Ya para entonces nuestras respiraciones eran gemidos. Entonces mientras me besaba al tiempo que abría mis piernas con las suyas subiendo ligeramente mi falda para restregar su bulto en mi conejito, mi tanga estaba totalmente húmeda, igual que su pantalón producto de la excitación y una vez que puso su bulto en mi conejito empezó a moverse como si me poseyera arrancándome gemidos ahogados por su lengua, abrió mi chaqueta y bajó la parte de arriba de mi vestido para manosear mis pechos libremente y entonces me dijo "Creo que ya no podrás irte, ese era el último transporte, tendrás que quedarte en mi casa mamita, pero como solo tengo una cama tendrás que dormir conmigo jejejejejejeje" solo oír eso me hizo gemir más, saberme en sus manos y a su merced me excitó con locura. Volvió a decirme al oído "Sí, vas a tener que quedarte en mi casa, te vas a acostar conmigo, yo duermo desnudo y te voy a encuerar y a comerte toda mamita" mientras su lengua recorría mi cuello, lamía mis labios y mi lunar llegando hasta mis pechos y sus manos mi espalda bajando hasta sujetarme del trasero que estaba desnudo por la falda que me subió volviéndome loca "Te voy a montar como a una yegua, como a una perra" volvió a decir en mi oído haciéndome temblar "Te voy a culear, a metértela toda en ese rico culo que tienes" su guarradas me volvían loca y lo sabía porque cada que decía algo yo gemía más, no paraba de decirme al oído que me iba a culear, a penetrarme en su cama, a lamer mi conejito "Si putita, voy a disfrutar tu rico cuerpo, desde que te vi allí, con tu rica minifalda dijo: ¡¡¡Hija de su puta madre!!! ¡¡¡Que perra tan rica!!! ¡¡¡Que piernotas, que culo, me la quiero coger!!! Si culera, te voy a hacer un hijo mamita" Cada cosa que me decía me calentaba más y más, mi conejito y mi ano palpitaban locamente.
Casi no pasaban coches, lo que él aprovechaba para besarme locamente, sus manos estrujaban mi cabello, recorrían mi cintura hasta mi trasero que sujetó fuertemente con sus manos al tiempo que bajando mi brasiere succionó mis pechos mientras punteaba mi conejito, fue todo, una descarga me recorrió, estaba teniendo un orgasmo. La situación me tenía loca. Su perfume, su boca y aliento quemaban mi piel, sus manos me encendían y sus guarradas taladraban mi alma y mi mente sometiéndome, aún no me penetraba y ya me había vuelto loca. Entonces me volteó apoyando mis manos en la columna, subió mi falda viendo mi tanga metida entre mis pompas y abriéndolas puso su bulto en mi trasero, restregándolo para luego sujetarme de la cintura y puntearme el trasero. Me hacía gemir intensamente mientras me estiraba el pelo al tiempo de darme varias palmadas en el trasero.
"¡SI PAPITO, COMEME, COMEME TODA!" le dije entre gemidos. Entonces me abrazó fuertemente por detrás sujetando mis pechos y mientras su boca mordía mi oreja y restregaba su bulto en mi trasero al tiempo que decía "Mamacita, se ve que estas caliente, yo también, quiero metértela, quiero cogerte" yo solo gemía "¿Quieres ir a un lugar más privado para que estemos solos?" solo asentí entre gemidos. Me tenía en sus manos.
Me sujetó de la mano y entramos a una calle semi oscura, yo lo seguía sumisamente, lo seguía temblando, sabiendo que no había marcha atrás. Temblaba de la tremenda calentura que la situación producía en mi cuerpo: Un desconocido me había seducido y ahora iba a su casa para ser follada por él totalmente sometida y deseosa de que ese hombre saciara en mí sus deseos carnales más sucios. Ni yo misma me reconocía, este hombre había despertado en mi deseos de ser poseida como una puta, de ser su juguete al grado de seguirlo sin medir consecuencias, sin importarme nada ni nadie, era la segunda vez que le era infiel a mi esposo, la primera había sido con mí primo, pero aquí un desconocido me iba a hacer suya...
