
Karen la hija del Pastor Capitulo 5
Racordemos que Don Pricilo y la joven hija del rabino estaban en plena luna de miel, y que Andrea la bella y Rubia madre de Karen fue testigo en forma casual de como su hija Karen recibía de parte del Jardinero una brutal y colosal culiada, dejándola en un estado de calentura total al recordar las imágenes de ver a su hija gozando como una perra en manos de un horrible y viejo sujeto, que tenía entre sus piernas un aparato vergal tan grande y monstruoso que ella nunca antes hubiera imaginado.
Andrea ya un poco más tranquila por la distracción de estar ocupada en los hermosos rosales que adornaban el ante jardín de su casa, por unos momentos casi se había olvidado de los vejámenes de los cuales disfrutaba su hija, estaba concentrada en sus rosas y con sus manos enguantadas cuando vio que don Pricilo iba saliendo…
--Buenos días suegrita, jejeje, le saludo burlonamente…
Andrea no pudo evitar fijarse en la ennegrecida dentadura del asqueroso hombre y no supo el por qué, pero también le dedico una leve mirada al paquete de aquel asqueroso sujeto.
--Buenos días don Pricilo, veo que va un poco atrasado, le dijo muy seria…
--Si la verdad me atrase un poquito, jejeje, lo que pasa es que mi esposa no me deja salir si no la atiendo como a ella le corresponde jejeje, le contesto fijando su perversa mirada en las suculentas tetas de Andrea, Ayyy mamita que rica que estas, como me gustaría partirte la zorra a vergazo limpio y preñarte a la primera, pensaba el degenerado…--Bueno ya me voy que luego le debo ir a dejar unos documentos a mi suegrito, jejeje…
--Que le vaya bien don, y no vuelva tarde, que le esperaremos a almorzar…
--Cuenta con ello ricura, jejeje, adiós, dijo subiéndose a su cacharreante camioneta, para luego desaparecer…
Andrea quedo pensativa, y por qué le dijo que lo esperarían a almorzar?, se preguntó, si solo hace poco rato había sido espectadora de como este odioso hombre humillaba a su propia hija, a lo mejor la rabia ya estaba pasando por parte de ella se dijo para sí misma, además que le gustase o no el hombre era de la familia y no debía discriminarlo, pero aun así no dejaba de pensar en lo que había visto solo hace una hora, no se explicaba y ya no sabía si era normal la animal forma en que se apareaba Karen con aquel asqueroso y viejo sujeto, extrañamente comenzó a sentir un hormigueo que le recorría en la sangre, recordaba la desenfrenada forma en que se movía el desnudo cuerpo de su hija contra la monstruosidad vergal de su ahora yerno don Pricilo quien se la metía y sacaba sin compasión, la fiereza de los azotes que ella había recibido en su cuerpo y que parecía disfrutar…
Una vez duchada se encamino nuevamente hacia la sucia cabaña, pensando en las lamentables condiciones en que encontraría a su hija, pero la encontró feliz de la vida ordenando sus cosas y las de su marido, estaba solamente ataviada por un ligero vestido tipo solera, aunque se notaba que recién venia saliendo de darse una ducha…
--Y tú no te vas a vestir?…le consulto a forma de broma su madre, al observar el ligero atuendo en que se había vestido su hija…
Karen lo pensó un poco pero le contesto de la misma forma…
--Y para que si a lo que llegue mi marido me va a ordenar sacármela, ambas se miraron y se pusieron a reír, Andrea quería contestarle con otra tontería, pero ella no manejaba las palabras para hacerlo y mientras más buscaba las palabras, mas era atacada por la jocosidad, hasta que a las dos les salieron lágrimas de risa…
--Hoy quiero que almorcemos juntos, así que no vayas a servirle en la terraza, lo haremos en el comedor, ya es tiempo de hacer las paces…
Don Pricilooo…, perdón!! Mi marido… me conto anoche, que haremos un asado para celebrar nuestro primer mes de casados, él quiere que sea algo íntimo y aprovechando que no estará papá, podremos ocupar tranquilamente el patio y así él también se puede servir sus cervezas que tanto le gustan sin importunarlo…además que el me pidió que te invitara para ese día, ya que papá no estará en casa…ves? Si no es tan malo como se ve…
Por la mañana Andrea, vio salir la gruesa figura de don Pricilo quien se acercaba con todo su obeso cuerpo sudado y solamente vestido con unas bermudas floreadas, ella mantuvo la calma, y casi cae desmayada cuando este entro a la cocina y descaradamente se ubicó justo detrás de su cuerpo haciéndole sentir su dura virilidad contra su trasero que gracias a dios lo tenía protegido por el pantalón deportivo, diciendo…
--Con permiso suegrita, jejeje…, a la vez que alargaba su mano hacia la hielera y sacaba una botella de agua mineral, --Es que mi mujer tiene sed, jejeje, sintió su aliento a cerveza y su voz muy cerca de sus oídos, esto sumado a la tremenda dureza que tenía encajada al medio de sus nalgas, hicieron que unos ricos y extraños escalofríos le nacieran desde su húmedo tajo íntimo y le recorrieran por todo su cuerpo haciéndole erizar todos los pelos de su cuerpo, incluso sus doradas vellosidades intimas, --La dejo, jejeje, ya que estamos ocupados, jejeje, termino diciéndole el yerno a su suegra.
Andrea lo vio dirigirse a su cabaña, observando esas anchas y peludas espaldas con su panza también llena de tiesos pelos de macho que lo cubrían casi en su totalidad, hasta que lo vio desaparecer dando un sonoro portazo, pero que varonil era don Pricilo para sus cosas!, pensó por un momento, pero luego se recrimino por pensar así de aquel hombre viejo y feo…
--Pero que es lo que me pasa por Dios!!, si es el esposo de mi hija!! y recordó cuando casi sucumbe a las pretensiones del otro odioso viejo de don Urias, que era tan feo y desmadejado como este otro, a estas alturas los gritos de Karen ya habían comenzado dentro de la casilla, Ahora la deben estar azotando por Dios!!, se decía totalmente escandalizada, por lo que decidió encender la televisión para distraerse en otra cosa, ya que por unos instantes pensó en la insania de aventurarse en ir a espiar a la pareja, pero los fuertes y escandalosos bramidos de animales en celo que daban los amantes la tenían entre molesta y caliente, sentada en el cómodo sillón subía una pierna sobre la otra, para luego de unos segundos repetir la operación cambiando una pierna con la otra, por cada cambio que ella hacia sentía una exquisita fricción en su fina ranura intima que ya estaba toda mojada, no se explicaba cómo le podía suceder esto ahora, ya que nunca en su vida lo había experimentado, dado la seria y recatada vida que le daba su aburrido Marido.
