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Fantasia en Bobures 1

Una mujer tienetres fantasías y, en parte gracias a su marido, puede cumplirlaslas tres: en un burdel y con un negrazo que maneja un instrumento impresionante.


Sirva este relato verídicoy apegado a la realidad para rendir honor a una relación extramatrimonialexcitante. Mi esposo y yo somos profesionales universitarios y ejercemosen Maracaibo. Soy una mujer trigueña, de pelo muy lacio, color negroazabache y muy brillante, mido 1 metro 71 centímetros, y un cuerpoa decir de mis allegados espectacular, tengo 42 años aunque todoel mundo piensa que tengo 32-33 años, con 61 kilos y unas piernasque son la envidia de mis hijas, mi pompi es de tamaño normal pero,firme y redondo. Mis senos son algo grandes y firmes, me mantengo muy bienya que siempre he hecho ejercicios y voy con frecuencia al gimnasio, micara es perfilada y soy de gestos muy sexy, lo cual me ha hecho ganar muchospretendientes, un amante y muchas peleas con mi marido, sin embargo enlos últimos años ya no lo hace; creo que ha entendido queestoy con él por conveniencia y por mis hijas y además nole he dado motivos de peleas ya que solo tengo sexo con él. Sinembargo en nuestras relaciones sexuales, siempre me ha obligado a que creefantasías y tres de ellas se me hicieron una obsesión y son:- La de conocer un burdel. - Trabajar como prostituta. - Acostarme conun negro. - Estas fantasías han rondado en mi cabeza durante variosaños y me siento obsesionada por ellas, basta hablar en cualquiermomento sobre el tema de prostitución, de la fama que tienen losnegros de tener un miembro grande y de los burdeles, para excitarme y quemi cuquita comience a empapar mi tanga y entrepiernas.
Después de casi cuatros añosde fantasear en nuestras relaciones sexuales, con mi papel de prostitutay con la penetración de un negro con güevo descomunal, hacequince días mi marido aprovechando que nuestras hijas estánfuera de Maracaibo por las vacaciones escolares, me dijo, en el momentoen el que teníamos nuestras habituales y frías relacionessexuales semanales: - Nuestra fantasía será hecha realidad,pide permiso en el trabajo, que nos vamos para el Sur del Lago de Maracaibopor una semana, yo trabajaré en El Vigía y en Encontradosy tú te quedaras en un burdelito de Caja Seca, allí tendrásla oportunidad de trabajar como puta y con suerte encontrarás elnegro que tú y yo hemos deseado. - Al principio creí queme seguía en mi fantasía, pero al insistir me asustépor cuanto creí que estaba tratando de ponerme una trampa. Perosorpresas te da la vida después de 20 años y de muchas peleasresulta que mi marido se molestaba porque mis posibles pretendientes ysupuestos amantes eran blancos y profesionales y ahora me confiesa queél lo que quería era que tuviera un amante negro, obreroy que no pusiera en peligro nuestro hogar. Vergación, de haberlodicho antes con seguridad lo hubiera complacido. Tantos años juntosviviendo con un tipo malo en la cama y ahora resulta que ademáses un cabrón de marca mayor. De inmediato solo de pensar en esaposibilidad tuve un orgasmo que solo con mi único amante habíaalcanzado.
Solicité mi permiso, perolamentablemente en la institución, donde trabajo solo me dieronel lunes, martes y miércoles, ya que esperan una comisiónde Caracas y se requiere mi presencia para una reunión, el díajueves a las 9 de la mañana, en vista de esa situación miesposo me dijo que nos fuéramos cada cual en su vehículoy que yo me viniera el día miércoles para estar el juevesen mi oficina, que él ya había coordinado todo con la encargadadel burdel.
La noche anterior a nuestro viajeestaba muy nerviosa, haciendo la maleta, porque no sabía quéme podía pasar, si mi esposo y yo no tuviésemos remordimientospor lo que estaba por ocurrir, no sabía como debía comportarmeen ese burdel, mi marido me dio algunas recomendaciones, que teníaque ser un poco ordinaria porque el burdel era para camioneros y para obrerosde las fincas ganaderas, que el trabajo comenzaba en la noche a las 9 yhabía que estar hasta las 3-4 de la mañana, que en ese tiempopodía acostarme con 5 - 6 tipos, si me comportaba como una verdaderabuscona. Coño el cabrón parecía un chulo completo.Me dijo qué tenía que cobrarle a mis clientes y que usarapreservativo. Realmente no pude dormir bien y estuve a punto de desistirde esa locura, él me presionó un poco y yo, sólo porsatisfacer mi morbosa obsesión, accedí de mala gana.
Salimos como a las 11 de la mañana,almorzamos por el camino y llegamos al Burdel a las 4.30 de la tarde, quésitio tan deprimente. Quedaba en la carretera de Caja Seca al Vigía,era una Casa de Campo con un Salón que hacía las veces debar y pista de baile y como 12 habitaciones mugrientas de las prostitutasque allí viven.
Nos esperaba la encargada la cualse hacia llamar Shalimar, mi marido y Chulo me presentó como Miladyy le dijo que yo era la mujer que le había hablado y que veníapara trabajar tres días, y que de irme bien vendría a menudo.Shalimar me habló de unas normas y que debía estar en elSalón a las 9 en punto, fuimos a la que sería mi habitación,la cual tenía una cama matrimonial bastante usada, una peinadora, dos mesas de noche, una hamaca, un televisor, un aparato de aire acondicionadoy un baño.
