl mientras estaba con su familia, debe tomarse como lo que es: un error. No me condenen. Ya lo hizo Raúl.
-¿Qué te pasa? ¿Te volviste loca?- me dijo al otro día, el lunes, apenas nos vimos.
-Perdoname, es que… rompí con mi novio, y estaba mal, no sabía que hacer- le dije, creyendo ingenuamente que se pondría contento con mi reciente rompimiento, pero ni bola me dio.
-Al final resultaste ser una pendeja- me dijo de mal modo –El celular estaba en la mesa de la sala, mi hijo más grande me aviso que tenía un mensaje, por suerte mi señora no lo vio-
-Por favor, no lo hice para traerte problemas, fue algo que me salió- me volví a disculpar.
No me contestó. Me miró con bronca, como con odio y se fue. Me fui al baño, tenía ganas de llorar, me sentía descompuesta pero no podía darle el gusto, no quería que supiera lo mal que me había puesto por su culpa. El resto del día transcurrió normalmente, solo que esta vez ni siquiera nos mensajeamos, tal como era nuestra costumbre. Las pocas veces que me lo crucé, apenas me dirigió la palabra, y solo si era indispensable. Cinco minutos antes de las seis, agarré mi bolso y me preparé para irme. No quise esperar. Necesitaba salir de ahí. Salí a la calle y aspiré una profunda bocanada de aire. Cerré los ojos por un momento y cuándo los abrí… ahí estaba. No, no era Raúl, era mi novio.
-¿Qué hacés acá?- le pregunté de mal modo.
Era evidente que ya no quería tener más nada con él.
-No te vengo a pedir nada, solo quiero que no terminemos así tan mal, fueron dos años los que estuvimos juntos, por nosotros, por lo que vivimos, creo que nos merecemos terminar de otra forma- me dijo.
Y la verdad es que tenía razón. Fue mucho tiempo el que estuvimos juntos, fue además mi primer hombre, el que me hizo mujer, el que me enseñó a hacerlo por atrás, le debía muchas cosas, demasiadas, como para borrar todo de un día para el otro.
-OK- asentí –Pero esta vez y nunca más, ni vuelvas a buscarme-
-Prometido- aceptó levantando la mano en señal de juramento.
Entonces nos pusimos en marcha. Había un telo a un par de cuadras, por lo que hicimos ese trayecto en silencio, sin tomarnos de la mano, como solíamos hacer cuándo íbamos a un lugar así. Entramos como si fuéramos dos extraños, yo por delante, él por detrás. Mientras se acercaba a la ventanilla para pedir una habitación, yo me mantuve a un lado, apartada, como ausente, preguntándome si aquello era una buena idea. No tuve tiempo de responderme, ya que enseguida se acercó con la llave, y me guió hacia esa habitación en donde haríamos el amor por última vez. O la menos eso es lo que creí, ya que de amor no hubo nada, me cogió con saña y rencor, literalmente, no dejó ningún agujero de mi cuerpo por perforar, queriéndose dar el gusto de dejar marcado en mi cuerpo las huellas de su hombría.
Lo primero que quiso fue que le chupara la pija. Estaba en eso, dispuesta a complacerlo, de rodillas en el suelo, cuándo me agarro de los pelos y me la hizo tragar casi hasta la raíz… obvio, me atraganté, pero no le importó, y a mí tampoco, a decir verdad, por lo que seguí chupándosela pese a que sentía que me faltaba el aire. Sentía que me quemaban las mejillas, y por un momento, en uno de los espejos, vi mi cara toda enrojecida, los ojos llorosos, y la boca hinchada, colmada de pija. De a ratos se apiadaba de mí y me daba una pausa, me la sacaba y así podía escupir o tragar el líquido preseminal y la saliva que se amontonaba en mi paladar. Entonces me la volvía a clavar hasta más allá de las amígdalas, la tenía durísima el guacho, parece que le excitaba hacérmelo así de fuerte, con que eso quería, pensé, así que empecé a apretarle los huevos, no hasta hacerle doler, pero sí en una forma que evidenciaba que estaba dispuesta a seguir su juego.
Diciéndome que era la más puta entre las putas, me la sacaba de la boca y me la frotaba por toda la cara, hasta incluso me golpeaba con ella, de un lado y otro, en los labios, me agarraba la cabeza con las dos manos y me la sepultaba entre sus piernas, haciendo que le lamiera y oliera toda esa zona. Cuándo por fin me liberó, estaba toda congestionada, con los labios irritados de tanto chupar, y los ojos inyectados en la lujuria más enferma y perversa que puedan imaginarse.
