You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Mi amiga, la lesbiana... P1

Buenas noches, vengo a contarles un relato real, vivido en carne y hueso.

Mi nombre es Ricardo, tengo 24 años, de Costa Rica, persona promedio, con pareja, reservado, bastante normal para ser una persona de esa edad.

Todo empieza años atrás, tengo una amiga de años, se llama Lorena, es lesbiana, y que lesbiana, es la típica que uno ve y se dice que es un desperdicio que ese monumento sea lesbiana.

Pero en fin, aquí vamos.

Trabajamos juntos, mismas oficinas, mismos amigos en común, amistad de años, no soy su mejor amigo pero tampoco soy el peor, somos bastantes cercanos a ser verdad.

Un día, de esos pocos días en los que salgo, decidimos ir a un bar bastante popular del barrio, Lorena, yo, y 2 amigos más, uno gay, el otro demasiado heterosexual.

Tomamos, bastante, bailamos los 4, empezamos a las 7PM, terminamos a la 1:30AM aproximadamente.

Nuestro amigo ya estaba bastante tomado, pero decidió irse para su casa igualmente, nuestro amigo gay también se retiró, yo tenia mi vehículo en casa de Lorena, la pareja de esta, Tatiana, estaba de camino a recogernos.

Nos subimos al coche, Tatiana maneja, eran aproximadamente 20 minutos de camino, todo plano, oscuro.

Tatiana es gordita, aprox 1.56 metros, de 30 años, rubia, buenas tetas, buen culo, carita impresionante.

Lorena es de mi edad, 1.52 metros, 24 años, muy tetona, con grandes piernas y un culo firme, chinita, gran cabello castaño que la hace ver increíble.

De camino, a Lorena le dan ganas de ir al baño, evidentemente no hay baños, aquí que nos detenemos en un lugar poco transitado.

Lorena se baja del vehículo, se sube el vestido negro pegado al cuerpo, y se baja la tanga, blanca, muy fina, realmente no vi que diferencia hacia de llevar eso y no llevar nada.

Cuando está orinando, de la misma borrachera pregunta a Tatiana si no quiere ir a limpiarla, ya que siente que ella no podrá porque se cae, Tatiana baja del vehículo, camisa manga como bata, un poco corta, si se agacha mucho se ve todo perfectamente .

Al estar frente a Lorena, sucede la siguiente conversación:

— Por que mejor no me limpias con la lengua, putita... — Expresa Lorena, visiblemente afectada por el licor consumido.

— Por eso no me gustas que hagas tanto loco, mira como vienes y las estupideces que dices...

— Eres bien hipócrita, bien que te encanta que me venga en tu cara, cual es la diferencia ahora?— le dice Lorena a Tatiana.

— No voy a discutir contigo... es más, iré a dormir con mi mamá hoy, te dejo y ahí te las apañas tú.

Vuelven al vehículo, molestas, y de ahí el resto del camino es en silencio.

Nos bajamos del carro, yo le agradezco a Tatiana, Lorena ni la vuelve a ver, Tatiana me dice que por favor el tiempo que esté con ella, la cuide.

Entramos a la casa, pequeña, vidrios transparente, aire acondicionado, lugar cómodo para vivir, cama mal acomodada debido a que Tatiana estuvo ahí hasta hace poco.

— Me tomo 2 cervecitas y se enoja... hipócrita.

— No le des mente, más tarde vuelve, lo sabes...

— Supongo — dice mientras se encoje de hombros.

—Por el momento ver. Ayúdame a quitarme este vestido.

Me acerco a ella lentamente, le ayudo a quitarlo. Solo se queda con sus tanga y su bra, bastante pequeño para las tetas tan grandes que tiene, de hecho se ve que quieren reventar esa pequeña prenda.

— Que libertad siento... — Dice mientras levanta sus brazos, dejando ver a la perfección todo ese cuerpo delicioso que tiene...

— A que me veo mejor sin ropa? — Dice mientras se ve al espejo.

— Te ves muy bien con ropa o sin ella, bueno sin ropa no te he llegado a ver aún — Digo apartando un poco la vista, ciertamente no pretendo que vea que me genera morbo.

— Mmm, es verdad, aún tengo ropa, eso se puede solucionar igualmente...

Yo realmente no sé que reaccionar ante esto, así que no le digo nada...

— Tenemos mucho tiempo de conocernos, nunca nos hemos dado ni un besito — Palabras directas.

— Tienes razón, tampoco es como que hayamos tenido la oportunidad.

— Es cierto, es cierto...

Mientras terminamos de hablar, escuchamos llegar un carro, es Tatiana.

— Regresé, la verdad prefiero no dejar a Lorena sola, si le pasa algo, me sentiré culpable — Mientras termina de llegar donde estamos nosotros.