Shalimar nos dejó a mi maridoy a mí, a él le basto una rápida mirada al cuartoy a mi cara para saber que había cometido un error, le dije queno importaba que se fuera tranquilo que debía llegar al Vigía,que yo me dormiría allí y mañana temprano me regresaríaa Maracaibo, que lo mantendría informado por mi teléfonocelular, me trajo mi maleta. Le pedí que por favor descolgara lahamaca ya que estorbaba, procedió a descolgarla guardándolaen un closet y dejando los mecates, colgando uno sobre la peinadora y elotro sobre la cabecera de la cama, nos despedimos fríamente.
Al quedarme sola me entróuna tristeza y se me salieron unas lagrimas, al pensar en estar en un sitiotan deprimente, en una región con una temperatura cercana a los40 grados y todo por una obsesión estúpida y loca, estabamuy perturbada y ni siquiera me di cuenta que alguien me tocaba la puerta,era Shalimar, que me traía una cerveza Polar, la cual tomécon mucho gusto, me dijo que no me preocupará que en la noche mesentiría mejor que tratara de descansar que a las nueve comenzabael trabajo y que podía cenar a esa hora.
Le hice caso dormí, a las8 me bañé y me puse un vestido blanco bastante pegado y muycorto, sin sostén ni pantaletas, me maquillé discretamentecomo siempre lo hago, sin embargo, en mi interior me sentía arrepentidade haber venido, sin embargo una chispa de deseo se encendía enmi pecho y me decía que siguiera adelante con el plan inicial.
Mi celular sonó, era mi maridopara saber cómo estaba le dije que bien que mañana me regresaba.Me arreglé y salí al bar y Salón de Baile, el cualera algo oscuro, con algunas luces de colores indirectas, se veíaalgo animado había unas 5 muchachas entre 20-25 años Shalimarse me acercó y me las presento, me vieron con indiferencia y envidiapor mis senos y cuerpo, creo que vieron que mi presencia allí lesharía bajar sus ingresos. Me comí dos arepas rellenas decarne y a las 9.15 minutos de la noche el barman comenzó a ponerdiscos en la rockola, por supuesto música Colombiana que es la quepredomina en la zona debido a la cantidad de obreros colombianos que hayen las fincas, no habían pasados 10 minutos cuando el ambiente comenzóhacerse de fiesta, llegaron cerca de 7 hombres, algunos parecíanasiduos clientes por la forma que trataban Shalimar, ella se me acercócon uno de ellos, un caliche que de inmediato quedó abobado al vermede cerca y sin mediar palabras me sacó a bailar la pegajosa canciónManuelito Barrios y entre los acordes del acordeón, el hombre comenzóa besarme por el cuello llenándome toda de saliva, el baboso hombreme decía que al igual que la canción quería amanecer, pero chupándome todo el cuerpo. Como pude me desembaracédel individuo y llorando, me fui a las puertas del bar y de espaldas atres hombres que se encontraban en la puerta me sequé las lágrimas,sentí que alguien se me acercaba a mi espalda y con una voz pegajosame susurró:
- Dime qué esta pasando enel cielo que los Ángeles están bajando a este perdido lugarde Venezuela. - Me volteé molesta aún por lo del hombre babosoy allí me estaba un negro de cerca de 1.90, de unos treinta añosaproximadamente y con un cuerpo que se veía acostumbrado al ejercicioo al trabajo rudo, le vi su cara la cual era muy expresiva y dulce, enese instante una última lágrima corrió por mis mejillasy él acercó su índice y la detuvo, nos vimos intensamentea los ojos y con una sonrisa le agradecí su gesto y sus palabras,en ese instante me sentí reconfortada, sin decirme una palabra mehizo una seña para bailar, lo cual accedí con otra leve sonrisa,al ritmo de la Pollera Colora y de lo divino que bailaba mi compañerose me olvidó el mal rato pasado, terminada la pieza musical me invitóa sentarme en una mesa y pedimos dos güiskis, entre sorbo y sorbome dijo que se llamaba Felipe y era de Bobures, pueblo a la orilla dellago de Maracaibo y situado a 10 kilómetros de allí.
Cuando le dije mi nombre de batalla'Mylady' él se rió y me dijo que él preferíallamarme Ángeles, cosa que le agradecí porque Mylady es unnombre de puta barata. Nos tomamos otros dos güiskis y conversandoamigablemente, lo que me hizo sentir en el Village, o la Zona Rosa y noen el burdel de mala muerte en el cual me encontraba.