Después de caminar varias calles llegamos a una vecindad mal oliente y sucia, llena de casuchas de madera, cuando entramos por el pasillo oí gemidos de mujeres mientras eran poseídas y pensé ¡Me trajo a un prostíbulo! y vacilé, él al darse cuenta intuyó lo que pasaba y me dijo "No te preocupes mamita, no es un congal, es una vecindad, todos somos hombres solos y mis camaradas están cogiéndose a hembras como tú" y me dio un tirón haciéndome entrar, mientras avanzábamos, los gemidos me excitaban más y más, solo pensar que todos me oirían gemir me hacía sentir más y más una puta.
Al entrar al cuartucho encendió un foco que apenas alumbraba dejándonos a media luz, una vez que oí el click de la llave, en un segundo muchas cosas cruzaron por mi mente, me dio miedo estar allí sola en casa de un desconocido, saber que me iba a poseer, que quizás invitaría a varios a hacerlo, que no iba a llegar a casa con mi marido por estar en otra parte de puta ¡MI MARIDO! ese recuerdo me hizo querer salir corriendo, pero al dar la vuelta él no me dio tiempo a nada, al voltear nos topamos de frente y volvió a sujetarme el trasero con una mano mientras la otra me sujetó violentamente el cabello y metía su lengua en mi boca en un beso salvaje al tiempo que sus manos acariciaban mis muslos subiendo la falda y amasaban mis pompis, fue todo, la intensa calentura ahogó cualquier miedo y volvió a encenderme. Ya no importaba nada ni nadie, solo quería ese miembro viril en mi conejito.
Luego me volteó para poner su bulto en mi trasero y puntearlo al tiempo que mordía mi cuello apretujando mis pechos salvajemente, me quito la chamarra arrojándola, luego bajó la parte de arriba de mi vestido y luego subió mi falda, para meter sus dedos dentro de mi tanga hurgando mi encharcado clítoris mientras su otra mano sobaba mis pechos ¡AH, AH, AH, PAPITO, AH, AH, AH! ya no me importaba que me oyeran, era suya y quería disfrutar que nadie me conocía para portarme como lo que este macho me hacía sentir: Una puta cualquiera.
Sus manos se metían bajo mi falda acariciando mis caderas y jugando con mi encharcado clítoris, luego sacaba sus dedos para olerlos y luego meterlos en mi boca haciéndome probar el resultado de mi excitación al tiempo que me arrancaba el brasiere y estrujaba mis pezones duros como piedras. Con las manos hacia atrás desabroché su pantalón, saqué su camisa sobando su panza, traté de bajar su pantalón que terminó por caer y quedó en bóxer y la bajé también temblando de excitación, lo que hizo que su pene saltara poderosamente como un resorte, lo toqué y era grueso y ya escurría semen, entonces me bajó la falda dejándome en tanga y bajó lamiendo mi espalda y acariciando mi cuerpo hasta llegar a mis pompis empezando a morderlas suavemente, luego las sujetó en cada mano abriéndolas y su lengua se metió en mi ano después de hacer a un lado la tanga "¡AAAAAAGGGGGGGGHHHHHHHHH!" Lamía mi ano y haciéndome abrir as piernas metió su mano a mi clítoris por debajo, me estremecía gritando, gemía "¡¡¡PAPI, PAPITOOO, COMETE TODO MI CULO Y MI CONEJITO MI AMOR!!!" Lamía y lamía, cada lengüetazo me hacía estremecer hasta arrancarme otro orgasmo que mojó sus manos de mis jugos.
Cuando vio mi corrida me volteo y de pie se comió mi boca y su lengua recorría mi lunar una y otra vez enloqueciéndome mientras su pene rozaba la entrada de mi conejito por encima de la tanga haciéndome temblar. Luego bajó a mis pechos para comérselos, morderlos golosamente mientras sus manos amasaban mi trasero a placer y me daban tremendas palmadas que sonaban por todo el cuartucho, mordía y lamía mis pezones.
