Dos Amigos Se Cogieron A Su Amiga Embarazada

Yo ya estaba de siete meses de embarazo, pero igual Hugo se empeñó en invitar a dos amigos suyos del club que estaban solteros. A mi, la verdad no me hacía mucha gracia, pero como la casa es suya, tenía que aceptarlo.

Nosotros estábamos allí pasando un finde y ellos llegaron un viernes por la tarde. Uno se llamaba Andrés y otro Luís. Rondeaban los 35 años. Andrés era bastante apuesto, alto y atlético, moreno de muy buen lomo. Luís era más gordito y mas bajo pero muy simpático y sonriente, cosa que a mi me agradaba mucho.

Hugo notó que a mi no me gustaba demasiado que vinieran y me pidió varias veces que fuese amable con ellos. Cuando llegaron, yo estaba vestida informalmente dado mi estado, con unos vaqueros muy cortos, con elásticos a los costados y muy bajos de talle, con lo que a nada que me agachase se me veía la tanga negra que llevaba. Luego llevaba una blusa anudada y bastante abierta que me dejaba un escote muy generoso, por supuesto sin sujetador, porque era verano y hacía calor, a demás que con las tetas que tenia a esa altura ya no tenia corpiño que aguantara.

Entre lo que se me veía a través del escote y a través de la camisa, imagínense. Ellos conocían mi estado de embarazo y les gusto mas la idea de venir, por supuesto a Hugo también. Enseguida noté sus miradas en mis tetas y en mi culo, sus sonrisas insinuantes y sus pequeños roces, cosa que me empezó a calentar, por lo que disimuladamente me dejé desabrochado el botón del pantalón y aflojé el nudo de la blusa para enseñar un poquito más. Durante la cena les servía y aprovechaba para que me vieran las tetas y para pasar cerca de ellos y rozarles con ellas o con el culo.

Después de cenar me quité la tanga y bajé un poco la bragueta para que pudieran adivinar mis pelos. Me senté enfrente de ellos para que al abrir mis piernas tuvieran una buena visión, pero esa noche no pasó nada. Nos fuimos a dormir, pero yo estaba tan caliente que no podía hacerlo y me levanté al salón. Llevaba puesto un camisoncito corto muy fino, sin ropa interior. No podía más y me empecé a masturbar pensando en ellos. Lo hacía con las dos manos, con las piernas muy separadas encima del sillón, tocándome la concha y el culo, chupándome los dedos y tocándome las tetas.

Me había bajado la blusa y me había sacado las tetas afuera para poder chupármelas mejor y tenía remangado el camisón hasta la cintura. Tuve un orgasmo hermoso y cuando me estaba vistiendo vi a Andrés con un vaso de agua.
-¡Hola! me dijo, - he ido por un vaso de agua-. Yo le sonreí. No se lo que vio pero probablemente fue todo a juzgar por el bulto que se adivinaba bajo su calzoncillo, de esos justitos que marcan paquete. Nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente fuimos a la playa. Me puse un biquini tanga blanco muy sexy y encima un vestidito a juego, muy corto y casi transparente. Mi panza era una delicia verla.

Cuando llegamos, Hugo y Luís se fueron a bucear. Andrés dijo que no le gustaba eso y yo me puse a tomar el sol. Al rato, me dijo que si quería que me pusiera crema, que tenía que cuidar mi piel tan bonita. Yo le sonreí y le dije que si, mientras que me acomodaba tumbada boca abajo y me desabrochaba la parte de arriba del biquini. Empezó a extenderme el protector con un masaje que me estaba poniendo recaliente. Sus manos pasaban por los laterales de mis tetas, por mi cuello, y se acercaban peligrosamente a mi culo. Yo me dejaba hacer porque me estaba dando mucho placer.

-¿Qué te pasaba anoche? Me dijo

-No podía dormir, le contesté

-Yo tampoco, y después de lo que vi., menos, me volvió a decir.