De pronto empezó a sonarmúsica de Billo dedicada a Colombia y me sacó a bailar 'laNegra Celina' y 4 o cinco piezas más de tanto bailar tan pegadade él, el bailaba como indiferente, sin embargo, me di cuenta queel continuo roce con su cuerpo estaba despertando su virilidad y comenzóapoderarse de mí un deseo sexual irrefrenable y viéndolela cara a mi compañero de baile, me di cuenta que era el AdonisNegro que había esperado durante muchos años, yo comencéa sentir su erección, su mano callosa me levantó la barbillay me dio un beso muy suave en mis labios, me invitó a sentarme enun sofá en un rincón oscuro, yo me dejé arrastrary pedimos dos tragos más. Su índice comenzó suavementea deslizarse por mi cara, mis orejas, mi cuello y luego su dedo comenzóa jugar con mi pezón endureciéndolo, yo no sabía quéhacer ¿rechazarlo o bendecirlo por hacer realidad mis fantasías?.Yoya no pude más y me lancé sobre él y lo beséen sus labios Felipe respondió a mi beso y me abrazó pasandosus manos por mi espalda, sus manos duras apretaban mis hombros y me hacíanser más agresiva, me olvidé de todo lo que había sidomi vida hasta hoy y solo pensé en dar rienda suelta a lo que consideromis bajas pasiones. Le abrí los botones de la camisa, sus pectoralesde ébano y sin un vello fueron una tentación para mí,procedí a morderle suavemente su tetilla y jugué con ellaconvirtiéndola en juguete de mis labios y mi lengua, eso fue comoun resorte que disparó en Felipe todos sus deseos sexuales, me levantóy me pegó contra la pared, su boca recorrió mi cuello y deinmediato una de sus manos se apoderó de mi seno, el cual erguidorespondió a sus caricias yo por mi parte no permanecí tranquilacomencé a besarle su oreja y acariciar su corto pelo. Asímismo mi vientre y pubis deseosos de sentir la virilidad del hombre, buscaronsu cuerpo. En la vorágine de la pasión que comenzaba a embotarmis sentidos, había algo que mi raciocinio no lograba comprendereso que imaginaba no podía ser pero aún no me atrevíaa cerciorarme, sin embargo mi seno derecho estaba al aire y una boca golosase apoderó de él haciéndome gemir, sus pequeñosmordiscos estaban destruyendo los pocos vestigios de moral y buenos principiosque aún quedaban en mí. Soltó mi pezón y seapoderó de mi lengua y abrazándome y pegándose fuertementea mi cuerpo. Esto precipitó mis acciones y lo que mi pubis y piernassentían, había que comprobarlo con mis manos y mis dos manosse apoderaron de un pené colosal, que no me cabía en mismanos. Era un coloso que cabeceaba fuertemente en mis manos, lo apretécon desesperación con mis manos y sintiendo su lengua en mi senole pregunté con voz lasciva e ingenua, pero firme: - ¿Túvas a ser capaz de meterme ese monstruo? Él sólo me contestólapidario: - INTEGRO lo tendrás INTEGRO. Su respuesta me dejóestupefacta. Estuve a punto de perder el equilibrio, a dios gracias queestaba agarrado del coloso de mis preocupaciones, Felipe se dio cuentaque me iba a caer y me sostuvo y me repitió: - Lo tendrásintegro y lo disfrutaras como nunca lo has hecho, y será máspronto de lo que imaginas, vámonos a tu habitación. Con vozextraña, le contesté que sí, me arreglé unpoco y tomé el resto de güiski que quedaba en mi vaso, le pedí8.000 bolívares a Felipe para pagar el derecho a la habitación,Shalimar al recibir el dinero, me apretó mi mano y me dijo con unasonrisa disfrútalo. Le sonreí y le dije lo haré notengas la menor duda.
Caminando hacia la habitación,pasó por mi mente que no debía continuar esta locura, sinembargo, como podría vivir después, si estando a punto hacerrealidad la obsesión de mi vida, tiraba todo por la borda por unarranque de honestidad y pudor. El negro a mi lado me besó y esome hizo olvidar el último sentimiento de recato. Entramos a la habitacióny encendí la luz y pude ver a plenitud a Felipe, era un negro hermosoy creo que yo también lo complací de su evaluación,me dijo agarrándose vulgarmente, su miembro por encima del pantalón:- Lo tendrás integro y te haré gozar de placer. Esta expresiónme trajo a la realidad y olvidando hijas, marido y educación, sinpensarlo dos veces me quité mi vestido, quedando para mi negro comovine al mundo, desnuda con mis piernas semi abiertas y enseñándolemi cuquita con sus vellos recortados, le dije con una voz sexy: - Sóloeso deseo, pero no sé cómo eso, entrara dentro de mí.Y quitando mis zapatos, mis uñas pintadas de rojo y nácaragarraron su pantalón y al monstruo de mi pasión y temor.Él silbó y trató de abrazarme sobre mí. Sinembargo con un suave beso de lengua, lo detuve y le dije: - Tendréa ese coloso negro, íntegro en mi cuerpo, pero la primera vez déjamea mí hacerlo como yo bien pueda. El negro obediente sólodijo: - Sí mi ángel. Procedí a quitarle la camisa,su pecho era hermoso, sus bíceps fuertes, su espalda ancha y musculosa,lo besé y lo hice sentar en la cama, quitándole los zapatosy las medias, él se recostó boca arriba en la cama, y mientrasmi lengua disfrutaba de pecho, le aflojé la correa y entre ambossacamos su pantalón y vi al coloso, al monstruo de mi negro aprisionadoen la base por su minúsculo interior, se veía un poco ridículoo sobraba güevo o faltaba interior para retener a ese falo enorme.Sin pensarlo dos veces me lancé poseída, sobre el monstruoque no me había dejado dormir durante años, mis manos seapoderaron de él y mis ojos quedaron fijos y desorbitados, viendoese coloso que estaba destinado hacerme disfrutar y sufrir. Yo arrodilladaen la cama, comencé acariciar al coloso, con mis dos manos de arribaabajo, el animal porque era un animal, crecía cada vez másy el negro boca arriba comenzó acariciar mis pies, piernas y muslos,yo traté de