Andrea estaba confundida, este horrible vejete era endemoniadamente caliente y no se explicaba como su hija podía compartir cama con tan odioso sujeto, pero la pobre no se dio cuenta que ahora ya era ella quien al ver salir la odiosa presencia de don Pricilo era ella quien dejaba de hacer en lo que estaba ocupada e iba a posar su esbelta figura a cualquier parte de la cocina y ya esperaba con ansias que don Prici fuese a buscar cualquier cosita al refrigerador…lo que él quisiese pensaba la rubia ahora en su eterna espera de sentir esa caballuna tranca que tan exquisitamente se la posaban en sus nalgas por espacios de unos buenos segundos.
También a la señora de la casa se le hizo costumbre andar espiando al Jardinero en sus tareas por el patio, en eso estaba y fue cuando la imagen de su propia hija la saco de su estado de semi calentura, la vio salir con una cerveza heladita y transpirada para ofrecérsela a su macho que se la zampo en solo tres guerguerazos, para luego al terminar con la tarea lo vio tomar a Karen como si ella fuese un saco de algo, y echársela a los hombros con ella muerta de la risa, hasta verlos que desaparecieron con uno de los sonoros portazos que el viejo le daba a la puerta cada vez que se encerraba con su hembra para intimar, y se preguntó que por qué a ella no le sucedían cosas así, su hija al parecer se lo pasaba muy bien con su marido.
Llego el tan esperado viaje para Eduardo, el hombre de familia se ausentaría por 15 días del hogar, no imaginándose nunca lo que se venía ahora para su ya casi segregada familia, y de cómo le jugarían muy para su contra el mantener a su pedazo de hembra que tenía por esposa en un forzoso estado abstinencia sexual y necesitada, ya que esas eran cosas cochinas para él, por lo menos eso era lo que el testigo de jehova le decía a Andrea, así que ya estaba todo dado para don Pricilo, por fin se había quedado solo con los dos bellos ejemplares de hembras y más encima de dueño de casa.
Y llego el tan esperado día, Karen le explicaba a su madre como sería la celebración …mamá, hoy será diferente, don Pricilo mi marido instalará el equipo de música en la terraza, y beberemos cerveza, y ahora que no está papá tu deberías animarte y pasar un buen rato con nosotros…vamos anímate! si no es tan pesado, le rogaba la chica a su madre, ya que Karen también estaba ajena a las pretensiones de su viejo esposo --Mira arreglémonos como lo hacíamos antes, para que mi esposo vea lo hermosas que somos y además que papa no estará, así que no podrá decir nada de todas esas cosas que nos prohibía cuando íbamos a salir…
Una vez almorzadas, se fueron a la habitación de Andrea y estuvieron casi por una hora y media probándose ropa, hasta que ya decididas, se quedaron vestidas ambas con unos vestidos de similares características, Karen eligió el amarillo que había usado su madre para su matrimonio, y Andrea escogió un vestido muy parecido color azul, ambos les llegaban hasta medio muslo, enfundaron sus suaves y torneadas piernas en exquisitas medias de seda, acompañado por ponerse ambas mujeres unas exquisitas sandalias con taco alto, maquillaron sus cutis con suaves tonalidades, y para coronar el femenino acicalamiento, y con la sana intención de jugarle una broma al pobre viejo de don Pricilo, Karen peino su cabello con chasquillas y le pidió a Andrea que hiciera lo mismo.
Una vez listas se fueron a mirar al espejo, quien hubiera visto aquella celestial imagen de ver a dos encamables hembras en tal estado de femineidad, una con un sabroso vestido amarillo a la altura de sus bien formados muslos, con un escote que dejaba ver sabrosamente el nacimiento de las carnosidades de un buen par de tetas muy bien puestas en su lugar, y con un exótico peinado en su alisada y negra cabellera con tonalidades naturalmente azuladas, haciendo el digno emblema de quien fuese la reina del Nilo, y la otra de iguales y auténticas características, vestida con un similar vestido azul, pero con dos rubias trenzas de estudiante otorgándole la candidez e inocencia de una genuina y primeriza adolescente, con unos cuerpazos de endemoniadas curvas infernales y de concurso, sencillamente hubiese caído en la insania, no imaginando nunca de que se trataban de madre e hija, de verdad que ahora sí parecían que fuesen hermanas… se los juro!!!!!!
Cuando sintieron que el afortunado viejo ya llegaba para alegrar el ambiente. Don Pricilo venia cargado con sendas bolsas de supermercado en donde traía todo lo necesario para entretener y embaucar a ese par de zorras que lo estaban esperando, pero claro que aunque ambas eran totalmente apetecibles, su atención estaba más puesta en una (en la rubia), que en la hija y cuando las vio ponerse de pie ante su llegada, el pobre casi sufre un repentino infarto al corazón,
--Mujer sírvele una cervecita a tu mami, jejeje, le decía ahora el vejete a su joven esposa, mientras se comía a la rubia mujer con su caliente mirada…
--No se preocupe don Pricilo, contesto rápidamente Andrea, --Tomare jugo, yo no acostumbro a beber…, dijo esto mientras abría una botella de zumo de naranja y se servía en un vaso…
El vejete no se cansaba de admirar ambos cuerpos de las apetecibles hembras. Aunque Karen ya era su mujer y la podía tener las veces que él quisiera, y si no hubiese sido por la situación que se estaba dando, no lo hubiera dudado para arrastrarla hacia la cabaña y cogérsela hasta la saciedad, pero se consolaba que ya habría tiempo para ello, por ahora tenía que dejar seguir el curso de los acontecimientos, la rubia tenía que caer sí o sí.
