Bebota 6

Con Romi me pasaba algo raro, a pesar de que cojíamos bien, nunca quedaba satisfecho. En cambio con Julie o Vane, me sacaba las ganas por completo. Nada de raro en realidad: había una diferencia de edad de 10 años a favor de la segunda y la tercera (igual a experiencia). Cada vez que veía a la pendeja la quería violar, pero tenía claro que no la iba a aguantar toda la vida hasta que se soltara.

Esta claro que era un pensamiento egoísta, que Romi (hasta tres meses antes virgen de los dos agujeritos) venía entregando en tiempo record. Pero yo quería pisar el acelerador a fondo.

Así que cuando vino a casa en la semana le fui sincero: la paso bien con vos pero quiero más. Ella estaba tan enganchada que me pidió que yo le dijera lo que me hacía falta.

Y le largué la lista. Le dije que me la quería garchar por el orto al menos una vez por semana, que quería verla disfrutar la culiada, que me chupase el culo cuando se lo pidiera (la única vez que se lo había tirado se negó), que quería que volviéramos a ver pelis porno como al principio y copiar cosas, y que ella también propusiera las chanchadas que se le ocurrieran, y que quería hacer una fiestita con otra mina ya que hacía rato extrañaba eso.

Cuando terminé de escupir lo mío se quedó callada como un minuto. Después arrancó ella. Como mina, me la dio vuelta y me corrió con que si yo necesitaba hacerlo con otra. Le dije que la partuza me la armaba cuando quería, pero que quería que fuese con ella que ahora era mi chica. Igual para no quedarme en esa le aclaré que era lo menos urgente. Ella me dijo entonces que con las otras cosas estaba todo bien, menos con la cola.

“Todavía me duele mucho cuando me lo hacés”. “El otro día te aflojaste”, le dije yo. “Sí, el otro día me relajé un poco, pero me arde un montón y no lo disfruto”, se defendió. Yo ya sabía que me iba a decir eso y tenía pensado algo. Se lo había comentado a mis dos mejores amigos y me habían apostado a que no lo conseguía.

Desde hacía rato me calentaba mal algo que había visto en un video en Internet. Dos minas se hacían un enemita con leche y después un tipo les hacía el orto (al final les pongo una referencia para que vean de qué hablo). Así que me propuse hacerlo con la pendeja.

“Para el ardor de la cola ya tengo solución. Me pasaron un dato que dicen que no falla”. “Cuál?”, preguntó interesada. “Lubricarlo con leche”. “Cómo con leche?”. “Sí, con leche, no se que cosa de la vitamina D, y la consistencia de la leche que hacen que no arda. El tema es poner mucha, para que esté bien mojado”.

“Quién te contó eso?”. “Una amiga que lo probó”. Ella preguntó qué amiga, le mandé otro bolazo y se lo creyó. Pero se puso celosa de la mina (le dije que era una del laburo). Me volvió a preguntar si estaba cojiendo con otra. “No quiero coger con otra, quiero hacer las cosas que me gustan con vos”. La respuesta le gustó.

Dos segundos después me dio el ok para que lo probáramos. Como sabía que iba a ser un enchastre, le dije que el viernes nos íbamos a un telo. “Y ahora qué querés hacer?”, preguntó entre putita y sumisa. “Vení, vamos a saludar al amiguito como se merece…”, le contesté sacando la verga ya dura.

Ella se arrodilló a los pie del sillón y la agarró. La miró con ganas y empezó a darle lamiditas con su lengüita de nena. Cuando me cansé de la cosita suave le dije: “abrí la boca grande que te voy a hacer tragar esta pija hasta por las orejas”. A ella le divirtió la frase. Yo le agarré la cabeza y le entré a bombear la boca.

“Así, cométela entera”, festejaba yo. “Emmm grammmmm duemmmm”, me decía con la boca llena. Pobrecita. Le di un descanso para que no se atragantara. Me recosté en el respaldo y sacando fuera del culo del asiento le pedí que me lo chupara. Ella se arrodilló más abajo y comenzó a pasar la lengua por el canal, terminando con un lengüetazo en el ojete.

