Estábamos saliendo de la ducha cuando se oyó el timbre. Me cambié rápido y bajé a abrirle. Antes de salir, la vi a ella desnuda y la besé
No sé de dónde me salió, pero lo dije
- Quiero que te coja sin forro…
La dejé ahí sin mas y me fui para abajo. Martín no podía mirarme a los ojos, me evitaba todo el tiempo.
- Tranquilo, chabón – le dije
- Entendés que la situación me pone como loco
- Hemos hecho muchas cosas juntos… - lo quise tranquilizar
- Como esta, ninguna…
Necesitaba tranquilizar a mi amigo. Se me ocurrió que quizás la manera sea ser totalmente honesto y confesarle la fantasía a él
- Mirá Martín – empecé – es una fantasía que tengo, ver como se la cogen a Sol
- Bueno, está bien, no tenés que decirme nada, yo quiero
- Lo sé y sé que ella también quiere, por eso
- Bueno, gracias por elegirme
- Te elegimos los dos
Ya estábamos entrando en el departamento cuando veo que Sol sale de nuestro cuarto con una bata blanca corta y se vislumbraba que no llevaba nada debajo.
La amé cuando la vi así, dispuesta, entregada. Nerviosa, claro que sí, pero con muchas ganas de disfrutar de su primo hermano.
- Hola – dijo ella
- Hola – dijo Martín sin animarse a hacer un movimiento
- Bueno ¿no vas a saludar a tu prima? – le dije a mi amigo
- Si, claro – dijo él nervioso
Sol se acercó mucho mas resuelta que él y apoyando una mano en cada hombro lo besó tiernamente en la boca.
Martín puso sus manos en la cintura de su prima y fue ella la que tomó la iniciativa con un segundo beso. Ahora más profundo.
Algo pareció despertarse en mí y no eran ni celos, ni calentura. Se empezó a apoderar de mí la duda. ¿Ya lo habrían hecho antes?
Cuando miré bien, se besaban lentamente y con pasión. Me resultaba raro que no hubiera desesperación por ninguna de las dos partes.
- ¿Es la primera vez que se besan? – les pregunté
Ellos se separaron y se miraron con una sonrisa.
- De esta manera, sí – dijo ella
- ¿Y de qué manera se habían besado? – les pregunté
- Cuando teníamos 12 yo y 13 Martín, nos dimos unos besos, pero nada que ver.
- Ah, bueno, sigan – disfruten ahora
- ¿Vamos a la habitación? – propuso ella sin vueltas
- Dale – dijimos Martín y yo
Los dejé pasar primero y me temblaba el cuerpo cuando vi que ella le tomó la mano a su primo guiándolo. Los seguí y cuando vi el cuadro que había armado mi mujer, me enternecí a la vez que me excité pensando en lo que vendría
Sol había dispuesto un silloncito que tenemos en otro cuarto en uno de los ángulos de la cama.
- Esto es para que mires – me dijo señalando el cómodo sillón
- Gracias – le dije
- Quiero desnudarlos a los dos – dijo ella
- No, vos solo con él – la corté
Yo empecé a desnudarme solo mientras veía como Sol se acercaba a su primo y le sacaba la remera por la cabeza. Luego se arrodillo y como una sumisa y obediente geisha comenzó a desatarle las zapatillas y a quitárselas.
Luego, arrodillada como estaba, le desabrochó el cinturón y le fue desprendiendo uno a uno los botones del jean. Luego le bajó el pantalón y se lo sacó. Su carpa era imponente.
Ella lo miró desde abajo y se quitó la blanca bata quedando completamente desnuda. Su blanca piel, contrastaba con su rojo cabello. Sus pecas, su sonrisa nerviosa, su anaranjado bello púbico y sobre todo su actitud provocaban en mí, y evidentemente en Martín también, la mayor de las calenturas.
Una vez desnuda y arrodillada, fue ella la que empezó a comportarse como la mas puta y eso me desarmó por completo.
- ¿A ver que tenemos acá, primito?
- Mmmmm – Martín seguía sin articular palabra
Yo intervine para decir:
- Martín, soltate, no estés tenso, decí lo que quieras que Sol y yo, como verás somos muy abiertos.