medirlo, pero me era imposible, estaba embotada, elglande era como una pelota de tenis y cada vez que mis manos llegaban ala cabeza de ese güevo maravilloso y se devolvían a la basedel pene mi cerebro solo pensaba en una frase: INTEGRO LO TENDRAS INTEGRO.Además de lo largo, era grueso, del diámetro de un tetero(biberón de niños) y los biberones son para amamantar, penséy yo tenía sed, sed de sexo, sed reprimida durante años,sed de un güevo como el que tenía a menos de cinco centímetros,para mí era un reto importante y prácticamente, lancémis labios sobre el glande de mi negro y en ese instante mi negro, clavósus manazas sobre mis muslos y su lengua sobre los labios de mi cuquitay gritó: - Mi ángel, esta cuca divina, no va amanecer faltade cariño. - Yo empecé a gemir de placer pero no dejaba debesar y pasarle lengua a mi coloso, con mis manos acariciaba el escrotoy el cuerpo del coloso y con mis labios disfrutaba del glande, mis senos,mis hombros, mis mejillas mis labios se disputaban sentir lo terso y durodel miembro de mi negro y mientras esto ocurría con el coloso demi negro, mi cuca y mis vellos chorreaban hacia la boca del negro, ríosde lubricante. Mi cuca conocía por primera vez una lengua dura ybastante áspera, que me producía gritos, gemidos y contraccionesinvoluntarias. De repente todo cambió y me metió su lenguaentre mis nalgas al principio traté de rechazarlo, pero lo dejéhacer, era una caricia nueva pero excitante, su áspera barba rasguñabamis glúteos, era una sensación maravillosa, que de repenteme hizo gritar: - ¡ME ESTAS MATANDO! Luego de esta deliciosa tortura,mi negro volvió a las andadas con mi clítoris y se lo colocóentre sus labios chupándolo a veces y otras veces dándomeduro con la lengua, yo ya no gemía, ya estaba pegando grititos fuerade control y aceleraba mis movimientos de manos y lengua al coloso queestaba por volverme loca, mi vientre estaba todo mojado de saliva y mivagina bien lubricada, cosa que muy pocas veces sucedía, Felipede repente empezó a mover hacia arriba su pene con intenciónde metérmelo bien adentro en mi boca, lo agarré pero susembestidas eran fuertes y a veces se me salía, yo estaba a puntode tener un orgasmo, en ese instante sentí que sus dedos hurgabanmi ano y me introdujo en dedo moviéndolo circularmente y con suslabios y lengua chupó fuertemente mi clítoris lo cual mehizo gritar y llegar a un orgasmo espectacular, yo gritaba, pero mi negrotambién había llegado al orgasmo y torrentes de semen bañaronel interior de mi boca, nunca en mi vida había tragado semen, peroesta vez lo hice y me sentí complacida por ello. El semen tambiénregó mis mejillas mi cuello y mis senos. Mi pecho palpitaba y mequedé acostada sin soltar al coloso de mi amado, restregando enmi cara y cuello, la cabeza del coloso de mi amado. Mi vientre sentíatambién las palpitaciones de Felipe y su respiración aceleradasobre los vellos recortados de mi cuquita, nos quedamos sin pronunciarpalabra cerca de 45 segundos, yo aparté una de mis piernas y manteniendofirmemente el pene de mi negro volteé hacia su cara y al vernoslas caras llenas de los líquidos de nuestras partes vitales procedimosa reírnos y yo, sin soltar a mi coloso me acerqué a la carade Felipe y procedí a besarlo salvajemente, a lo cual el correspondió.
Ahora era un momento de calma quenos permitió ver con más detalles nuestros cuerpos, élveía y acariciaba suavemente mis senos, yo veía su cara felizy tranquila, pero sin soltar al monstruo de mis pasiones y preocupaciones,estimé ahora el largo, creo que puede alcanzar 27 centímetrosde largo con un color negro intenso y surcado por unas venas moradas ygruesas que indican la gran irrigación sanguínea que se requierepara mover a tal espécimen, ahora, mis suaves caricias lo estabanreviviendo y yo en un momento de sinceridad, amor y deseo muy ponderadole dije: -Te quiero y al él lo quiero Íntegro. Élrespondió: - Te aseguro que lo tendrás Íntegro. Sucoloso comenzó a moverse inquieto en mis manos, lo cual me hizoinclinarme y darle un beso, movimiento que aprovechó Felipe paracomenzar a besarme un seno y acariciar mi cuerpo, suavemente me acostóboca arriba y comenzó a besarme. Su miembro ya estaba rígido,yo por mi parte le mordía suavemente una oreja, le agarraba susnalgas y con mis piernas le acariciaba las de él. Felipe se colocóencima de mí me besó con pasión y sus manos entremi caballera me hacían excitarme, su miembro lo sentía fuertey vigoroso golpeando mis entrepiernas, sin embargo yo no estaba lo suficientementelubricada, para recibir un monstruo de tales dimensiones. Para evitarmeconflictos con mi nuevo amante le dije: - Recuerda que te prometíque tendré a ese coloso negro, íntegro en mi cuerpo perola primera vez será a mi manera. El nuevamente me dijo: - Sími amor. Pero hazlo ya. - Shisssssssssss y le hice señas con eldedo para que callara, en este momento mando yo. Lo acosté bocaarriba, lo besé y le mordí una tetilla y con la mano izquierdaagarré de una mesa de noche un frasco de aceite para niños(lo uso para lubricar mi piel) le quité la tapa dispensadora y procedía echarle generosamente al coloso de mi amante, con mis manos comencéa acariciar la fuente de mi deseo y apenas comencé respondióal cariño y mi negro de inmediato tomó el aceite y se loechó en ambas manos y lo regó generosamente en mis labios,clítoris, ano y vagina, sus dedos duros y acostumbrados al trabajoduro, se movían con especial cariño y los callos de sus dedoscomenzaban a sacar gemidos de lo más profundo de mi ser, su güevoera imponente, su tamaño, su diámetro, su coloración,sus venas lo convertían en un miembro que causaba deseo y temoral mismo tiempo.