Me levantó, me tiró sobre la cama, y comenzó a desvestirme de la cintura para abajo, en cuánto despejó toda esa zona, me metió los dedos dentro de la concha, comprobando “in situ” lo mojada que estaba.
-¿Ves que tengo razón? Sos muy puta nena, decís que ya no me querés y sin embargo te mojás como una debutante- me dijo mientras empezaba a mover sus dedos en mi interior, haciéndome una paja de ensueño.
Entre mis gemidos alcanzaba a escuchar el chapoteo en mi intimidad, un sonido “acuoso” que se hacía cada vez más intenso. La concha me hervía de ganas, más aún sabiendo que aquella sería la última vez que estaríamos juntos en esa forma.
Sacó los dedos todos humedecidos, se los chupó golosamente, y acomodándose sobre mí apuntó su gloriosa verga justo al centro de mis sentidos. Me la metió de un solo golpe, ni siquiera me la hizo sentir previamente, me la mandó hasta el fondo de un solo y violento empujón. Solté un grito al sentirla, no por la penetración en sí, ya que estaba lo suficientemente lubricada como para recibirla sin problema, sino por el choque contra las paredes de mi útero. Un choque fuerte, enérgico, brutal, aunque tremendamente delicioso.
-¡Tomá hija de puta, para que te acuerdes de mí!- me dijo y empezó a cogerme en una forma que destilaba violencia, metiéndomela bien hasta las entrañas, sacándomela solo para metérmela más adentro cada vez.
De vez en cuándo, y entre metida y sacada, me escupía en la cara, yo no le decía nada, por el contrario, sacaba la lengua y lamía lo que estaba a mi alcance, eso lo incitaba todavía más. Lo ponía como loco, y eso era precisamente lo que yo quería. Estaba decidida a sacarme con él toda la rabia, la bronca y toda la impotencia que la indiferencia de Raúl me hacía tener.
-¿Sabés que ahora me está cogiendo otro?- le dije en cierto momento, en un arranque de malevolencia –Un verdadero macho-
Me miro con odio, pero también con calentura. Me la sacó y me la volvió a meter de un solo golpe, bien fuerte, como tratando de salirse por el otro lado. Sentí el impacto. Me estremecí toda, porque me dolió, me dolió en serio.
-¿Te coge mejor que yo? Dale, decime, ¿es mejor haciéndote la cola?- estaba enfurecida, hablaba salpicando saliva por doquier, los ojos enrojecidos.
Entonces me la saco de repente, esta vez si del todo, me volteó hacia un costado y me separó las nalgas. Mi agujerito más sensible quedó al descubierto, aunque a esta altura de sensible ya no tiene nada… jajaja… por lo que me la metió sin previo ablande ni nada, me la mandó directo hasta el fondo, por suerte su verga, aunque durísima, estaba bastante mojada, ya sea por mi flujo íntimo como por su propia humedad, por lo que más allá de algún ligero dolorcito resbaló con relativa facilidad. Un poco como que medio se atascó por la mitad, pero nada que otro empujón no pudiera solucionar. Y ahora sí, tenía sus huevos acariciándome las nalgas, bien acoplados a la parte posterior de mi cuerpo.
-¿Y? ¿No decís nada? ¿Te encula mejor que yo?- me volvió a preguntar a la vez que comenzaba a moverse, culeándome con violencia, como si en verdad pretendiera abrir ese agujero mucho más de lo que ya estaba abierto.
-Dale puta, decime, ¿te culea mejor que yo?- me insistió, lacerando mis intestinos con cada uno de sus brutales ensartes.
-…Si…- alcancé a suspirar.
Eso lo sacó por completo, tanto que empezó a darme mucho más fuerte todavía, me la clavaba sin piedad, sin misericordia alguna, me lastimaba, en verdad me estaba lastimando, sentía que me estaba rompiendo bien el culo pese a que lo tengo roto desde hace tiempo. Pero aquella era otra clase de rotura, algo mucho más salvaje y brutal que la habitual culeada que solía darme. Me culeaba con saña, con resentimiento, dispuesto a romper con su verga cada rincón de mi ya maltratado culito. Yo no paraba de mojarme, pese a la violencia y a sus constantes amenazas sobre que iba a molerme a palos, mis orgasmos se sucedían unos tras otros, largos e interminables, una humedad constante que me situaba al borde mismo del infierno.