- ¡Si no, no estarías acá! – dijo ella con una risita nerviosa
- Bueno – dijo él nervioso
- El otro día cuando chateaste con tu amigo no estabas tan callado – lo animó ella
A todo esto, Sol había empezado a bajar su bóxer y a hacerle una lenta paja mientras seguía hablándole y mirándolo a los ojos.
- Uffff me gusta cómo me pajeas – dijo él
- Eso me gusta, que me digas lo que te gusta – dijo ella
Yo miraba todo y no me pajeaba para no acabar tan rápido. Sol buscaba la manera de colocarse para que yo pudiera ver bien y dirigía una mirada hacia mí. Lo que vino no me lo esperaba.
- Queres verme chupando la pija de mi primo?
- Siiiii – dije yo
- ¿Y a vos Martín, te gustaría que tu prima te chupe la pija? – decía ella con una voz de puta que nunca le había escuchado
- Siiii, chúpame la pija, primita – decía él
Sol lo miró a él y luego me miró a mí. Luego a él y le preguntó:
- ¿Te imaginabas que ibas a hacer cornudo a tu amigo?
- No, pero me gusta
Este corto diálogo, lejos de darme bronca, me provocaba una excitación. Era extraño, no sabía que me gustaba sentirme humillado de esa manera
- Aghhhhhh – grité y mi pija se movió sin tocarla
- ¿Te gusta que te hagan cornudo? – me preguntó Sol mirándome con la pija de su primo en la boca
- Siiii, mucho – le dije mostrándole la pija, lo dura que la tenía
- Mirá tu amiguito! ¡Como le gusta que lo hagan cornudo! – le dice ella a Martín y le empieza a chupar la pija como una desesperada
- ¿Tienen forros? Quiero cogerte – pregunta Martín
- Aghhhhhh – dice ella que sigue chupándole la pija a su primo
Ahora soy consciente de que se van a coger a mi mujer. Va a ser penetrada delante de mis ojos por su propio primo. No se de donde lo saqué, porque se me ocurrió, pero solo me salió decir:
- Cogétela sin forro
Sol me miró sorprendida, pero mucho más lo hizo Martín.
- ¿Ustedes están seguros? – quiso saber él
- Si – se apresuró ella – quiero sentir tu pija bien
- Si – confirmé yo – quiero ver como esa pija entra sin forro
No sabía que me pasaba, nunca me había sentido tan caliente, lo juro. No solo quería que se le cogiera su primo, sino que ahora le sumaba que se le cogiera sin forro. ¿Hasta dónde iba a llegar?
- Vení, acomódate acá – Sol lo acomodó en la cama acostado boca arriba para que yo tuviera la mejor vista
- Siiii, quiero cogerte – decía Martín
- No, yo voy a cogerte a vos – decía mi blanca y pelirroja mujer mientras se le subía encima
La manera en que ella agarró la pija de él y giró la cabeza para mirarme, fue de lo mas erótico que vi. Nunca me había sentido tan caliente.
- ¿Te gusta ver cómo me coge tu amigo, cornudito?
En ese momento, sin tocarme empezó a brotar semen de mi pija. Me estaba yendo en seco como cuando era adolescente y nos tocábamos con Sol.
- Mirá! – le dice ella a su primo – mirá como acaba sin tocarse
- Ughhh tan caliente te pone? – quiere saber Martín
- Aghhhhhh Mmmmm Siiiii – reconozco yo
No quiero tocarme, quiero ver mi pija acabando sola.
- Ahora mirá como me coge mi primo – me dice ella
Es cuando Sol empieza a cabalgarlo de una manera desenfrenada. Se inclina y le pone las tetas en la boca. Le agarra la cabeza para que se las chupe bien. Él corresponde.
Lo que puedo ver es que ambos se tenían muchas ganas. Lo que puedo sentir es que me encanta estar así, viendo como mi mujer está siendo penetrada por su primo.
Hay algo que alimenta más el morbo: es ver a esa persona que recién estaba sirviendo torta a toda la familia junto a su madre, ahora está cabalgando encima de la pija de su propio primo.
Como si quisieran apagar el incendio con combustible, ahora ellos comienzan a gemir y a gritar mientras no paran de moverse cogiendo como dos animales en celo.
- ¿Te gusta cómo me coge tu amigo?
