Andrea y yo (Paso a paso)

A continuación pongo la historia de las experiencias que hemos tenido Andrea y yo. Está dividido en varias partes que representan las experiencias que hemos tenido juntos, además de que hace más fácil la lectura si se leen las partes por separado. No subiré fotografías de ella porque ella no me lo permite, pero si llego a convencerla las fotos aquí estarán. En este momento ella ya es mayor de edad, por lo que asumo no infrinjo ninguna ley, además de que todo sucedió con el consentimiento de ella en uso pleno de sus facultades mentales. Sin más, les dejo la historia.

Parte I

Cuando tenía 15 años me mudé a la casa de Andrea, ella vivía con su madre y su padre, así como con su hermano menor y un primo de ella. En ese entonces ella tenía 13 años y aunque estaba chica, podía notarse que con el tiempo ella podría desarrollar un buen cuerpo. A los 15 años ya empezaba ese desarrollo que mostraba un cuerpo mujercita, en este mismo tiempo, ella y yo comenzamos a ser muy unidos y teníamos mucha confianza, tanta que podíamos tratar el tema de la sexualidad sin problema alguno; esta misma confianza y la curiosidad de ella, fue lo que nos llevó a experimentar y hacer lo que ahora relataré.

Recuerdo cuando nos besamos la primera vez; aunque parece un evento cualquiera, es lo que dio paso a muchas de las cosas que han pasado. Después de ver un video porno en mi computadora yo andaba caliente y la busqué, la invité a mi habitación a ver el video que yo acababa de ver. Estábamos solos, por lo que no había problema con que entrara conmigo al cuarto, vio el video y sin duda le causó las mismas sensaciones que me habían causado a mí. Después de verlo, nos levantamos y me acerqué a ella, la abracé y comencé a besar sus mejillas como lo hacía usualmente, cosa que no le incomodaba. De momento me detuve y me quedé mirándola y le dije que quería besarla en los labios, ella dudó un momento pues no sabía si debía o no. Me preguntó que si eso significaba algo más entre nosotros, le dije que no, que no estábamos en una situación para tener algo más allá de un amorío/romance de adolescentes. No le convenció mi argumento, sin embargo su curiosidad la guió y fue así como conseguí besarla. Ella era un tanto torpe, pero fue aprendiendo. Nos besamos por unos minutos, pero nada más; ella no sabía cómo continuar y yo sabía que ella no estaba lista, por lo que lo mejor era ir despacio.

Como dije, parece una anécdota sin sentido cuando lo relevante de esto sería el sexo; sin embargo, ese beso fue clave, porque comenzó a hacerse costumbre, y luego nos besábamos en cada oportunidad, y entonces fue donde pude empezar a educarla. Después de un tiempo de ese beso, ya nos besábamos en todo momento (a solas por supuesto). Cuando su madre se iba, ella llegaba a mi habitación, se sentaba en mi cama, yo me ponía a su lado y nos besábamos.

Finalmente llegó el momento de meter mano, entonces comencé despacio, con simples caricias en su abdomen, que se convirtieron en caricias en sus senos (por encima de su ropa), que se convirtió en apretón de senos, que se convirtió en meter mano debajo de su blusa y que finalmente fue una buena chupada de pezones. Ella tiene unos pezones muy ricos; ella es de piel clara quemada, y sus pezones son café claros y pequeños. El día que le chupé los pezones por primera vez fue la primera vez que ella notó una erección en mí, ¿Y cómo no tenerla si tenía esos senos en mi boca? Le dije que debía irse, porque yo tenía que quitarme toda esa calentura. Ella, aunque entendió que yo me masturbaría, no entendió porque es que prefería hacer algo sólo que hacer cosas con ella; ella salió de mi habitación, yo cerré la puerta y antes de dar un paso yo había sacado mi pene erecto de mi pantalón y comencé a jalarlo frenéticamente buscando un orgasmo instantáneo, pues no me sentía con ganas de disfrutar mi mano en mi pene, quería soltar todo mi semen y darle calma a mis testículos que querían explotar.

