Relato erótico propio

A mi me gusta ambientar un toque la historia, porque más de una vez a alguien le pasó algo similar y se puede poner bien en la situación o imaginársela mejor.
La cosa fue más o menos así. La conocí en el secundario, era una mina tímida, pero decían las malas lenguas que los sábados por la noche (y porque no algún viernes) salía a romperla a los boliches y, la más de las veces se regalaba a algún galán mayor de edad con auto e independencia financiera. Aunque lograba encantarar a cualquier caballero, tenía la fama de ser una rompe corazones despiadada, que sólo tomaba lo mejor de la noche y una vez satisfecha, se largaba sin dejar rastro.
Como en todo secundario, esos rumores eran parte del folclore y no siempre uno lo creía, sobre todo cuando sus notas de matemáticas eran las mejores de la clase y se distinguía por no mandarse ningún pedo. Claro está que cuando caminaba por los pasillos moviendo esa hermosa cola, a uno le entraban las dudas.
La voy a describir para que se vayan haciendo la imagen: 18 años, flaca muy flaca, con cola manzanita chiquita y dura (gimnasta desde los 7 hasta la fecha), cuerpo esbelto a pesar de que le faltaba un toque de carne, abdominales marcados, y dos bochitas de helado, unas gomas chicas pero bien paraditas, siempre turgentes, como si estuvieran hechas, con un pezón chiquito.
En fin, el tema es que se podría definir como una “bombita”, 1,65m, flaca atlética, marcada, con buenas gomas y un culo ejercitado y durito. De cara, para mi linda, para otros media narigona, pero todo lo remataba con las caras que hacía, que te demostraban que tenía más vueltas que la Indy 500 y su actitud de súper amiga recontra buena onda, que no sabías si de momentos la invitabas a jugar al futbol y tomar cerveza.
Un buen día, un trabajo de ciencias naturales con alumnos elegidos al azar cruza nuestros destinos y dos meses más tarde, somos novios. Yo ya sabía todo sobre ella, sobre esas noches que salía a cazar hombres para calmar su instinto, pero ahora quería una persona que estuviera con ella y una relación seria. Yo por supuesto, virgen y shockeado por la mina que me estaba comiendo, decidí llevar todo con los tiempos más apropiados a lo que me planteó. Así que durante 2 meses de noviazgo, todo fue color de rosas, con algunos toques que me hacían estallar los huevos, pero nada de sexo, de ningún tipo.
Un buen mes de abril, cumpleaños en un country privado de una amiga, me dice por msn que me tiene una sorpresa para la noche. Siendo su amiga la dueña del country, me imagine que esa noche tenía que gastar 20 mangos en preservativos, porque una pieza era nuestra. Me fui más feliz que borracho con tetra en mano al cumpleaños, cuando la veo vestida, con una falda de jean relativamente corta y una remerita blaca con un escote que me dejaba ver la profundidad de esas bochas paradas hermosas. El pelo (rubia) largo ondulado, la cara de turra de siempre pero con mucho maquillaje (era un pan señores) y esas piernas fuertísimas con más gemelos que Chamot.
Nuestra misión en la noche…hacernos los pelotudos. Poco a poco, entre el tumulto de la noche, la música y los boludos de siempre, nos abríamos hacia rincones sin gente para pegar apretadas de antología, que sólo se podrían comparar con ciertas escaramuzas liberadas durante la guerra de los Balcanes. En otras palabras más criollas, chapábamos de a ratos, como dos enamorados durante 10min, nos poníamos como pava, y nos íbamos a otro lado, como 3 veces, sin concretar. El juego estaba en ver a quien le estallaba la cabeza primero al parecer.
Donde nos íbamos, venia el pelotudo de turno a joder, a mirar, etc. La cosa era cagar el ambiente. Así que ella me toma de la mano y vamos a la pieza de los padres (la casa estaba sola, obviamente). Nos metemos a la pieza, cierra la puerta apoyándose sobre ella y me hace la seña de “veni” con el dedo. Nunca mejor dicho, la tenía entre “la espada” y la puerta, pegando un apriete como hace años no he tenido, quizás el mejor de mi vida. Ella pegaba esos besos lentos pero fuertes, con convicción pero mucho erotismo. La lengua hacía movimientos lentos, pero la respiración era la de un toro en celo. Le pongo las manos en el culo, por debajo de la falda, y le noto que no tiene más que una diminuta tanga, a lo que se me cuelga con las patas por la cintura, y me empieza a mover la cintura…sexo con ropa bah…que lindo es…
Yo sentía que el frenillo me dejaba y se tomaba un taxi a mi casa, se la quería poner AHÍ, pero mi cabeza sabía que había mucha gente, a metros de distancia y era peligroso, osea, más exitación.