- Siiii
- Estoy muy caliente – parece avisar él
Yo ya perdí la cuenta de cuantas veces acabó Sol mientras lo cabalgaba a su primo. Lo cierto es que ahora gemía y me miraba a los ojos. El contacto visual conmigo era permanente.
Noté un gesto en su cara. No era excitación. Lo supe, era un gesto de súplica.
- ¿Mi amor, lo dejas a Martin que me acabe adentro?
- Si, mi amor – le dije sin dudar
Yo lo quería, quería ver como esa pija de mi amigo (su primo) se vaciaba dentro de la concha de mi mujer
- Aghhhhhh siiiii, te acabo adentro ya…
- Siiii, acabame adentro, mirá como me llena de leche tu amigo
- Siiiii - decía yo y mi pija se recomponía de su letargo
- Aghhhhhh estoy acabando – anuncia Martín
- Yo también – dice ella – aghhhh me estas llenando la concha de leche
- Siiii llenala de leche – lo alentaba yo
- ¡Que cornudo que sos, mirá como me llena de leche tu amigo! – repitió ella
Todo esto lejos de ofenderme me calentaba más. Mi pija se había parado nuevamente y ella lo notó
- ¿Te gusta ser cornudo?
- Siiii Siiii – decía yo
Entonces ellos parecían ponerse de acuerdo para humillarme
- ¿Me vas a dejar que mi primo me coja siempre?
- Siiii Siiii
- ¡Y me va a chupar la pija mucho, eh! – decía mi amigo
- Siiii Siiii
- ¿Y cuando vuelva toda llena de leche me vas a chupar la concha? – me pregunta ella
No se de donde sacaba tantas ideas morbosas. Lo cierto es que mi amigo, al que yo conocía muy bien, era muy morboso y estaba empezando a desatarse. Lejos de preocuparme, me excitaba mas
- ¿Sí? ¿le vas a limpiar la concha llena de mi leche? – me decía ahora él
- ¿Y queres que te diga que él me coje mejor que vos?
- Sí si Siiii – respondía yo como un autómata
- Bueno, prepárate porque me voy a coger mucho a tu mujer – me decía él
Todo era muy fuerte, pero aún quedaba algo más…
Continuará…
Pueden dejarme sus comentarios reybaco2005@gmail.com
O en telegram @reybaco2005
No sé de dónde me salió, pero lo dije
- Quiero que te coja sin forro…
La dejé ahí sin mas y me fui para abajo. Martín no podía mirarme a los ojos, me evitaba todo el tiempo.
- Tranquilo, chabón – le dije
- Entendés que la situación me pone como loco
- Hemos hecho muchas cosas juntos… - lo quise tranquilizar
- Como esta, ninguna…
Necesitaba tranquilizar a mi amigo. Se me ocurrió que quizás la manera sea ser totalmente honesto y confesarle la fantasía a él
- Mirá Martín – empecé – es una fantasía que tengo, ver como se la cogen a Sol
- Bueno, está bien, no tenés que decirme nada, yo quiero
- Lo sé y sé que ella también quiere, por eso
- Bueno, gracias por elegirme
- Te elegimos los dos
Ya estábamos entrando en el departamento cuando veo que Sol sale de nuestro cuarto con una bata blanca corta y se vislumbraba que no llevaba nada debajo.
La amé cuando la vi así, dispuesta, entregada. Nerviosa, claro que sí, pero con muchas ganas de disfrutar de su primo hermano.
- Hola – dijo ella
- Hola – dijo Martín sin animarse a hacer un movimiento
- Bueno ¿no vas a saludar a tu prima? – le dije a mi amigo
- Si, claro – dijo él nervioso
Sol se acercó mucho mas resuelta que él y apoyando una mano en cada hombro lo besó tiernamente en la boca.
Martín puso sus manos en la cintura de su prima y fue ella la que tomó la iniciativa con un segundo beso. Ahora más profundo.
Algo pareció despertarse en mí y no eran ni celos, ni calentura. Se empezó a apoderar de mí la duda. ¿Ya lo habrían hecho antes?
Cuando miré bien, se besaban lentamente y con pasión. Me resultaba raro que no hubiera desesperación por ninguna de las dos partes.
- ¿Es la primera vez que se besan? – les pregunté
Ellos se separaron y se miraron con una sonrisa.