Después de masturbarme salí de mi habitación y ella me buscó y me preguntó precisamente la duda que yo sabía ella tenía, porque no quise seguir con ella lo que estábamos haciendo; la respuesta que ella había encontrado es que ella no me daba satisfacción, pero le dije que sí me la daba, pero que yo necesitaba algo más. Le dije que la calentura no sólo se bajaba con los besos y con el chupete que le di a sus pezones, le dije que necesitaba llegar al orgasmo, eyacular, y que después de eso yo estaría en total calma. Ella me dijo que le parecía raro pues con los besos ella sí saciaba su deseo. Le expliqué que poco a poco lo entendería, que en un momento los besos serían poca cosa.

Parte II

Después de ese incidente ella estaba confundida por lo que no me buscaba mucho y apenas nos besábamos, hasta que un día se recompuso de esa confusión y entonces llegamos al punto en el que habíamos estado la última vez. Ella se sentó de frente a mí con las piernas abiertas y mientras la besaba le levanté su blusa y su sostén, de manera que tenía sus senos desnudos frente a mí una vez más, comencé a chuparlos despacio, pasaba mi lengua alrededor de sus pezones, buscando excitarla al máximo para obtener esos pezones duros que me gustan tanto. Al tiempo que ella se excitaba con mis lengüetazos, yo comencé a excitarme y mi pene comenzó a ponerse duro. Ella sintió mi erección y se asustó un poco, no porque no supiera que eso pasaba, sino porque nunca había sentido un pene erecto contra su cuerpo.

Entonces le dije que tenía que hacer lo de la última vez, que me sentía en ese punto sin retorno en el cual debía llegar a mi máximo placer. Ella me dijo que esta vez quería participar; aunque nunca había masturbado a un hombre, ella ya había visto los videos porno que le mostraba y tenía noción de lo que pasaría. No me lo pensé dos veces, la paré en frente de mí, me puse de pie y bajé mi pantalón dejando mi pene erecto frente a ella, ella lo vio, lo tomó y comenzó a masturbarme; lo hacía con miedo y torpeza; mientras lo hacía, yo comencé a manosear sus senos de nuevo, apreté sus pezones, y me excité más. Le dije que me masturbara con mayor velocidad, y aunque jaló de más en un momento, no me molestó pues estaba muy excitado. No pasó mucho tiempo para que yo comenzara a sentir placer al extremo, cuando supe que eyacularía le dije ‘ya voy a eyacular, soltaré mi semen’ ella no supo qué hacer y dejó de masturbarme, la besé y le dije que pusiera la mano en frente de mi pene, ella lo hizo y con rapidez me masturbé hasta que solté chorros de semen, no todo cayó en su mano, un poco quedó en el suelo, pero no importó, estaba caliente y ella me dijo que era chistoso. Entonces le dije que eso era lo que yo siempre buscaba, que los besos me gustaban, pero que quería que ella me sacara el semen lo más frecuente posible.

Ella me dijo que no lo entendía, que no parecía que hubiese pasado algo más allá de lo común y fue entonces cuando supe que su frijolito tenía que sentir placer. Le dije que si quería podía probar mi semen, que si no que se lavara las manos. Ella me preguntó que porque podría querer probar mi semen, y le dije que por dos razones, primero porque me excitaba ver a una mujer con mi semen en su boca, especialmente si lo tragaba, y segundo que porque es algo que le podría llegar a gustar, que hay mujeres a las que les gusta tanto como el mismo sexo y que si no lo probaba no lo sabría… ella posó su lengua en su mano y sintió el sabor salado de mi semen, me dijo que no estaba mal, pero que no lo quería tragar todo, por lo que se fue a lavar su mano.