Andrea estaba entretenida con toda esta situación, ya que todo esto era distinto a la rutinaria vida que llevaba con su apático y convencional esposo, ahora vio cuando Karen habría un paquete de cigarrillos y muy suelta de cuerpo encendía uno y se ponía a fumar sin ni siquiera inmutarse de que estaba ella presente, al instante recordó, que la niña ahora estaba casada, por lo tanto el único que podía llamarle la atención era su marido, esta situación en vez de enojarla la hicieron reír debido a todos estos extraños cambios que se habían sucedido en torno a su familia en el último tiempo, por lo que decidió servirse una cerveza, total su marido no estaba y seria solo una…
El vejete ya estaba más que caliente al andarse paseando a sus anchas entre las dos hermosas mujeres, que esta misma tarde se habían arreglado solo para él, todo apuntaba a que sus vaticinios se iban a cumplir,
Luego de un rato el trio siguió con la tertulia, y fue cuando don Prici saco de un cooler, una poderosa botella de Jack Daniel"s envejecido y sin preguntar nada a las hembras, sirvió tres generosos vasos con hielo y con este místico brebaje, que fueron muy bien recibidos por ambas, y que según lo aconsejado, los efectos proporcionados en la mente de las dos encamables mujeres, lo podrían llevar al paraíso del éxtasis…
Cuando ya llevaban casi un cuarto de botella de wiski bebida, estaban los tres sentados en un cómodo sofá, con don Pricilo al medio de las dos mujeres, muertos de la risa y disfrutando del frescor de la tarde, ya casi anochecía y hablaban cosas sin sentido, el vejete y Karen a ratos se besaban en forma desaforada solo a centímetros de donde estaba la estimulada rubia, y por cada escandalosa leperada o salida del asqueroso hombre, las mujeres caían en un estúpido e histérico ataque de risa en donde este aprovechaba para manosearlas a ambas.
Andrea no sabía en qué momento había dejado a que ese desmadejado viejo le pusiera sus manos en su cuerpo, pero en este momento se la estaba pasando muy bien y poco le importaba que esto estuviera sucediendo, además que ahora lo encontraba muy simpático.
Al rato el fuerte volumen de la música ya alegraba el ambiente en el patio trasero de la casa, las dos mujeres conversaban y reían con los chistes que el hombre les contaba, luego de un momento Karen le recordó a su marido que este le iba enseñar a bailar, por lo que don Pricilo muy entusiasmado fue a poner música apropiada. Y al ritmo de… “a ella le gusta la gasolinaaa, quiere más gasolinaaa…”, comenzó con su pedagógica sesión de reggaetón…
La apetecible madre miraba sentada desde una esquina de la terraza como se reía su hija con ese hombre viejo y feo que ahora tenía por esposo, pero en estos momentos que estaba compartiendo un poco más con ellos, todo indicaba que en la pareja todo andaba bien, su hija se veía muy contenta y feliz, mientras en el lugar en donde estaban los bailarines, el viejo Pricilo daba sus conocimientos de baile a su joven aprendiz…
--Así pendejaaa! Menéameee el culooo!, le gritaba el vejete con la lúdica intención que su esposa aprendiera a bailar, -- Menéameee el culooo!, mas rapidooo!!, mas rapidooo!! Como si estuviésemos culiandooo!!, continuaban las instrucciones que don Pricilo le daba Karen, a como ella tenía que perrear.
Andrea muy entretenida de mirar aquellas extravagantes clases de baile ya bebía sin ningún tipo de recato, veía como el sensual cuerpo de su hija se restregaba contra el aparato de aquel viejo, y como este también hacia movimientos coitalmente diabólicos, profanando las femeninas formas de su hija, pero esto la entretenía ya que sabía muy bien que así se bailaba este tipo de música, y por el alto volumen en que tenían el equipo musical, no escuchaba los gruesos apelativos en que don Pricilo daba sus clases…
Andrea no dejaba de mirar cómo se movían aquellos dos cuerpos simulando estar teniendo sexo pero con ropa, Karen ya le había tomado el ritmo al asunto, en este momento y con lo que ya había visto en una oportunidad, se imaginaba que tal vez así mismo también se dedicarían a follar una vez que ellos se retiraran a sus habitaciones, esta sola idea no hicieron más que enardecerla, su cara había adquirido rosáceas tonalidades, disimuladamente frotaba sus muslos y rodillas para sentir las eróticas sensaciones que ya se habían instalado en el centro neurálgico de su rubia hendidura que estaba siendo atacada por ricas punzadas que no la dejaban en paz, por un momento pensó en ella también animarse a que le enseñaran a culiar… perdón a bailar corrigió su mente.
Sentía las tremendas ganas de sentir esa gruesa verga junto a su cuerpo y moviéndose, tal como la había sentido en las veces que había sido asaltada en la cocina. Ante el descabellado pensamiento que había cruzado por su cabeza de nuevo erróneamente pensaba que bebiendo superaría este estado, en cual ya la tenían imaginando a su propia hija desnuda y revolcándose con ese horrendo hombre, su respiración ya se había agitado.
La pareja de bailarines ya habían terminado su sesión de aprendizaje, y se fueron a conversar con la rubia mujer que esperaba sentada, el vejete no podía dejar de mirar esos poderosos muslos, tapados hasta la mitad de ellos, uno arriba del otro y como su dueña coquetamente movía una pierna producto de los nervios que sentía de solo imaginar en las cercanías de su cuerpo en que se encontraban esas gruesas pulposidades vergales que tanto la atraían en estos momentos, el alcohol ya estaba haciendo los primeros estragos de la noche en el cuerpo de Andrea.
Don Pricilo en su estrategia de embriagar a ambas mujeres había previsto que su primer y principal objetivo era que Karen fuese la primera en sucumbir a los efectos del alcohol, para que su mente se le borrara y así el poder quedar a solas con la rubia, por lo que las dosis más altas del brebaje eran para Karen, las de Andrea eran medianas, y por supuesto que las que se servía para el eran suavecitas, además que en reiteradas ocasiones arrojaba el contenido de su vaso para hacer creer a las mujeres que ya se lo había bebido y para que ellas lo secundaran en la parranda.
En una oportunidad en que Karen había ido a mojarse la cara, ya que se sentía muy mareada, el viejo le estaba contando a la rubia una anécdota de cuando él había tenido que sobrevivir perdido en las montañas (que eran puras mentiras), Andrea lo escuchaba con admiración a la vez que con sus dos manitas jugaba con una de sus doradas trenzas producto de la ansiedad y de los nervios que sentía su cuerpo al estar tan cerca de un verdadero hombre, pero toda esta magia fue bruscamente interrumpida cuando vio como Karen al llegar donde estaban ellos, tomo al hombre para que fuera a bailar con ella y con mucha rabia observaba como el vejete era asaltado por su hija quien casi se lo estaba comiendo en ardientes besos, don Pricilo por su parte aprovechaba para descaradamente agarrarle el culo y las tetas y todo en su presencia.