- De esta manera, sí – dijo ella
- ¿Y de qué manera se habían besado? – les pregunté
- Cuando teníamos 12 yo y 13 Martín, nos dimos unos besos, pero nada que ver.
- Ah, bueno, sigan – disfruten ahora
- ¿Vamos a la habitación? – propuso ella sin vueltas
- Dale – dijimos Martín y yo
Los dejé pasar primero y me temblaba el cuerpo cuando vi que ella le tomó la mano a su primo guiándolo. Los seguí y cuando vi el cuadro que había armado mi mujer, me enternecí a la vez que me excité pensando en lo que vendría
Sol había dispuesto un silloncito que tenemos en otro cuarto en uno de los ángulos de la cama.
- Esto es para que mires – me dijo señalando el cómodo sillón
- Gracias – le dije
- Quiero desnudarlos a los dos – dijo ella
- No, vos solo con él – la corté
Yo empecé a desnudarme solo mientras veía como Sol se acercaba a su primo y le sacaba la remera por la cabeza. Luego se arrodillo y como una sumisa y obediente geisha comenzó a desatarle las zapatillas y a quitárselas.
Luego, arrodillada como estaba, le desabrochó el cinturón y le fue desprendiendo uno a uno los botones del jean. Luego le bajó el pantalón y se lo sacó. Su carpa era imponente.
Ella lo miró desde abajo y se quitó la blanca bata quedando completamente desnuda. Su blanca piel, contrastaba con su rojo cabello. Sus pecas, su sonrisa nerviosa, su anaranjado bello púbico y sobre todo su actitud provocaban en mí, y evidentemente en Martín también, la mayor de las calenturas.
Una vez desnuda y arrodillada, fue ella la que empezó a comportarse como la mas puta y eso me desarmó por completo.
- ¿A ver que tenemos acá, primito?
- Mmmmm – Martín seguía sin articular palabra
Yo intervine para decir:
- Martín, soltate, no estés tenso, decí lo que quieras que Sol y yo, como verás somos muy abiertos.
- ¡Si no, no estarías acá! – dijo ella con una risita nerviosa
- Bueno – dijo él nervioso
- El otro día cuando chateaste con tu amigo no estabas tan callado – lo animó ella
A todo esto, Sol había empezado a bajar su bóxer y a hacerle una lenta paja mientras seguía hablándole y mirándolo a los ojos.
- Uffff me gusta cómo me pajeas – dijo él
- Eso me gusta, que me digas lo que te gusta – dijo ella
Yo miraba todo y no me pajeaba para no acabar tan rápido. Sol buscaba la manera de colocarse para que yo pudiera ver bien y dirigía una mirada hacia mí. Lo que vino no me lo esperaba.
- Queres verme chupando la pija de mi primo?
- Siiiii – dije yo
- ¿Y a vos Martín, te gustaría que tu prima te chupe la pija? – decía ella con una voz de puta que nunca le había escuchado
- Siiii, chúpame la pija, primita – decía él
Sol lo miró a él y luego me miró a mí. Luego a él y le preguntó:
- ¿Te imaginabas que ibas a hacer cornudo a tu amigo?
- No, pero me gusta
Este corto diálogo, lejos de darme bronca, me provocaba una excitación. Era extraño, no sabía que me gustaba sentirme humillado de esa manera
- Aghhhhhh – grité y mi pija se movió sin tocarla
- ¿Te gusta que te hagan cornudo? – me preguntó Sol mirándome con la pija de su primo en la boca
- Siiii, mucho – le dije mostrándole la pija, lo dura que la tenía
- Mirá tu amiguito! ¡Como le gusta que lo hagan cornudo! – le dice ella a Martín y le empieza a chupar la pija como una desesperada
- ¿Tienen forros? Quiero cogerte – pregunta Martín
- Aghhhhhh – dice ella que sigue chupándole la pija a su primo
Ahora soy consciente de que se van a coger a mi mujer. Va a ser penetrada delante de mis ojos por su propio primo. No se de donde lo saqué, porque se me ocurrió, pero solo me salió decir:
- Cogétela sin forro
Sol me miró sorprendida, pero mucho más lo hizo Martín.