Parte III

En la siguiente ocasión que estuvimos juntos, al sentir mi erección ella me dijo que estaba dispuesta a masturbarme una vez más. Le dije que antes quería masturbarla yo. A ella no le gustó la idea de que yo tocará su vagina, pero después de varios besos, chupetes a sus pezones y de un par de caricias en las nalgas aceptó.

Ella se quitó el pantalón y traía una bonita tanga roja, misma que le quité y al hacerlo pude apreciar su linda vagina depilada. Claro que no depilada al 100%, sino la conocida línea del bikini, lo cual hacía su vagina algo muy sexy. Comencé a tocarla y ella se incomodó un poco, por lo que para tranquilizarla un poco la besé y le apreté un poco sus pezones; no mucho tiempo después de esto, ella se comenzó a acomodar y a disfrutar mi dedo sobre su vagina; cuando lo vi apropiado introduje un dedo en su vagina. Ella se incomodó al mismo tiempo que suspiró por tener un dedo dentro de su virgen vagina. Ella ya estaba bastante húmeda y comenzó a gemir cada vez más constante hasta que dio un gemido largo, en ese momento supe que se había corrido y experimentado el primer orgasmo de su vida. Ella quitó mi mano de su vagina y me dijo que había sido suficiente, le pregunté que si como se sentía y me dijo que si eso era lo que yo experimentaba al eyacular, que ahora entendía porque yo buscaba eso mucho más que los simples besos o que sólo chupar sus pezones.

Le dije que era mi turno, que yo no había disfrutado ni tenido un orgasmo ese día, y que masturbarla me había excitado todavía más. Ella me bajó el pantalón, agarró mi erecto pene y comenzó a mover su mano masturbándome. Comencé a besarla y le dije que moviera su mano más rápido, que ya estaba bastante satisfecho y excitado con la masturbación que le di que lo único que quería era eyacular, entonces mientras la besaba y apretaba sus pezones ella aceleró el movimiento haciéndome eyacular. Dado que lo hice sin previo aviso mi semen se fue dirigido al piso y su abdomen, lo que le cayó en su piel escurrió hacia abajo y un poco se alojó en sus vellos púbicos eso me excitó aunque obvio no obtuve una erección porque acababa de eyacular, la besé un poco y le dije que se vistiera, que su madre podría llegar en cualquier momento.

Me preguntó si debía lavarse el semen de su piel, y le dije que no era necesario y que me gustaba que tuviera mi semen ahí; decir eso la motivó no limpiarlo, por lo que se puso su tanguita aplastando con ella el semen contra su vellosidad. Cuando ella se agachó por su pantalón aproveché a agarrar una de sus nalgas, pero ella quitó su mano de inmediato y me dijo que no, que eso debía ser después. Ese cambio de actitud me hizo notar que ella estaba lista para dar los siguientes pasos, por lo que sólo me quedaba preparar todo para obtener mucho placer sexual a través de su virgen (o casi virgen) cuerpo.

Parte IV

El siguiente paso era conseguir sexo oral y aunque tenía un plan bien elaborado para eso, las cosas se dieron mucho más fáciles, pues después de ver un video porno juntos, le dije que quería que me hiciera sexo oral, ella accedió tan fácil que corroboré que ella estaba lista para dar los pasos siguientes y que si todo seguía así, estaría teniendo relaciones con ella en menos de lo que esperaba.

