Un cambio de vida 4

Bueno esta historia tambien sigue, cuando aburra me dicen gracias



Un cambio de vida IV

Pase la tarde en casa preparándome para la fiesta, me puse unas medias con liguero, hacia mucho tiempo que no las usaba, volví a prolijar el triangulito que siempre uso sobre mi conchita, y me acosté acariciándome recordando lo de la mañana con Ricardito, que guacho pensé, mientras me tocaba me invadía el recuerdo de cuando me agarro del pelo me giro y corriéndome la tanga me la clavo de una, recién había acabado y seguía reduro, me acaricie recordando las sensaciones pero no quise acabar, yo también quería estar recaliente para la noche. Me puse el vestido que habíamos comprado que era elastizado con una abertura en la espalda a la altura de la cintura, me puse sujetador pensando, que con la tela del vestido se vería muy bien si no lo usaba, pero igual me lo puse, y la parte baja del vestido era tipo tubo, lo que resaltaba mi cola a full. Y me puse unos hermosos zapatos de taco aguja que hacía también mucho que no usaba, por lo que empecé a caminar por el living caminando sensualmente, como preparándome.
Cuando entramos en la recepción notaba las miradas de los hombres en mi culo, pero casi todos miraban y enseguida disimulaban y bajaban las miradas. Mi marido me fue presentando uno a uno a sus compañeros y ninguno me parecía muy estimulante. Quede charlando con algunas esposas, y note a lo lejos que un hombre de bigotes de unos cuarenta años me miraba descaradamente, al mirarlo fijo, no solo no bajo su mirada, sino que levanto su copa brindando conmigo. Cuando mi marido vino a rescatarme del grupo de aburridas esposas y me llevo aparte, le pregunte por el fulano. Es un gerente de otra sucursal, es un forro engreído, no me lo banco. Esperame un segundito que voy al baño y me lo presentas. Me fui al baño me encerré en uno y me saque el corpiño, al que hice un bollito lo mas chico que pude, me mire la cola de reojo en el espejo y decidí que me veía bárbara. Salí al encuentro de mi marido, quien se dio cuenta al instante del detalle del corpiño que deposite abollado en su mano y que pretendió guardar con disimulo en su bolsillo, mire su pantalón que se había empezado a abultar y fuimos hacia el señor en cuestión.
-Señor Fernández, mi esposa me pregunto por usted y desea conocerlo.
-Que placer señora, que una mujer tan hermosa como usted desee conocer a un sujeto como yo, me halaga -mirando a mi marido le dijo- Ricardo Tense no sabía que tenía usted una mujer tan Hermosa.
-Mi nombres es Franca, le dije mirandolo a los ojos, y me encantan los hombres con coraje para tomar lo que desean. No quiero que Ud. piense mal de mi pero a mi marido no le gusta bailar, si luego Ud. se anima.
-Señora, será un placer, pero no esta música ruidosa, luego cuando haya un poco de música más intima, quizás. Y disculpen que voy a recibir a mis empleados.
Quedamos solos con mi marido, justo paso un mozo con una bandejas tomamos unas copas y brinde con mi marido, por esta noche querido, y lo bese. Nos perdimos por la fiesta y mientras charlaba con unas señoras sentí una mano que se deslizaba por mi cintura casi apoyándose en mis nalgas, el señor Fernández me tomo y me llevo a la pista, me fue llevando lentamente hacia un lugar mas oscuro y sentí su mano derecha que bajo hacia mi cola y se quedo apoyada ahí, mientras su otra mano subió por mi cintura y empezaba a masajear mi pecho derecho, empecé a gemir suavemente en su oído, mientras girábamos lentamente pude divisar a mi marido que nos observaba atentamente, continuó con su franela, y me dijo:
-Su marido nos mira atentamente, le gusta lo que ve.
-Habría que preguntarle a él, no cree.
-Je, no hace falta se nota que le gusta, mire no quiero llamar la atención acá en la fiesta, le voy a dar una tarjeta con mi dirección, yo ya salgo, en 40 minutos mas o menos los espero en casa.
Me acerque a mi marido y le dije que descarado este Fernández, se cree que voy a salir corriendo atrás de el a su casa para que me coja, Vos que crees, mi amor?
A los 20/30 minutos estábamos tocando timbre en la casa de Fernández, pasamos a su living ya tenía tres copas de champagne servidas y una música muy hermosa sonaba en el ambiente, la luz era de un azul tenue. Siéntese Ricardo por favor, le dijo a mi marido acercándole una copa, póngase cómodo como en su casa. Me tomo de la cintura y empezó a tocarme inmediatamente, bajo mi vestido y empezó a chuparme los pechos deteniéndose en mis pezones muy dulcemente. Con sus manos empezó a apretarme fuerte la cola mientras me acercaba a su duro miembro, intente besarlo, me esquivo con su boca y me dijo no beso a las putas, porque se llevan cualquier cosa a la boca, dijo y me empujo de los hombros hacia abajo, bajo su pantalones y una pija