En eso escuchamos gente subiendo las escaleras, y nos detenemos. Los dos estábamos vestidos y no había pasado nada más que un apriete con calidad, así que era el momento de salir con la frente en alto y decir “solo pasaba por acá”. En eso que nos quedamos quietos ella se empieza a reir por lo bajo, parece de los nervios, y me pone más al palo, ahora jugábamos a ser espías. Como estábamos apoyados en la puerta, cuando la van a abrir, ella dice “ocupado” y nos entramos a cagar de risa fuerte, aprovechamos a salir y tirar el chiste de “esto no es el baño”. Los hijos de remil puta eran otra pareja, por eso no pasó nada, estábamos en el mismo equipo, estaba todo bien.
Todo el incidente me había re-dirigido los 3 litros de sangre al resto del cuerpo, así que había dejado de ser pálido y mantenía una semi-erección con un intenso dolor de huevos. Bajamos las escaleras y volvimos a la fiesta. Pero no era lo mismo, ella me miraba mordiéndose el labio, sabiendo que se me había entregado y que no ser por esos pelotudos, ahora mismo estaríamos en plena guerra. A mí las gambas medio que me temblaban, nunca había estado tan cerca, y la espera me estaba matando. Nos sentamos en un sillón, y ella se me sienta arriba, y volvemos a chapar, pero esta vez con más cuidado, un par de chistes de salón y comentarios, nada comparado con el apriete de unos instantes. En eso, cuando nadie nos ve, le aprieto una goma, y la siento por primera vez, la piel suave y ella me pone la mano sobre la mia, y aprieta más fuerte. Fue como un bazukazo al medio del estómago, estaba nadando en una sopa de hormonas.
Le seguí masajeando la teta, me sentía un niño, y estaba con la pija al palo. Veo que va a venir gente, así que le saco la mano, pero ella se me había quedado mirando fijo, esperando que le diera luz verde, así que la agarre de la mano, y buscamos algún lugar decente, la cochera. Nadie se iba a meter a la cochera.
Ahí entramos y no perdimos tiempo, ella se sacó la remera y CHAN, no llevaba corpiño, ver las tetas así paradas me estaba quemando el cerebro. Entraba la luz de la luna por una puerta de vidrio que daba al patio, nadie nos podía ver, y nosotros algo veíamos, así que yo torpemente me bajé los lompas y me lancé sobre ella. Le recorrí todo el cuerpo con las manos, la espalda suave, le besaba el cuello, era un FUEGO. No sabíamos quien iba a manotear primero, yo esperaba que ella, no le quería tocar el papo como un animal, así que no se hizo esperar que éntre las caríceas me metiera la mano dentro del bóxer y me masajeara el pene y los huevos. Sabía como tocar a un hombre, jajaja. Me empezó a clavar una paja, pero yo no sentía mucho, estaba con la cabeza en otro lado, el cuerpo de ella me volvia loco, tocarle la panza y sentirle los abdominales y el culo bien durito, fue algo mágico.
Me la volvía levantar del culo, con sus piernas rodeándome la cintura, y haciendo otra vez ese movimiento pélvico que me ponía los huevos al plato. Ahí aproveche para pasar el refilón de la mano por su conchita, y estaba mojada, con los labios bien carnosos y ultra depilada. No lo vi bien, pero se sentía de lujo, una conchita Premium. Ella con una mano agarrándome del cuello, las piernas apretando como una pico de loro en mi cintura y la otra mano para orientar el sable hacia su funda, me hace introducirle lentamente el pene, mientras con los ojos cerrados exhala de placer, y la respiración se empieza a hacer más profunda. Ambos entramos a jadear, sin hacer mucho escándalo, besándonos en todas partes, como dos locos enamorados. Yo tenia mis dos manos sosteniandola del culo, así que no le podía tocar las gomas, lo que me ponía más al palo porque le quería tocar las bochas y tenia el orto nomás, así que le apretaba el tuje duro que tenia y a ella le encantaba.
En eso me dice “bajame” llevábamos 10min de acción en la misma posición, yo estaba enceladísimo, y me había olvidado que a las mujeres les gustaban muchas cosas, el tema es que yo no iba a durar mucho más que eso. Cuando me dijo bajame y le saqué la chota, sentí como si fuera a acabar, pero el miedo a acabar antes y todo lo que me pasó por la cabeza, me hizo el efecto contrario y se me estaba viniendo abajo el amigo. Ella inmediatamente la bajo, se da vuelta y me apoya el orto en la pija, y se agacha y se levanta, varias veces, frotandomeló, como si me hiciera una paja con el orto. Yo a todo esto aprovecho y le entro a apretar las gomas gentilmente. Ahí se le escapa un “ohh” medio fuerte que me hizo pegar un cagazo de que nos escucharan los demás, y por otro lado me hizo saltar medio litro de leche, no dije nada y segui disfrutando ese particular masaje.