Me abrí el pantalón exponiendo mi pene, ella se hincó frente a mí para luego sostener mi pene y acercarse a él; comenzó pasando su lengua sobre el glande, cosa que despertó a mi pene obteniendo una erección casi instantánea; después le pedí que se metiera el glande a la boca y succionará, ella obedeció de inmediato y cuando lo hizo sentí mucho placer. Le pedí que pasara su lengua justo en la puntita de mi pene, en donde está la rajada del glande ella lo hizo y me causó todavía más placer. Después de eso le pedí que jugara un poco con mis testículos, ella titubeó por un momento, pero accedió y pasó su lengua sobre ellas causándome placer al igual que en el resto de las cosas que había hecho anteriormente. En ese momento le dije que ya no le daría instrucciones, que lo único que quedaba es que alternara las cosas que había hecho, desde la lengua miedosa hasta el juego de los testículos y que procurara masturbarme con la mano mientras hacía su trabajo con la boca. Ella, aunque torpe, me causó mucho placer con lo que hizo y cuando aceleró por fin el movimiento de la mano, llegué al punto de la eyaculación, misma que realicé sin avisarle dejando mi semen en su boca. Ella me miró y de manera instintiva se tragó mi semen. Me disculpé por no avisarle y le pregunté que si había sido de su agrado el realizar sexo oral como el sabor de mi semen. Me dijo que le había gustado hacerme sexo oral aunque tardó en acostumbrarse al sabor de los jugos de mi pene, y que mi semen había tenido mejor sabor que la última vez.

Una vez que se paró le dije que se acostara en la cama, que me tocaba hacerle sexo oral. Ella dudó y me dijo que no sabía si estaba segura de querer mi lengua en su vagina, le dije que se relajara, que iría despacio. La besé al tiempo que le desabotonaba el pantalón, se lo bajé para encontrarme con una tanga azul con rayas blancas. Antes de quitarle la tanga puse mi dedo encima de su raja, sintiendo la humedad se su excitación. Le quité la tanga y al igual que la ocasión anterior me encontré con una vagina depilada. Se acostó y abrió las piernas mostrándome de par en par sus labios vaginales y su clítoris, mismo que ya expresaba excitación. Le besé un poco en las piernas para que se relajara y cuando sentí que estaba lista me fui sobre su vagina, empezando con besos discretos para luego subir el tono de mis movimientos bucales, desde apretar sus labios vaginales con mis labios, hasta morderle un poco su clítoris, y por supuesto que no olvidé pasar mi lengua mezclando sus fluidos con mi saliva. Ella disfrutaba y comenzó a gemir, especialmente en los momentos en que me concentré en su clítoris. Metí mi lengua lo más al fondo que pude para sentir desde el fondo el sabor de su sexo. Ella gemía más y más mientras yo disfrutaba de ese manjar llamado vagina. Sus vellos me hacían cosquillas en la nariz y me excitaban al mismo tiempo. Después de unos minutos, ella llegó al orgasmo. Cuando se arqueó para dejar escapar sus fluidos, apreté mi boca contra su vagina usando mis manos en sus nalgas y succioné lo más que pude para quedarme con todos esos jugos vaginales que produjo durante el orgasmo. Ella tomó mi cabeza indicando que debía quitarme, y debo decir que yo no quería pues su vagina era extremadamente sabrosa.

Sin embargo me levanté y la besé y le dije que esperaba que hubiera disfrutado de mi lengua, ella contestó que había sido mucho mejor que la masturbación y que lo debíamos repetir. Se levantó, se acomodó su tanga en su húmeda e hinchada vagina y se puso su pantalón. Yo seguía con mi pene de fuera y le pedí que besara el glande, ella aceptó y después de besarlo dijo, espero que hagamos más cosas divertidas. En ese momento supe, que la penetración de mi pene en su cuerpo era inminente, que era cuestión de buscar la oportunidad apropiada.

Parte V

La oportunidad de tener relaciones no se presentaba ya que no solíamos tener mucho tiempo solos en casa; en muchas ocasiones teníamos hasta 3 horas, pero esos eran casos extraordinarios, usualmente teníamos de una a dos horas, y como no podía saber con exactitud cuánto tiempo tenía no quise arriesgarme a que nos cacharan pues a diferencia de las otras actividades que teníamos, en esta tendríamos más dificultades para arreglarnos y fingir que nada pasaba; sin embargo, la oportunidad llegó cuando sus padres decidieron mandarme como el chaperón para una de sus fiestas. El sábado por la noche ella tendría una fiesta y me pidieron que la acompañara, pues no les gustaba la zona y no querían que fuera sola. Yo por supuesto acepté y comencé a idear como tener relaciones con ella ese día.