Luego me acostó en la cama boca arriba y me quitó la tanga y comenzó a lamer y acariciar mis piernas desde la punta de los dedos subiendo lentamente de manera que todos mis puntos sensibles fueron estimulados hasta la locura. Cuando llegó a los muslos los lamía y chupaba en su cara interna, externa, de arriba a abajo, hasta llegar a mi conejito, yo ya no sabía de mí, había perdido la razón en esa vorágine de pasión desenfrenada, sin límites ni pudor. Cuando llegó a mi conejito abrió mis piernas y metió su dedo en mi ano.¡OOOOOOHHHHHHHHHH! exclamé y entonces me dijo ¡TE DIJE QUE IBA A DISFRUTAR TODO TU CUERPO Y LO VOY A HACER! Y entonces su lengua se metió en mi conejito para recorrerlo saboreando mis jugos que escurrían en abundancia, lamía y succionaba mi clítoris de manera animal, semejante a un perro al grado de hacer que me corriera otra vez en su boca.
Entonces me volteó boca abajo y luego abrió mis piernas colocando una almohada abajo, así tenía mi conejito y mi ano a su disposición al mismo tiempo, ¡¡¡SI SUPIERA TU MARIDO DONDE ESTAS Y LO QUE TE ESTOY HACIENDO!!! Cuando dijo eso, me sentí una zorra, una cualquiera, pero también me llenó de más de morbo, de placer sucio saber que estaba en casa de otro hombre y me iba a follar y a quedar a dormir. Pero ahora no regresaría a casa, mi marido no sabría donde estoy y quizás terminaría por descubrir que su santa mujercita era en realidad una zorra.
Pero ya no hubo tiempo de pensar más, una de sus manos empezó a manosear mi espalda hasta llegar a mi trasero y amasarlo, sentía delicioso como esa mano rasposa manoseaba mis pompis, pero me dio curiosidad que no usara ambas y voltee ligeramente para ver por qué y vi que me filmaba con su celular, recorría desde la espalda hasta mi ano, me enloqueció saberme filmada "Voy a subirlo a la red culera jejejejejejeje" me excitaban su guarradas, entonces la mano que amasaba mi trasero sujetó su pene y lo colocó en la entrada de mi conejito y mientras filmaba comenzó a meterlo lentamente arrancándome gritos de placer y dolor porque era muy gruesa y larga, ligeramente curva hacia arriba, lo que hacía que raspara más, terminó de meterla y empezó a bombear lentamente, cada que bombeaba mi trasero chocaba en su panza y entonces aceleró el ritmo salvajemente, solo se oía el chaca chaca de las embestidas y mis gemidos ¡AH, AH, AGGGHHH, AAAHHH, AH, AH, AHH, AAAAYYYYY, MI AMOR, AAHHHH, COJEME! él seguía filmando y bombeando salvajemente ¡QUE RICO REBOTA TU CULOTE EN MI PANZA CULERA! Me decía y por respuesta solo obtenía gemidos.
Continúa....
Casi no pasaban coches, lo que él aprovechaba para besarme locamente, sus manos estrujaban mi cabello, recorrían mi cintura hasta mi trasero que sujetó fuertemente con sus manos al tiempo que bajando mi brasiere succionó mis pechos mientras punteaba mi conejito, fue todo, una descarga me recorrió, estaba teniendo un orgasmo. La situación me tenía loca. Su perfume, su boca y aliento quemaban mi piel, sus manos me encendían y sus guarradas taladraban mi alma y mi mente sometiéndome, aún no me penetraba y ya me había vuelto loca. Entonces me volteó apoyando mis manos en la columna, subió mi falda viendo mi tanga metida entre mis pompas y abriéndolas puso su bulto en mi trasero, restregándolo para luego sujetarme de la cintura y puntearme el trasero. Me hacía gemir intensamente mientras me estiraba el pelo al tiempo de darme varias palmadas en el trasero.