Andrea quien su mente ya estaba muy desorientada, lamentaba estar pasándolo tan bien con don Pricilo y que ellos dos no pudiesen estar solos, la presencia de su hija como que a estas alturas le molestaban y le incomodaban, además que veía que Karen estaba bebiendo más de la cuenta. El vejete estaba atento a todas las reacciones y cosas que hacia Andrea, ya casi se imaginaba tener sus manos y verga puestas en aquel poderoso y rubio cuerpo…
--Mejor iré a cortar la carne, se dijo la rubia quien estaba realmente molesta con la metiche de su hija…
Andrea se arrimó a la mesa en donde se encontraban las bandejas con carne y se puso a cortar para dejarla lista para cuando el hombre decidiera tirar toda la carne a la parrilla, de reojo los observaba bailar y beber, su mente ya estaba decidiendo que si el viejo volvía a ofrecerse para ensañarle a bailar ella aceptaría, en esto la pareja ya se estaban sirviendo más trago, la botella de Jack ya iba en más de la mitad, de pronto vio que su hija estaba bailando sola con sus ojos cerrados y con un cigarrillo en la mano, como si estuviese ida. En eso sintió que era tomada firmemente por su cintura y casi se deshace cuando el terrible aparato de don Pricilo se posó y acomodo en sus esponjosas nalgas, vio los velludos brazos del vejete rodearla y tomarla de sus mismas manitas que estaban intentando cortar un buen pedazo de filete…
--Necesitas ayuda reinita!, jejeje, Andrea sintió el aliento del viejo que resoplaba muy cerca de sus oídos…
Andrea cayó en un estado de fascinación calenturienta al escuchar decir al vejete reinita, sumado a que solo a unos cuantos metros estaba su hija bailando con sus ojos cerrados mientras el caliente de don Pricilo la punteaba con descaro, y sumado a que sentía como aquella monstruosa verga iba adquiriendo una dureza inigualable como a su vez irse acomodando entre medio de sus nalgas…
--Y te gustaría que afiláramos los dos?, yo te podría estar afilando por toda la noche, mamacitaaa!!, ya diciendo esto último el viejo perdió total compostura y la agarro firmemente de aquellas dos montañas de carne que la rubia tenia por tetas, Andrea totalmente caliente pero cuidando que su hija no los fuera a ver, la observaba y vigilaba como ella seguía moviendo su cuerpo al ritmo de la música y con sus ojos cerrados…
--Ay no como cree don Prici… si Usted es mi yerno, usted solamente puede afilar a mi hija, la caliente y descarada mujer, quien ya evidentemente se encontraba bajo los efectos del alcohol, a medida que le hablaba a su asaltante intentaba parar aún más su portentoso culo, para que aquella cosa de carne la apuntalara aún más firmemente…
--Sí, pero con ella afilamos todos los días, ahora me gustaría afilar contigo preciosa, se ve a lo lejos que el estúpido de tu marido no te afila como es debido, jejeje, el vejete ahora también ya se la refregaba despacio pero firme…
--Shhh!! Ahhhhh!! Tiene razónnn Ud. don Priciii!!, él es malo para afilarrrr!! Y no me afilaaa como yo quisieraaa!, Andrea seguía deleitándose en imaginar esa vergota y sentirla en cualquier parte de su cuerpo, hasta que fue ella quien le soltó al afortunado vejete…--Y si yo quisiera afilarrr con Usted?… que pasara con Karennn?, que le diremossss?, preguntaba la perdida mujer que ya asumía que de lo que estaban hablando ambos era sencillamente ir a acostarse juntos, a la vez que sentía la varonil herramienta de don Pricilo muy alojada entre sus calientes nalgas…
--Nada!! Esperaremos a que se vaya a acostar y luego nos iremos a tu habitación y te enseñare algunas cositas, jejeje…
La rubia si bien estaba ebria, tampoco estaba inconsciente, o sea las cosas que ella en estos momentos se estaba dejando hacer eran producto mitad por el alcohol bebido y la otra mitad era producto de su propia calentura contenida, que solo bastaba con un empujoncito para que esta aflorara y tomara total posesión de la mente y carácter de la necesitada mujer.
Sintió como su yerno la iba jalando hacia la seguridad de un muro que sobresalía de la cocina, ella solo se dejó llevar, las sabias manos de ese hombre la estaban tratando muy bien y cuando ya se sintió fuera de la vista de su hija, el viejo Pricilo bruscamente la dio vuelta y sin darle tiempo ni siquiera a tomar aire le estampó un tremendo beso con lengua y salivas incluidas, a la vez que la agarraba firmemente de sus poderosas y duras nalgas.
Andrea sentía las hediondeces de la boca del Jardinero pero aun así tímidamente fue sacando su lengua para juntarla con la de su “yerno”, en su mente no habían remordimientos de ningún tipo, por ahora solo tenía la viva imagen de su hija desnuda y clavada en esa monstruosa verga que ella ya decidía que también tenía que probar…
--Ahhh don Pricilooo, ya dejemeee! Karen nos puede verrr!!, pedía a medias la rubia para luego continuar con el salvaje beso…
--Tranquila mamasota!! Con unos tragos más que le dé a beber… y ya no sabrá de nada… y nosotros nos podremos ir a acostar a tu habitación…, el beso continuaba con ambas lenguas buscándose con desesperación, Karen seguía bailando con sus ojos cerrados, y la calentura abstenida de Andrea crecía a pasos agigantados…
--Hágalo!!, la dejaremos durmiendo como usted dice, pero hágalo rápidooo!!, le contesto una excitada Andrea quien ya imperiosamente quería de una buena vez por todas ir a acostarse con el vejete y sentir en sus propias carnes la irrupción de aquella inmensa verga de potro que ella sabía muy bien que se gastaba el vetusto hombre.
-Jejeje, no es preciosa la niñaaa!, jejeje, le decía el despreciable sujeto, a la confundida pero extasiada mujer…
--Siii, es...ess…her…mo…saaa!, confirmaba la rubia…
Luego de haberles bailado por unos buenos minutos en donde Andrea no perdía ningún detalle del escandaloso espectáculo que le estaba dando Karen, la vio agacharse y ponerse en cuatro patas para comenzar un lento recorrido desde su ubicación hasta donde estaban ellos, pero vio como el cuerpo de su hija poco apoco se iba deteniendo, el lento recorrido cada vez era más despacio, hasta que la vio quedar inmóvil y tirada en el pasto. Se había dormido y su mente andaba perdida por los caóticos vericuetos del alcohol.