El día llegó y al salir de la casa yo ya iba preparado; salimos y al llegar al primer semáforo le dije que tenía un rato que no repetíamos lo último y que sería bueno que lo hiciéramos ese día, ella me dijo que le parecía bien, que también tenía ganas y que podríamos hacerlo en la fiesta porque sería en una casa sin padres y que a eso se iba, a tener excesos. A mí por supuesto no me pareció la idea de hacerlo en una casa llena de niños de 15 años y le dije que lo mejor sería ir un rato a otro lado que podríamos ir un par de horas a hacer lo nuestro y luego ir a la fiesta unas horas más, al fin que eran las 8 y debíamos regresar a las 2 a más tardar. Ella lo pensó un momento y me preguntó que si porque quería ir a un lugar aislado, le dije que porque así podríamos hacer las cosas como quisiéramos sin que nadie nos molestara por nada. Ella lo pensó un poco más y me dijo que estaba bien, que podíamos ir a otro lado siempre y cuando fuéramos a la fiesta inmediatamente después; le dije que no había problema, que iríamos a la fiesta en cuanto termináramos de hacer lo nuestro.

Di vuelta en la siguiente calle y me dirigí al motel más cercano (al menos de mi conocimiento); le pedí a Andrea que se pusiera los lentes que yo traía en el carro y que se echara el cabello al frente, esto con la intención de que no la vieran porque se veía precisamente de su edad. Entramos y sin problemas nos dieron una habitación, en cuanto bajé la cortina del garaje ella salió del coche, entramos a la habitación y se fue directo a besarme, le dije que esperara porque aún no me cobraban y que si no esperábamos nos interrumpirían. Fueron sólo unos segundos después cuando llegó quien cobraba, le pagué y me fui directo a Andrea, me acerqué a ella y comencé a besarla.

Mientras la besaba le iba quitando la ropa, comencé con su blusa y luego su sostén, después le abrí el pantalón pero no se lo quité, simplemente metí mi mano para jugar un poco con su vagina, no tardé mucho y me quité la camisa, después de hacerlo la tiré en la cama y le quité el pantalón para luego quitarme el mío. Me puse encima de ella y mientras mordía sus pezones le sobaba su vagina por encima de su tanguita rosada, ella me empujó para acostarme y ponerse encima de mí; me quitó el bóxer y se puso a jugar con mi pene, se lo introdujo a la boca y comenzó a chuparlo de una manera que demostraba las ya varias ocasiones que había tenido de práctica. Lo hizo muy bien pero la interrumpí para no venirme, pues quería eyacular a la hora de hacérselo. Entonces la levanté y me puse encima de nuevo, le quité la tanga y comencé a jugar con su vagina mientras la besaba intensamente; después de un rato me hinqué a un lado de la cama y acerqué mi boca a su vagina para darle sexo oral, después de las múltiples ocasiones en que le había dado sexo oral, ya sabía de qué manera hacerlo para causarle mayor placer; se trataba de jugar con su clítoris hasta que se pusiera muy duro y ella gimiera, en ese momento debía soltarlo para introducir mi lengua lo más adentro que podía, en cuanto se veía más relajada procedía a pasar mi lengua por encima de su raja completa, es decir, desde lo más abajo hasta llegar a su clítoris y presionarlo. Después de un rato ella estaba muy excitada, lo noté por la cantidad de fluidos en su vagina, en ese momento supe que ella estaba lista por lo que me puse un condón.