“Ayyyyyyyyy seeee..., chupáme el culo putita. Siiii, coméme el culito, dame esos besitos negros”. Le pedí que me pajeara al mismo tiempo. Pero todo se le complicaba. Me paré y le pedí que me chupara un poco más el orto mientras yo me pajeaba.

Después me di vuelta y se la di a comer otra vez. Ella me agarró de los cachetes del culo, incitándome a cojerle la boquita. No pude aguantar más. Se la saqué y me sacudí la poronga un par de veces, y recibió la descarga de leche.

El viernes tardó en llegar. Pero cuando llegó yo tenía todo listo. La llevé a un telo de lujo y pedí una habitación que ya conocía, con un yacuzzi que estaba hundido y permitía coger en el borde.

Apenas entramos la llevé hasta la cama, prendí el proyector (en vez de tele tiene una pantalla grande como la de un microcine), y puse una porno mientras ella me hacía un pete. Después de un ratito la abrí de piernas y corriéndole la colaless negra le comí la argollita lo mejor que sabía.

“Te amo Max! Nunca gocé así! No pares por favor! Chupáme la concha hasta que acabe!”, eran las frases que soltaba ella. Yo dejé su clítoris para penetrarla con la lengua. Y la nena tuvo un orgasmo muy largo, no paraba de gozar y gritar.

Quedó rendida. Cuando se recuperó me dijo que quería probar el yacuzzi que ya estaba lleno y con espumita. Nos metimos y estuvimos quince minutos. “Esto está buenísimo”, me dijo. “Vení, probemos algo”, le dije y la hice poner el cuatro con un chorro apuntandole al ojete”. “Dejá que el chorro te masaje la colita”.

Yo de costado le agarraba el culo y le masajeaba las nalgas y se lo abría. “Ayyy, así me entra agua en el culito”. “Sí, deja que te entre, vos flojita”. “Está calentita”. “Muy caliente?”, le pregunté. “No”. “Entonces está bien, así te calienta la colita… cuando sientas que se te llena mucho empujá para que salga el agüita”, le contesté. “Es lo que estoy haciendo”, me dijo. Que linda nena pensé.

Estuvimos así un minuto más y la hice salir y arrodillarse al borde del yacuzzi sobre dos toallones grandotes para que no se raspara las rodillas. Entones agarré mi mochila que estaba ahí nomás y saqué las cosas que había traído.

Le comí la cola para que no se enfriara y también la conchita. Mientras ella gemía aproveché para aplicarle el gel de xilocaína en el culito. Se lo trabajé para abrirlo un poquito. Después serví la leche del cartón en un vaso y llené la jeringota que me había quedado de su disfraz de enfermerita. “Estás lista?”, le pregunté. “Si”.

Despacito le ubiqué la punta de la jeringa (sin aguja) en la puerta del orto y le fui mandando la leche. Ella suspiró. “Te gusta?”. “Se sintió como cuando vos me acabás”. “Entonces te va a gustar un montón porque todavía falta medio litro”.

Sin darle demasiadas pausa le fue metiendo cuatro jeringas llenas en la cola. Entre una y otra salía un cachito de leche que chorreba hacia la concha y eso me ponía más a mil. Ella igual se veía que tenía todavía cierto pudor y apretaba el culito para que no se escapara nada.

Cuando terminé con eso agarré una estaquita anal (había comprado la más chiquita que hay, y lubricada con vaselina se la puse despacito. “Y ahora, preguntó ella”. “Hay que dejar que actúe un ratito. Mientras tanto vení y chupame bien la verga”.

Me le puse adelante y le di a comer la pija. “Ssiiii Romi, así…, mi amor”. De su boca sólo salía un “mmmmmmhhh”. “Escupíme la cabecita…, ahora métete mi pija en la boca y chúpala toda”, le indicaba yo. Estuvimos tres minutos así.

