Relato ficticio
Mi madre había salido con sus amigas de fiesta, obviamente yo en ese lapso de soledad, me mastube con sus tangas sucias, no sabía que ese día experimentaría algo más placentero.
Había caído la noche, yo estaba jalandomela con una tanga blanca, todo normal, hasta que se hizo como a eso de las once de la noche, y todavía no llegaba mi mami y obviamente pensé que se la estaba pasando bien con sus amigas. Hasta las doce de la noche, oigo que tocan la puerta, me hasome y vi a las amigas de mi madre, cargando la, por lo visto había tomado de más, hise que pasarán y dejaron a mi madre en un sillón.
La acostaron, y vaya si le digo que traía un vestido de putita, ya solo con verla me palpitaba la polla, evidentemente me ganó la calentura, y le toque ligeramente las tetas, no reacciono, el alcohol la había dejado inerte, prácticamente como muñeca sexual, yo al ver que no relacionaba, le levante el vestido, y valla lo que vi una tangita diminuta.

Mi pene para este punto estaba como roca, no sabía que hacer, asi le baje su tanga y saque sus tetas, ya con este espectáculo a la vista me empezó a masturbar, cade segundo que pasaba me daban más ganas de meterle la verga en uno de sus orificios, me vine, y me limpie con su tanga, pero no quería dejar pasar tan bella oportunidad, así que con el pene medio erecto, lo puse en sus labios y lo frote, fue una experiencia riquisima, incluso pensé en penetrarla, pero me dio miedo de que se despertara, así que simplemente le reacomode la tanga y le guarde las tetas en su escote, de ahí me fui a dormir y a la mañana siguiente mi madre no me quiso hablar de la pena de que la hubiese visto borracha.
Mi madre había salido con sus amigas de fiesta, obviamente yo en ese lapso de soledad, me mastube con sus tangas sucias, no sabía que ese día experimentaría algo más placentero.
Había caído la noche, yo estaba jalandomela con una tanga blanca, todo normal, hasta que se hizo como a eso de las once de la noche, y todavía no llegaba mi mami y obviamente pensé que se la estaba pasando bien con sus amigas. Hasta las doce de la noche, oigo que tocan la puerta, me hasome y vi a las amigas de mi madre, cargando la, por lo visto había tomado de más, hise que pasarán y dejaron a mi madre en un sillón.
La acostaron, y vaya si le digo que traía un vestido de putita, ya solo con verla me palpitaba la polla, evidentemente me ganó la calentura, y le toque ligeramente las tetas, no reacciono, el alcohol la había dejado inerte, prácticamente como muñeca sexual, yo al ver que no relacionaba, le levante el vestido, y valla lo que vi una tangita diminuta.

Mi pene para este punto estaba como roca, no sabía que hacer, asi le baje su tanga y saque sus tetas, ya con este espectáculo a la vista me empezó a masturbar, cade segundo que pasaba me daban más ganas de meterle la verga en uno de sus orificios, me vine, y me limpie con su tanga, pero no quería dejar pasar tan bella oportunidad, así que con el pene medio erecto, lo puse en sus labios y lo frote, fue una experiencia riquisima, incluso pensé en penetrarla, pero me dio miedo de que se despertara, así que simplemente le reacomode la tanga y le guarde las tetas en su escote, de ahí me fui a dormir y a la mañana siguiente mi madre no me quiso hablar de la pena de que la hubiese visto borracha.
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