- ¿Ustedes están seguros? – quiso saber él
- Si – se apresuró ella – quiero sentir tu pija bien
- Si – confirmé yo – quiero ver como esa pija entra sin forro
No sabía que me pasaba, nunca me había sentido tan caliente, lo juro. No solo quería que se le cogiera su primo, sino que ahora le sumaba que se le cogiera sin forro. ¿Hasta dónde iba a llegar?
- Vení, acomódate acá – Sol lo acomodó en la cama acostado boca arriba para que yo tuviera la mejor vista
- Siiii, quiero cogerte – decía Martín
- No, yo voy a cogerte a vos – decía mi blanca y pelirroja mujer mientras se le subía encima
La manera en que ella agarró la pija de él y giró la cabeza para mirarme, fue de lo mas erótico que vi. Nunca me había sentido tan caliente.
- ¿Te gusta ver cómo me coge tu amigo, cornudito?
En ese momento, sin tocarme empezó a brotar semen de mi pija. Me estaba yendo en seco como cuando era adolescente y nos tocábamos con Sol.
- Mirá! – le dice ella a su primo – mirá como acaba sin tocarse
- Ughhh tan caliente te pone? – quiere saber Martín
- Aghhhhhh Mmmmm Siiiii – reconozco yo
No quiero tocarme, quiero ver mi pija acabando sola.
- Ahora mirá como me coge mi primo – me dice ella
Es cuando Sol empieza a cabalgarlo de una manera desenfrenada. Se inclina y le pone las tetas en la boca. Le agarra la cabeza para que se las chupe bien. Él corresponde.
Lo que puedo ver es que ambos se tenían muchas ganas. Lo que puedo sentir es que me encanta estar así, viendo como mi mujer está siendo penetrada por su primo.
Hay algo que alimenta más el morbo: es ver a esa persona que recién estaba sirviendo torta a toda la familia junto a su madre, ahora está cabalgando encima de la pija de su propio primo.
Como si quisieran apagar el incendio con combustible, ahora ellos comienzan a gemir y a gritar mientras no paran de moverse cogiendo como dos animales en celo.
- ¿Te gusta cómo me coge tu amigo?
- Siiii
- Estoy muy caliente – parece avisar él
Yo ya perdí la cuenta de cuantas veces acabó Sol mientras lo cabalgaba a su primo. Lo cierto es que ahora gemía y me miraba a los ojos. El contacto visual conmigo era permanente.
Noté un gesto en su cara. No era excitación. Lo supe, era un gesto de súplica.
- ¿Mi amor, lo dejas a Martin que me acabe adentro?
- Si, mi amor – le dije sin dudar
Yo lo quería, quería ver como esa pija de mi amigo (su primo) se vaciaba dentro de la concha de mi mujer
- Aghhhhhh siiiii, te acabo adentro ya…
- Siiii, acabame adentro, mirá como me llena de leche tu amigo
- Siiiii - decía yo y mi pija se recomponía de su letargo
- Aghhhhhh estoy acabando – anuncia Martín
- Yo también – dice ella – aghhhh me estas llenando la concha de leche
- Siiii llenala de leche – lo alentaba yo
- ¡Que cornudo que sos, mirá como me llena de leche tu amigo! – repitió ella
Todo esto lejos de ofenderme me calentaba más. Mi pija se había parado nuevamente y ella lo notó
- ¿Te gusta ser cornudo?
- Siiii Siiii – decía yo
Entonces ellos parecían ponerse de acuerdo para humillarme
- ¿Me vas a dejar que mi primo me coja siempre?
- Siiii Siiii
- ¡Y me va a chupar la pija mucho, eh! – decía mi amigo
- Siiii Siiii
- ¿Y cuando vuelva toda llena de leche me vas a chupar la concha? – me pregunta ella
No se de donde sacaba tantas ideas morbosas. Lo cierto es que mi amigo, al que yo conocía muy bien, era muy morboso y estaba empezando a desatarse. Lejos de preocuparme, me excitaba mas
- ¿Sí? ¿le vas a limpiar la concha llena de mi leche? – me decía ahora él
- ¿Y queres que te diga que él me coje mejor que vos?
- Sí si Siiii – respondía yo como un autómata
- Bueno, prepárate porque me voy a coger mucho a tu mujer – me decía él
Todo era muy fuerte, pero aún quedaba algo más…
Continuará…
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