escapadita con mi hijo

Con German tenemos una relación muy estrecha, digamos que sin descuidar los roles de madre e hijo, somos amigos.
A poco de salir a nuestra escapada, nos sentamos a ver a donde podíamos ir. La decisión más acertada fue Mar del Plata, cerca y finalizando el verano, poca gente y aun con días hermosos. Vimos un par de hoteles en alguna zona alejada sin conseguir alguno de nuestro gusto, nos decidimos por unos mono ambientes muy lindos, sobre ruta once al kilómetro quinientos y pico, donde hay una playa llamada la escondida, ubicándose entre dunas y acantilados, una de las mejores siete playas del país.
Ya acomodados en la habitación, pequeña por cierto, kitchenette, baño reducido, una mesa con dos sillas, frigo bar (vacío) un televisor con T.V. cable y una cama King size completaba el marco de la casa, acogedora por cierto.


Al día siguiente nos encaminamos luego del desayuno hacia la playa para disfrutar de la bella jornada. Había amanecido con un sol radiante y bastante caluroso, espectacular para disfrutar de ese paradisiaco lugar.
Iniciamos el camino hacia “la escondida” que como su nombre lo indica, si bien no es difícil llegar tiene un ingreso escarpado, pero no menos bello. 
Faltaba poco para llegar, seguimos por esa rampa un par de metros más, y un paradisiaco lugar se hace presente ante nuestros ojos, parecía una postal.
Nuestros ojos no daban crédito a lo que veíamos, había gente con y sin ropa ni traje de baño.
Otro cartel rezaba… aquí el nudismo es su opción, ninguna persona tiene la obligatoriedad de despojarse de su ropa, pero si lo decides, nadie va a observarte, en esta playa solo se mira a los ojos.
Como haciendo caso al cartel nos miramos a los ojos y nos descubrimos con los mismos abiertos como un sol, ambos dijimos a la vez ¡¡¡“una playa nudista”!!! Y echamos a reír.
Como si fuera una cosa natural, alzamos la cabeza, sacamos pecho y buscamos una ubicación para poder disfrutar, a eso vinimos.
Ya tendidos en la manta sobre la arena y a media sombra de un morango, me dedique a leer un libro que había llevado y lo tenía pendiente, de reojo lo observe a German, sus ojos no daban abasto de tantos culos y tetas que andaban al aire libre, su short hacia bulto, lo que me indicaba erección segura.




Yo, cero complejo y cero pudor, sin dudar, saque la parte de arriba de mi malla, mis dos voluminosas tetas salieron expulsadas hacia adelante, luego fui a por la parte de abajo, esta vez fui más lento, dejando expuesto todo mi sexo,  los ojos de German no daban crédito a lo que veía,.
Sin sacarme los ojos de encima, estuvo dudando un rato largo para sacarse su short. Vi como su miembro abultaba la prenda.


Me incorpore para ir a paso cansino hacia el agua, mi hijo tenía razón, me percate que muchas miradas masculina se centraban en mi anatomía,  Al llegar al agua me acerco a German y le digo que ha ganado la apuesta, con una sonrisa de lado y socarrona me disparo un “te lo dije”, lo abrace para darle un beso y note al instante que algo duro nos separaba, su miembro en erección, un cosquilleo me recorrió el cuerpo, algo que hacía tiempo no sentía, hasta me pareció tener la impresión que el interior de mi vagina palpitaba. Me aleje un poco y bese su mejilla, agradeciendo la idea que tuvo.
Pasamos un rato nadando, la sensación de estar sin ropa en el agua es espectacular y se lo hice saber. Le dije de salir e ir a tomar sol para aprovechar, accedió de inmediato. 


Paso el día así, nos retiramos al departamento para bañarnos y así sacarnos la arena del cuerpo e ir a cenar. Con total naturalidad ahora él se sacó toda la ropa y anduvo desnudo por la casa, no lo podía creer, que se haya animado. Me bañe en un primer turno, al salir hice lo propio, quedando desnuda hasta que finalizo su baño. Nos vestimos 




No sé si era producto del alcohol que había consumido, por haber visto a mi hijo desnudo, por las mirada que atraía mi culo que iba y venía de lado a lado o la ajustada remera que hacía ver mis tetas más grandes de lo que son, que me había excitado de una manera tal que sentía la humedad en mi vagina.
Al llegar al mono ambiente, nos sentamos a tomar un vaso de gaseosa y disponernos descansar para el día siguiente, cada uno hizo lo propio en el baño y fuimos a la cama, el primero en acostarse fue mi hijo, quien lo hizo en calzoncillos, luego de sacarme el corpiño (me gusta dormir desnuda) me acosté al otro lado de la cama dando la espalda a mi hijo,
Como tengo el sueño liviano, algo me despertó, sentía un ligero movimiento en la cama, por lo rítmico me di cuenta enseguida que German se estaba masturbando, algún gemido casi imperceptible se escapaba de su boca, nuevamente esa sensación de humedad en mi vagina,Me excitaba con la paja de mi hijo, no lo podía creer. Mi excitación crecía cada vez más, creo, más que creo estaba convencida de algo que se me había cruzado por la cabeza en la playa, ¡¡¡probar la verga de German!!!
Así de lado como estaba lleve el brazo hacia su cuerpo, mi mano bajo hasta esa deliciosa verga, delicadamente retire la suya y tomándola suavemente continué la tarea que él había empezado, subía y bajaba por ese sabroso miembro, mientras representaba en mi cabeza el tamaño, tratando de recordarlo como lo había visto. No pude aguantar más, de un brinco me arrodille en la cama y todo ese pedazo de carne que necesitaba cariño desapareció en mi boca, por un momento dude, pero ya estaba en proceso, así que seguí en la tarea.
Ocupando toda la boca y moviendo la lengua de la manera que me dio la experiencia de los años, ese ejemplar de semental lleno toda mi boca de su semen caliente, salió con tanta fuerza que me agarro una arcada que me hizo abrir la boca aún más y perder un poco, el que cayó sobre su pelvis, igualmente como un gato que toma su leche, recogí lo que había quedado en su cuerpo.
Así como German estaba asombrado de lo ocurrido, yo no podía creer que me había animado, pero como dice el refrán, ya estaba en el baile, entonces… bailemos.
Tome su cabeza y ejerciendo una leve presión lo guie hasta mi empapado sexo, ya sediento y pidiendo acción


Ya no aguantaba más y poniéndome de rodillas le dije que se ubique detrás mío, tome su miembro enfilándolo hacia la entrada de mi sexo e indicándole que me penetre, lo hizo, fue de un solo golpe de cadera, su tamaño haciéndome pegar un grito, lLe pedí que continuara, cosa que hizo, con la diferencia que fue mucho más suave y tierno (cosa que me gusto) su vaivén cadencioso me hizo acabar en reiteradas oportunidades, entre gritos y gemidos
Lo sentí gemir cada vez más fuerte, me di vuelta para mirarlo a los ojos, que ya se habían puesto en blanco, comenzó a bufar como un toro embravecido y me di cuenta que estaba a punto de llenarme con su semen. Sus movimientos se hicieron más y más violentos, las bolas golpeaban contra mi vagina y el ruido que hacían mi encharcada vagina hizo, que justo en el momento en que descargaba todo el contenido dentro, yo tuviera el mejor orgasmo de toda mi putísima vida, acabamos los dos juntos entre gritos desaforados y gemidos, ambos decíamos palabra ininteligibles, sentía el semen tibio chorrear por mis piernas, a la vez que su miembro palpitaba dentro.

2 comentarios - escapadita con mi hijo

May63b
Excelente relato, muy rico