"¡SI PAPITO, COMEME, COMEME TODA!" le dije entre gemidos. Entonces me abrazó fuertemente por detrás sujetando mis pechos y mientras su boca mordía mi oreja y restregaba su bulto en mi trasero al tiempo que decía "Mamacita, se ve que estas caliente, yo también, quiero metértela, quiero cogerte" yo solo gemía "¿Quieres ir a un lugar más privado para que estemos solos?" solo asentí entre gemidos. Me tenía en sus manos.
Me sujetó de la mano y entramos a una calle semi oscura, yo lo seguía sumisamente, lo seguía temblando, sabiendo que no había marcha atrás. Temblaba de la tremenda calentura que la situación producía en mi cuerpo: Un desconocido me había seducido y ahora iba a su casa para ser follada por él totalmente sometida y deseosa de que ese hombre saciara en mí sus deseos carnales más sucios. Ni yo misma me reconocía, este hombre había despertado en mi deseos de ser poseida como una puta, de ser su juguete al grado de seguirlo sin medir consecuencias, sin importarme nada ni nadie, era la segunda vez que le era infiel a mi esposo, la primera había sido con mí primo, pero aquí un desconocido me iba a hacer suya...
Después de caminar varias calles llegamos a una vecindad mal oliente y sucia, llena de casuchas de madera, cuando entramos por el pasillo oí gemidos de mujeres mientras eran poseídas y pensé ¡Me trajo a un prostíbulo! y vacilé, él al darse cuenta intuyó lo que pasaba y me dijo "No te preocupes mamita, no es un congal, es una vecindad, todos somos hombres solos y mis camaradas están cogiéndose a hembras como tú" y me dio un tirón haciéndome entrar, mientras avanzábamos, los gemidos me excitaban más y más, solo pensar que todos me oirían gemir me hacía sentir más y más una puta.
Al entrar al cuartucho encendió un foco que apenas alumbraba dejándonos a media luz, una vez que oí el click de la llave, en un segundo muchas cosas cruzaron por mi mente, me dio miedo estar allí sola en casa de un desconocido, saber que me iba a poseer, que quizás invitaría a varios a hacerlo, que no iba a llegar a casa con mi marido por estar en otra parte de puta ¡MI MARIDO! ese recuerdo me hizo querer salir corriendo, pero al dar la vuelta él no me dio tiempo a nada, al voltear nos topamos de frente y volvió a sujetarme el trasero con una mano mientras la otra me sujetó violentamente el cabello y metía su lengua en mi boca en un beso salvaje al tiempo que sus manos acariciaban mis muslos subiendo la falda y amasaban mis pompis, fue todo, la intensa calentura ahogó cualquier miedo y volvió a encenderme. Ya no importaba nada ni nadie, solo quería ese miembro viril en mi conejito.
Luego me volteó para poner su bulto en mi trasero y puntearlo al tiempo que mordía mi cuello apretujando mis pechos salvajemente, me quito la chamarra arrojándola, luego bajó la parte de arriba de mi vestido y luego subió mi falda, para meter sus dedos dentro de mi tanga hurgando mi encharcado clítoris mientras su otra mano sobaba mis pechos ¡AH, AH, AH, PAPITO, AH, AH, AH! ya no me importaba que me oyeran, era suya y quería disfrutar que nadie me conocía para portarme como lo que este macho me hacía sentir: Una puta cualquiera.
Sus manos se metían bajo mi falda acariciando mis caderas y jugando con mi encharcado clítoris, luego sacaba sus dedos para olerlos y luego meterlos en mi boca haciéndome probar el resultado de mi excitación al tiempo que me arrancaba el brasiere y estrujaba mis pezones duros como piedras. Con las manos hacia atrás desabroché su pantalón, saqué su camisa sobando su panza, traté de bajar su pantalón que terminó por caer y quedó en bóxer y la bajé también temblando de excitación, lo que hizo que su pene saltara poderosamente como un resorte, lo toqué y era grueso y ya escurría semen, entonces me bajó la falda dejándome en tanga y bajó lamiendo mi espalda y acariciando mi cuerpo hasta llegar a mis pompis empezando a morderlas suavemente, luego las sujetó en cada mano abriéndolas y su lengua se metió en mi ano después de hacer a un lado la tanga "¡AAAAAAGGGGGGGGHHHHHHHHH!" Lamía mi ano y haciéndome abrir as piernas metió su mano a mi clítoris por debajo, me estremecía gritando, gemía "¡¡¡PAPI, PAPITOOO, COMETE TODO MI CULO Y MI CONEJITO MI AMOR!!!" Lamía y lamía, cada lengüetazo me hacía estremecer hasta arrancarme otro orgasmo que mojó sus manos de mis jugos.