--Ahora es el momento mamasota!!, le dijo el degenerado viejo que había inducido a la joven madre a caer en la más infame condición en que se puede llevar a una mujer que en otros tiempos había sido decente, pero Andrea que estaba con la calentura sobrepasada de los parámetros normales, no estaba para autoevaluarse ni para andar con sentimientos de culpa de ningún tipo, lo que ella necesitaba en estos momentos era una buena verga, y tenía claro que ese horripilante viejo tenia lo que ella ya deseaba con desesperación, el pícaro de don Pricilo, que su tranca estaba que ya estallaba con las grandes cantidades de semen caliente que se le habían juntado en el transcurso de aquella encendida tarde.
Luego de haber acostado y cubierto el desnudo cuerpo de la joven y ebria mujer en el mismo sofá en que los depravados amantes se habían estado besuqueando, ella necesitaba probar esa verga que tenía grabada en su mente desde el bestial día en que por pura casualidad había visto metiéndose en el joven cuerpo de Karen, y quien mejor que ella su propia madre, para que su marido le pusiera los cuernos a su hija, se justificaba…
El astuto vejete no queriendo armar escándalo y a sabiendas que su joven esposa ya no se despertaría hasta que amaneciera, empezó a puntear suavemente el cuerpo de la rubia, quien correspondía tímidamente a los punteos con femeninos movimientos de caderas, con esto se iniciaba el lento recorrido de la desvergonzada pareja, hacia la habitación conyugal de la descarada y caliente mujer, que a punta de infieles besuqueos y firmes apuntalamientos llego con su obeso amante a la cama en donde consumaría la adultera relación sexual, su cama matrimonial.
Una vez que la pareja entro a la pulcra e inmaculada recamara, Andrea cayo en cuanta que ahora se tenían que acostar con aquel hombre, y debido a sus santurrones años de casada, rápidamente apago la luz de la habitación y ya se aprontaba para ponerse una de sus largos camisones, cuando nuevamente la luminosidad invadió hasta el último rincón de lo que iba a servir de nidito de amor, y vio como el vejete una vez que volvió a encender la luz, se aproximaba a su tembloroso cuerpo, observando que este venia babeando de ansiedad contenida para tomar del fruto prohibido que ella estaba a punto de ofrecerle.
El cuerpo de Andrea fue asaltado y tomado con violencia, el viejo degenerado de don Pricilo metió sus manos por entre medio de las suculentas tetas de la asustada y sorprendida mujer, empuñando vestido y sujetador al mismo tiempo y rajando de par en par ambas prendas femeninas arrancándolo del rubio cuerpo que hasta este momento había cubierto, dejando a su dueña desprotegida y expuesta a su caliente y animalesca mirada.
Andrea al verse sometida y vulnerada por primera vez en su vida a tan caliente situación solo atino a taparse con ambas manitas sus grandiosas tetas, su sonrojada cara demostraba la inmensa vergüenza de estar mostrando sus curvilíneas desnudeces a otro hombre que no era su marido, ya que ni con él lo había hecho jamás y a pesar de toda la calentura acumulada en todos estos años y para rematarla con la luz encendida, esto era espantosamente anormal, pensaba la rubia y sorprendida mujer.
De un sorpresivo y violento empujón fue arrojada al lecho matrimonial, que iba a ser testigo de la inminente infidelidad que se llevaría a cabo en sus blancas suavidades.
El vejete viendo la desesperación en que la rubia mujer se tapaba las tetas para que él no se las mirara tan descaradamente, aprovecho y casi no costándole nada de trabajo la desproveo de sus transparentes medias y de sus pequeñas pantaletas blancas y albas, sinónimo del recato y pureza de su dueña.
Estaba Andrea en estas contradicciones cuando sintió sobre su propio cuerpo desnudo la pesada humanidad de don Pricilo quien la tomo de ambas manos para mirar sus hermosas y femeninas formas en todo su esplendor, cuando el vejete poso su cerdosa mirada en la dorada rajadura intima de Andrea, y al ver la escasa población de hermosos y relucientes áureos pelitos, no pudo evitar que en su pestilente boca se le comenzaran a formar abundantes cantidades de espuma, igual que a los perros cuando contraen la rabia y supo casi en el acto que Karen era la viva plantilla de su madre, si hasta en los escasos pelitos en la zorra eran idénticas, la única diferencia era que los de su joven esposa eran negritos y brillosos, y estos que veía ahora en Andrea eran dorados como el oro, esto lo llevo a sentirse en un estado poéticamente paradisiaco e idílico.
-Tu hora llegó preciosa!!, jejeje, te calentaste tanto con todas las tanteadas que le diste a mi verga aquellos días que estabas en la cocina que hoy ya no aguantaste más, jejeje, ahora te tengo encuerada en tu propia cama que compartes con tu marido, jejeje, estas tan buena como la zorra de tu hija, y te aviso! de aquí no vamos a salir hasta que cumplas con todas las funciones que tu cuerpo me tiene reservado solo para mí, jejeje, termino diciéndole el vejete muy cerca de su cara y rubias trenzas, y volvía a morder con sus podridos dientes el exquisito labio inferior de la expectante y acalorada mujer, estirándoselo como con cariño y diciéndole. -Al principio seré medio bruto y salvaje, jejeje, pero necesito saber algo…--Se va a portar bien con el viejo Pricilo?, a lo cual Andrea ya más asustada que antes respondió solo cerrando sus hermosos ojos verdes con un leve movimiento afirmativo de su cabeza.
A continuación, don Pricilo se levantó sobre la cama, pasando sus rodillas a ambos costados de la mujer, que acostada bajo de él, ya comenzaba a retorcerse de nervios por entregarse a algo que para ella era casi desconocido.
Enseguida y aprovechando su dominante posición el vejete abrió la cremallera de su pantalón delante de los ojos de la exasperada hembra, para dejar al descubierto y a escasos centímetros del rostro de la mujer su enorme y nervuda verga en brutal estado de erección.