Yo le estaba haciendo una paja ami negro, a pesar de la gran rigidez de su candente hierro, él parecíaabsorto en manipular mis labios, mi clítoris y mi vagina. Yo empecéa pegar gritos de placer y él con gran habilidad y ayudado por elaceite introdujo de repente con gran rapidez su índice y su pulgaren mi vagina y mi ano, a mí me parecían esos dedos como unastenazas que me producían un placer insospechado, los movimientoscirculares de sus dedos estaban a punto de hacerme llegar a otro orgasmo,pero yo no lo quería así, traté de separarme y nopude sus dedos parecían unas grapas enterradas en mi cuerpo queme hacían retorcer de placer. Con voz ronca por el deseo, le grité:- Suéltame, Llegó el momento de ver si soy capaz de tenerlointegro en mi cuerpo. Él inmediatamente me soltó. Habíallegado el momento por años deseado: Un güevo monumental deun negro en un burdel, haciendo las veces de puta y con un ingredientenuevo: Mi marido facilitando toda esta situación. Moviéndomerítmica y fuertemente mi cuquita sobre sus dedos le dije con muchaserenidad. - Amor prométeme, que no te moverás y sin esperarrespuesta le derramé unas gotas más de aceite en el monstruode ébano y me coloqué agachada sobre él. Desde arribalo veía imponente y mi cuquita casi virginal temblaba de deseo ytemor. Él me ayudo a abrir los labios de mi vagina y sentísu glande fuerte, vigoroso y suave, mi vagina hizo un esfuerzo supremoy no con dificultad comenzó a engullir semejante monstruo, no sécuanto tiempo pasó pero me fui tragando el coloso de mi negro ycada centímetro que me introducía lo hacía con lamente cada vez mas embotada solo un objetivo tenía: LO TENDRÉÍNTEGRO. Estaba bañando el pecho de mi amante con mi sudory una que otra lagrima, no sé si de dolor o placer, quizásuna mezcla de ambas sensaciones, cuando llevaba la mitad del coloso dentrode mí, mis piernas comenzaron a sentir calambres, mi negro se diocuenta de lo incomoda que yo estaba y apuró la situación,me dio dos empujones seguidos con su coloso que me hicieron gritar de placer,él se asustó creyendo que era de dolor y se detuvo, en esemomento estaba como ciega de placer y con un grito de triunfo me ensartélos 5 centímetros que me faltaban de un solo golpe.
Sentí su vientre contra elmío, y pensé esto es un triunfo, triunfo por haber alcanzadomi ilusión de tantos años, triunfo por el espécimenque había logrado coronar mi vagina y triunfo, por qué no,por mi marido, lo que estaba logrando era también un triunfo paraél, mi triunfo lo sinteticé con mi negro con una frase roncay victoriosa: - Íntegro lo tengo íntegro dentro de mí.Nunca me había sentido así, plena de carne dentro de mí,él trató de moverse y le dije con voz autoritaria: - No temuevas. Y comencé a moverme con movimientos cadenciosos, mi objetivoera además de sentir todo ese hierro candente, era que mi clítoris,al rozar vigorosamente con su vientre y sus pelos ensortijados me excitaray me hiciera sentir lo que ningún hombre había hecho, élpor su parte me pasó sus piernas alrededor de las mías, aprisionándomelas.Me besaba y acariciaba mi pelo y me metió uno, dos, tres no se cuantosdedos en mi ano, tenía mis ojos perdidos, sin mirada, me movíacomo una posesa pidiendo a mi negro que no se moviera que me dejara disfrutarlo,así él lo hizo y pude moverme a mis anchas me sentíallena de sexo, muy diferente a los 14 centímetros de mi marido,mi orgasmo de acercaba lloré y en el momento de la explosióndel más maravilloso orgasmo que una mujer pueda haber tenido grité:- ¡¡¡ ÍNTEGRO ES TODO MÍO !!!, Mi machoporque merece llamarse mi macho, en alarde de dominio me volteóquedando yo abajo colocó mis piernas encima de sus hombros, me pusocomo un pollito de rosticería y comenzó a metérmeloy a sacármelo, ya no sentía dolor sólo placer y yoque soy monoorgásmica, de repente sentí que iba a tener otroorgasmo, mi macho y yo nos agarramos por nuestros codos, yo lo veíacon mi mirada perdida y disfrutando cada embestida que me daba, con larespiración entrecortada, sólo podía decir más,quiero más y así me tuvo no sé cuanto tiempo, tuveotros dos orgasmos.
Luego, sin perder un momento, mecolocó en 4 patas como un animal, me agarró firmemente porla cintura y esa vara divina me atravesó una y otra vez, dándometodo el placer, que sólo un hombre con un falo como ese era capazde proporcionar, yo, en cuatro patas, recibía estocada tras estocaday él con un dedo me hacía caricias en mi clítoris,mis gritos de placer los ahogaba en la almohada. Tuve otros dos maravillososorgasmos y no sé cuanto tiempo pasé semi inconsciente sólosentía las embestidas de mi negro y su respiración apurada,sólo comencé a volver a la realidad cuando sentí oleadasde semen inundando mi vagina. Él me besaba mi cuello, me acariciabatiernamente y yo, ampliamente satisfecha sólo lo miré y ledije: - Mi amor soy tuya. No sé cuantos orgasmos tuve creo que fueroncinco. Mis entrepiernas y las sabanas estaban llenas de liquido vaginaly de semen. Felipe se fumaba un cigarrillo y me comentó:
- Te comportaste muy bien, erestremenda en la cama y lo más importante LO TUVISTE ÍNTEGROY PEDISTE MÁS.