Se ve que se sorprende de encontrar a Lorena semidesnuda, conmigo, pero tampoco es como que parezca que se molesta, más bien habla

— Bueno, al menos no se ha vomitado aún, cómo te sientes?

— Toda la noche he estado perfectamente — Dice mientras se tambalea de un lado a otro — Eres tú la que se pone en varas...

— Mira, no vamos a volver a discutir... mejor vamos, acostémonos a descansar...

— Ricardo, tú puedes quedarte en el sofá cama, yo lo preparé para ti — Me dice con una ligera sonrisa, como amabilidad.

Se agacha para recoger el vestido de Lorena, y justo en ese momento, lo veo, se le sube la camisa larga que tenía, hasta los muslos, se le ve todo el culo, grande, blanco, con un calzón grande pero que igualmente deja ver ese culazo.

— Creo que se me subió un poco — dice ligeramente ruborizada.

— No te preocupes, no vi nada — Digo mientras aparto la vista.

— ¿En serio? No sé si me hace sentir bien, o mal, según yo tenía un culo llamativo — Dice mientras se ve en el espejo.

— No, no quiero decir que no lo sea

— ¿O sea que si lo viste? — Dice mientras sonríe.

— Un poco, un poco — Para cerrar la conversación y no generar más incomodidad.

Sonríe y se va

Se lleve a Lorena con ella al otro cuarto.

Yo me quedo en el sofá cama, me cambio la ropa, me acomodo, utilizo una camisa ligera y una panta tipo deportiva, nada extravagante.

Avanza la madrugada, silenciosa, demasiado silenciosa como para no notar que al otro lado de la pared se escuchan golpes, suaves, como un empuje frecuente que no quiere ser escuchado.

En eso escucho que Tatiana me llama desde el cuarto

— Ricardo, estás despierto? Necesito una pequeña ayuda tuya.

— Voy, le digo inmediatamente.

Llegó y veo a Lorena semidesnuda, solo con la tanga de antes. Intento no poderle atención.

— Debo irme, mañana trabajo y no puedo llegar tarde, vas a pasar el resto de la noche aquí?

— Si, es la idea si

— ¡Perfecto! — Dice visiblemente emocionada, dejo a Lorena en buenas manos.

Se va y se lleva el carro con ella.

Me quedo solo, con Lorena, parece que menos borracha ya que se incorpora lentamente.

— Creo... creo que si llegué un poco borracha — me dice — Te molesta si estoy sin el bra? Realmente siento que me aprieta mucho.

— No te preocupes, está bien, me gusta como te ves — Digo sin querer, realmente sin querer.

— ¿Te gusta? Mmm, que interesante, parece que el alcohol te hace hablar más de la cuenta también.

— Solo lo necesario, jaja.

— Y que otra cosa de mi te gusta?

Esa pregunta me deja helado... aunque entiendo que con ella borracha, solos, este momento no lo puedo desperdiciar.

— Me gusta tu culo, especialmente con el hilo que andas hoy

— ¿Especialmente? Solo me has visto con este, jajaja

— Bueno por algo se empieza, jaja.

Silencioso, una par de segundos.

— ¿Por qué no me dices lo que piensas? — Me dice Lorena notando el bulto entre mis piernas

— Es sin querer, es que estás buenísima

— No sabes realmente como estoy — me dice, levantándose de la cama y poniéndose digamos que de rodillas en la misma cama, quedando digamos que a la altura de mi pecho.

— Se ve como estás, créeme...

— No te gustaría, más?

En ese momento me nublé, dejé de ser la persona reservada, y me lancé.

— Mira tú, así que la putita finalmente eras tú, Lorena, no Tatiana como le habías dicho.

— Bueno, soy lo que debo ser cuando se deba ser....

En este momento me empieza a bajar la panta, mi verga empieza a salir... no grande, no pequeña, 14.5 Cm.

— Mira lo que puedo hacer — Suelta mientras se acuesta más para quedar a la altura de mi verha, y se la mete a la boca...

Nunca me habían dado una mamada así, no sé si es porque las lesbianas tienen más habilidad o qué, pero es la mejor mamada de mi vida

La agarro de la cabeza y empiezo con el mete y saca más rápido, haciendo que tenga el reflejo del vómito sin hacerlo

— Me gusta, pero llévalo con calma, me harás vomitarte junto a cerveza, aunque... — hace una pequeña pausa — Si quieres continuar y arriesgarte, adelante.

Tengo que admitir que soy un tipo que me encanta el sexo de jalar pelo, cachetadas, nalgadas y demás, y que haya dicho eso, me dejó como loco.

— pero no ahora... ahora quiero ver qué tal cojes...

0 comentarios - Mi amiga, la lesbiana... P1