Diana mi putita caliente III

A Diana le encantaba jugar, sentirse bien cachonda todo el día y coger rico a cualquier hora del día siempre que tuviéramos tiempo. A mí me encantaba que fuera así…pasaba con la verga dura casi todo el tiempo…ella no me dejaba descansar, le encantaba tomar leche y que me corriera sobre sus tetas…la verdad era una de esas mujeres que ni en sueños.

Le gustaban los jueguitos…hicimos varios que tal vez algún día les cuente muchos, pero el que recuerdo ahorita y es el que me trae con ganas desde hace rato es de una vez que la mandé al gimnasio con bolas chinas en su conchita.

Fue algo que le encantó…me dijo que con sólo caminar del auto al gimnasio ya sentía rico y que cuando se puso a hacer bicicleta tenía muchas ganas de meterse algo…y más o menos lo hizo…me dijo que acomodó el sillín de la bicicleta para cachondearse más y contaba que el movimiento cuando pedaleaba casi la hace gemir como puta cachonda en medio del salón. Sentía que se humedecía y disimuladamente se tocaba las tetas al buscar la botella de agua…me cuenta que tenía muchísimas ganas de mover la cadera como follando la bicicleta pero hizo lo posible por aguantar.

Luego de la bicicleta fue al baño y vio en el espejo que los pezones se le marcaban y le encantaba estar así de caliente y que se le viera la cara de puta. Entró al vestidor y se revisó la conchita, metió las manos dentro de las braguitas y vio que sí estaba bien húmeda, llevó sus dedos a la boca para probar sus jugos y jugó con su clítoris un poco porque se sentía caliente…como si lo que más quisiera en el mundo en ese momento fuera verga pero tuvo que resistirse para no acabar por dos razones: la primera que escuchó gente afuera y la segunda que no le di permiso de correrse en el gimnasio y ella es una perra obediente.

Aún con las bolas chinas dentro se puso a hacer ejercicios con máquinas. Ella sentía como todos los hombres la veían, seguro se notaba que su conchita estaba mojada, que sus pezones estaban duros o que de vez en cuando intentaba disimular pequeños gemidos, pero el asunto es que con cada movimiento se sentía más cachonda y más observada.

Para ella fue un alivio terminar su sesión de ejercicios para volver a casa…tenía ganas de coger rico. Aún así decidió cachondearse un poco más y pasó por una carretera en mal estado, mientras conducía sentía las bolas chinas vibrar con los movimientos del carro dentro de ella, dice que lo costó mantenerse agarrada del volante, pero que fue la única manera de detenerse a meterse dedo hasta acabar como puta en medio de la carretera.

Cuando llegó a casa estaba como cura en prostíbulo, muriendo de ganas por coger. Yo lo sabía así que me demoré un poco, la desnudé y le dejé las bolas chinas dentro, me comí sus pezones ricos, la besé y jugué con su cola también…ella me pedía que se la metiera de una buena vez, que ya no quería aguantar más, que llevaba mucho tiempo con ganas de una verga y que quería correrse, que la tortura era mucha. Pero yo soy cruel y la hago un poco más. Empecé a darle pequeños lametazos en la conchita, a morder un poco, a frotar y soplar suavemente y ella me seguía pidiendo verga, pidiendo que la partiera en dos.

Saqué lentamente las bolas chinas de su cuerpo y gemía con cada movimiento sutil, antes de terminar de sacarlas le di a chupar mi verga para que la mojara un poco y luego dejé libre su agujero para que entrara mi verga. La puse en cuatro y sin esperar mucho empecé a penetrarla con fuerza…no tardó mucho en sentir que contraía rico sus músculos y que gemía como poseída corriéndose y me dijo que no me detuviera que la siguiera bombeando.

Aproveché lo cachonda que estaba y le empecé a meter un dedo en la cola y me dijo “qué haces? Deja mi cola en paz” y yo le dije que si quería que la dejara en paz dejaba de cogerla. Ella contestó que no me atrevería y entonces me detuve, saqué mi verga de su conchita y empecé a frotarla sin penetrarla. Ella seguía gimiendo rico y me pedía que se la metiera. No lo hice hasta que me dijo “está bien está bien sigue jugando con mi culo pero métela ya por favor”.

Así que la volví a penetrar duro y seguí jugando con su culo, le metí un par de dedos que había mojado en lubricante para dilatarlo y luego le empecé a meter las bolas chinas que anduvo todo el día. Le encantó…me pedía que siguiera, que se iba a volver a correr y así lo hizo…sentí como su conchita apretaba más fuerte mi verga y no pude aguantar más y acabé dentro de ella. Intenté sacar mi verga para que chupara y un chorro le cayó en la espalda…ella se dio vuelta y me limpió rico la verga. Metió sus dedos en la conchita y sacó leche para llevarla a su boquita.

Seguía con las bolas chinas dentro y comenzó a sacarlas lentamente…gimió con cada una de ellas y me prometió que algún día me iba a dejar romperle la cola.

Espero les haya gustado.

1 comentario - Diana mi putita caliente III

mapache1988
mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm q ricoooooooo