Andrea quien hacia grandes esfuerzos por zafarse de como la tenían agarrada, como pudo libero uno de sus brazos, pero como su nuevo ardiente temperamento era el que estaba tomando sus propias decisiones, llevo su delicada manita en dirección hacia esa monstruosidad que tenía delante de sus ojos, hasta que con los femeninos dedos de su mano, tomó la brutal herramienta con la que también jugaba su hija, y que ella había estado deseando agarrar por casi todo el transcurso de la tarde, para luego empuñarla en un tímido intento de tomar ella el control de la situación.
Pero una vez que la tuvo asida firmemente con su delicada mano, lentamente permitió que el vejete acercara ese miembro a su rostro hasta hacer contacto con una de sus mejillas, por lo que comenzó a mover lentamente su cara para acariciarlo con suavidad, sintiendo el tremendo calor que emanaba de esa colosal verga, así como las tremendas pulsaciones del enjambre de venas que parecían estar resueltas a estallar.
La excitada hembra cuando ya se hubo acostumbrado al contacto de tan monstruoso instrumento carnal, cayó en cuenta de que aquella vergal tranca de carne, y del que en un principio trató de librarse, ahora provocaba en ella un tal estado de calentura, que sentía sensaciones de irresistible deseo que la recorrían por todos los rincones de su rubia anatomía, y teniendo claro de lo que pasaría si soltaba ese pulsante miembro, lo soltó para dejar caer sus brazos extendidos sobre la cama, para que el excitado vejete deslizara esa dura y aceitosa tranca hacía su pequeña, delicada, y femenina boca, presionándola para que abriera los labios, a lo cual la madre de Karen accedió, al principio con gran timidez, simulando rechazo pero el fuerte y agradable olor que salía de esta tremenda cosa de carne hicieron que ella innatamente le diera un tierno beso, situación que fue aprovechada por el vejete para ir metiéndosela poco a poco en su fresca cavidad oral, jamás violada vergalmente.
Andrea aprovecho la situación para probarla con su lengua, para acostumbrarse a ella pensaba la rubia, hasta que luego de un rato, presa de una incontrolable desesperación que no tenían precedentes, abrió su boca engulléndose media verga al tiempo que movía su cabeza en círculos para sentir el contacto de sus labios con ese tremendo miembro masculino en toda forma posible.
Andrea con sus ojos cerrados, y sin el menor gesto de asco o remilgos, disfrutaba extasiada, lamiendo toda la extensión de ese largo y anchuroso palo carnoso, era la primera vez en practicar sexo oral, eso estaba prohibidísimo para los de su religión, el miembro masculino y la vajina no podían tener contacto con la boca de ningún miembro de la comunidad, ahora eso fue echado por tierra pues la Rubia saboreaba desde los testículos hasta el morado glande, luego lo succionó a modo de beso en todas sus partes, hasta terminar sorbiendo la dura y aceitada cabeza con morbosa fruición.

Pero qué situación más morbosa y caliente se vivía al interior de aquella habitación, con una hermosa mujer rubia y desnuda, con finas facciones angelicales, que demostraban su noble descendencia y con cuerpo de top model, pero con un poquito más de carne, degustando y engullendo una enorme verga, tan erecta que las palpitantes venas lucían como si en cualquier momento la harían estallar en mil pedazos.
--Qué te parece el tamaño de mi verga putita, jejeje, le preguntó don Pricilo como era el, con vulgaridad.
La rubia quien seguía chupando pija como endemoniada, a duras penas se pudo separar de esa gruesa verga que la tenían en un estado lujurioso jamás vivido por ella…
--Ohhhh! Don Pricilooo! No sé qué decirrr!... Es Enormeeee su cosaaa!…Le decía entre cortadamente y con su respiración totalmente agitada…--Con solo tocarselaaaa ya siento los doloreees que seguramente me hara sentirrrr!!, exclamaba la caliente y rubia señora, para casi de inmediato volver a atrapar con su boca esa descomunal erección que ahora ejercía sobre ella el mismo poder de atracción que un imán tiene sobre una pieza de metal.
Con solo ver esto el vejete cayó en un violento ataque de calentura desesperada, ya era hora de dejarse de boludeces, se decía para el mismo, ya se había culiado a la hija y ahora le tocaba a la madre, tal como él lo había pre dispuesto desde el principio, ahora estaba casi seguro que Karen aparte de haber heredado el mismo cuerpo de su madre, también lo había hecho en lo que se refiere a calentura.
Se la iba a culiar ahora mismo se decía el vejete, y mañana vería como las hacía para encamarse con las dos juntas, a la vez que recordaba la mirada de puta con la cual había mirado Andrea el cuerpo casi desnudo de su hija cuando esta les había bailado en total estado de ebriedad, pero más sorprendido quedo cuando la rubia dejando de chupar verga por un rato, le pregunto…
--Y usted don Pricilo… no se va a sacar la ropa?, le pregunto Andrea con una cara de puta que jamás en su vida se había marcado en sus elegantes facciones, con esta sola pregunta el viejo sentía que más se le endurecía la verga…
--Así que esta preciosidad de mujer quiere ser mi hembra? Jejeje…Tienes idea de las cogidas de potro que te voy a dar con esta verga?, putona preciosa!!... y de cómo hago bramar de calentura a las putas que caen en mi poder cuando les abro el culo? …le preguntaba el vejete con su cara de total degenerado, la misma que le había puesto a Karen la primera vez que la tomo casi a la fuerza, --No se lo has preguntado a la puta de tu hijaaa?...
--Nooo!, noo se le he preguntadoooo!, pero quieroooo pro…bar…looo!…quierooo ser suyaaa…, Andrea ya hervía de calentura por sentirse mujer de don Pricilo, era el alcohol en su mente la que la hacía comportarse como una verdadera fulana,
--Jajajajjaa…!!! Que puta eres para tus cosas zorra asquerosaa!! Jajaja, ni la ramera de tu hija me la ha pedido con tanta ternuraaa… Jajaja…!!! Ya verás… te voy a matar a vergazos, a ver si te quedan ganas de volver a pedirme vergaaa!...jajajaa…
--Don Pricilooo es increíbleee!, lo que usted me hace con su vergaaa!!.