Entonces extendió crema en mis nalgas, manoseándolas sin ningún disimulo. Yo ronroneé

-¡Que puta eres!

Esas palabras me excitaron sobremanera, de forma que arqueé mi culo para que me lo tocara mejor. Cogió el bote de crema, retiró la cinta de mi tanga, echó un chorrito entre mis nalgas y empezó a extenderlo con sus dedos, recorriendo desde mi clítoris hasta mi culo. Me estaba dando un placer inmenso.

-Esto si que te va a gustar, me decía.

Nos colocamos de tal forma que tenía mi cabeza apoyada en su pierna, muy cerquita de su ingle. Su polla empezaba a crecer, podía sentir su olor de lo cerca que la tenía de mi cara. A medida que crecía se aproximaba a mi boca. Si sacaba la lengua la lamía cosa que no pude evitar hacer mientras el me metía los dedos en el culo y en la concha que ya lo tenía chorreando y con la otra mano me tocaba los pezones. Acabé como una loca justo antes de que llegaran Hugo y Luís. Enseguida se hizo la hora de comer y nos fuimos a casa. Antes, mientras recogíamos las cosas Andrés me dijo al oído:

-Mamita, ponte el vestidito sin nada debajo.

Le obedecí. Así vestida me sentía medio desnuda pero esa sensación me encantaba. Hugo ni se fijó, pero se me clareaban los pezones que los tenía tiesos como velas de lo caliente que estaba. En el coche de vuelta yo me senté atrás con Andrés, que se puso justo detrás de Hugo que conducía. Mientras marchábamos me iba tocando las piernas y levantándome el vestido cada vez más arriba, dejándome la concha casi al aire. De pronto me agarró la mano se sacó la verga y me hizo agarrársela. Con un leve gesto se dirigió a Luís que miró y me vio con el vestido remangado y haciéndole una paja a Andrés.

-¿Ves?, le dijo. ¿No te lo decía yo? Luís soltó una carcajada. Cuando Andrés estaba apunto de acabar me dijo:

-Mira lo que buscabas antes. Era una excusa para que me agachase y me metiese su polla en la boca.

-¿Qué es? Dijo Hugo, haciéndose el desentendido, pero intuyendo ya todo.

-Un arito, le respondió Andrés, que me había cogido de la nuca a la vez que fingía agacharse también para empujar mi cabeza y que no me pudiera sacar la polla de la boca.

Me acabó llenándome de su leche caliente toda mi boca. Yo intentaba tragármela toda pero algo se me salía por la comisura de los labios que me limpié disimuladamente para que Hugo no se diese cuenta.

Al llegar a casa empezamos a preparar la comida. Ellos se habían quedado en pantalón de deporte, de esos pequeños, de atletismo, con el torso al aire. En un momento en que Hugo estaba en la cocina y nosotros en el salón Andrés le dijo a Luís delante de mí:

-¿No te decía que Susana es muy putona? Me chupó la polla en el coche.

-A mi me vas a hacer lo mismo, me decía Luís, mientras me hacía agacharme delante de el y me restregaba el paquete por la cara.

-Si, le decía yo, claro que si, ya verás.

Yo iba y venía llevando cosas para poner la mesa mientras mi Hugo preparaba una paella en la cocina. Aprovechaba cualquier situación para agacharme y enseñarles el culo, o las tetas, y ellos para toquetearme. Una vez casi nos ve Hugo: yo estaba apoyada en la mesa, con el culo paradito. Luís me había levantado el vestido y se había sacado la polla que había metido entre mis nalgas. De pronto entró Hugo y apenas tuvo tiempo de guardársela. Andrés soltó una carcajada y Luís se puso colorado, pero no pasó nada.