- Me reí y le dije:
- Gracias estaba muy asustada perotenía años deseando que lo que está pasando ocurriera.Creo que estoy plenamente satisfecha. Nuevamente gracias. Mordiendo milabio inferior, me dijo suavemente: - La noche aún no acaba. Enese instante tocaron la puerta era Shalimar para decirme que era la 1 dela mañana y que si el hombre se iba a quedar debía pagar16.000 bolívares, esa era una de las normas, le pagué demi dinero, no debía molestar a mi rey de ébano con nimiedades.
En este momento recordé quetambién había olvidado lo del preservativo, de todas formas,creo que no tenía de la medida del coloso. Felipe me abrazótiernamente y me dijo: - Lo disfruté como nunca y por lo que viy sentí tú también. No le dije nada, solo lo beséy agarré nuevamente su monumental pene y lo acaricié. Felipeme dijo que cuando me tenía penetrada y yo estaba arriba dirigiendolas acciones estuve más de 5 minutos con los ojos abiertos completamenteen blanco diciendo y repitiendo: -ÍNTEGRO TODO ADENTRO. La verdades que 28 centímetros de carne bien manejada son para volver locaa cualquiera. Mi negro se sentía tranquilo, pero en su cara se lenotaba que aún no me había dado lo suficiente, apagando elcigarrillo, se paró de la cama y me dijo para dormir bien, no haynada mejor que un baño reparador.
Me cargo y llevándome albaño, comenzamos a ducharnos y a enjabonarnos, apenas comencéa enjabonarle el pecho cuando mis piernas detectaron que el coloso ya queríaotra vez pelea, el muy pícaro me había hecho gozar en cuatrohoras más que mi marido en seis meses y no se daba por satisfecho,trancamos la regadera y me enjabonó todo mi cuerpo, yo por mi parteagarré a mi monstruo y lo apreté con ambas manos y mientrasmás lo apretaba más duro se ponía, abrió laregadera y comenzó a mamarme mis senos, para facilitarle la labory disfrutar de su falo enrollé mis piernas en su cintura colocandomis senos a la altura de sus labios y los labios de mi cuquita en su hermosomachete, a los pocos segundos sentí que su falo quería penetrarme,sin embargo estaba muy reseca, por lo que le pedí que se echaraaceite para niños, por lo que me llevó en esa posiciónhasta el cuarto, me sentó en la peinadora y se echó abundantementeaceite haciendo lo mismo con mi cuquita, sus dedos hurgaron los recónditoslugares de mi sexo arrancando a cada instante suspiros, mi negro paradoy yo sentada en la peinadora, nos besamos con gran pasión de repentetenía yo los brazos alrededor de su cuello y él me los agarróy me los amarró al mecate de nylon de la hamaca, sin hacerme dañopero firmemente amarrada quedé a su disposición, coloquémis pies sobre la peinadora quedando mi chochito completamente abiertoy listo para recibir al falo más bello que me haya podido imaginar,sin embargo mi negro comenzó a mamarme mis senos y darme duro enel clítoris con sus dedos y ocasionalmente me introducíael dedo en mi culito, arrancando grititos de placer al principio, sin embargoa los pocos segundos como una loca, desesperada, le pedía que mepenetrara: - ¡ LO QUIERO ÍNTEGRO DENTRO DE MÍ!!. Élse rió, pero atendió mis suplicas con el güevo completamenteerguido me dijo: - Ve como te lo voy a meter todo. Bajé la miraday vi como mi vagina iba tragándose la cabeza del monstruo de minegro, iba introduciéndose muy lentamente, no pudiendo resistirmemás, le supliqué: - Clávame de un solo golpe. - Élde inmediato me sujetó por la cintura y me dijo al oído convoz ronca y una cara libidinosa: - ÍNTEGRO. De un solo enviónme clavó su hierro y sólo en tres a cuatro estocadas, mehizo alcanzar un orgasmo de padre y señor mío, sin pudory actuando como una verdadera puta le dije: - DAME DURO, PAPAÍTO.EMPÚJAMELO FUERTE Y PÁRTEME EN DOS. - Él manejandodiestramente su espada me la metió salvajemente, provocando un gritode placer, para luego sacármelo lentamente, lo repitió variasveces lo introducía con violencia y lo sacaba poco a poco y nuevamentelogró ponerme en un estado desesperación increíble.En dos minutos alcancé otro gran orgasmo y quería más,la cara de mi macho estaba transformada, se veía como una maquinade hacer el amor, sin sacarme el güevo abrió el aceite de niñosy se lo echó en su miembro y con la mano llena de aceite me comenzóa darme en el ano, él en 4 horas me había agarrado másmi culito, que mi marido en 20 años, en pocos segundos teníala totalidad de un dedo dentro de mi culo pero mantenía con hidalguíasus 28 centímetros de pene en vagina, con diestros movimientos mepuso otra vez en ascuas y yo lo miraba y solo podía decirle: - Duro,mi negro, dame duro. Mientras esto ocurría ya tenía dos dedosdentro de mi culito y en una de las retiradas del pene de mi vagina novolvió al ataque. No me lo metió, sino que saco los dos dedosde mi culito, me levantó mis piernas y mi culito quedó asu disposición y enfiló su cañón contra mipequeño agujero, sólo pude decirle: - Amor no, por ahíno, que duele mucho,
Él besándome me dijo:- Te voy a meter un poco, si te duele te lo saco. En su primera embestidalogró meter un poco la cabeza, pero me dolió. me dijo: -Aguanta que pronto vas a sentir placer, Temblando de placer y miedo, cerrémis ojos y me aferré mis manos a los mecates, a los cuales estabasujeta, no sé si fue por el grado de excitación en la cualme encontraba o si fue por el trabajo previo de los dedos o por el lubricante,pero casi de inmediato y sin sentir mucho dolor me dijo la famosa frase:- ÍNTEGRO, LO TIENES ÍNTEGRO, - Abrí mis ojos y vique realmente lo que faltaba para tenerlo todo adentro, era apenas unostres centímetros, por lo que rodeé con mis piernas su cinturay haciendo presión me terminé de encular yo misma, élcomenzó a moverse suavemente para no causarme daño, lo cualya no me importaba ya que mi esfínter ya había sido capazde ensancharse para permitir el paso del monstruo, me sorprendícuando yo misma le dije mi amor, dame rápido que no me duele, nosé si tuve un orgasmo pero sentí una sensación dellenura, mi negro ya había logrado apoderarse de mi ultima virginidad.