Que hembra se sentía Andrea al estar completamente desnuda y a luz encendida, con semejante hombre y diciendo con total libertad estas eróticas palabras… --Mmmmm… no sé cómo decirlooo, pero pude sentir con la boca los latidos de su corazón y la inmensa calentura y las ganas que usted tiene por hacerme el amorrr!!…
--Jajajaja, te equivocas preciosaaa…jejeje, yo no te hare el amor, jejeje, te voy a culiar que es muy distinto a las boludeces que vos estas diciendo, jejeje,
--De ver…dad!! …Me… va… a… culiarrr?...la temblorosa rubia al decir todas estas leperadas no se aguantaba las ganas de estar abriendo y separando sus poderosos muslos, ya que su centro intimo ya le exigía al rubio cuerpo de la Diosa la irrupción de algo hacia su interior..
--Siii, continuaba hablándole el vejete, --Yo no le hago el amor a ninguna puta como tu zorraaa!!!, simplemente me las culeoooo!!! Y es lo mismo que te voy a hacer ahorita… te voy a tirar todos mis mocos bien adentro de tu cuerpo, los que he acumulado en toda esta tarde solo para ti ricura, jejeje… este cuerpecito tuyo ya está listo para abrirse y recibir mi verga, jejeje, en este momento eres una hembra en celo, ansiosa por que te culien, y yo soy tu verdadero macho que te echare tanto semen adentro de tu zorra y estomago que lo más probable será que ya para mañana estarás preñada, jejeje…
Dicho esto último el viejo yerno se separó del joven cuerpo de su suegra para el mismo proceder a abrirla de piernas.
El vejete no aguantando más por el degenerado espectáculo que le estaban brindando, rápidamente se despojó de todas sus ropas mostrándole a la bella mujer sus gruesas y peludas desnudeces, pero Andrea estaba solamente hechizada por esa gruesa tranca que muy pronto le iban a meter.
Una vez desnudo el vejete, y sin poder contenerse más, se lanzó encima de ella y la abrazó con fuerza, uniéndose con la furia del deseo a ese frágil, esbelto y femenino cuerpo lleno de doradas curvas, haciéndola cerrar los ojos y echar la cabeza hacía a un lado, en señal del exquisito disfrute que el caliente hombre le hacía sentir a su cuerpo y mente…
-Abre tus piernas culona, y cierra tus ojos que lo más probable es que te desmalles cuando te meta la verga…, y uniendo los hechos a las palabras, el degenerado hombre empezó con un malsano tratamiento a base de firmes apuntalamientos contra la dorada y apretada intimidad de Andrea…
La rubia sintió el aceitado y resbaloso pomo como urgía por adentrase en sus carnes y cuerpo, mientras en sus suaves mejillas sentía las ásperas verrugas del vejete que lo único que hacían eran enardecerla aún más de lo que ya estaba, quería que la partieran en dos, anhelaba que ese asqueroso sujeto de una buena ves se la follara en todas sus letras, hasta que una vez que lo sintió que este se afianzaba en sus apretados labios vaginales haciendo una dolorosa presión para adentrase a su exquisito interior, la adolorida pero todavía caliente mujer dejaba salir de sus labios el primer gemido mitad de dolor y mitad de calentura…
--Ouuuhhh! Don Pri…ci...looo… …la tieneee muy grandeeee!!...
--Lo sé putonaaa!!, pero tienes que recibirlo, no sabes las ganas que te tenía desde la primera vez que te viii,…le bufaba hediondamente el vejete encima de las narices de su amante.
Los firmes empujes continuaron en la delicada entrada de Andrea con ella aguantando como la verdadera hembra que era, hasta que el lujurioso hombre consiguió a medias lo que se proponía, su gruesa verga lentamente se fue internando en el poderoso cuerpo de la mujer de 35 años hasta que le quedo encajada en la mitad de aquella dorada rajadura.
El caliente y desesperado vejete pudo ver cuando la hermosa puta se revolcaba en la cama y debajo de su cuerpo, gritando de dolor y de placer, mientras el continuaba manteniéndola firmemente apuntalada con su verga.
--Ohhh!! Rubia de mierdaaaa!! Pero que apretada estasss… mamitaaa!!...si pareces una verdadera virgennn!!
Casi al siguiente segundo, la excitada mujer ensartada a medias, era nuevamente acomodada por el vejete en la cama, para por fin mandársela aguardar en su totalidad, pero antes le miro su hermoso rostro asustado y con doradas trenzas, el lujurioso y cochino viejo se deleitaba con la contemplación de esa visión paradisíaca, el femenino y bien formado cuerpo de esa notable mujer, tenía la forma perfecta para el tipo de apareamiento que a él más le gustaba, la del misionero, ya que así el las sentía a su entera merced y doblegadas a sus calientes movimientos de macho.
El vejete ahora empujaba, presionaba y embestía, pero su grueso armamento no entraba ni siquiera un milímetro más de lo que ya estaba metido, veía los lamentosos gemidos de aguante que hacia esa Diosa y una vez que la entrada intima de la mujer que se le estaba entregando estuvo muy bien lubricada, dio un certero y firme empujón de avance y sintió cuando su descomunal miembro se introducía, haciendo a la señora Zavala quejarse con agudos gemidos de dolor, avisando con esto que el buen hombre ya empezaba a abrir su estrecho y apretado interior íntimo, provocando en su hembra el reflejo instintivo de encoger y a abriese aún más de piernas, al sentir la dolorosa compresión invasora, pero aún faltaba por meter, ambos amantes estaban conscientes de esto.
Don Pricilo no esperó mayores incentivos, y tras otra embestida de toro enfurecido se adentró aún más… y cada vez más… y más, hasta que dio la impresión de que el hermoso cuerpo de la rubia no podría recibir una verga de esas magnitudes al interior de su esbelto cuerpo, pero el vejete sabía que si lo había hecho con la hija, también se lo podía hacer a la madre, por lo que seguía metiendo sin compasión, lo que obligó a que la joven madre, en un reflejo instintivo de protección que levantara sus brazos para apoyar las palmas de sus manos en la sobresaliente y peluda panza del excitado hombre, y tras luchar contra ella por alojarse en su interior, consiguió clavarse en su cuerpo en su totalidad.
Con cada brutal empujón, el cuerpo de Andrea se encendía como fogata, y con femeninas quejas de dolor disfrutaba de la agresividad con la que era atacada por el enfurecido hombre, que por ningún motivo estaba dispuesto a soltarla de las hermosas y bien formadas nalgas por donde había tenido que meter sus peladas manos para afianzársela con más seguridad, sus grandes manazas estaban asidas como garras a las suavidades del hermoso culo de Andrea.