En los postres, Hugo propuso ir de pesca. Tanto Andrés como Luís dijeron que estaban cansados y que preferían dormir la siesta. Hugo les preguntó si les importaba que se fuera él a lo que respondieron que de ninguna manera, que hiciera lo que le apeteciera, que había confianza suficiente etc., etc, pero en realidad estaban deseando quedarse conmigo, y yo con ellos. Dijo que volvería sobre las siete. Cuando entraba de despedirlo, ya me estaban esperando con mirada de sátiros.

-Sácate las tetas y ven a cuatro patas me ordenó Andrés.

Me bajé los tirantes del vestido y me lo deslicé un poco para que me salieran las tetas. Al ponerme a cuatro patas quedaban colgando, y el vestido se me subía dejándome el culo al aire. Ellos se sacaron la verga afuera. La de Andrés era normal pero la de Luís era muy gorda cosa que a mi me encanta.

Mira lo que tenemos para ti, putita me decían.

Yo iba despacito, relamiéndome sin quitar los ojos de la polla de Luís, bamboleando mis tetas y mi culo. Al llegar a la altura de Luís que estaba sentado en el sillón, puse mi cara entre sus piernas y empecé a lamerle desde los muslos hacia arriba, pasando por sus huevos, hasta su polla, que agarré con la mano y me la metí en la boca. Me agarró la cabeza con las dos manos y empezó a moverse metiendo y sacando su polla que yo atrapaba y acariciaba con los labios. Luego la sacó y la empezó a refregar por las tetas, empujándome los pezones con ella como si me los cogiera, mientras que en la mano tenía la polla de Andrés al que le estaba haciendo una paja lentita. A todo esto, ellos no paraban de decirme guasadas, lo puta que era y lo que me gustaban sus pollas. Andrés se levantó y empezó a refregarme sus huevos y su polla por mi espalda, mientras me daba pequeños golpes en las nalgas, que acabaron rojas.

-Te voy a dar por culo, me dijo. ¿Tu marido te lo coge?

-No, le contesté mintiéndole.

Me separó las nalgas con las manos y me escupió dentro para llenármelo de saliva. Con su chota la extendió y poco a poco la fue metiendo adentro. Apenas me dolió, todo lo contrario, la sensación de placer fue inmensa. Sentir una polla en mi culo y el pollos de Luís otra vez en mi boca me enloquecía de placer, hasta que acabe como una perra. Al rato cambiaron de posición.

Ahora era el pollón de Luís el que me daba por culo. Era bastante más gordo, pero como ya lo tenía dilatado tampoco me dolió. Andrés me hizo levantar y me la clavó en la concha. Ahora me garchaban por los dos agujeros. Yo estaba sentada a horcajadas encima de Andrés que follaba mi conchita y por detrás Luís metía su enorme polla en mi culo. La sensación era tal que volvía a acabar y al verme, Andrés también lo hizo. Luís la saco de mi culo y me dijo:

-Lo prometido es deuda. Me sentó en el sillón y se puso encima de mi. Metió su poronga entre mis tetas primero y después me la volvió a meter en la boca, mientras me cogía las manos y me hacía agarrarle de las nalgas bombeándome en la boca hasta que me acabo todo en la boca. Echó tanta leche que me chorreó hasta las tetas que me quedaron empapadas. No dejaron que me limpiase.

-Queremos que huelas nuestro lechita durante toda la noche me dijeron. Y así fue.
Al otro día ellos se fueron y nosotros también regresamos a Capital.
Sigo extrañada por la calentura y las ganas que sigo teniendo estando ya embarazada de 7 meses.

6 comentarios - Dos Amigos Se Cogieron A Su Amiga Embarazada

walandy
embarazada de siete meses no te podes poner boca abajo... igual buen relato
maguito
BUENNNNNNN RELATO
brolypcs
walandy dijo:embarazada de siete meses no te podes poner boca abajo... igual buen relato

😀 😀 😀 😀 😀
Dos Amigos Se Cogieron A Su Amiga Embarazada
ferchus2008
muy buen post 🤤 🤤 🤤 🤤 te doy puntos 🤤 🤤 🤤