Se lo dije:
- Debes sentirte orgulloso te hedado en 6 horas más que a ningún otro hombre. - No me contestó,pero se veía que estaba haciendo sus mejores esfuerzos para merecerseesos premios, su pene se retorció en mi culito, dios mío,su glande me producía un placer indescriptible, su lengua y labiosse hicieron dueños de mis senos y sus manos callosas se apoderaronde mi espalda y de mis hombros, creí que iba a tener un orgasmonuevamente, pero de repente me sacó la estaca de la entrada posteriory me clavó por mi cuquita, haciéndome gritar nuevamente deplacer, dándome varias estocadas procedió a soltarme de misataduras lo que me permitió abrazarle con piernas y brazos y lograndouna gran penetración, estuve varias veces, diciéndole y rogándole:- Quiero tu leche, quiero tu leche. - Me dio unas vigorosas embestidasque me hicieron perder nuevamente el sentido de la visión y me produjodos orgasmos indescriptibles. Lo bello y apasionante de estos orgasmos,es que simultáneamente mi negro llenaba con su semen todos los recónditoslugares de mi vagina. Estábamos sudados y agotados, le vi la caray con la respiración entrecortada me dijo:
-Que divino tiran los Ángeles,estoy muerto.
En verdad, ahora sí lo notécansado ya que me cargó durante unos 10 minutos y tuvo una erecciónen una posición incómoda más de 45 minutos, nos besamos,apagué la luz y lo llevé a la cama y le comencé hacercariño en su pecho, se durmió placidamente de inmediato,su cara se veía llena de tranquilidad y con la seguridad del hombreque sabe que ha hecho feliz en la cama a una mujer.
Agarrando entre mis manos el monstruoque tanto placer me había dado, trate de dormir, no podíaconciliar el sueño, no podía comprender lo que estaba pasando,después de pasar años soñando con esto, no podíacreer que era la realidad. Pensé que pronto despertaría yque no era más que una fantasía. Así caí enun estado de sueño muy liviano despertando a cada instante, peromi mano izquierda, agarrando al coloso de mi negro me recordaba que noera fantasía, era una hermosa realidad.
Así llegó el amanecer.El coloso de mi negro me despertó dándome suaves cabezazosen la ingle, abrí mis ojos y Felipe me sonreía, yo con todala felicidad que en ese momento me embargaba, me acosté sobre él; procedí a besarlo tiernamente, él me agarróambos senos con sus manos callosas y el coloso de Felipe lo sentíbuscando inútil acomodo entre mis labios y mi clítoris, susmanos ahora se trasladaron a mi culito, sentí dolor y le dije concara de niñita adolorida por una caída: - Papi me duele.Fue mi primera vez. - Perdóname mi intención no es hacertedaño, es darte placer. - Sí, mi cielo, lo sé. Y procedía besarlo tiernamente Él comenzó a besar y morder nuevamentemis senos y yo restregaba mi clítoris sobre la cabeza de su pene,él hizo un intento de agarrar el frasco de aceite para niños,en ese instante se me ocurrió, que para qué necesitaba aceitesi el coloso que tenía entre mis labios, era capaz de hacerme producirel mejor lubricante del mundo, le dije a mi negro: - No, ahora mando yo,agarré el mecate que estaba colgado en la cabecera de la cama ycomo pude le amarré ambos brazos a la altura de las muñecas,no sé si lo hice bien, pero se quedo inmóvil y con una carade indefenso, que creo que sólo estaba siguiendo el juego, peroque podía desamarrarse en cualquier momento. En este momento mesentí realizada había alcanzado lo que siempre habíasoñado. Procedí a besarlo le metí mi lengua en suboca, sus orejas y su cuello fueron mi próximo destino, mi manoizquierda agarró a mi coloso y comencé a masturbarlo, mislabios conocieron a plenitud sus pectorales, su ombligo su pubis sus pelosensortijados me producían cosquillas en mis labios, cada beso ylamida me excitaba más, besé sus bolas, su escroto negro,era de una piel dura con pelos gruesos y largos, estaba altamente excitada,mi vagina, mis labios, mis piernas y sus piernas estaban llenas de mi liquidovaginal, había llegado el momento de clavarme ese monstruo sin laayuda de nadie y sin de aceite para niños, me agaché y coloquémi rajita sobre el machete negro y erguido de mi macho y sin pensarlo dosveces busqué con desesperación la clavada, me mordílos labios para no gritar, con los ojos semi cerrados vi que mi negro meveía con los ojos bien abiertos y a cada muestra de mi dolor, asu falo llegaba más irrigación sanguínea haciéndolocrecer más, esto me excitó aún más y continuéclavándome y concentrándome en lograr una penetracióntotal, centímetro a centímetro iba introduciéndoseel coloso, pero el dolor era insoportable y estaba a punto de abandonarpor lo grande y grueso del pene así como lo estrecho de mi vagina,cuándo de repente llegó a mis oídos el ruido de unaparato de sonido de otra habitación con los acordes de una canciónque me enervó, era la voz de Maria Marta Serra Lima.