Cuando vio mi corrida me volteo y de pie se comió mi boca y su lengua recorría mi lunar una y otra vez enloqueciéndome mientras su pene rozaba la entrada de mi conejito por encima de la tanga haciéndome temblar. Luego bajó a mis pechos para comérselos, morderlos golosamente mientras sus manos amasaban mi trasero a placer y me daban tremendas palmadas que sonaban por todo el cuartucho, mordía y lamía mis pezones.
Luego me acostó en la cama boca arriba y me quitó la tanga y comenzó a lamer y acariciar mis piernas desde la punta de los dedos subiendo lentamente de manera que todos mis puntos sensibles fueron estimulados hasta la locura. Cuando llegó a los muslos los lamía y chupaba en su cara interna, externa, de arriba a abajo, hasta llegar a mi conejito, yo ya no sabía de mí, había perdido la razón en esa vorágine de pasión desenfrenada, sin límites ni pudor. Cuando llegó a mi conejito abrió mis piernas y metió su dedo en mi ano.¡OOOOOOHHHHHHHHHH! exclamé y entonces me dijo ¡TE DIJE QUE IBA A DISFRUTAR TODO TU CUERPO Y LO VOY A HACER! Y entonces su lengua se metió en mi conejito para recorrerlo saboreando mis jugos que escurrían en abundancia, lamía y succionaba mi clítoris de manera animal, semejante a un perro al grado de hacer que me corriera otra vez en su boca.
Entonces me volteó boca abajo y luego abrió mis piernas colocando una almohada abajo, así tenía mi conejito y mi ano a su disposición al mismo tiempo, ¡¡¡SI SUPIERA TU MARIDO DONDE ESTAS Y LO QUE TE ESTOY HACIENDO!!! Cuando dijo eso, me sentí una zorra, una cualquiera, pero también me llenó de más de morbo, de placer sucio saber que estaba en casa de otro hombre y me iba a follar y a quedar a dormir. Pero ahora no regresaría a casa, mi marido no sabría donde estoy y quizás terminaría por descubrir que su santa mujercita era en realidad una zorra.
Pero ya no hubo tiempo de pensar más, una de sus manos empezó a manosear mi espalda hasta llegar a mi trasero y amasarlo, sentía delicioso como esa mano rasposa manoseaba mis pompis, pero me dio curiosidad que no usara ambas y voltee ligeramente para ver por qué y vi que me filmaba con su celular, recorría desde la espalda hasta mi ano, me enloqueció saberme filmada "Voy a subirlo a la red culera jejejejejejeje" me excitaban su guarradas, entonces la mano que amasaba mi trasero sujetó su pene y lo colocó en la entrada de mi conejito y mientras filmaba comenzó a meterlo lentamente arrancándome gritos de placer y dolor porque era muy gruesa y larga, ligeramente curva hacia arriba, lo que hacía que raspara más, terminó de meterla y empezó a bombear lentamente, cada que bombeaba mi trasero chocaba en su panza y entonces aceleró el ritmo salvajemente, solo se oía el chaca chaca de las embestidas y mis gemidos ¡AH, AH, AGGGHHH, AAAHHH, AH, AH, AHH, AAAAYYYYY, MI AMOR, AAHHHH, COJEME! él seguía filmando y bombeando salvajemente ¡QUE RICO REBOTA TU CULOTE EN MI PANZA CULERA! Me decía y por respuesta solo obtenía gemidos.
Continúa....
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