“No aguanto más esto”, me dijo ella refiriéndose al chiche. “Bueno, a ver cómo está”. Me le fui otra vez atrás y despacito le saqué el plug anal del orto. Le salió una chorrazo de leche hermoso pero ella lo cortó apretando las nalgas. “No aprietes, al revés, dejá que salga todo”. “Nooo, me da vergüenza que me mires. Tengo miedo de que salga algo feo”. Me mataba cuando hablaba como nena.

“Bueno, entonces andá al baño y volvé”, le dije a lo papi. Se tardó un tardó pero volvió sonriente. “De qué te reís?”. “Ya se qué hacer cuando pasen muchos días sin ir al baño”, dijo y se cagó de rosa. “Ya estás limpita?”, le dije. “Re”, contestó. “Bueno, vení que te tengo que aplicar otro”. “Otro?”. “Si, para que haga efecto perfecto hay que hacerlo tres veces me dijeron”. “No una más y listo!”. “Bueno, vemos, vení”. Se acomodó y otra vez le comí la cola. Esta vez ella estaba más relajada y le encantó.

Después la llené de leche y otra vez le enchufé el plug. La estaquita venía con vibro así que esta vez se la prendí. “Ay no, no lo prendas que siento que me revuelve todo adentro”. La apagué y le entré a comer la concha. Eso sí le gustó. Y empezó a flujear a lo loca. Listo.

Me le acomodé y me la entré a coger. Ella empezó a gemir y otra vez le prendí el chiche del culo. “Ayy que hijo de puta que sos”. “Si te gusta putita”. “Me gusta pero me dan ganas de mearme”. “Y meate que no pasa nada”. “No, es un asco, sos un cerdo Max!, Ayy no, por favor sacámelo que me tira para atrás!”.

Se lo saqué de un tirón y brotó leche, es más, a cada embestida mía, de su cola salía otro poco de leche. Ella gozaba como loca, y a mi la pija me iba a estallar de lo que me calentaba estar realizando mi fantasía.

Cuando se le vació la leche del culo, sin sacarle la verga de la argolla, cargué otra vez la jeringa y le puse lo que quedaba. “Te gusta como te lleno el culito de leche?”, le pregunte morboso. “Siiii, llenáme el culito así me queda bien mojado para que me entre tu pija”.

Yo volaba de calentura. Le jugué con un dedos y luego con dos en el orto, sacándole la leche del culo. Ella no se quejaba. Caliente como una pava, la cagué a pijazos por la concha hasta que acabó.

Sin darle tiempo a nada la llevé hasta la cama. La hice arrodillar en cuatro al borde del colchón, agarré el pote de vaselina, me llené la pija y le mandé un cacho más al culo de ella y se la apoyé.

Ella estaba con la cara pegada a las sábanas, escondida entre sus dos brazos y el culo bien parado. Sentí su esfínter abrirse cuando mi glande se ubicó a la entrada de su ojete.

-Aaaaah! Aaaaah!
-Uyy cómo te está entrando, mi amor!, dije maravillado de lo bien que se la comía.
-Metémela despacito…
-La sentís como entra?
-Sí…la siento enorme…
-Ayyy me encanta cómo te la estás comiendo. Te gusta cómo te ensartó papi?
-Sí papi hacémela sentir toda. Soy tu nenita puta.
-Sí mi amor, sos una putita divina, me encantás bebé. Así te quiero!! Bien puta, como me gusta a mi!!!
-Así te caliento más?
-Sí, me calentaste mal!
-Yo también me calenté.

Alentado por su respuesta le empujé lo que quedaba de pija sin meter y largó un gritito. Entonces me quedé un segundo quieto sintiendo cómo ese ojete apretaba mi chota (y para que ella se amoldara a la verga que tenía en su culo).

Le di unos besitos en la espalda y le pedí que se tocara la conchita. La esperé a que la pajita empezara a hacer efecto y entre a cepillarle despacito el orto.