Y decía la letra: Usted esel culpable de todas mis angustias De todos mis quebrantos Usted llenómi vida de dulces inquietudes Y amargos desencantos Su amor es como gritoQue llevo aquí en mi pecho Y aquí en mi corazón Ysoy aunque no quiera Esclavo de sus ojos Y juguete de su amor Esta canciónoída a lo lejos, me dio la fortaleza para continuar, ya que la cancióninterpretada por MM Serra, reflejaba fielmente en este momento la relacióncon mi negro, seguí adelante en mi misión conquistadora ycuando se oían los últimos acordes de esa canción:Usted me desespera Me mata me enloquece Y hasta la vida diera Por vencerel miedo De besarlo a usted Yo había logrado mi objetivo: ÍNTEGRO,LO TENGO ÍNTEGRO DENTRO DE MÍ. Logrado mi objetivo estirémis piernas, las cuales fueron enlazadas firmemente por las piernas demi negro, mi vientre sobre su vientre, mi pecho sobre su pecho, mis manoslas entrelacé sobre las manos amarradas de mi amado, mi lengua buscósu lengua y mi mirada se unió con la de él. Bajo esta unióntotal le susurré al oído: - Eres mío, no te muevas.- Y comencé a bambolear mi cuerpo atravesado por su arma mortal,cada roce de mi clítoris con su vientre y su ensortijado pelo, meproducía un placer indescriptible, él con sus piernas amarradasa las mías como una tenaza, sus manos, mis manos, su lengua, milengua, su falo y mi vagina unidos, me transportaron al paraíso.
A lo lejos continuaba oyéndoseel CD de MM Serra Lima. En un momento estuve a punto de tener un orgasmo,pero no quería, quería estar así atravesada durantelo que me restaba de vida, varias veces tuve que decirle a mi amado convoz autoritaria: - NO TE MUEVAS, QUÉDATE COMO MUERTO 


- COÑO,DEBO ESTAR MUERTO PARA SENTIR LO QUE TU CUERPO ME HACE SENTIR Y NO MOVERME.Yo debía serenarlo no podía permitir que después detanto esfuerzo no lo pudiera disfrutar al máximo. 


- TRANQUILO AMOR,DEJAME DISFRUTARTE COMO NADIE LO HA HECHO, Solté mis manos de lasde él y apoyándome en una con la otra me agarré unseno y se la puse en su boca, de inmediato sus labios lo agarraron y comenzóa chupar, a besar y a lamer, esto lo tranquilizo y calmó y me permitiócontinuar disfrutándolo con un ritmo suave, pero lujurioso, de mivientre sobre su vientre, mis músculos de la vagina estrechabanal coloso, lo apretaban y los cabezazos que daba sobre las paredes de mivagina eran rápidamente reprimidos por los músculos de lavagina, no sé cuánto tiempo pasó 20-30 minutos, nolo sé. De repente no me pude controlar más, recuperémi seno, le dije a mi negro que liberara mis piernas y sin dejar de tenerloíntegro dentro de mí coloqué mis pernas flexionadasa cada lado de sus muslos con esta libertad de movimiento apoyémis manos sobre los hombros de mi negro y con una destreza que no sédónde la adquirí, comencé a moverme de arriba abajoclavándome una y otra vez el coloso de mi negro, cuando me elevabadejando sólo la cabeza del coloso dentro de mí, podíaver a plenitud el cuerpo del coloso surcado de venas moradas. La base delcoloso, así como los labios de mi cuquita, se veían llenosde liquido lubricante de color blanquecino y que contrastaban con lo negrode su piel y el color aceituna de la mía. Como una posesa una yotra vez me clavaba la espada redentora de mi amado, mis gritos y sollozosdebieron haberse oído en todo el burdel pero me imagino que si loshombres que vienen aquí son como Felipe, aquí se producenmás aullidos que los que producen los lobos de Alaska.
Mi negro no decía nada perose mordía los labios y tenía la mirada perdida, de repenteél se soltó del mecate, me atrajo hacia su cuerpo y yo nuevamenteestiré mis piernas que de inmediato fueron atenazadas por las deél y de nuevo unimos piernas, manos y lengua y yo bamboleándomede arriba abajo, logramos simultáneamente un orgasmo indescriptible,quedamos extenuados, sudados pero plenamente satisfechos. Felipe encendióun cigarrillo y dijo que si uno pudiera clasificar los orgasmos este seríalo máximo. Yo como una colegiala le dije: - Podemos hacer como conlos Huracanes, pongámosle una numeración de acuerdo a suintensidad, para mí éste es de Intensidad cinco. Estuvimosde acuerdo. - Este polvo fue de intensidad cinco. - Nos quedamos viendocon una gran ternura y yo por supuesto acariciando a mi coloso dormidoy de fondo a lo lejos, las ultimas estrofas de la canción 'El díaque me quieras' cantado por MM Serra Lima, acompañaba nuestro nidode amor y sexo: Desde el azul del cielo Las estrellas celosas nos miraranpasar Y un rayo misterioso... No pude seguir oyendo porque mi negro, medijo:
- Un baño, un buen desayunocriollo y te vienes conmigo para las playas de Bobures.
- Yo sin pensarlo dos veces, ledije sí, mi rey, en 20 minutos estoy lista. Continuará...

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