El sexo sin un Smartphone

Podríamos suponer que el sexo es la forma más alta del egoísmo. Perseguimos algo donde el propio placer se recicla en un va y viene en busca de esa experiencia única que es “terminar”. Desde lo cual estaremos nuevamente, pasada la refractariedad, en disposición de más.
¿Podemos decir que la filmación de nuestras relaciones sexuales tiene el carácter inmortalizador del instante?
Esta aproximación es superflua si no tenemos en cuenta otras vertientes de esta circunstancia como es el voyerismo y el narcisismo, cuando el objeto del mirar es sobre mi mismo.
¿Me puede preguntar adonde voy con estas reflexiones?
Simple, con la aparición del teléfono inteligente estas condiciones se llevan a su máxima potencia.
Narciso ya no se hunde ante el espejo del lago, ni pretende atravesar un espejo de vidrio. Por el contrario el espejo devuelve lo que mi teléfono captara y donde podre pasar en limpio si lo visto coincide con lo fotografiado.
No en vano el amatute implica un sinnúmero de mujeres de corta edad buscando sus formas más eróticas en el espejo, con el vicio narcisista de llevar su egoísmo al extremo.
Queda como una rémora imaginativa que el que contemple esa imagen me dará a distancia lo que no me puede dar en persona, (en el caso de las mujeres).
En lo masculino, predomina la grabación de su miembro erecto, y en lo posible actuando, como asimismo mostrar los resultados, (eyaculación) que demuestran la capacidad erógena del mensaje.
No es que quiere el otro, es que quiero yo. La filmación del sexo anal (“contra natura”) debe suponer la filmación del sometimiento del otro. No por consentido el placer del sexo anal proviene de la disposición natural de mujer, por el contrario deviene de una curiosidad llevada por la insistencia de su pareja.
En otros casos, no se analizara acá, es por el estupro o la venta sexual.
Pero lo que mas da para esta idea, es el sexo oral. La posibilidad por parte del hombre del doble proyecto voyeur es significativa, lo esta viendo y a su vez lo puede repetir constantemente.
Es como el futbol televisado y en la cancha. En la cancha de futbol a veces nos enteramos de un gol por el estallido de la tribuna ya que estábamos tapados por desaforado que saltaba a nuestro lado, impidiéndonos ver las acciones que derivaron en el gol.
El futbol televisado nos da posibilidad de ver el replay, y como fue la acción en si misma. Aquello que el hombre puede haberse perdido de ver en el durante.
Por otro lado los Smartphones avanzan mejorando la calidad de la imagen. De esas viejas filmaciones y fotografías de una visión borrosa ya se puede ver con una nitidez cabal lo acontecido, sin necesidad de ser un director serio. La mejora de lo obtenido se obtiene tan fácil como el ensayo y error. Si al grabar una escena no me gusta en la próxima veré otras posibilidades hasta que se llegue a un grado de perfección acorde a mi gusto.
Los Smartphones avanzan en todo sentido, pueden transmitir las fotos, los videos, colgarlos en internet con una calidad asombrosa. Además cada nuevo equipo tiene mejorada la resolución de su pantalla como la capacidad de la cámara fotográfica. Incorporan flashes, microprocesadores rápidos que consiguen escenas a una frecuencia de imagen a tiempo real y capacidad de almacenamiento en donde se puede editar una película de 90 minutos compilando los mejores momentos.
Por lo tanto toda relación de dos busca la complicidad de terceros. Que el placer obtenido sea envidiado también.
En este punto la masturbación es consecuencia del acto de ver, el deseo como las viejas Erinias “vienen, por sombríos recovecos y modos……”
Que seria nuestra sexualidad actual sin la tecnología, debemos suponer que no quedara más que el registro de nuestra memoria, hoy por el contrario, las cosas siguen sucediendo como un verdadero ideal fáustico.

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