Luego tras un par de buenas estocadas de avance, que la señora Andrea tuvo que soportar en completa inmovilidad con las piernas abiertas y flectadas y con los brazos caídos en la cama, el vigoroso vejete se detuvo para tomar un respiro, para luego con enojo y de un solo golpe se lo enterró hasta la raíz.

Sorprendida y boquiabierta, Andrea sentía que su viejo yerno se había internado en su cuerpo con toda la bestial hombría de ese largo, anchuroso, e inflamado miembro de potro semental, el asqueroso viejo al ver que la hembra abrió la boca como si la estuvieran apuñalando le lanzo un certero escupitajo que fue a parar en el interior de la refinada boca de la hermosa rubia.
Por su parte, la joven e infiel esposa de Eduardo Zavala, con sus brazos y piernas abiertas, sentía como su fornido violador resoplaba en sus oídos, sentía la agitada y caliente hediondez de su respiración, y a pesar del rictus de dolor que este tenía en su cara, ella sabía que el hombre se encontraba disfrutando intensamente del placer de sentirse enterrado en su delineado cuerpo, por lo que aduras penas se aventuró a solicitar…
--Ahhh! Don Pricilooo…por favorrr… mas… fir… me…!! Afilemeeee mas fuer… teeeee!!
--Jejeje…claro que si putitaaa…yo siempre cumplo con lo que digo…ahora que ya la tienes adentro puedes empezar a moverte y así aprenderás a afilarrr!!, jejeje… al terminar de decir esto último el viejo comenzó un lento mete y saca el cual fue secundado por deliciosos meneos de caderas por parte de la rubia de trenzas, movimientos que a los pocos minutos se transformaron en salvajes aserruchadas y embestidas por parte de ambos amantes.
Don Pricilo ahora le hacía sentir que verdaderamente a ella se la estaban culiando como Dios manda, y el hecho de verla con los parpados apretados, y el rostro transformado por la dolorosa excitación, el viejo más salvajemente se la culeaba, por su parte la linda mujer tenía la sensación de que el abusivo vejete se la tenía metida hasta la altura de sus pulmones, pues cada movimiento, cada acomodo, incluido el fuertísimo palpitar de las gruesas venas de esa descomunal verga, le otorgaban sensaciones que recorrían por completo todo su sistema nervioso, provocándole una calenturienta emoción hasta el momento desconocida para ella.
Sin embargo, el degenerado solo se estaba dando un respiro para controlarse, y poder iniciar una follada cuya duración sería tan prolongada como las que le había pegado a su hija, con la única finalidad de otorgarle enloquecedores efectos del placer que con su experimentada y robusta verga le iba a provocar a esta joven e infiel señora, que desde hoy pasaba a ser su puta personal al igual que la zorra de su hija.
La sangre del pobre vejete hervía mientras sentía como la parte frontal de su cuerpo hacía contacto completo con las frontales e increíbles formas de esta singular belleza, que en ese momento ondulaba la perfecta y bien formada estructura de sus caderas, acoplándola de la mejor manera a la forma vergal del robusto cuerpo de su violador, para proporcionarle a su macho la máxima comodidad y deleite posible.
La complaciente mujer clavo su frente en pecho del hombre, preparándose para la dolorosa tarea de servirle de hembra reproductora a este magnífico ejemplar con el que ahora se encontraba en pleno trabajo de apareamiento.
Casi de inmediato comenzó un encuentro en el que los movimientos de este abusivo hombre sacudían la cama y hacían crujir todos los muebles de la habitación matrimonial, Andrea por su parte asiéndose con ambas manos a las sabanas, sentía los fornicantes movimientos del sensual y caliente viejo, clavándose a fondo con cada embestida, sin retirar más de la mitad de la longitud de su endurecido miembro, para poder adentrarse mejor con cada impacto de entrada, produciéndose un rítmico golpeteo que sacudía todo su hermoso cuerpo.
Los fuertes movimientos y gemidos de apareamiento continuaron, y eran tan extremos y desvergonzados como los de un perro cuando se culea su perra urgido por alcanzar el placer de la eyaculación, hasta que la señora Andrea comenzó a estremecerse por efecto de las exquisitas sensaciones que le provocaba un asalto de tal naturaleza a su intimidad, nunca antes vivido.
Pero todo tiene su fin, y también lo tuvo el placer del viejo degenerado de don Pricilo, que después de haber penetrado y violado esa casi sagrada entrada intima, no pudo más, y dejando escapar desde su garganta un gruñido de fiera enardecida, hundió hasta la raíz su gruesa verga caballuna en el interior de la joven y rubia señora, para empezar a arrojar en su interior los abundantes, calientes, e interminables chorros de semen, mientras la joven madre de familia sentía una tremenda oleada de calor en la parte interna de su ombligo, estrellándose con furiosas repeticiones, expandiéndose a chorros con el mismo ritmo con el que pulsaban explosivamente las venas de esa enorme verga que tenía clavada hasta la raíz.
Casi instantáneamente, la excitada hembra gritó, bramo y relincho como una verdadera yegua por la emoción, y por el increíble y animal orgasmo que exploto en su cuerpo al sentir proyectarse en sus entrañas la brutal corrida orgásmica de ese horrible hombre, que por fin la había culiado en pelotas y sin ningún tipo de recato de por medio, haciéndola sentir mujer en toda sus letras.
Todo había terminado, todo había pasado, el acto de apareamiento sexual que ella tanto había deseado, había sido consumado por completo, el último espasmo dorsal de su hijo político había inyectado el último chorro de semen en el interior de su rubio cuerpo, y ahora el yacía como muerto sobre su curvilínea anatomía, y ella como buena hembra que era ahora solo se mantenía quieta y mansa con sus hermosas piernas bien abiertas, albergándolo en su íntimo interior y brindándole la seguridad de su despampanante cuerpo de mujer, pero aun así sentía su verga tan dura como al principio, eso no podía creerlo, su marido cuando tenían relaciones duraba poco y el miembro inmediatamente quedaba flácido, este no, este era distinto, sintió litros de leche descargar en su interior y sin embargo parecía que en sus pelotas todavía tenia mucho mas de espeso y reproductivo semen.
CONTINUARA… En el próximo capítulo el viejo jardinero se le antojara probar la puerta trasera de la apetecible Yegua, que ese orificio si nunca fue profanado.
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