Luego de penetrarme a quemarropa, dejando mi culito en llamas, todo desgarrado y abierto cuál colador, me la sacó y agarrándosela con una mano dio un par de zancadas y me la metió en la boca. No pude resistirme, apenas la pija invadió mi paladar la leche comenzó a fluir en una forma incontrolable, me ahogaba con su semen, el cuál trataba de tragar sin dejar escapar ni una sola gota, creía que aquel era el mejor final que podíamos tener, así que estaba dispuesta a tragarme todo lo que pudiera eyacular. Y fue bastante, en verdad. Tanto que en determinado momento tuve que levantar la cabeza porque sentía que la leche se me iba por otros conductos que no eran los adecuados, tosí un poco, pero no escupí, sino que lo miré a la cara con mis ojos llorosos y me tragué todo el resto a la vez que me limpiaba la boca con el dorso de la mano.
-¡Puta de mierda!- me dijo, sacándome la pija de la boca y restregándola por toda mi cara.
Entonces se levantó y se fue al baño, mientras yo me quedaba ahí, toda dolorida, sintiendo unas fuertes punzadas en el ojete. Me toque un poquito, levemente, porque si no me dolía, y no podía creer lo abierto que me había quedado el agujero. Quise sentarme pero no pude, ya que las punzadas se hacían más fuertes e insoportables. Mi novio… mi ex novio, mejor dicho, volvió del baño y comenzó a vestirse.
-¿Y putita… seguís diciendo que te culea mejor que yo?- me preguntó mirándome con odio.
Apenas pude responderle, hasta me costaba hablar, y cuándo lo hacía solo sentía en mi boca el sabor de su esperma:
-¡Sos un hijo de puta!-
Se rió al escucharme. Entonces se acercó a la cama, me agarró fuerte el mentón con una mano y me escupió en la cara.
-Chau putita, y no pienses en llamarme, sino voy a tener que volverte a romper el culo, y para la próxima te la saco por la garganta, ¿sabés?- volvió a reírse y se fue. Se fue… ¿para siempre?
Así terminó un noviazgo de dos años y pico. Conmigo tirada en la cama de un telo, toda dolorida, y el culo bien abierto, a punto casi de cagarme encima. Tuve que correr hasta el baño.

El ultimo garche.
relato
infiel
gise_pet



















15 comentarios - El ultimo garche.

monica_lov
el ultimo garcheque barbaridad gise!!!
impactante,no se que decir
mi morbo se excito bastante con su ultima vez
pero el final 🤔 🤔 como mujer me dejo conmovida
ojala tus cosas mejoren besitos tiernos princesa
viciomujeres
diosaaaaaaaaa!!!!!!!!!!! como te cojeria bien cojida putitaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!! te daria bastantes chirlos tambien , hasta que ruegues por mas y mas pijaaaaaaaaaaaa!!!!! hermoso relato!!!!!
richypunk
sacate una foto de tu culito!!!quiero ver ese ano destrozado! 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️
lisanfig
Que final que tu novio se creia NARCO o que es un barbaro gise

El ultimo garche.
Kraven_zur
HERMOSO ORTO TENES DIOSA!!!! 🤤 🤤 🤤 🤤
muy caliente tu relato como siempre, ojala mejoren tus cosas suerte y besos en esa cola calentona 😀
elbattou
y bueh che calavera no chilla no le hubieses dicho nada y tendrias el culito sano jjejeje 😀 😀 😀 😀 😀
drsexrg
IMPRESIONANTE RELATO, GISE...
DEJO.ALGUNOS POROTINES
JohnMcClaine
infielseeeeeeeeeeeeeeeeeeeee 🤤 🤤 🤤
JohnMcClaine +1
Gran relato. Bastante violento, pero excitante. Personalmente prefiero la dulzura y el romanticismo a la hora del amor... 😉
tamago113
que puita hermosa que sos este relato me dejo a full me voy a tener que manotear barias veces para sacarme la calemtura
RyuzakiLawliet
Estuvo bueno...pero mala su actitud final...A las mujeres hay que darles dos caricias y un chirlo...no 3 chirlos...
pro55
ahhh pero que ganas de romperte el culo trolita....!
gardenzio_a2
MUY BUENO EL RELATO . GRACIAS 😉 😉 😉
adonisarg
linda me recalento tu relato, me dejaste con la pija latiendo... lee alguno de los mios a ver si te gusta.
seguis tan putita como dice el relato?
mmmhhhh