Termina de hacerlo, y entramos a tranzar de nuevo, a lo que me saco el forro y me pongo otro. Ella me vuelve a dar la espalda, y esta vez se la vuelvo a dar, pero por atrás contra una pared, al lado de una pala y un pico, se me ocurrió un chiste al plato sobre eso , pero seguí sobre la marcha, disfrutando ahora cada sensación que me provacaba el ver con la poca claridad que había, como mi pija entraba y salía de la mina que me volvía loco, y como ella empujaba con fuerza y la tenía más clara que Bilardo en el mundial del 86´.
No podíamos adoptar muchas poses en ese lugar, aparte con lo poco q se veía, por ahí nos mandábamos alguna cagada que llamara la atención. Así que seguimos en esa pose unos 10min, parando para tranzar nuevamente como desesperados, como si nos acabaramos de conocer. El raggeton de fondo me ayudaba, parecía que la estaba poniendo en un boliche, contra la pared y música fuerte. En el último apriete, se la estoy dando de frente, y teníamos los labios a dos centímetros, sin tocarnos, nos estábamos respirando, y creo que fue el momento de mayor trance entre los dos, parecía que estábamos fuera de este mundo, y por primera vez en la noche, le siento latir el corazón fuerte, con la respiración agitada, y le pongo la mano en el pecho sólo para sentir su corazón. Disminuimos la marcha, prácticamente no hay movimiento, ella me apretaba fuermente el pene con la vagina, sentía la presión de a ratos, soltaba y volvia a apretar, eso era todo, ya ninguno de los dos hacia movimientos de fricción, nos habíamos quedado inmóviles, escuchándonos los dos como respirábamos y yo enamorado del latido de su corazón. Nunca me pasó con ninguna mina, por eso lo quería contar, fue un momento mágico, fue un minuto de silencio, sin movimiento ni nada, solo respirando con la cara a 2cm, y sentía que estaba por acabar, pero no llegaba nunca, tenía la sensación impresa en el cerebro, el placer, pero faltaba algo, un mínimo movimiento y tiraría mi segundo polvo, asi que me mantuve quieto, para hacer durar esa sensación.
Yo le hacerco los labios y la beso…ella no responde, sigue con los ojos cerrados y la respiración agitada, apretando cada tanto mi pene con su vagina. Siento una sensación que me recorre el cuerpo varias veces, como un escalofrío, pero desde las piernas y sobretodo los huevos. Me estaba matando ese momento, realmente fue muy erótico, a lo que ella me devuelve el beso a los 20seg, los 20seg más largos de mi vida, y me devuelve un beso despacito, me junta los labios solamente, y después me pasa la lengua suavemente por los labios, como pidiendo permiso para entrar, yo me mantengo quieto, disfrutando todo lo que estaba sintiendo, y cuando hay como una pausa, le meto todo lo que puedo el pene, la empujo con toda la pelvis hacia arriba contra la pared. Bajo hasta casi sacársela por completo y lo hago de vuelta, a lo que se entró a agitar mál, respiraba muy fuerte y rápido, me agarra del cuello y me pone la cabeza sobre el hombro, me vuelve a agarrar con las patas de la cintura y otra vez hago el movimiento ese que me acaba de inventar. Fueron unas 5 veces como mucho, y finalmente acabé. No pude evitarlo, y cuando sentí esa hermosa sensación le dije te amo al oído, y pensé que me la había mandado hasta el fondo, porque eso a veces es mala palabra, pero ella respondió con 3 te amo que tengo grabados en la memoria para siempre, porque me los dijo con la respiración entre cortada mirándome fijo y en buena señal de que acabábamos de “acabar” juntos, y quizás era la noche más erótica de los 2.
Hoy lo veo, y no fue el sexo, sino el erotismo lo que ganó esa noche. Nos vesitmos rápido los dos, con besos de por medio, y frases irrepetibles. Salimos de la cochera y nos encontramos con varios en pedo tirados sobre el sillón donde unos 40min atrás yo estaba tocándole una bocha a mi novia. Nos fuimos a nuestras respectivas casas, sabiendo que esa noche había pasado algo único entre los dos, y que quizás no lo viviríamos de nuevo con otras personas.
Espero que les haya gustado amigos!

2 comentarios - Relato erótico propio

ramax_150
MUY BUENO MAN ESA MINA LA PASO GENIAL Y SEGURO Q VS TAMBIEN 🆒 😉