-Así mimosa! Tocáte la conchita mientras papi te va abriendo el culito.
-Ayy Max me estás reventando el culo.
-Siiii nenita…!!! A las putitas como vos, que me regalan su culito me las cojo así!
-….
-Uyy no sabés cómo me gusta cojerte por el culo!!!!
-Dale, dale dame pija! Dale papi, dale, rompéme el culo como se lo habrás roto a todas esas putas!
-Ahora vos sos mi puta!
-Si soy tu putaaa!
-Te gusta puta?
-Me duele pero me gusta…
-Enseguida se te pasa el dolor y vas a empezar a gozar… Esta vez te la comiste toda por el culo
-Siiiii metémela entera. La quiero toda

Le di el gusto y se la puse toda.
-Tomala putita, toda por el ortoooo!
-Ayyy mi amor me está gustando..
-Me di cuenta hace un ratito cuando empezaste a empujar con la cola cuando te la saco.
-Ayy malo!, me estás haciendo gozar por el culo!
-Te dije que te iba a gustar si te relajabas…
-Sos un geniooooo! No sabés cómo me estás haciendo!
-Si se
-Ayy, cojéme un poquito más fuerte, pero no te zarpes…

Agarrándola de la cadera aceleré la bombeada de orto. Y estuve cinco minutos serruchándole el culo a distintas velocidades mientras con mi pija le revolvía bien los intestinos. Cuando se le enterraba toda paraba un cacho para no matarla del dolor.

“Asiii, no pares, no pares. Siento que me viene, mirá tocáme la concha, estoy toda mojada”. Le toqué la argollita que estaba empapada. “No pares mi amor”, me dijo. “Vos me pediste que te tocara”. “Sí para que vieras que me vas a hacer acabar”.

Reanudé la culiada un poco más fuerte todavía. “Siii cogéme el culo, cogéme el culo que es tuyo”, decía con vos entrecortada. “Max!, estoy acabando!, aaaah! me hiciste acabar!, ayiiii mi amor! Ahh siii! Aiiiyy… estoy acabando como una puta!. Dame! Aaaaaaaaaaa! Dale! Rompeme toda! Haceme acabar otra vez!”. “Te voy a llenar el orto de leche…pero mía”, agregué cuando me di cuenta que ya se lo había llenado de leche antes. “Siiii amor, dale!”.

La pendeja empezó a mover los músculos de su culo como si supiera que eso me hacía gozar, y movía las caderas con lo que le ayudaba al ir y venir de mi pija, que se le metía más adentro en el orto. Además la putita paraba bien el toto para que le entrara toda.

“Toma puta, toma, así te quería…”. “Si soy tu puta! Cogéme mi amor! Haceme acabar otra vez por el culo!” . Llenáme de tu leche”. “Queres otro enemita bebé?!”. “Siii”. “Aahhhhhh, ahí te va todaaaaaa”. “Aaaaiiaaaaaaii ssiiiii”, acompañó ella.

Los gritos de los dos se sucedieron por un rato. No me importó una mierda el ruido. Fue uno de los mejores polvos de mi vida. Y ella me dijo que para ella había sido el mejor hasta el momento.


Y ACA ESTA EL LINK PARA VER EL VIDEITO

http://www.empflix.com/view.php?id=20327

11 comentarios - Bebota 6

CAT2007
muy buena historia, espero la siguiente
maguito
muuuy bueno!!!muy buenoooo!!como me calientan esos relatos menn!!!que pendeja puta...puta y viciosa, cuando te volteas a la puta de la madre??
Alanq
buenisimo el relato, para tener en cuenta lo de la leche, tiene que ser descremada? 😀 😀
shad_t
Muy buena loco ja ja ja que bueno te dejo 10 😀 🙎‍♂️
edubostero
Sacar cafe con leche es lo masssssss....
tabi2771
👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 👏 Aguante ROMINITA !!!!!!!!!!!!!!!!!jajajajaj 🔥 🔥 🔥 🔥
franciscoBN34
Sube fotos de esta trola, las del post anterior se cayeron