muy gruesa y de largo normal, desapareció inmediatamente en mi boca. la metía hasta el fondo y la sacaba solo hasta dejar la cabecita afuera, y en ese momento jugaba con la lengua por su cabecita, a Fernández le gustaba el tratamiento; Me tomo debajo de los hombros y me ayudo a levantarme, se alejo unos pasos y me ordeno sacarme el vestido cosa que hice deslizando hacia abajo y girando cuando estaba por mi cola, donde le di una visión de mi culo bien puesto en pompa, se corrió hacia un costado donde tenía una mesa ratona, y tiro al piso todas las cosas que tenía sobre ella, arrodillado como estaba me tomo del brazo me llevo hacia el y me deposito en la mesita, tenía una altura justa para esto, sentí que me bajaba la tanga y le dijo a mi marido: Que linda puta que tiene Ricardo tiene una cola muy hermosa, separó mis cantos y escupió en mi cola, sentí su miembro paseando por mi vulva y luego lo sentí entrando en mi cola, lo deslizo lentamente hasta llegar al fondo, donde lo dejo. Era la segunda vez que me hacían la cola y esta vez había sido muy distinta había sentido que entraba fácil desde el principio y mas que nada sentía placer casi nada de dolor; Me encantan los culos, es lo único que disfruto de las mujeres en esta época, nada más me interesa; tomo mis antebrazos y los apoyo en la mesita dejándome levantada como para poder sobarme a placer, sentí que descansaba su pecho sobre mi espalda y su miembro estaba inmóvil en el fondo de mi.
-Que hermosa mujer Ricardo, debe ser usted muy feliz, además con una cola tan hecha para la penetración, se le nota a la legua, debe Ud. disfrutar mucho de este culo verdad. Mi marido, estaba desnudo y se tocaba muy suave solo para estimularse, sabiendo que no deseaba yo que el acabara.
El señor Fernández se levanto apoyando sus manos a los costados de mi cintura y empezó lentamente con un mete y saca profundo. que delicia por favor señora, es su culo realmente delicioso, le gusta a Ud. que se lo hagan eh..., decía mientras escuchaba mis gemidos. empezó a acelerar sus embestidas y cada vez me daba mas duro, me arranco un profundo orgasmo y al sentirlo me la clavo hasta el fondo, pensé que me llenaba pero no fue así, solo me la dejo clavada ahí, le pidió a mi marido que le acercara la copa de champán la tomo y la acerco a mis labios dándome a beber. Por Ud., putita hermosa, y tomo un poco él. me tomo de los pelos como si fueran riendas y tirando fuerte de el me movía cada vez más mis glúteos se sacudían cada vez más y más, me siguió dando marcha por un largo rato, sentí que explotaba clavándomela fuerte en lo más profundo de mi, provocándome mi segundo orgasmo al sentir su leche, la fue sacando de apoco mientras acababa, terminando su acabada sacándola y dejando lo ultimo de su leche en la puerta de mi cola, se levanto y arrodillándose en frente de mi cara me la dio para que se la limpiara cosa que hice, mientras lo miraba a mi marido. Me saque la pija de la boca y le dije a mi marido. Querido mientras lo limpio al pobre Sr. Fernández, porque no me empezas a limpiar la cola, La pija del Sr. Fernández empezó a reaccionar al ver a mi marido limpiando con su lengua la leche que el había dejado. Se la chupe durante un rato y creo que lo que veía lo ayudo a alcanzar su segundo orgasmo que me lleno la boca de su leche, mi marido se acerco sin que le diga nada a besarme, y le pase la leche a él. El Sr. Fernández se fue al baño, Mi marido se puso de pie y arrodillándome ante él, le dije, ahora que me dejaron el culito bien lubricado quizás me lo puedas hacer, lastima que venís juntando mucha calentura, y no se si vas a aguantar... se la tome con mi boca y se la chupe apretándola con los labios para que sintiera mucho, lo sentí muy cerca; pare y le dije. Vas a poder hacerme la colita, no?.... sino cuantos Fernández voy a necesitar... cada vez me gusta más en la cola, se la chupe un poco más sintiendo que ya le latía como cuando está por explotar, me giré y apoyándome en la mesita le dije haceme la cola por favor, pero primero frotamela un poco entre las nalgas, me froto un par de veces su miembro al que atrape con mis nalgas apretándolo y sentí que empezaba a explotar: Cuanta leche, mi amor, que lastima que no me puedas hacer la cola calentoncito, igual no te preocupes, que entre Ricardito, Sebas y Fernández seguro se van a encargar....

4 comentarios - Un cambio de vida 4

notengocerradura
😀 😀 😀 😀

buenaaaaa!!!

me gusto 😉 😉

besossss

micamorocha
kro_ricotera
Me gusto mucho este relato!Debe ser así,que las mujeres necesitamos mas de un hombre para estar satisfechas jaja Espero mas cosas tuyas 😉
Alanq
muy bueno!!!
angieyruben
Muy bueno y caliente !!!

Gracias por compartir.
Besos y Lamiditas !!!

Un cambio de vida 4

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