Me levanté para besarla y coloqué mi glande en su entrada, ella abrió los ojos grandes y me dijo que no quería porque tenía miedo al dolor, le dije que no pasaría nada, que lo haría con cuidado y que no le dolería. Por supuesto eso no la calmó, ella forcejeó un poco conmigo diciéndome que no quería y entonces le dije que me dejara sólo un poco, que si le dolía mucho me detendría. Ella no se había convencido, sin embargo accedió (creo que porque se sintió forzada). Yo sabía que ella no sentiría mucho dolor pues en ocasiones la había masturbado con dos y hasta 3 dedos, además de que mi pene no es precisamente un tronco (dentro del rango de lo normal). Comencé despacio y ella no hacía gestos de dolor, más bien demostraba que le gustaba porque cerró los ojos; sin prisa seguí introduciendo más mi pene hasta que topé con mi pelvis. Ella lo tenía todo dentro y no sentía dolor.
Empecé suave, un ritmo lento para que no se preocupara, cuando ese ritmo comenzó a gustarle aceleré un poco más, y de poco en poco logré un ritmo adecuado para una relación sexual. Ella se sentía cómoda, comenzó a gemir y cualquier dolor que hubiera tenido (reitero que no me lo expresó) se había ido, mi pene resbalaba cada vez más debido a sus fluidos vaginales. Seguí con ese ritmo hasta que ella gimió fuerte, supe que había tenido un orgasmo, el primero provocado por un pene dentro de su vagina. Cuando ella tuvo su orgasmo yo me excité más y aceleré más para poder obtener mi propio orgasmo; no duré mucho y finalmente eyaculé con mi pene dentro y dando unas pequeñas embestidas con cada chorro que mi pene escupía. Me quedé sobre de ella un momento y nos besamos.

Ella estaba exhausta al igual que yo, y ambos complacidos. Me miró y me dijo que le había encantado, que no había sentido dolor y que había disfrutado mucho. Yo le dije que había sido igual para mí, que nunca había disfrutado tanto de penetrar a una mujer, que su vagina me había causado mucho placer. Entonces nos besamos más y nos quedamos abrazados. Después de unos 15 minutos me levanté para quitarme el condón que ya casi se había salido de mi flácido pene, lo tiré en el baño y regresé con Andrea. Le pregunté que si quería que nos fuéramos ya o si quería descansar un poco más. Me dijo que nos fuéramos, que quería llegar a la fiesta. Para esto había pasado una hora aproximadamente.

Llegamos a la fiesta y la acompañé por todos lados toda la noche. A la 1 le dije que se fuera despidiendo porque debíamos salir pronto para llegar a las 2 a la casa. Ella se despidió poco después de que le dije eso. Nos subimos al coche y salimos para la casa. Me dijo que había sido una noche maravillosa, que aunque ella no se sentía segura de perder la virginidad tan pronto y de que sentía miedo de hacerlo por primera vez, su experiencia había sido bastante buena, que había disfrutado mucho y que quería que lo repitiéramos. Le dije que yo igual había gozado bastante, que su vagina tenía el sabor más suculento que jamás había probado, y que penetrarla me había causado placeres que no recordaba haber conocido antes.

Llegamos a la casa a la 1.30, estaba a punto de bajarme y me dijo que quería algo más, le pregunté que si que quería y me dijo que esa noche no había probado mi semen como acostumbraba en las tardes de placer que teníamos con regularidad. No dije nada y simplemente saqué mi pene del pantalón, ella se acercó y besó mi glande provocándome una erección. Después se introdujo el glande en la boca y comenzó a chupar al mismo ritmo con el que me masturbaba. No duré mucho y eyaculé en su boca; ella lo mantuvo todo en su boca apretando fuerte mi pene con sus labios, se retiró y me mostró el semen en su lengua, luego lo tragó y me preguntó ‘¿te gustó ver tu semen en mi boca?’, de inmediato le dije que sí y nos besamos. Luego entramos a la casa y antes de irnos cada quien a su habitación nos dimos un beso de buenas noches.

2 comentarios - Andrea y yo (Paso a paso)

ElEmiXD
No se si copiaste y pegaste pero me olgué leyendo ,, :buenpost:
cHiLeNoOoOoOo
Muy bueno, me hiciste LEER loco! Eso no lo hace cualquiera! jajajaj,,, Me gusto! Lo lei todoo 😃